"Amenazante Propuesta"
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Después de unas horas, Naruto despertó en una habitación desconocida, quiso levantarse, pero no pudo, todo a su alrededor le daba vueltas.
— ¿Dónde estoy?, ¿qué hago aquí? —, preguntó en susurro.
—Estas en mis aposentos y de ahora en adelante, este será tu hogar. —, respondió el Raikage que había hecho acto de aparición.
—Esa respuesta puso en alerta al rubio doncel, el cual se sentó para encarar al Raikage —. ¿Qué quiere decir con eso?, yo no me puedo quedar en este lugar, yo tengo un novio y una misión que cumplir, así que exijo que me dé una buena explicación —, se negó ante aquel hombre, el cual le ponía los nervios de punta.
Las musculosas facciones de aquel corpulento hombre se tensaron. Puso una expresión llena de molestia, la cual ni se inmuto por ocultar, lo que es más, se acercó con furia al pequeño chico y con una fuerza algo descomunal, le propino una fuerte bofetada a la mejilla del frágil chiquillo, el cual no pudo evitar girar su cabeza y caer de la mullida y acolchonada cama.
—A partir de ahora, tu eres de mi propiedad, eso significa que te iras olvidando de tu maldito noviecito, porque de esta aldea no sales a no ser que sea conmigo y después de habernos casado.
El doncel estaba mareado, pero no lo suficiente como para caer a los brazos de la inconsciencia, había escuchado perfectamente lo que el Kage había dicho y un tremendo miedo le calo hasta los huesos. Con la mano en su lastimada e hinchada mejilla, miro con desdén al imponente hombre frente a él.
— ¿Qué…quiere decir con eso?, ¿dónde están mis amigos? —, preguntó con temor, había comenzado a temblar.
—A sonrió ampliamente, mostrando su perfecta y blanca dentadura —. Lo que quise decir, es que te vas a casar conmigo, a menos que quieras que tú ahora ex-novio y tus amigos sean ejecutados frente a todo mi reino.
Ante esa amenaza, el rubio doncel comenzó a llorar, no podía creer cuan injusta era su vida. Primero sus abuelos y padres mueren por culpa suya, luego un nuevo amigo y aliado muere para salvarlo y ahora que por fin había sincerado sus sentimientos a Sasuke pasaba esto. Era obvio lo que iba a hacer, no quería que más víctimas aumentaran por su culpa y mucho menos la de la persona que ama y la de sus amigos.
—Acepto…me casaré con usted —, susurró sin ganas de nada, apenas y podía respirar debido al llanto.
—A ensancho su sonrisa —. Me alegra que aceptaras mi humilde propuesta, no te preocupes por tus amigos, para pasado mañana ya serán libres, porque mañana una gran boda se celebrará.
Dichas estas palabras, A se acercó al asustado doncel y lo tomo en sus brazos. Con sumo cuidado, lo acomodo en la cama y sin que Naruto pudiera evitarlo, le robo un suave beso en la mejilla herida.
—Me voy, después de todo, los prometidos no pueden verse hasta la boda, pero espero que sepas que estoy ansioso por la noche de bodas —, murmuró sin ningún altivo de arrepentimiento. Su mirada era de lujuria, lujuria dirigida al doncel —. Nos vemos pequeño —, se despidió con entusiasmo para después salir de aquella habitación.
— ¿Qué voy a hacer? —, susurró con temor, sus cristalinas lágrimas resbalaban sin cesar por sus morenas mejillas.
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Kurama y Yugito habían llegado a la cabaña de la rubia. Entraron con prisa y suspiraron con alivio, todo visto por Itachi y Deidara, quienes se preocuparon por ver las expresiones de preocupación de los dos mayores.
— ¿Y Naruto y Sasuke-kun? —, preguntó el rubio con preocupación.
—No pudimos encontrarlos, cuando logramos adentrarnos en la aldea escuchamos a un par de mujeres hablando de una gran boda, la boda de Naruto para ser más precisos —, explicó sumamente enojado el peli rojo.
— ¿Cómo que la boda de Naruto?, ¿qué sucedió realmente? —, preguntó con histeria el rubio.
La rubia suspiro con resignación y con la misma tristeza, odio y sed de venganza, conto todo lo que le contó a Kurama, lo que más necesitaba en esos momentos, era tener ayuda y la que fuera necesaria, pero para eso, tenía que contar todo lo que estaba ocurriendo en la aldea Kumo.
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Sasuke se despertó con un tremendo dolor en los brazos y piernas, quiso mover sus extremidades y se alarmo al no poder cumplir su cometido. Miro su alrededor, analizando cada cosa con la que su negra mirada se topaba. Frente suyo encontró a Sai en las mismas condiciones que él y en el suelo vio a Gaara con las piernas fuertemente encadenadas a la pared. Frunció el ceño al no ver a Naruto por ningún lado y un fuerte temor le llego a lo más profundo de su ser. Un sentimiento de pérdida, perdida de un ser sumamente importante.
—Parece que ya has despertado chico —, hablo una voz de hombre, voz que se escuchaba sumamente cansada.
Sasuke dirigió su mirada hacia donde escucho aquella cansada voz y lo que vio lo sorprendió. Un hombre de musculatura algo robusta, casi se asemejaba a la del Raikage, piel igual de morena que A, pero lo que le sorprendió fue ver las gemas que tenía en su poder y la de Gaara brillar con intensidad.
— ¿Quién eres? —, preguntó el azabache con sorpresa.
—El hombre sonrió apenas, era claro que estaba cansado. —Mi nombre es Bee, Killer Bee y soy el guardián de la gema Hachibi y legitimo Raikage de la aldea Kumo —, respondió con sinceridad.
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Naruto estaba asustado, mentiría si dijera que no lo estaba, por un momento todo era casi perfecto y ahora que lograban dar con la nueva gema pasaba esto. Pero tendría que aguantarse, al menos por Sasuke, Sai y Gaara, por ellos aguantaría el tener que casarse con un despiadado hombre al que no amaba.
—Hermano…te necesito —, susurró con tristeza, en momentos sumamente riesgosos es cuando más necesitaba de su muy sobreprotector hermano mayor y ese momento era uno de esos.
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Kurama estornudo con fuerza y un escalofrió le recorrió en la espalda, sabía que quería decir aquello, sentía que su pequeño hermano menor lo necesitaba y él estaba dispuesto a matar a cualquiera que se atreviera a hacerle daño a su niño.
—Alguien va a perder su hombría y ese alguien es el maldito Raikage A —, dijo con una voz de ultratumba que asusto a Itachi y Deidara y saco una media sonrisa a la rubia.
—Ya somos dos los que pensamos eso —, dijo la rubia de la misma manera, causando más temor en el azabache y el rubio.
—Itachi se acercó al oído de su pareja —. Soy yo o esos dos están muy, pero muy sincronizados —, comentó con miedo hacia esos dos.
—Deidara sonrió sincero, ya tenía una pequeña sospecha y le alegraba que al fin su hermano mayor encontrara a alguien con quien congeniar —. ¿Lo crees? —, preguntó con una socarrona sonrisa, mientras veía a su hermano y a la rubia —.Creo que con esos dos unidos, nada nos detendrá de nuestra misión.
Y era cierto, Deidara ya sospechaba algo, ese par seria imparable estaba unido y más aún, si ambos tenían el mismo objetivo: Detener para siempre al autoproclamado Raikage A.
Continuará