Año 1640: 5 de Octubre…. Castillo Akashi.
Tetsuya Kuroko despertó lentamente. El día de su transformación se había desmayado y durante dos días había dormido, su cuerpo acostumbrándose al cambio, y ahora al fin despertaba, viendo todo con una nueva visión, sus oídos se habían vuelto más sensibles, escuchaba a lo lejos un chango graznar, un ave volar, podía escuchar con toda claridad el mar abajo rompiendo contra las faldas de la colina, era fascinante, además todo se veía más claro más nítido como nunca antes había visto. Se arrastro fuera de la cama y se puso él bata que descansaba a los pies de esta limpia y doblada, se puso de nuevo los pequeños zapatos de la otra vez sin prestarles atención realmente, se dirigió a las enormes puertas de madera de la habitación y las abrió saliendo con sigilo y silencio a pesar de ni siquiera intentarlo. Camino por pasillos sin fijarse por donde iba solo fascinado por todo lo que veía era como un bebe ante un nuevo mundo, aun cuando seguía en el mismo mundo de siempre ahora lo podía ver con una visión completamente diferente. Vio unas amplias escaleras de mármol y bajo por ellas dando con un gran vestíbulo, un par de enormes puertas al final del vestíbulo. Se dirigió a ellas con firmeza y las abrió saliendo al exterior.
La luz del sol perforo sus ahora sensibles ojos lastimándolo, sentía como si agujas se clavaran en ellos del dolor. Grito tratando de ocultar con las manos sus ojos con desespero. Sintió una mano que le paso un brazo por los hombros y tiro del hacia atrás haciéndolo entrar y cerrando la puerta alejando la luz del ofensivo sol para sus ojos. Cuando al fin fue capaz de ver deseo no haberlo hecho frente a él estaba Seijuuro Akashi de pie y con una sonrisa divertida en su rostro.
-Que terco eres muchacho. Nunca se me ocurrió que tratarías de salir solo en un lugar desconocido que queda en medio del mar. ¿No se te ocurrió una mejor idea? Este castillo está en una isla en medio del océano. ¿Cómo pensabas salir de aquí? ¿Nadando? Solo se puede salir en bote y ahí una sola ruta segura, si tomas cualquier otra vas a terminar estrellado contra los arrecifes o claro también puedes salir volando, pero no creo que tengas alas ¿O me equivoco? –se burlo un poco Seijuuro claramente divertido.
-¿Ya terminaste de reírte a mis costas? Ni siquiera lo pensé-confeso-solo… quería salir. Fue realmente doloroso. ¿Son ciertas las leyendas? ¿Eso de que los vampiros no soportan la luz del sol? Porque soy un vampiro, es en lo que me has convertido ¿verdad?-pregunto inseguro siguiendo a Seijuuro quien había comenzado a caminar hasta una gran biblioteca. Seijuuro entro dentro de esta y se sentó detrás del enorme escritorio de caoba indicándole con un gesto de su mano a Tetsuya que tomara asiento, él joven obedeció esperando tener respuestas.
-Te lo explicare así que presta atención. La primera vez a todos nos lastima él luz del sol, pero te acostumbraras… tarde o temprano. Podemos comer comida pero no la necesitamos cuando lo hacemos es por el simple placer de saborear algo o para fingir ser igual al resto de los humanos pero tu cuerpo no requiere para nada ese sustento y evacuaras todo lo que te comas dado que nuestro cuerpo no lo necesita. Lo que nuestro cuerpo si necesitamos para sobrevivir es sangre, a cambio de la inmortalidad y un cuerpo casi indestructible perdemos la capacidad de generar sangre por nosotros mismos, así que la tomamos de otros para nuestro cuerpo. Mientras más viejo sea con menos frecuencias necesitaras la sangre tu cuerpo la rendirá por más tiempo ahora que eres un neófito sentirás hambre casi todos los días. Podemos tomar lo necesario de varias personas mortales distintas así no tenemos que matar a nadie, luego simplemente los hechizamos con compulsión y ni siquiera notaran que nos alimentamos de hechos.
-¿Hechizarlos? ¿Cómo magia?
-No, no como magia. Es solo algo que podemos hacer podemos empujar nuestros pensamientos dentro de sus cabezas y sacar pensamientos de la de ellos, así que sacamos el hecho de que nos estamos alimentando de ellos y empujamos otro pensamiento en su lugar. Aprenderás como hacerlo con el tiempo.
-¿Por qué me atacaste? ¿Por qué me convertiste? ¿Por qué yo?
-¿De qué edad te parezco Tetsuya? –le pregunto Akashi en cambio sin responderle.
-Uhmm… ¿alrededor de 24?
-A esa edad fui convertido hace 200 años, fui abandonado por mi creador Nijimura hace 120 años, desde entonces he estado vagando solo por el mundo. Siempre busque un compañero, pero nunca quise tomar al primero que viera esa persona, mi primer hijo… tenía que ser especial. Como podrás entender luego de 120 años dudaba poder encontrar lo que buscaba, pero entonces apareciste tu Kuroko Tetsuya y entonces supe que eras lo que estaba buscando. Vi algo en ti Kuroko, algo especial, con el tiempo… lo entenderás-le aseguro Akashi.
-¿Eso es todo? ¿Me arrebataste mi vida y mi capacidad de elección… solo porque vistes algo en mi?-pregunto Kuroko con la boca abierta e indignado.
-Si-dijo Akashi sin remordimientos. –¿Te parezco egoísta Tetsuya? –Pregunto y sonrió divertido sin esperar la respuesta-si seguramente sí, pero ya te acostumbraras a mi Tetsuya, yo siempre tengo razón… y siempre consigo lo que quiero-le aseguro.
-Yo tenía un prometido, tenía una vida-le grito Kuroko. Akashi ni se inmuto.
-¿Amabas a tu prometido Tetsuya?
-Daiki kun ha sido mi mejor amigo desde que éramos niños-esquivo responder directamente.
-¿Lo amabas?-repitió el pelirrojo.
-El hubiese sido un buen esposo para mi… y yo hubiera aprendido a amarlo-aseguro.
Akashi sonrió divertido.
-Quien sabe, pero eso ya no importa Tetsuya yo te he dado una nueva y mejor vida.