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El gato mimoso por Nanaa

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Notas del capitulo:

Por supuesto que tenía que hacerle continuación, realmente no esperaba tener tantos Rew, tan lindos de ustedes <3

Me fui volando (?) Con este capitulo, cuando empece a escribir ya no pude parar, es un capitulo largo, creo, o al menos si que me tarde haciendolo, no les dire cuanto, porque me diran que soy una traumada viciosa (???) Ok no xDD !Es que tenía ganas de escribir! Además estoy de vacaciones y tengo tiempo de hacerlo *0*

Gracias, en verdad, por todos sus Rew de amorsh TTnTT

Capitulo dos: Preciosura

 

El cuerpecillo menudo-con aquella bolita dentro de su barriguita- se movía de aquí para allá por toda la habitación. Buscaba algo decente que usar, ya que no deseaba ponerse sus ropas de mujer embarazada. Hoy saldría, y quería ponerse algo bonito, aunque para eso, tenía que usar la ropa de mujer, y realmente no quería hacerlo. Una cosa era estar en casa, usarla dentro, en confianza con su novio, pero afuera, en la calle, eso definitivamente era algo que no pensaba hacer.

 

Y, él muy bien sabía que la ropa de mujer solo la usaba exclusivamente para Minho.

 

Terminó escogiendo unos jeans azules un poquito desgastados, pero eran los únicos que le quedaban- que a él le gustaban y, lo más importante, era ropa de hombre-. Aquellos Jeans Minho los había mandado a arreglar para que tuviesen un elástico en la parte de la cintura. Kibum realmente agradeció ese detalle, debido a que eran sus jeans favoritos. Los usaba muy a menudo, por eso se debía su desgaste. Lloró como una magdalena frustrada cuando en su segundo mes de embarazado ya no le quedaron. Minho fue realmente lindo al habérselos mandado a arreglar.

 

Sonrió ante el recuerdo, apretando el pantalón azul sobre su pecho.

 

-Bueno, ahora sí, es hora de que omma se vista, bebé- Le susurró a su pancita, masajeándola con sus yemas. 

 

Comenzó a vestirse, poniéndose con algo de dificultad los pantalones. Su pancita estaba más grande, estaba a poco más del mes cinco. Terminó por sentarse en la cama para ponérselos con más comodidad. Suspiró, y se encaminó hacia el closet otra vez. Debía buscar una camiseta. No supo porque, pero una camisa de Minho le llamó mucho la atención. Era color blanco, de tela delgada y mangas largas. Una autentica camiseta de vestir, es decir, una que típicamente se usaba debajo de un traje elegante. No le importó y la tomó. Pero, a diferencia de su vestimenta varonil- ignorando la barriga de cinco meces y medio- se puso unos calcetines rosados con figuritas infantiles, sus vans blancos, y para finalizar, peinó su cabello rubio, dejando un flequillo sobre su frente. Se miró en el espejo, satisfecho y feliz. Listo, había logrando su cometido: algo bonito para usar.

 

Aunque, seguramente Minho lo regañaría si no llevaba algo con que calentarse, además tampoco quería enfermar y que su bebé pagara las consecuencias. Así que optó por tomar una bufanda y el mismo gorrito con pompón que uso cuando fue con el moreno al cine. Los hecho en su mochila, para finalmente salir. El aire era fresco, pero el sol radiaba en todo su esplendor, aunque algunas nubes de repente lo tapaban.

 

Tomó un taxi y se dirigió hacia donde su novio.

 

Llegó en veinte minutos.

 

Al principio no lo habían dejado entrar al lugar. Estaba un policía vigilando la entrada, el hombre solo estaba allí por mera seguridad de los estudiantes, así como para dar autorización de quien entraba.

 

Kibum se plantó con un pucherito precioso, juntando sus manos como si estuviese rezando. Pidió, “Por favor, solo iré a ver a un estudiante, no molestare, me iré enseguida. Es el padre mi bebito, y lo necesitó ahora” Sobó su pancita, transmitiéndole un rostro de sufrido al policía.

 

El hombre suspiró, y finalmente lo dejó pasar. El rubio chilló como una chica y le palmeó el hombro en forma de agradecimiento, aunque más bien el acto pareció un… “Buen hecho, chico” El policía solo pudo negar con la cabeza. Lo había dejado pasar solo porque estaba embarazado, no creía que un muchachito como ese podría causar algún problema dentro del instituto.

 

Kibum se detuvo de improvisto cuando iba subiendo las escaleras. Eran demasiadas. ¿Qué clase de escuela tenía esa infinidad de escaleras? Dios, suspiró y subió los peldaños lentamente porque si no lo hacía despacio se cansaría pronto.

 

Pero, de  nuevo, se detuvo al terminar de subir todos los escalones. No tenía ni la más remota idea del salón en el que iba su atractivo novio. De dio un golpecito en la frente con el dorso de su mano delgada. Hizo un puchero involuntario, molestó, pero mitigando el enojo de inmediato al recordar que le trasmitía las emociones negativas a su bebé. Ahora, con todo el pesar del mundo, bajo las escaleras. Llegó hacia el policía.

 

-Disculpe…- La vocecita suave, debido a la pena, llegó a oídos del hombre.

 

-¿Si? Dígame- Pronunció, serio, mirándole interrogativamente.

 

-¿Sabe cuál es el salón 407?

 

-Claro, subiendo las escaleras…- Se detuvo- Tendrás que subir muchas escaleras- Miró al estomaguito abultado- Ese salón esta en uno de los edificios, justamente hasta el último piso.

 

-Caminare despacio- Murmuró con la misma voz avergonzada.

 

-Bien. Te indicare donde.  Sígueme, por favor- Kibum asistió de inmediato, siguiendo al hombre delgado. Subieron los primeros escalones, llegando hacia un pasillo amplió donde se encontraba la dirección, la biblioteca, entre otras habitaciones. Finalmente llegaron al campus, donde, a lo lejos, se podía observar el gran edificio.

 

-Es ese de allí- Dijo, señalando el edificio- Ultimo piso, en las puertas esta dibujado el número de los salones.

 

-Sí, muchas gracias- Le sonrió agradecido, observando después como el señor se retiraba deprisa hacia su puesto en la entrada.

 

Y Kibum siguió su largo camino, al menos lo era para él y su pancita. Camino lentamente, justo como le dijo al policía. Cuando al fin llegó, abrió la puerta con lentitud, asomando su cabecilla rubia con timidez. Para su buena suerte, no había ningún maestro dentro del salón de Minho. Suspiró, feliz, captando entre todo ese mar de cabezas a su novio sentado en el escritorio de los maestros. Él salón era muy ruidoso, todos hablaban y reían a carcajadas. Pero cuando él ingreso todos guardaron silencio.

 

Sintió su corazón golpear con fuerza dentro de su caja torácica. ¿Por qué todos lo miraban?

 

-¡Pero qué cosita tan linda!- Escuchó que alguien gritó. Sintió su rostro enrojecer. Pero, en vez de salir por la puerta y huir, corrió-o al menos caminó rápido- hacia donde estaba Minho. Agarró el brazo de su novio con ambas manos, mirando al frente, a todos aquellos que lo veían.

 

-¿Kibum?- Se preguntó estúpidamente el moreno, sorprendido. No esperaba ver a su bonito rubio en el salón, de ninguna manera.

 

Rápidamente, un chico que estaba sentado hasta las últimas filas se puso en pie y se dirigió al par.

 

-Minho, ¿Él es tu novio?- Preguntó, mirando ese estomaguito abultadito con sorpresa.

 

El nombrado sonrió, tomando por los hombros al rubio. Lo apretó contra sí, y Kibum solo puso agárrale con más fuerza el brazo, su rostro parecía la viva imagen de una manzana bien madura. Estaba increíblemente colorado. Kibum no era tan tímido, pero aquellos ojos, todos, le miraban y eso le ponía de nervios. Aunque, realmente, se sonrojaba por muchas cosas, pero su carácter cambiaba drásticamente cuando tenía que defenderse ante personas que le buscaban el mal. Entonces sacaba las garras y nadie podía ganarle. Porque Kim Kibum sabía defenderse muy bien, y más aun cuando de defender a su familia o amigos se trataba, allí sí, cuidado. Pero aquí no veía peligro, solo una increíble vergüenza. Por un momento de arrepintió de haber ido a la universidad de Minho, pero al escuchar la contestación de este hacía el chico que preguntó sobre si era su novio, entonces allí, se derritió.

 

-Claro- Dijo, mirando a otro muchacho de los asientos de en medio, no precisamente al que le estaba preguntando y tenía en frente- Está cosita tan linda- Kibum entendió que decía aquello por la persona que le había gritado así cuando ingreso al salón, y era aquel chico de los asientos de en medio- Es mi novio- Allí se derritió. La voz de Minho había sonado tan segura y fuerte. Pero él no fue el único que se derritió, una que otra voz enternecida fue escuchada, por supuesto, voces de chicas.

 

El muchacho de en medio entrecerró los ojos, divertido, pero no era una diversión mala. Kibum lo supo desde el momento en que vio el rostro sonriente de Minho. Aquellos dos eran amigos. El moreno fijó su vista en él después, Kibum la desvió de inmediato. No fue capaz de enfrentarse a los ojos amorosos, pero divertidos de su novio.

 

-Hey…- Le susurró en el oído, cerciorándose de que nadie más que él escuchara- ¿Qué sucede mi cosita linda? No tienes porque ponerte así, gatito- Su voz había sonado juguetona.

 

-Basta, Minho…- Estuvo a punto de bajar el rostro, pero no lo hizo. Mantuvo la vista al frente, tratando de tener la seguridad que poco a poco se le escapaba de las manos.

 

-Tranquilo, se que estas avergonzado, pero no pasa nada- Dejó se susurrarle, su voz se volvió más potente a continuación-¿¡Y seguirán viéndonos en todo momento o que sucede con ustedes!?- Se dirigió hacia sus compañeros.

 

-Huy, como ya llegó el novio- Una voz ronca retumbo en una esquina. Era otro amigo de Minho. Las carcajadas retumbaron en el lugar.

 

-Así es- Afirmó Minho, ladeando el rostro, mirando retadoramente a su amigo- ¿Tienes algún problema, KyuHyun?

 

-Ninguno, Choi- Bramó, sonriendo de lado, despreocupado.

 

-Prefecto. ¿Y tú, ChangMin?- Ese era el chico de en medio.

 

-Tú solo sigue con tu cosita linda, yo me quedó con mi cosito lindo por acá- Elevó una ceja seductoramente, provocativa, casi sexi- ¿No es así, KyuHyun?

 

KyuHyun bufó, ignorándolo. Todos volvieron a reír. Pero, esta vez, cada quien volvió a sus platicas de antes; antes de que llegara Kibum. El chico que estaba frente Minho también se esfumo, dejando solos a la parejita.

 

-Bummie… No te esperaba- Murmuró, haciendo que se sentara frente él en el escritorio. Pero el rubio no dejó de tomar su brazo, estaba bien aferrado a él, como cual gato cuando jugaba con su bola de estambre.

 

-Estaba aburrido en casa, además… te extrañaba, pero creo que tu a mi no- Hizo otro de sus famosos pucheritos, esta vez mezclándolo con un adorable meció hacia el brazo de Minho. Eso parecía casi como un capricho. Minho sabía perfectamente que era lo que quería el rubio.  Mimos, caricias, que le dijese que se veía bonito con su ropa, de la cual, se había dado cuenta llevaba su camiseta blanca.  

 

-Ven aquí- Extendió su brazo libre, recibiendo a un rubio ruborizado de inmediato entre sus brazos. Lo meció allí, como si fuese un nene pequeño. Poco a poco empezó a bajar una de sus manos hacia el abultadito vientre.

 

-¿Y el bebé, como esta?- Le besó una mejilla, esperando por una respuesta.

 

-Muy bien, pateándome mucho como siempre.

 

La puerta se abrió en ese momento, dejando ver a un hombre mayor con varias-muchas-canas sobre su cabello. Kibum se levantó lentamente del escritorio, siendo ayudado por su novio.

 

-Me voy, nos vemos en la casa- Musitó, notándosele claramente su pesar al separarse del moreno.

 

-¿Y tú crees que te dejare ir, y lo más importante, solo, por estas calles? No, te quedas aquí- Murmuró firme, casi parecía molestó, pero no lo estaba, solo trataba de parecer serio, para que su rubio entendiera que lo que estaba diciendo no era ninguna broma.

 

-Buenos días- Medio gritó el maestro para que toda la clase le escuchara, ya que estos seguían con sus platicas y carcajadas sin prestarle demasiada atención. Puso su maletín en el escritorio cuando Minho y Kibum lo desocuparon. El maestro solo vio una pancita moverse hacia una de las mesas y bajarse al momento de tomar asiento. Curioso, alzó una ceja, mirando el rostro apenado de su… ¿Nuevo alumno?, se preguntó.

 

-Usted, de pie- Subió la voz, hablándole al rubio.

 

Kibum exhaló como si le hubiese dado un puñetazo. Inmediatamente volteo a ver a Minho.  Le jaló del brazo, pidiéndole ayuda, aun seguía bien aferrado a ese brazo fuerte y no parecía dispuesto a soltarlo.

 

-Kibum no es alumno de esta escuela, maestro. Él está conmigo, pero no puede irse solo a casa…

 

-Prometo no molestar- Dijo de repente, interrumpiendo a Minho.

 

-Bien, pero te quiero bien calladito, Choi. Nada de distracciones- Pronunció con el rostro potente, aclamando su superioridad como maestro, pero, mirando fijamente al rubio mientras lo decía.

 

Minho no dijo nada al respecto. Le sonrió a su gato mientras la clase continuaba. Kibum estaba bien pegadito a él, comenzando a creer que le dejaría la marca de sus dedos en el brazo por tenerlos tanto tiempo allí, sonrió ante su tonto pensamiento, pero después, mientras los minutos pasaban, sus ojos felinos se fueron cerrando con mucha insistencia. Esa clase era aburridísima. El maestro hablaba de células, tejidos. Al parecer esa era la materia de Anatomía.

 

Terminó con la cabeza apoyada en el hombro de Minho, y cerró sus ojos, entregándose al sueño.

 

Una hora  pasó. Minho rió cuando vio a su embarazo dormir profundamente. Le alboroto los cabellos rubios pero este ni chistó, seguía bien dormidito.

 

-Ve, él dijo que no molestaría- Le dijo al profesor cuando la clase terminó. Este solo negó con la cabeza, riendo levemente. El receso había comenzado, debían ir a almorzar.

 

Pero no hizo falta que él lo despertara. KyuHyun llegó de inmediato, gritándole al moreno. Asustó y despertó al rubio. Detrás de Kyu estaba ChangMin.

 

-¡Que preciosura! Mira como lo asustaste, Kyu, eres terrible- Murmuró tan dramáticamente, como si el mundo se fuese a acabar en ese momento. Sarcástica, era la palabra perfecta para describirlo.

 

-Cállense los dos- Refunfuño Minho, mirando a su rubio aun asustado. Dios, era tan adorable.

 

-Entonces…- Kyu puso las palmas estiradas a ambos lados de la mesa- Se van a quedar aquí o vienen a almorzar con nosotros- Ladeo la cabeza hacia la salida del salón.

 

-¿Quieres ir?- Minho preguntó hacia el menudo cuerpo.

 

-Si- Fue la simple respuesta de Kibum. Aunque lo había dicho sin pensar. Afuera, por supuesto, había muchos alumnos. Quería morir. Esta vez más ojos se posaron en él y en su barriguita.

 

Llegaron al comedor, Minho le pidió al rubio que fuese a sentarse a una mesa mientras él iba por el almuerzo con Kyu y ChangMin. Y Kibum, dejó de agarrar el brazo de Minho. Se sintió extraño cuando lo hizo, como vació. Era extraño. Sentía que lo necesitaba mucho; mucho más que antes. Desde esa mañana, empezó a sentirlo, por eso ahora estaba en la universidad con él.

 

Suspiró con pesar, buscando un lugar donde sentarse. Sabía perfectamente porque él le había pedido se fuera a sentar. Seguramente notó su rostro cansado, además sus piernas le dolían, eso de bajar y subir tantas escaleras no le había agradado mucho a su cuerpo; sus piernas estaban un poco hinchadas. Cielos, se sentía un holgazán de lo peor. Solo pensaba en dormir y descansar, aunque no haya hecho actividades fuertes, pero sabía solo era por su embarazo. Así que lo disfrutaba y descansaba cuando podía. Ya después se repondría bailando mucho como le gustaba, ahora lo primero era su bebé.

 

Finalmente tomó asiento; su cuerpo se lo agradeció. Se sintió tan bien cuando lo hizo, incluso gimió placenteramente.

 

-Que bonitas muecas haces- Abrió los ojos sorprendido cuando escuchó esa voz muy, demasiado cerca de él. Ni si quiera se había dado cuenta de que había cerrado los ojos. Juraba haberse quedado dormido por unos segundos.

 

-¿Eh…?- Preguntó, confundido, encontrándose con un muchacho de cabellos castaños y hermosa sonrisa.

 

-Me llamó Jinki, pero dime Onew. Minho me pidió te hiciera compañía mientras viene. Hay demasiada fila…- Kibum observó, eso parecía la fila de las tortillas. Tan grande.

 

-Ah… hola- Dijo tontamente, con la voz baja, casi parecía un susurro.

 

Onew sonrió- Kibum, ¿Cierto?- El nombrado asintió- Por suerte yo traje mi almuerzo y no tengo que pasar por esa gigantesca fila- Sacó un pote de plástico color azul, dentro había pollo y arroz-¿Quieres?- Le ofreció, el estomago de Kibum gruño.

 

-Si, por favor, solo un poco- Onew le ofreció una cuchara y ambos empezaron a comer.

 

-Sabe rico- Murmuró el rubio emocionado, ni si quiera sabía porque se emocionaba por eso, quizá si tenía demasiada hambre pero no se había dado cuenta por andar muy ocupado con Minho y sus amigos tan ocurrentes. Le habían agradado, a pesar del que el tal ChangMin se la pasara hablándole bonito, aunque solo lo hacía por hacer molestar a Minho.

 

-Mi madre lo preparo esta mañana, siempre me hace el almuerzo y lo pone en este pote. Puedo llevarte algo de arroz después, se donde vive Minho.

 

-Oh, no gracias, no te molestes- Dijo, apenado.

 

-No es ninguna molestia…

 

Pero Kibum no escucho nada más, se perdió en sus pensamientos por completo. Por su cabeza paso la idea de hacerle el almuerzo a Minho cada mañana antes de que se fuera a la universidad. ¿Qué podría hacerle? El arroz, por supuesto, era indispensable, quizá también le partiría algo de fruta, o tal vez podría hacerle algún jugo, ¿Un sándwich? No, Kibum rápidamente desecho la idea. Eso era algo muy simple. Y Minho comía demasiado como para llenarse solo con eso…

 

-Gatito… me estas ignorando.

 

Esa no era la voz de Onew, claramente.

 

-¿M-Minho?-Tartamudeó, regresando a la realidad.

 

Todos estaban allí en la mesa, y había más gente, y dos chicas también. Eran muy bonitas.

 

-¿Cuántos meces tienes?- Preguntó una de las chicas, Kibum la miro confundido, preguntándose cuando tiempo estuvo perdido en sus pensamientos. ¿Acaso estuvo como bobo ensoñado por tantos minutos? Su rostro se volvió a enrojecer. Que vergüenza, pensó.

 

-Hey, hey, tu cosa linda se puso rojo, ¡Lindura!- Ese claramente era ChangMin. Kibum deseo se lo tragara la Tierra.

 

-Ya déjenlo en paz, me lo ponen nervioso- Minho lo tomó por la cintura, apegándolo a él, estaba sentado a su lado. Kibum de inmediato le agarró el brazo como una especie de autodefensa, aunque no estaba en peligro.

 

-No estoy nervioso- Repuso, mirando a todos con sus cachetes colorados. Puso su vista en la chica que preguntó sobre su embarazo- Tengo cinco meces y medio- Sonrió triunfal, una sonrisa que era para él mismo. No había doblando la voz, no titubeó, y eso lo lleno de orgullo. Le gustaba sonar seguro.

 

-Oh- Exclamó la chica- Seguramente será un bebé muy lindo- Lo miro tímida de repente- ¿Me dejarías tocarlo?

 

-Ah… claro-Dijo, dudoso y extrañado.

 

La chica se paso a su lado, empujando a ChangMin, quien también estaba al lado del rubio.

 

-Quítate gigante.

 

-¡Pero qué bruta!-Exclamó dramáticamente, fingiendo indignación, pero se quitó.

 

-Me llamó Sandara, por cierto- Se sentó en el lugar de ChangMin, quien ahora estaba de pie, observándolos.

 

-Oh, yo…

 

-Sé cómo te llamas, por supuesto- Sonrió, como esperando que el rubio hiciese algo. Kibum ladeó el rostro, confundido. ¿Por qué la chica no empezaba a acariciar su vientre, después de todo, eso era lo que había pedido, no? Y él allí estaba, con las manos a los costados, pero sin abandonar el brazo de Minho, cabe destacar.

 

-¿Qué sucede, no querías, umm, tocar?- Preguntó, curioso.

 

-Sí, pero…- La chica paso las manos por su propia blusa, simulando que la levantaba.

 

Oh, Dios, Kibum casi se cae de boca al descifrar lo que Sandara quería.

 

-Tu camiseta-Prosiguió la chica. Los colores se fueron a su rostro tan fuertemente que comenzó a hacer calor. Se preguntaba cuando dejaría de ruborizarse. Los amigos de su Minho eran… tan confianzudos.

 

-Ah, eso no, toca su vientre así si quieres, pero no alzara su camiseta…- En cuando Minho dijo aquello, todos los presentes en la mesa se alzaron hacia al frente, como si los hubiera llamado a cada uno-¡Yah! Ustedes!!!- Exclamó, empujándolos hacia atrás, o al menos a los que tenía a su alcance.

 

-¡Pero Minho! Quiero sentir su pancita. Ustedes, fuera de aquí- Les dijo a todos los hombres de la mesa, menos a Minho y Kibum, por supuesto.

 

-Solo será un momento- Susurró el rubio sin que nadie lo esperara, Minho iba a protestar cuando vio que los demás volvieron a alzarse hacia adelante, los volvió a empujar. Era una escena graciosa, a decir verdad.

 

Kibum alzó su camiseta lentamente. Luchó con todas sus fuerzas para que sus manos no temblaran, y logro su cometido triunfalmente. No tembló ni un poquito. Dara miró su pancita maravillada, en ese momento todos se calmaron y miraron hacia aquel bultito precioso. Ella empezó a tocar, pasando sus yemas por toda la panza redonda. Kibum rió, aquello le causaba cosquillas. Tapó su boca con una de sus manos, reprimiendo las risillas. Por suerte, el calor de sus mejillas estaba disminuyendo.

 

-Gracias- Murmuró ella cuando terminó, así como también bajo la camiseta del rubio al compas de sus palabras.

 

-¡Hey! Yo también quería tocar- Exclamó ChangMin. Minho lo fulminó, a Min ni si quiera le importó su mirada matadora. Mientras comían su almuerzo, Minho no paro de acariciar la pancita de su rubio, de vez en cuando pasaba las manos debajo de la camiseta, causándole cosquillas. Kibum subió sus piernas arriba de las de Minho, nadie se dio cuenta de eso, así que comieron de esa manera. Si estuvieran en casa, seguramente Kibum ya estuviese sentado sobre su regazó.

 

Minutos después la campana sonó. Todos regresaron al mismo salón, pero Kibum y Minho se quedaron atrás, justo al tiempo de subir las escaleras.

 

-No quiero- Fueron las simples y berrinchudas palabras del embarazado.

 

-Oh, no hay problema- Minho alzó una ceja y lo cargo sin más- Te llevare de esta manera- Le sonrió, Kibum solo pudo exhalar, aun superando la sorpresa.

 

Y lo llevó al salón de esa manera, y claro, llamaron la atención increíblemente, pero, esta vez, al rubio no le importó. Se sentía realmente bien estar sobre esos brazos fuertes.

 

Nuevamente las clases continuaron; nuevamente se quedó dormido, pero esta vez no fue despertado por los gritos de KyuHyun. Unos ojos grandes, negros como la noche, profundos pero luminosos a la vez, fue lo primero que vio al despertar.

 

Y estaban solos en el salón, justo como pasó el día que fueron al cine.

 

-¿Es hora de irnos?- Preguntó, sin tener la menor intención de levantarse.

 

-¿Te llevó cargando, entonces?- Preguntó igual, sabiendo las respuestas del rubio. Y se lo llevó cargando.

 

*

*

 

Notas finales:

¿Les gustó? Espero no se hayan aburrido con tanta letra xD

Umm, les gustaría otro cap? La verdad, ya planeé todo el fic, es decir, quiero hacerle más capitulos, es que sus Rews me animaron muchisisisismo, fue inevitable no pensar, planear toda la trama xDD Y eso fue apenas en la madrugada, como a las 2:00am, y no, no me dormí tarde solo por pensar en esto, anduve ocupada con cosas de mi carrera, que es algo parecido a lo que Minho estudia en mi fic, porque si se dieron cuenta que estudia algo como medicina, no? Así que de allí también me inspire D:

Aun me siento alucinada con tanto Rew, ahahaha, espero nunca se pase para seguir animada con el xD

Gracias <3


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