Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Destinos entrelazados por Alexis Shindou von Bielefeld

[Reviews - 123]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Disclaimer: Kyou Kara Maou! Pertenece a Tomo Takabayashi

Gravitation pertenece a Maki  Murakami

Tome unas escenas del anime Kyou Kara Maou! puse el numero de capitulo ahí *o* todo pertenece a sus respectivos dueños.

De nuevo con canción, esta será la última en unos cuantos capítulos, después habrá mas pero por ahora no… xD… Recuerdan que Shu hizo que Wolfram le escribiera a Yuuri sus sentimientos… bueno sabremos que le escribió

La canción es viejita ¡ah sorry! es que daba al momento, no se me gusto es Responde de Diego Gonzales http://www.youtube.com/watch?v=7md_gpSBhL0  

Muchas gracias nuevas personitas que me comentaron, Y a todos en general por comentar y leer. Sandy, a este paso tendras mucho que leer para el jueves xD ya saben sus comentarios me animan. 

Bendiciones. 

 

Nota: Este capitulo contiene la letra de una canción que se llama RESPONDE, de Diego González. Creo que no hay mejor canción para describir este capitulo. Si tienen la oportunidad de escucharla sería genial.

 

Capitulo 20 II

 

Noche de baile Noche de sorpresas

La celebración en honor a la fundación de Shin Makoku continuaba en medio de charlas, bailes y risas dentro del salón; mientras tanto, Wolfram en compañía de Tatsuha llegaron a los pasillos exteriores del castillo para tomar un poco de aire fresco. Estaba un poco oscuro y la música no llegaba a ser tan alta, por lo que era perfecto para hablar tranquilamente. Además, la luna se observaba hermosa y brillante.

—¿Y bien? ¿Cómo estuvo mi plan para molestar a la araña... digo a Taylor? —mencionó Tatsuha inmediatamente después de llegar al balcón, causando que Wolfram se echara a reír de nuevo.

—¿Viste su rostro? —Decía en medio de las risas—. Cuando le lanzaste la copa tuve que contenerme para no carcajearme en frente de todos. ¡Gracias, Tatsuha, fue lo mejor de la noche!

—Le demostraste a todo el mundo quien eres, pequeño ángel.

Wolfram paró de reír de golpe y a cambio formó un mohín enfadado.

—¡Soy un demonio, no un ángel! —recalcó por enésima vez, pero en esta ocasión su amigo no le contradijo.

—Tienes razón. Eres un demonio tan sensual que eres capaz de seducir a cualquiera que te propongas. No olvides eso. —La voz de Tatsuha tenía un tinte sensual al decir estas palabras mientras le colocaba una mano debajo del mentón para acercar sus labios, pero Wolfram ladeó la cabeza evitando el contacto.

—Tatsuha, no...

El pelinegro comprendió.

—Hiciste lo que te pedí —Suspiró, resignado—. Te imaginaste a Shibuya en mi persona, por eso bailaste de esa manera.

Wolfram bajo la cabeza y asintió, apenado.

—Perdón... —musitó suavemente. La realidad era que en su mente todo el tiempo se imaginó a su enclenque bailando así con él.

—No te preocupes, ese era el punto ¿o no? —insistió Tatsuha sin lograr que él le creyera.

—¿Estás seguro? No me parece justo para ti.

—Descuida, Wolfy —Tatsuha sonrió de forma sincera—. Eres una persona que suele preocuparse mucho, a pesar de que la mayoría de tus preocupaciones no las mereces. Si te pasaras menos tiempo pensando en lo que es bueno para los demás y más en expresar lo que tu deseas, te prometo serías más feliz.

Le dijo esas palabras como si fuera su hermano mayor, y Wolfram hizo un mohín de desagrado.

—Nunca dejas de sorprenderme, Tatsuha.

Wolfram lo miró con ternura. Tatsuha era un chico mucho más decente de lo que él había imaginado, y eso que esta noche se habían acercado muchísimo. Aunque no sucediera nada más, sabía que serían buenos amigos, y esperaba que esa amistad perdurara por siempre.

La plática amena se vio interrumpida por el llamado de Conrad. El castaño se acercó presuroso a ellos con cara de pocos amigos.

—Wolfram...

—¿Que pasa?

—Lord Gyllenhaal quiere saludarte —informó Conrad con aire presuroso—. Esta esperándote en la recepción.

A Wolfram se le hizo extraña la interrupción  de él, pero aun así miró a Tatsuha indicándole que tenía que regresar a la fiesta.

—Ve, Wolfy, yo me quedaré aquí un rato más —dijo Tatsuha con aire despreocupado.

—Bueno, con permiso.

Wolfram entró de nuevo al salón, y el sobreprotector hermano mayor le dedicó a Tatsuha una mirada cortante para luego volver sobre sus pasos.

—Oh, Shuichi ya me lo había advertido —murmuró divertido. No tardó mucho en notar la presencia de alguien a sus espaldas—. ¡Shibuya, linda fiesta! Muy entretenida... —dijo en voz alta para hacerle ver que ya sabía quien era. Este sintió una punzada de rabia que no hacía más que incrementar a cada segundo.

—No pierdes el tiempo, Uesugi —le respondió.

Él se acercó con un andar desenfadado.

—En la vida debes tomar las oportunidades que se te presentan, no vaya a ser que otros te las quiten cuando ya es demasiado tarde para ti.

Yuuri sintió que algo bullía en su interior. Recuerdos y sentimientos encontrados se agolparon su mente.

—Ese baile... ¿ya lo habían practicado juntos?

—¿A qué viene esa pregunta Shibuya? —Tatsuha sonrió con cierta sorna—. ¿Quieres saber si pasamos horas practicando ese sensual baile?

Algo en el pecho de Yuuri se destruyó con esa idea. Apretó fuertemente los puños y lo miró fijamente a los ojos. Tatsuha no se dejó intimidar.

—La primera vez que vi a Wolfram, unas lágrimas adornaban sus ojos —dijo Tatsuha ya serio, mirando la luna unos instantes para después continuar—. Me costó mucho sacarlo de la depresión, y ahora que por fin he logrado entrar poco a poco en su corazón, no voy a desaprovechar la oportunidad.

Sus miradas se cruzaron, ambos con deseos de golpear al otro. Uno por hacer sufrir a Wolfram y el otro porque, según él, le había quitado el amor de este.

Incapaz de aguantar un minuto más a ese degenerado, Yuuri tomó del cuello de la camisa a Tatsuha de manera amenazante.

—¡No lo voy a permitir! —gritó desesperado—. ¡Wolfram es mi...!

—¿Que? —lo cortó Tatsuha en seco—. Wolfram ya no es tuyo. Tu mismo así lo quisiste. Ahora ya es muy tarde para darte cuenta de que hiciste todo mal con la persona que amas. Por tu cobardía ahora pagarás las consecuencias de tus actos.

Yuuri soltó las solapas de la camisa de su rival, sintiéndose derrotado. No tenía argumentos contra eso. Cuando lo miró, su expresión era más bien sombría y resignada.

—Si no tiene nada más que decir, con permiso Majestad.

Sin aguardar respuesta, Tatsuha caminó de frente golpeando el hombro de Yuuri al pasar. Este había quedado tan deshecho que parecía un muñeco sin vida.

 

 —00—

 

 

Yuki intentaba pasar inadvertido en la fiesta. Ya había rechazado cinco invitaciones para ir al centro de la pista de baile. Así pues, el escritor se mantenía sentado en su puesto de guardia en la hilera de sillas tapizadas en raso que había junto a la pared, mientras esperaba que su novio regresara con buenas noticias.

Quería regresar cuanto antes a la tierra. Aún cuando el problema con Gwendal von Voltaire se había resuelto a su favor, no se le quitaba el mal presentimiento que lo había estado aquejando desde que llegaron a ese extraño mundo de los demonios.

—Buenas noches...

Un par de elegantes botas color café aparecieron en su limitado campo de visión. Yuki mantuvo el rostro impasible mientras sus ojos dorados escrutaban a aquella inoportuna persona.

—Buenas noches —saludó por pura cortesía.

—No lo había visto antes en las fiestas del castillo —dijo esa persona con gentileza. Se sentó junto a él.

Yuki lanzó un suspiro.

—Sí, digamos que no soy de por aquí.

—Ya veo. Mi nombre es Saralegui, rey de Shimaron Menor —Le extendió la mano—. Un gusto conocerlo.

—Yuki Eiri.

—Yuki Eiri, tienes manos muy suaves —dijo Saralegui mientras le sujetaba la mano y la colocaba en su propia mejilla. Yuki la apartó de inmediato.

—Discúlpeme, no quiero ser grosero pero vengo acompañado.

—Oh —Saralegui fingió sorpresa—. ¿El muchacho pelirrosa del espectáculo con espadas?

—Sí, el mismo.

—¿Es su hermano?

Yuki lo miró de soslayo con irritación.

—Es mi amante —recalcó—. Saralegui, creo que se ha equivocado de persona conmigo. No pretendo tener problemas con mi pareja mucho menos por alguien como usted.

Era la primera vez que alguien no se doblegaba a su persona ni tenía el mínimo interés en mostrar respeto a su posición como rey. Saralegui se quedó de piedra. Yuki no esperó respuesta y se levantó de su asiento dejándolo plantado y humillado.

 

 

—00—

 

 Después de la conversación con Tatsuha Uesugi, Yuuri permaneció en las afueras sentado sobre el barandal observando la luna y llorando al mismo tiempo. No deseaba entrar a la fiesta y fingir estar contento cuando en realidad su corazón se había quedado sumido en la tristeza y la soledad. Se sentía perdido, más que perdido se sentía destrozado. ¿Cómo pudo ser tan cobarde y negarse a sus propios sentimientos, lastimando el corazón de la persona que más amaba en el mundo? Había sido un estúpido, un ciego que no merecía su perdón.

Todo tenía su límite y estaba seguro que Wolfram había llegado al suyo. Se dio cuenta demasiado tarde que muchas veces el destino nos arrebata aquello que no sabemos apreciar y ahora él estaba pagando las consecuencias por no saber apreciar la oportunidad de convertirse en el prometido de aquel maravilloso ser que ahora le parecía tan lejano.

Suspiró hondo por enésima vez. Entonces sintió los pasos de alguien acercándose y rápidamente se secó las lágrimas.

—Yuuri...

—Shuichi san —dijo con voz rasposa. La tristeza se le notaba a simple vista.

—Yuuri... —susurró Shuichi con pena, sentándose al lado de él. En un impulso de compasión, le rodeó con uno de sus brazos espalda y le acarició el hombro. Yuuri respondió a esta acción recostando la cabeza entre la abertura de su hombro y cuello.

Se quedaron en silencio unos minutos.

—Tranquilo... —susurró Shuichi suavemente.

—Perdóname Shuichi san, te estoy usando como mi paño de lágrimas.

Shuichi rió un poco por ese comentario.

—Descuide, Majestad, para eso estamos los súbditos —Hubo un silencio más—. Dime ¿qué te atormenta, Yuuri?

—Lo perdí —contestó Yuuri reuniendo todo su valor en esas palabras de resignación—. Perdí a la persona que amo.

—¿Estás seguro?, ¿le dijiste alguna vez a esa persona que la amas?

Yuuri negó con la cabeza.

—Fue tan cobarde que no lo hice —dijo con rabia hacia sí mismo—. Debí darme cuenta antes de lo que sentía, pero mis prejuicios fueron más fuertes.

—Negaste tus verdaderos sentimientos hacia la persona cuyo destino estaba entrelazado con el tuyo. Y cuando rompiste el compromiso te diste cuenta que no solo lo estabas destruyendo a él sino a ti mismo con tu decisión. Pero ya era demasiado tarde —Hizo una pausa, pensativo—. Yuuri, amar y no ser correspondido es doloroso, pero es aún más doloroso amar y no tener el valor de decirle a esa persona lo que sientes.

—Él ya no me ama, no después de todo lo que le hice —Yuuri notó una repentina sensación de calor y opresión en el pecho—. Y lo entiendo de algún modo... —dijo en un hilo de voz—. Wolf merece ser feliz con alguien más. Alguien que de verdad lo merezca.

—¿Estás seguro?

Yuuri fue incapaz de responder a eso. La sola idea de perder a Wolfram le aterraba. ¿Cómo iba a poder vivir sin él? ¿Cómo arrancar de su alma este amor? La oleada de rencor, tristeza y desesperación se hizo más fuerte.

Pero entonces, en medio de sus pensamientos, Shuichi comenzó a entonar una canción, llamando su atención.

"¿Será que nuestra historia terminó? si es así entonces ¿qué falló? ya te di mi amor y mi corazón que más podría hacer yo. Responde ¿me quieres? tu sabes que eres, mi todo no huyas más de mi amor"

Yuuri se sintió conmovido con la letra.

—Que bonita canción —susurró—. ¿Es nueva?

—En realidad, son los sentimientos de Wolfram hacia ti, convertidos en una canción.

Shuichi sacó una hoja de papel de su bolsillo y se la entregó en las manos. Yuuri pudo apreciar que la caligrafía era, efectivamente, de Wolfram.

—Shuichi, ¿esto es...?

Yuuri miró a Shuichi en busca de respuestas.

—El trágico día de su rompimiento hice que Wolfram escribiera sus sentimientos hacia ti —rebeló el cantante—. Yuuri, si le pones atención a la letra te darás cuenta que Wolfram quiere que le respondas una sola pregunta. Él ya dio todo de sí mismo, ahora te corresponde a ti luchar por su amor —Le apretó cariñosamente la rodilla con la mano—. Sé que harás lo que dicta tu corazón.

Y con estas últimas palabras, Shuichi hizo una especie de reverencia con la cabeza y se alejó, perdiéndose de vista.

Yuuri comenzó a leer de inmediato lo que Wolfram había escrito, recordando todos los momentos en los que le demostró lo mucho que le amaba, aquellos momentos, aquellas palabras que no supo apreciar...

 

 

 

Será que nuestra historia terminó

 

Si es así, entonces, ¿qué falló?

 

 

 

«—¿Crees que lo único que me preocupa es mi única supervivencia?, como soldado mi deber es protegerte, aunque peligre mi vida tengo que protegerte cueste lo que cueste ¿No puedes entender mi amor?»

 

 

 

Ya te di mi amor, y mi corazón

 

¿Qué más podría hacer yo?

 

Responde, ¿me quieres?

 

Tú sabes que eres mi todo

 

No huyas más de mi amor.

 

 

 

«—Así es Greta, eres mi hija —le dijo a la pequeña cuando Gunter había aceptado su propuesta de adoptarla gracias a la intervención de Conrad

—¿Ya está decidido? bien entonces preparare una ceremonia ahora mismo —dijo Wolfram entrando sorpresivamente a la oficina.

—¿Wolfram?

—¡Buscaré unas ropas adecuadas para la hija del Maou!

—No sabía que te gustaban tanto los niños.

—¿Qué dices? si vas a ser el padre de Greta significa que yo también lo seré ya que soy tu prometido. ¿Qué hay de malo en mimar a mi hija?»

 

 

 

Yo sé que te ha cegado el temor

 

Porque jamás te han dado tanto amor

 

 

 

«—Eres un tramposo, te puse un rastreador encima para poder seguirte a cualquier parte del mundo ¡Vamos te subiré!

 

—¿Estás seguro? tu también podrías...

 

—Entonces yo caeré contigo, confía en mí»

 

 

No hay más que decir, tienes que sentir

 

Dime algo, por favor.

 

 

«—¿Sabes porque te sigo aunque seas un debilucho?

—No

—Imagínatelo antes de abandonarme»

 

 

 

Responde, ¿me quieres?

 

Tú sabes que eres mi todo

 

No huyas de mi amor

 

Responde, ¿me quieres?

 

Tú sabes que eres mi todo

 

No huyas de mi amor

 

 

 

Sé que hay una voz en ti

 

Diciendo que vendrás a mí, tienes que sentirla.

 

Será que nuestra historia terminó...

 

 

 

El día que decidió poner fin a su compromiso, Wolfram le dio un fuerte abrazo. En aquel momento sintió que le quería decir algo importante, pero lo único que pudo escuchar de fue: «Entiendo, ¡Se feliz!»

 

Yuuri permaneció de pie, inmóvil y pensativo. ¿La historia de ambos terminaría así sin más? Una voz dentro de él le reclamaba por haberlo dejado ir, la misma que escuchó la vez que Tatsuha lo cargaba sobre la espalda. La misma que escuchaba todos los días diciéndole que había sido un idiota por dejarse manipular por Ashley. Era la voz de su corazón.

 

—¡No! —se dijo. No se terminaría así. Tenía que luchar por su amor.

 

Decidió buscarlo y decirle la verdad. Wolfram era su todo, su amor verdadero, no podía permitir que se alejara para siempre.

 

Responde, ¿me quieres?

 

Tú sabes que eres mi todo

 

No huyas de mi amor

 

 

«Sí, te quiero, Wolfram —pensaba mientras corría cada vez con mayor velocidad—. ¡Te amo! Fui un idiota, un enclenque ¡Cuánta razón tenías al tratarme así! Pero no más. No seré más un cobarde que huye de sus propios sentimientos. No huiré de tu amor sino que lo buscaré día a día, para que poco a poco olvides las penas que te hice pasar y me perdones, y vuelvas a amarme como yo te amo a ti"»

 

 

 

—00—

 

 

No muy lejos de ahí, Shuichi observaba orgulloso a Yuuri dirigirse al gran salón. Podía imaginar que el Maou había tomado su decisión y que buscaría a Wolfram para aclararlo todo. Se sintió satisfecho. Todo había salido según el plan.

—Se feliz, Yuuri. Eres un buen chico —dijo en voz alta.

—Así que por eso regresaste, pequeño.

Se dio la vuelta, asustado.

—¡Coni-chan! —Shuichi rió con nerviosismo. Lo había descubierto. Colocó una mano detrás de su cabeza, avergonzado—. Supongo que ya lo sabes. ¡Je! Lo siento, no quería hacer sufrir tanto a Yuuri, es solo que...

Conrad se acercó a él con una sonrisa tranquila.

—Calma, está todo bien ahora, y eso es gracias a ti —dijo con ternura—. Gracias, Shuichi.

Shuichi correspondió a su sonrisa.

Conrad le dio un abrazo fraternal cargado de todo el cariño que le tenía y toda la falta que le había hecho todos estos años.

—Coni-chan, los eché mucho de menos —susurró Shuichi abrazándolo más fuerte y aprovechando para sincerarse con él.

—Siempre estuviste en nuestros corazones, Ari-chan...

 

 

—00—

 

 En un rincón del gran salón, Saralegui estaba hecho una furia por causa del desplante de aquel misterioso hombre tan atractivo. Berias se preocupó por él.

—¿Majestad, se siente mal?

Saralegui compuso una expresión de rabia.

—Ese estúpido se atrevió a rechazarme. ¿Cómo pudo? ¿A mí, Saralegui, rey de Shimaron Menor? —dijo con aires de indignación y coraje—. ¡Me las va a pagar! Ya verás, Berias, me las va a pagar.

 

.

Al otro extremo del salón, Wolfram estaba con Lord Gyllenhaal. La conversación era amena y divertida, y Wolfram se dio cuenta que era una buena forma de pasar la velada.

—Wolfram, ¿qué te parece pasar una temporada en las tierras Gyllenhaal? —sugirió Lord von Gyllenhaal—. Podrás recibir clases de pintura conmigo como tu instructor.

Aquello supuso para Wolfram una buena oportunidad para alejarse del castillo y de todo lo que le recordaba a Yuuri y al dolor de haberlo perdido.

—Lo tendré en cuenta, Lord von Gyllenhaal, solo si promete no darme más nalgadas como cuando era más chico —respondió ganándose la risa del Noble. Iba a agregar algo más, pero alguien le sujetó la muñeca y lo arrastró con él de repente—. ¿Pero que..! —Estaba a punto de reclamar, pero se dio cuenta que se trataba de Yuuri—. ¿Majestad? ¡¿Qué está haciendo?! —logró preguntar a pesar de los latidos acelerados de su corazón.

—Algo que debí hacer tiempo —contestó Yuuri, decidido.

Wolfram no pudo decir nada más. ¿Qué más podía hacer? Sólo podía sentir su corazón palpitar tan fuertemente que temía que sus latidos pudieran ser escuchados por el rey.

 

.

 

Yuuri condujo a Wolfram hasta el jardín, el único lugar que le pareció lo suficientemente tranquilo para hablar. El aroma de las flores impregnaba el aire y la luna bañaba sus cuerpos de tonos azulados. Llegaron hasta un enorme árbol y Yuuri colocó a Wolfram dando su espalda al tronco y él se quedo de frente.

—Majestad, ¿que pasa? —se inquietó Wolfram. No entendía nada de lo que estaba ocurriendo y la actitud misteriosa de Yuuri lo había comenzado a preocupar.

Yuuri sujetó a Wolfram por los hombros, luego lo rodeó con unos brazos sorprendentemente fuertes, pero no tanto como para que él se sintiera amenazado de algún modo, o incluso asustado. Al apartarse, los dos se miraron fijamente a los ojos.

—Wolf... —comenzó. Wolfram contuvo el aliento, dándose cuenta de cuánto había extrañado escuchar su nombre ser pronunciado de esa manera—. Eres una persona valiosa para mí. Siempre lo has sido. Eres el chico más honorable que conozco. Pero yo no me he comportado a la altura de lo que mereces.

Wolfram mantenía su mirada esmeralda clavada en el rostro de Yuuri.

—No entiendo lo que dice, Majestad —dijo en voz baja—. Aunque reconozco que sus palabras me honran y enternecen.

Yuuri le sujetó las manos y le acarició las palmas con los pulgares. Necesitaba aquel contacto físico para que no le fallara el coraje.

—Soy yo el honrado, Wolf. —Yuuri le mostró la hoja de papel en la cual había plasmado cada uno de sus sentimientos—. Me das más de lo que merezco, pero hoy te daré una respuesta.

Wolfram tomó la pagina con un caudal de preguntas en la mente ¿dónde la había encontrado? ¿cómo sabía que era para él? El único que sabía de su existencia era Shuichi, entonces...

—¿Cómo la obtuvo? —preguntó con el rostro serio.

—Eso no importa, lo que importa es que he abierto los ojos...

—¿Disculpe? —Wolfram enarcó una ceja, indignado. No entendía a qué se debía todo esto ahora.

—Wolf, yo... perdóname —Atinó a decir Yuuri—. Antes tengo que pedirte perdón por todo lo que te hice pasar. Sé que no tengo derecho, pero quiero que sepas que eres alguien muy importante para mí.

Wolfram levantó la mirada para encontrarse con la de Yuuri, sin saber qué le diría él a continuación. Al escuchar sus palabras, el corazón pareció detenérsele en el pecho. Fue como si las dijera en un susurró.

—Y con respecto a tu pregunta, la respuesta es sí, te quiero.

Wolfram frunció el ceño, asustado, confundido. ¿Qué significaba todo esto? ¿Por qué de repente se acercaba a él y le decía todas esas palabras que siempre quiso escuchar ¿Era este un sueño de esos que solía tener, añorando que su enclenque se le declara?

Pero entonces tuvo un bago recuerdo de su conversación con Ashley:

«Yuuri y yo tenemos una relación a espaldas tuyas. De hecho, Yuuri ha planeado romper el compromiso contigo desde hace mucho tiempo para casarse conmigo»

—Majestad, le ruego que no diga cosas que luego lamentará. No quiero que las cosas sean más difíciles entre nosotros —Giró el rostro para no verlo—. Usted se está burlando de mi de una manera demasiado cruel.

—No —declaró Yuuri—. Creo que lamentaría más no decirlas. Y las cosas no son como tu piensas —Hizo una pausa y notó que Wolfram no decía nada, así que prosiguió:— Te hice mucho daño y te alejé de mí, pero me arrepiento de haberlo hecho.

Wolfram dirigió hacia él unos ojos angustiados, y por la forma en que le miró dejó ver que estaba dolido, pero también daba a entender que seguía teniendo esperanzas.

—Aunque me diga eso ahora, su novia lo está esperando en la fiesta, Majestad —contestó con evidente disgusto. Intentó alejarse, temía que en cualquier momento su actitud fuerte se viniera abajo demostrando lo mucho que lo había extrañado, pero Yuuri lo sostuvo con mayor fuerza, dispuesto a recuperarlo.

—¡Yo no la amo!

—¡Pero ella me dijo que ustedes tenían una relación amorosa desde hace mucho tiempo y que solo estaba esperando que terminara su compromiso conmigo para poder casarse!

—Yo no quedé en esos términos con ella. —Yuuri volvió a tomarlo de las manos y lo miró a los ojos, hasta que Wolfram no pudo resistir su mirada—. La culpa de todo la tengo yo en gran parte por dejarme manipular por ella. En esos momentos yo estaba asustado por mis sentimientos hacia ti.

Una esperanza se formó en su corazón.

—¿Sus sentimientos?

—Yo me he enamorado de ti completamente —confesó Yuuri por fin—. Amo tu forma de ser, la forma en que ríes, amo tu manera de pensar, tu mirada tan intensa, amo tu manera de actuar, tu manera de amar... Amo todo de ti.

—Yuuri... 

Wolfram se estremeció. No podía creer que su amado enclenque le estuviera diciendo esas palabras tan bonitas después de creer que lo había perdido para siempre.

—Por eso quiero intentar ganarme de nuevo tu amor... —continuó él.

—¿Ganarte de nuevo mi amor?...

—Sé que Tatsuha y tu están juntos ahora, pero... —Yuuri bajó el rostro  ocultando sus ojos con el flequillo—. ¡Yo moriría sin ti! —exclamó, desesperado—. Tu eres mi destino, la persona con la que quiero estar. Por eso no me pienso rendir ¡Luchare por ti, Wolfram! —Lo miró a los ojos con lágrimas en los suyos.

—Yuuri, tu no tienes que luchar por mi amor —Wolfram le dedicó una tierna sonrisa. Las lágrimas también caían por sus mejillas.

—¿Es tarde? —sollozó Yuuri con un hilo de voz, sintiéndose destrozado.

Wolfram negó con la cabeza.

—¿Para qué negar mis sentimientos por orgullo? Sería como ponerme la soga al cuello porque el perderte para siempre sería mi perdición —Hizo una pausa para tomar aire—. Nunca ha existido otro hombre en mi vida, excepto tú. Nunca he amado a alguien como te amo a ti. Mi corazón te pertenece y, a partir de ahora, y hasta que muera, así será.

Esa repuesta fue lo más maravilloso que Yuuri pudo escuchar. Tenía miedo de perderlo para siempre. Por fin pudo volver a respirar con tranquilidad sintiéndose la persona más afortunada del mundo.

—Te amo, Wolfram —Por fin pudo decirlo sin ninguna duda. Le acaricio sutilmente la mejilla y la sintió tan suave como porcelana.

—Enclenque... —Wolfram lloraba de felicidad. Por fin había escuchado las palabras que siempre añoró de su amado Yuuri.

—Esta vez acepto que soy un enclenque. Por ser un cobarde terminé haciéndonos mucho daño. Nunca me voy poder perdonar eso.

Wolfram se echó a reír al percibir el tono de lamento de su voz.

—Tranquilo —musitó. Lo mejor era olvidar los errores del pasado y vivir este hermoso presente—. Tu sabes que te amo, aunque seas un enclenque.

Yuuri le sonrió, mostrando sus dientes blancos y brillantes en la oscuridad. Tenía una sonrisa hermosa. En realidad, Wolfram amaba todo de él.

Entonces Yuuri se acercó aún más a él y tomó su cintura para abrazarlo con fuerza. Wolfram pasó los brazos sobre el cuello de Yuuri y lo estrechó en un desesperado abrazo. Ambos habían deseado ese contacto desde hacía mucho.

—¿Puedo besarte, Wolf? —preguntó Yuuri con nerviosismo. Necesitaba sentir sus labios, comprobar que no se trataba de un sueño sino de una maravillosa realidad.

No tuvo necesidad de insistir. Wolfram le indicó que sí con un gesto. Yuuri lo besó con una dulzura indescriptible. Primero en las mejillas, limpiando con sus labios los restos de lágrimas que había en ellas, sintiendo con satisfacción la respiración cálida de Wolfram sobre su rostro. Luego se dirigió a sus labios y tomó posesión de estos. Ese contacto fue sumamente delicioso, un beso un poco torpe por ser el primero, pero que poco a poco tomó sincronía. Sus labios se conocieron y se emocionaron al instante, uniéndose con mas ganas.

—Mi dulce Wolfram..., si supieras cuánto te amo —susurró Yuuri sobre su boca.

Wolfram cerró los ojos y las lágrimas se deslizaron por sus mejillas mientras se besaban.

—Yo también te amo, Yuuri —declaró con suavidad y sus labios se apartaron durante un breve instante. Observó que también había lágrimas en los ojos de Yuuri y le acarició la mejilla suavemente, apartando todo rastro de ellas.

Se besaron una vez más, degustando los labios del otro con gran satisfacción y anhelo. Esta vez, Yuuri profundizó el beso introduciendo su lengua en la boca del demonio de fuego, y él gimió al recibirlo. Wolfram llevó una mano a su cabeza, enredando sus negros cabellos entre los dedos. Yuuri dirigió una de sus manos desde su cintura hasta su mejilla y siguieron así por un buen rato, besándose con ardor y, a la vez, con delicadeza. Ninguno quería ser quien rompiera aquel mágico momento.

 

 

Notas finales:

Y yo se que diran: Tan rapido lo perdono,

Bueno...Shinou dijo que estaban enamorados, despues de todo lo que han pasado ya merecian estar juntos. :3  

  En el proximo capitulo: 

¿donde esta Yuki?   

-¿Buscas a Yuki san?...

-Si Coni chan, no lo veo por ningún lado…  

Un anuncio 

Cuando Gunter llegó al estrado y se colocó al lado de Gwendal éste le murmuro disimuladamente: -¿Y ahora que significa esto? …

-No sé…- le contesto apenado...

Venganza a una araña 

 -¿A dónde araña?...- dijo el cantante poniéndose en su camino

-¡Quítate de mi camino o…!

-¿O qué? 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).