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Destinos entrelazados por Alexis Shindou von Bielefeld

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Notas del capitulo:

La tercera y última parte de este capítulo. Un anuncio muy importante y el inicio de la segunda parte de la historia que titularé “Destinos Entrelazados: Cadenas del Pasado” nuevos problemas, personajes y dramas. ¿Será que Shuichi nunca podrá regresar de nuevo a la tierra?

Noche de baile Noche de sorpresas III

Noche de baile. Noche de sorpresas III

Un importante anuncio .

 

Después de ese caluroso y fraternal abrazo, Shuichi y Conrad decidieron volver juntos al salón baile. Shuichi parecía inquieto, pues no veía a su amante en ninguna parte.

—¿Buscas a Yuki san? —intuyó Conrad al notar que Shuichi miraba hacia todos lados.

—Si, no lo veo por ningún lado...

Conrad miró alrededor.

—Pues ahí está Tatsuha kun —dijo indicándole al moreno que se encontraba coqueteando con unas invitadas.

Al verlo, Shuichi sonrió. Gran parte del éxito del plan había sido gracias a él.

—Dejaré que disfrute el resto de la velada a su gusto. Se lo merece —respondió divertido, aunque seguía preocupado por Yuki.

—00—

Densham se acercó a su hermana menor. Anissina conversaba con Lord von Wincott acerca de la educación de Rinji, pero entonces sintió la mano de su hermano en su hombro apretándola con más fuerza de lo normal.

—Anissina, ¿cómo has estado? —saludó en voz baja. La sangre le rugió en las venas, sobre todo cuando ella se volvió a mirarlo con una sonrisa.

—Bien, Densham. Las cosas han estado tranquilas en pacto de Sangre. Nada fuera de lo común. —Anissina trató de quitarse la mano del hombro, pero Densham no lo permitió.

—¿En serio? —insistió su hermano, renuente—. ¿No tienes nada que contarme, hermanita?

La sonrisa de Anissina se esfumó. Sus ojos estaban desarmandola por completo, poniéndola cada vez más nerviosa.

—No, nada —contestó con toda la entereza que pudo reunir.

Él la miró con recelo. Luego dijo:

—Claro, entiendo —Le dio un beso en la mejilla y se alejó de ella dejándola un poco inquieta por su actitud.

—«Solo espero que no sospeche del regreso de Ariel» —pensó preocupada—. «Eso sería terrible»

—¿Anissina san? —la llamó Del Kierson von Wincott para retomar la conversación. Ella tuvo que fingir una sonrisa para seguir hablando con normalidad.

—Disculpe Lord von Wincott, como le decía...

—00—

Su primer beso dio paso a otro, y este a otro. Ninguno quería terminar con aquel mágico momento. Apenas terminaban un beso por la falta de aire y volvían a buscar sus labios. No sabían que podía sentirse tan vivos estando cerca del otro. Para ellos era algo nuevo aquel contacto, demostrándose todo sin necesidad de palabras, sin necesidad de abrir los ojos. Wolfram había apoyado su espalda en el tronco del gran árbol mientras que sus brazos se mantenían rodeando el cuello de Yuuri. Él no soltaba su cintura.

Descubrieron que su amor tenía muchas formas; se amaban con pureza, ternura e inocencia, pero también con lujuria, pasión y deseo. Descubrieron que se deseaban más de lo que habían imaginado, y que habían estado reprimiendo las ganas de comerse a besos más tiempo del que podían soportar.

El corazón de ambos latía acelerado.

Wolfram sentía como la lengua de Yuuri recorría su boca y sus dientes mordisqueaban suavemente sus labios. Nunca había besado a nadie de esa manera, ni había sentido el torbellino de emociones que sentía en esos momentos.

Había dejado de pensar. Se encontró arrastrado por el calor del momento. Se aferró al pelo de Yuuri, jadeaba para poder respirar y se estremeció de los pies a la cabeza cuando aquella diestra boca descendió por su cuello.

—Yuuri... —gimió el príncipe de fuego, lo que volvió loco a su pareja, que acercó aún más sus cuerpos recorriendo con sus manos la espalda del demonio. No planeaban parar. Eso era casi como pedir que dejaran de respirar.

De pronto se escucharon unos pasos cerca del jardín, y Wolfram empujó a Yuuri para romper el contacto de sus labios. Luego lo tomó de la mano e hizo que se agachara con él detrás de unos arbustos. Eran unos guardias del castillo que hacían sus rondas. Wolfram esperó a que se alejaran para salir de su escondite.

—Eso estuvo cerca —murmuró tratando de normalizar su respiración. Tenía los labios hinchados por los apasionados besos, y sus mejillas estaban teñidas de un suave rubor.

—¿Qué pasa, Wolf? —preguntó Yuuri preocupado por tan extraña actitud.

Wolfram cerró los ojos. Después, tras tomarse unos segundos para ordenar sus ideas, volvió a mirarle.

—Ya no soy más tu prometido Yuuri, y tu pretendiente está en el castillo —aclaró sutilmente—. Hacer esto no deja de ser indecente según nuestras costumbres. ¿No te lo explicó Gunter?

Yuuri sintió un golpe mental.

—Romper nuestro compromiso... ¡Menuda estupidez que hice! —se recriminó mientras se sentaba en el suelo. Wolfram se sentó a su lado.

—En eso tienes razón —Abrazó sus piernas—. Que si somos dos hombres, que deseabas casarte con una bella princesa... —Wolfram respiró hondo, y luego dijo algo que destrozo a Yuuri por dentro—. No sabes cuánto me dolían tus palabras.

—Perdóname. Te juro que después de firmar esa acta me sentí perdido. Hacía falta alguien importante en mi vida, y ese alguien eras tu —Yuuri se colocó de rodillas frente a él—. Si quieres pegarme por lo que te hice, puedes hacerlo. Lo merezco. —Cerró sus ojos esperando un golpe que nunca llegó.

—Yo no te golpearé, Yuuri. Lo harán mis hermanos por haberme besado sin ser mi prometido, aunque seas el Maou.

—Eso lo solucionaré ahora mismo —dijo Yuuri con calma y, acto seguido lo tomó de la mano y lo condujo con él hasta el salón de baile—. No te preocupes, Wolf, déjamelo a mí.

—¡¿Qué estas pensando hacer, enclenque?! No me digas que piensas decir a todo el mundo que... que tu y yo... —Wolfram no pudo continuar. Era demasiado pudoroso, y recordar la manera en la que se habían besado minutos antes le avergonzó.

Yuuri acunó el rostro de Wolfram entre sus manos y le miró fijamente. Los hermosos ojos de Wolfram siempre le habían transmitido seguridad, pero en aquel momento advirtió en ellos un atisbo de temor.

—Confía en mi —le pidió dulcemente—. Te amo Wolfram, y no voy a permitir que te separes de mi nunca más.

Yuuri se inclinó y lo besó despacio. Wolfram cerró los ojos y lo abrazó instintivamente. Él sonrió. Le dio otro beso, y otro más.

Finalmente, le sujetó la mano y, sin más preámbulos, le arrastró hacia la puerta y se internaron en el salón de baile, donde ya lo esperaba un angustiado Gunter.

—¡Oh, Majestad! —Se les acercó presuroso—. Lo hemos estado buscando. Debe dar las palabras de despedida. Algunos de los invitados ya deben regresar a sus tierras y... 

Se interrumpió al darse cuenta de algo que no había notado al principio ¿Qué hacían esos dos entrando al salón tomados de la mano? Miró a uno y después al otro.

—¿Wolfram? —cuestionó finalmente, pero él, por su parte, solamente se le quedó viendo abochornado.

—Tranquilo, Gunter —respondió Yuuri por Wolfram, sonriendo de oreja a oreja—. Debo dar un anuncio muy importante.

Yuuri siguió su camino sin soltar la mano de Wolfram, siendo seguidos muy de cerca por el confundido consejero

—¡Majestad! —lloriqueó a medio camino.

La celebración pareció detenerse en ese instante. Todos los invitados observaban como el Maou caminaba tomado de la mano del joven Bielefeld sobre la alfombra roja llegando hasta el estrado donde ya se encontraban los miembros líderes de las familias Nobles en sus respectivos lugares al lado del trono.

Cuando Gunter llegó al estrado y se colocó al lado de Gwendal, este le murmuró disimuladamente:— ¿Y ahora que significa esto...?

Gunter tragó en seco.

—No lo sé... —le contestó, apenado.

Waltorana también estaba inquieto y a la expectativa. Suficiente rencor le tenía ya al joven Maou por lo que le había hecho a su amado sobrino, como para soportar otra humillación más.

—Antes de dar las palabras de agradecimiento y despedida, debo dar un anuncio muy importante —comenzó Yuuri.

Shuichi y Conrad se mantuvieron juntos después de que el cantante no encontrará a su novio por ninguna parte del gran salón. Se miraron con alegría sabiendo lo que vendría. A ellos también se les había acercado Tatsuha, que mantenía sus brazos cruzados con una sonrisa en su rostro.

Yuuri tomó la mano de Wolfram y la besó ante mirada atenta de todos.

—Yo, Yuuri Shibuya, vigésimo séptimo Maou de Shin Makoku, me casaré en dos meses con Lord Wolfram von Bielefeld —anunció en voz alta.

La sorpresa colectiva y los murmullos no se hicieron esperar. Waltorana abrió los ojos con incredulidad al igual que lo hicieron Gwendal y Gunter.

En un rincón del salón, Ashley maldijo en sus adentros. ¿Qué estaba ocurriendo? ¿Por qué esos dos estaban juntos? ¡¿Cómo que se iban a casar?! Su cuerpo entero se llenó de rabia. No, no lo permitiría. Si Yuuri Shibuya creía que se iba a burlar de ella, estaba muy equivocado. 

Ashley dio un paso al frente, dispuesta a reclamar sus derechos, pero fue interceptada por Shuichi y Tatsuha.

—¿Adónde vas, araña? —dijo Shuichi poniéndose en su camino. Ella lo fulminó con la mirada.

—Quítate de mi camino o...

—¿O qué?

Ashley se intimidó cuando Conrad formó parte de la barrera que evitaba que ella se acercara al estrado.

—Sir Weller, ¿Usted...?

—Si planea armar un escándalo, me temo que tendré que llamar a los guardias para que la saquen inmediatamente de aquí —le advirtió él mirándola fijamente con un fuego en los ojos como no se había visto nunca hasta entonces.

Vencida desde todos los ángulos, Ashley bajó la cabeza y aceptó la derrota. No le quedo más remedio que tragarse sus reclamos.

En el estrado, Yuuri continuaba con su anuncio.

—Sé que hace poco se comunicó que habíamos terminado nuestro compromiso —Al decir estas palabras, sostuvo fuertemente la mano de Wolfram, como asegurándose de que no se fuera de su lado. Odiaba recordar aquel día—. Pero cuando amas realmente a alguien debes luchar por estar con ella. Comprendí que fue un grave error firmar el acta de disolución. Por fortuna hemos aclarado las cosas, expusimos nuestros verdaderos sentimientos, sin miedos ni prejuicios y ahora lo único que quiero es estar siempre a su lado. —Lo miró con gran amor para luego acariciarle la mejilla. Wolfram podía sentir con facilidad el corazón latiendo fuertemente en el pecho.

La gente presenciaba todo con emoción. Cecilie había juntado sus manos, a punto de llorar de la alegría. Greta había abrazado contenta a su amiga Beatriz en cuanto escuchó que sus padres reanudaban su compromiso.

Yuuri atrajo a Wolfram suavidad y lo besó con atención y ternura, con conocimiento, y con pleno consentimiento por su parte.

—Hoy, ante todos ustedes en este día tan especial, te doy a ti Wolfram von Bielefeld un voto de eterno y verdadero amor.

Wolfram se estremeció y le sonrió mientras unas lágrimas de felicidad comenzaban a deslizarse ya en sus mejillas sonrojadas. Allí, frente a todos sus amigos y conocidos, frente a miembros de la nobleza, frente a reyes de otros reinos, Yuuri le había dado la prueba más grande de amor según las costumbres Mazoku. Un voto de verdadero amor significaba que juraba ante todos los presentes amar, respetar, proteger, servir y ser fiel a esa persona para siempre. Era algo más que ser prometido, significaba que lo amaba con todo su corazón y que por eso le había pedido su mano.

—¡Larga vida al Rey Yuuri y su prometido lord Wolfram von Bielefeld! —gritó toda la audiencia emocionada, dándole un aplauso a la feliz pareja.

En el estrado, Gunter abrazó a Gwendal preso de la emoción. Fue un impulso y, solo después de reaccionar y darse cuenta lo que había hecho, se separó apenado con el rostro sonrojado. El otro estaba en las mismas condiciones.

Mientras tanto, los prometidos reales saludaban y agradecían a todos los presentes, ambos con las mejillas rojas, sus ojos brillantes y el corazón latiendo a mil por hora.

.

.

Humillada y derrotada, Ashley se dio la vuelta para salir del salón.

—¡Agh! ¡Son una bola de raros! —masculló en el camino, topándose con su prima Flynn.

—¡Ashley! ¿Qué me querías decir hacer rato? —le preguntó amablemente la gobernadora, pero solo recibió una expresión de rechazo.

—¡Quítate de mi camino! —le contestó Ashley con rabia, empujándola a un lado.

—¡¿Eh?!... ¡Pero qué grosera! —exclamó Flynn mientras veía a su prima corriendo a duras penas con ese exagerado vestido que usaba.

De la furia que llevaba, Ashley no se fijó a tiempo de que habían restos de comida en el piso, lo que provocó que se deslizara con ella haciéndola patinar hasta la mesa del banquete donde había un recipiente con ponche, y su cabeza terminó metida en el recipiente.

Algunos invitados que presenciaron esa bochornosa escena no pudieron evitar reír.

—Y eso mis queridos amigos se llama karma —dijo Shuichi, divertido.

.

.

La feliz pareja bajó del estrado tomados de la mano. Wolfram estaba muriéndose de los nervios cuando se encontraron con Gunter, que parecía molesto con el espectáculo que habían montado a mitad de la celebración.

Yuuri tragó en seco.

—Gunter, sé que no debí dar este anuncio en esta ocasión, como habías aclarado hace unos días pero...

En contra de todo lo que pensaron, Gunter sonrió.

—¡Majestad, no hay mejor ocasión que esta para dar un anuncio tan importante! —dijo emocionado, juntando ambas manos mientras un brillo especial inundaba sus ojos.

—Gunter, ¿tu...? —Yuuri no siguió preguntando al notar como Gunter le cerraba un ojo disimuladamente indicándole que le había mentido a Ashley cuando ésta quería anunciar su noviazgo—. ¡Gracias, Gunter!

—Felicidades por el futuro matrimonio, Majestad, Wolfram... —dijo Lord von Wincott abrazando a ambos antes de retirarse. Y lo mismo hicieron cada uno de los miembros del consejo de Nobles, hasta que llegó el turno de Waltorana.

Wolfram apretó la mano de Yuuri, un poco asustado por la reacción de su tío ante semejante cambio de planes. Su tío era un hombre muy estricto y orgulloso.

—Un voto de eterno y verdadero amor —dijo Waltorana con aires de ironía—. Es lo menos que pudo hacer por mi sobrino después de hacerle pasar tantas penas.

—Tío... —intervino Wolfram.

Yuuri no se reprimió ante el reclamo, porque en el fondo sabía que se lo tenía muy merecido.

—Lo sé, y créeme, Waltorana, que siempre lo tendré presente. Por eso trataré de compensarlo con todo el amor que se merece. —La sinceridad en sus palabras y en sus ojos fue notoria, y Waltorana se sintió más tranquilo.

—Más le vale, Majestad —sentenció—. Bueno, supongo que lo veré en dos meses —Miró a su sobrino con una sonrisa—. Felicidades, Wolfram. Nos vemos pronto —le dijo antes de abrazarlo con cariño.

—Gracias, tío.

Cuando Waltorana se despidió de ellos, Wolfram miró a la distancia a Tatsuha y Shuichi. Tenía que aclarar algunas cosas con ellos, por lo que decidió acercarse.

—Yuuri, ahora vuelvo —dijo antes de dirigirse hacia donde se encontraban esos dos.

Yuuri asintió mientras pensaba «¿Por qué se habrá referido solo a mí cuando dijo lo de vernos en dos meses?»

—Bien hecho, mocoso —Una voz grave interrumpió sus pensamientos—. Ya decía yo que no podías ser tan debilucho.

—Adalberto.

El fuerte y varonil mazoku de ojos azules sonrió.

—El hijo menor es el mejor rey consorte que pudiste elegir —continuó él—. Muchos de nosotros nos empezábamos a cuestionar tu cordura al dejar ir una joya así —Dirigió su mirada azulada hacia Wolfram, que abrazaba a un chico pelirrosa que se le hizo familiar—. Ese muchacho, ¿quién es? —preguntó con cierto interés.

—Su nombre es Shuichi Shindou. Es un invitado de la Tierra —explicó Yuuri, recordando claramente que Shuichi había enfatizado el hecho de que no respondería otro nombre que no fuera ese.

—¿Tú también lo recordaste? —inquirió Lady Rocheford acercándose a Adalberto—. Tan parecido al tesoro perdido de la familia Karbelnikoff.

—Más bien un pajarito cantor que alzó su vuelo para no regresar mas —corrigió Adalberto recordando con cariño al hijo querido del fallecido Allan von Karbelnikoff—. Su desaparición fue tan extraña...

—Como las extrañas circunstancias en que perdió su título de Noble —murmuró Lady Rocheford con cierta renuencia al recordar con claridad que Allan adoraba tanto a su tercer hijo como para hacerle algo así.

—Tienes razón, querida, extrañas circunstancias. —Finalizó Adalberto entrecerrando sus ojos suspicaces antes de retirarse del salón junto a Lady Rocheford, dejando a un confundido Yuuri.

—Felicidades, Shibuya. Así que te casarás en dos meses con Lord von Bielefeld. Las vueltas que da la vida, ¿no? —dijo Murata de buen humor mientras se acercaba a él y le daba dos palmaditas en la espalda.

—Murata, está decidido y no me arrepiento. Viviré aquí todo el tiempo y pasaré unas cuantas temporadas en la tierra solo para estar con mi familia, al lado de mi esposo —sentenció Yuuri mientras contemplaba a su prometido a lo lejos.

Murata sonrió ampliamente antes de decir:

—Así debe ser, Shibuya... Así debe ser...

.

.

—¡Wolfy!, ¡Felicidades! —exclamó Shuichi con alegría mientras abrazaba fuertemente a su mejor amigo.

—¡Gracias, Shu! —susurró Wolfram en medio del abrazo. Al separarse, miró con un poco pena al pelinegro que los acompañaba—. Tatsuha...

En contra de todo lo que había imaginado, Tatsuha sonrió con calma.

—¡Felicidades! —Lo abrazó con cariño—. Te deseo lo mejor...

Las mejillas de Wolfram se sonrojaron. Era increíble lo que este chico había logrado en tan poco tiempo de conocerse. Sino hubiese sido por él, por todo el apoyo incondicional que le había dado, quizás no habría salido del agujero en el que se encontraba cuando el compromiso se disolvió.

—Muchas gracias por todo, Tatsuha kun —murmuró cariñosamente. Al separarse, el monje tenía una cara de demonio.

—¡Espera a ver lo que prepararemos para tu despedida de soltero! —soltó sin pudor alguno—. ¡Con gusto seré tu stripper! —rió como loco—. ¡La pasaremos genial!

—Strip... ¿Qué? —repitió Wolfram, confundido.

Shuichi pateó el pie de Tatsuha para que cerrara la boca, quien rápidamente soltó un alarido de dolor.

—No le hagas caso, Wolfy —Su instinto protector hizo su aparición—. Tanto vino le ha disminuido el cerebro, ¿a que si, cuñado?

—Siiii —lloriqueó Tatsuha.

Wolfram pestañeó un par de veces todavía con aquella incógnita. Ya le preguntaría a Yuuri sobre eso del Stripper, luego comentó distraídamente.

—Shuichi, ¿dónde está Yuki san?

El semblante tranquilo de Shuichi se convirtió en uno de preocupación.

—No lo sé, Wolfy. No lo he visto desde que... —Se interrumpió al recordar un detalle—. Bueno, supongo que lo encontraré en la recamara. Debe estar cansado por el duelo de ayer. —Ya habían vuelto a compartir habitación. De hecho, fue Yuki quien así lo dispuso.

—Shuichi, aún me pregunto cómo Yuuri pudo obtener la carta que me hiciste escribir —le interrumpió Wolfram, alzando una ceja.

—¿Eh? —Se aclaró la garganta. Vio en los ojos de Wolfram un destello que conocía demasiado bien como para negar todo—. Bueno, pues...

—Muchas gracias, Shuichi —Lo abrazó con fuerza—. Gracias por todo.

Shuichi se rio, que era lo que Wolfram esperaba que hiciera. Entonces sacudió la cabeza y le dio un beso en la mejilla.

—Sé feliz, mi querido Wolfy.

.

.

—¿Así que en dos meses, Majestad? —dijo Gwendal a modo de reproche al acercarse al chico que había roto el corazón de su hermano.

El rostro de Yuuri se contrajo en una mueca de espanto. Había decidido que se casaría con su hermano menor aun después de pedirle a Gwendal ser testigo del rompimiento. Tenía muchas cosas que explicarle.

—Ya, Gwendal, no asustes a Su Majestad —intervino muy serenamente Conrad—. Estamos muy contentos con su decisión —Le sonrió, dándole a entender su aprobación.

—Dime Yuuri, Conrad —corrigió Yuuri por enésima vez—. Tu me diste el nombre, además seremos cuñados muy pronto.

Esta declaración hizo exaltar un poco a Gwendal, haciendo que le diera un pequeño tic en el ojo. Conrad simplemente sonrió de nuevo.

Wolfram se acercó a sus hermanos y a su prometido, a quien le tomo la mano. Ambos no podían dejar de mirarse con amor.

—¡Majestad! ¡Wolfy! —Cecilie se acercó a ellos para abrazarlos tan fuertemente que les quitó el oxigeno de los pulmones—. ¡Felicidades!

—¡Yuuriiiii!... ¡Wolfraam! —Greta se abalanzó a ellos una vez que Cecilie los había soltado. La pequeña tenía una sonrisa plasmada en el rostro.

—Greta —dijo Yuuri con amor, abrazándola fuertemente como lo hacía también su prometido. Pero entonces sintió un pequeño temblor en la niña—. ¿Greta? ¿Pasa algo?

La pequeña estaba llorando.

—¡Soy muy feliz! —exclamó aun aferrada a sus consentidores padres, haciéndolos sonreír con ternura.

—00—

En una habitación de huéspedes, dos invitados no se habían enterado de la noticia de la boda de la pareja real, pues se habían retirado antes. Uno manipulado por el poder de la hipnosis y el otro deseando vengarse por el desaire ocurrido durante el baile.

—Bésame —ordenó Saralegui al cuerpo que tenia frente a él. No tenía conciencia alguna. Sus ojos parecían vacíos, opacos y sin vida—. ¡Que me beses! —demandó cuando este no le hizo caso.

Yuki trataba con toda sus fuerzas en mantener su voluntad, pero el poder de hipnosis era muy poderosa. Su cuerpo comenzó a moverse con arbitrariedad para terminar besando al chico de cabellos largos. Su mente aun se mantenía luchando, por lo que se separó bruscamente de él, enfureciendo todavía más a Saralegui.

—Tal vez te haga falta un poco de estimulo —dijo con malicia, y a continuación se quitó prenda por prenda hasta quedar completamente desnudo frente al otro rubio—. Así está mejor ¿cierto? —Se acercó a su víctima y le colocó los brazos alrededor del cuello—. Yuki Eiri, serás mío.

Lo besó, pero Yuki no correspondió.

—«¡Shuichi! —pensó—. «¡Ariel!» —Ambos nombres se le venían a la cabeza. Era porque la parte de Dimitri y su parte Eiri Uesugi estaban poniendo todo su esfuerzo para luchar contra la manipulación del rey Saralegui.

—¡Mal-di-to! —le dijo con rabia a duras penas.

Saralegui retrocedió.

—¡Pero cómo te atreves! —Vio espantado como el escritor se agachaba en cuclillas y se sostenía la cabeza.

Yuki gritó. Su mente estaba luchando con todas sus fuerzas para no ser manipulado por ese idiota ¡No lo permitiría!

—Pero, ¡¿cómo?!

Saralegui miró a Yuki mientras caía inconsciente debido al sobre esfuerzo mental. Entonces chasqueó la lengua y apretó los puños de frustración.

—¡Así no me servirás para nada, inútil! —masculló. Logró cargar el cuerpo hasta la cama y se acostó junto a él—. Ya verás si te sigues resistiendo para cuando despiertes.

—00—

Yuuri se encontraba en su habitación listo para ir a la cama y tener un merecido descanso después de un día de muchas emociones. Pero aún le hacía falta algo, o mejor dicho alguien para dormir.

Escuchó como la puerta era abierta y miró con satisfacción a la persona que había entrado por ella con su lindo camisón de moños haciéndolo ver hermoso, adorable y tentador a la vez. Le sonrió sutilmente y en respuesta recibió una sonrisa igual, para después salir corriendo a su encuentro.

—Bienvenido, Wolfram —le dijo antes de besarlo.

Le agradaba la ternura del momento, la promesa que contenía para toda la vida. Le tomó de la mano y lo guió hasta estar cerca de la cama y una vez ahí lo levanto en brazos y lo colocó delicadamente sobre el suave colchón de la cama.

Lo contempló un momento; sus hermosas joyas entrecerradas adornadas con sus largas pestañas, sus mejillas sonrosadas, sus cabellos esparcidos por toda la almohada y su apacible respiración lo invitaban a acompañarlo.

Se acostó al otro lado de la cama y lo cobijó entre sus brazos. Pudo sentir ese aroma a miel que tanto había extrañado. No quería posponer el descanso más de lo necesario. Sabía que estaba agotado y solo deseaba dormir. Él deseaba lo mismo. Después de días de desvelos por fin tenía lo que necesitaba para sentirse feliz, tranquilo y completo.

—Buenas noches, Wolf.

—Buenas noches, Yuuri.

Se quedó un momento acariciando los rubios cabellos, sintiendo con satisfacción como el otro inconscientemente respondía a sus caricias acurrucándose más a él.

—Dulces sueños, mi amor —le susurró al oído antes de cerrar los ojos y quedar en las mismas condiciones que él.

—00—


Shuichi decidió buscar a su amante en las afueras del castillo una última vez.

—Bien, Shindou san, mañana le informaré a Shinou que todo ha salido a la perfección —Le interceptó el Gran Sabio.

—¡Ja! ¡jamás duden de Shuichi Shindou! —exclamó el cantante con orgullo, colocando una mano sobre su pecho. Murata no pudo evitar formar una sonrisa divertida—. Dígale por favor que el tiempo en la tierra se nos está agotando para nuestros compromisos, por lo que quisiéramos regresar a la prontitud posible.

Murata asintió con la cabeza.

—Así lo haré.

Alguien estaba observándolos entre las sombras, esperando el momento oportuno para atacar a su víctima.

Shuichi se colocó las manos en la cintura en cuando el carruaje del Gran Sabio partió de regreso al Templo.

—Bien, ahora solo me queda avisarle a Yuki que todo salió bien. Mañana podremos regresar a la Tierra —Suspiró con un poco de melancolía—. Echaré de menos todo esto.

Shuichi subió las escaleras al segundo piso y llegó a los pasillos de las habitaciones. Todo estaba despejado. Algunos invitados se había quedado alojados en el Castillo pues sus tierras eran muy lejanas, pero parecía que todos estaban ya descansando.

Iba a abrir la puerta de su habitación cuando sintió que lo atacaban desde atrás. No le dio tiempo de reaccionar. El misterioso atacante colocó un pañuelo mojado con un somnífero en su nariz que lo dejo inconsciente casi al instante.

El sospechoso lo tomó en brazos y entró a la habitación, lo dejó en la cama y se retiró inmediatamente.

Ni los guardias ni nadie más se enteraron de lo que había pasado. 

 

 

 

Notas finales:

El próximo capítulo será un poco mas cómico y advierto que tendrá escena de “lemon” v//v  vuelve la bipolaridad de Shu y sus escenas de celos, será de transición para la segunda parte que quiero promocionar a continuación xD  

Después de un anuncio muy importante…todo parece de ensueño para la pareja Real…

-Yo, Yuuri Shibuya 27th Maou me casaré en dos meses con Lord Wolfram von Bielefeld  -

 Pero aun hay cosas que molestan al rey:

…ahora brillas y brillas con toda la felicidad del mundo, eso me alegra. – le acaricio la mejilla, Wolfram le sonrió cordialmente.

-Wolfram, Uesugi…de nuevo les pregunto ¿Qué está pasando aquí?-

-¿Y cómo quieres que reaccione si cada vez que los encuentro están de lo más cercanos y cariñosos?...

 El pasado de Ariel sigue muy presente en la vida de Shuichi:

 -El bastardo hijo de una ramera regreso por sí mismo para cumplir con su sentencia de muerte – espetó con puro rencor.

-¡No te permito que hables así de mi madre Densham!...

Sin escapatoria:

-Ariel Darcy se le acusa del asesinato en primer grado de Lady Bridget por lo que se le ordena acompañarnos para recibir juicio y sentencia de otro modo se procederá a usar la violencia.

¿Podrán sus amigos recatarlo de las manos de sus verdugos?

-Eiri Uesugi, en verdad me disculpo con usted por poner en peligro la vida de Shuichi- dijo con pesar

-Esta vez, lo salvare- replico decidido poniéndose de pie. –Ahora entiendo porqué este lugar se me hacia familiar y ese extraño presentimiento era por el peligro que Shuichi corría aquí.

“Destinos Entrelazados: Cadenas del Pasado”  además un especial con el pasado que faltaba revelar AllanxMelodyxBridget  próximamente


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