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Por Amor por osany777

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Notas del capitulo:

Buen día, antes que nada una disculpa por la tardanza excesiva de este capítulo, pero que más puedo decir que le tengo que echar la culpa a mi trabajo y a mi esposo, que me exigen total atención, jajaja.

Este capitulo es especial, es el que me llevó a realizar esta historia y desarrollarla, los eventos que suceden son tal cual aparecieron en mi memoria y he de confesar que a partir de aqui estoy en blanco, tal es el punto que mientras escribo esto me pregunto que sucederá con la pareja escrita aqui después de su unión, tengo un bichito llamado sentimentalismo que no me dejará dejar mal a ninguno de los personajes y darle una oportunidad para lograr sus objetivos, bien, ya veremos.

Aclaro que la historia base no es mía si no de Temari MatsumotoTomo Takabayashi, solo es una historia alterna.

Sin más que decir, les deseo una amena lectura.

Capítulo 5. En el castillo

Parte 1: Una  historia para contar

Había pasado dos semanas del concilio en el que se decidió el destino de Gran Shimarron y el de su nuevo regente; el camino hacia el castillo  fue rápido y sin previsto alguno, sin embargo la toma del fortaleza no fue lo mismo, aunque claro, nadie esperaba que fuera así. El bastión “Grand Elta Hati” (Gran Cazador Hati, o Vigía Hati) nombre del “castillo del rey” en Grand Shimarron, era una maravilla a la vista, diseñada por los arquitectos más creativos  que existieron en su época; no era el típico lugar que se esperaba para ser la residencia de un rey, después de todo eran los antecesores de Cónrad quienes la habían ideado.

El fuerte contaba con altas paredes de piedra y en vez de la típica laja, pisos de madera que permitía crear  bajo su lecho pequeños pasadizos, con el objetivo de ocultar algo o una apresurada fuga para el rey y sus más allegados siervos, como es lógico, el gobernante se guardaba el conocimiento de la mayoría de estos espacios pero tenía que revelar cierto número de escondites para cualquier eventualidad.

Precisamente esa fue una de las razones que para los mazokus representara un dolor de cabeza la invasión; muchos de los allegados del rey Belal se encerraron en el castillo ordenándoles a sus soldados ocultarse en los pasajes en el caso de que ellos no pudieran con los demonios, una vez más, estas estrategias fueron burdas ante la simpleza que tenían los mazokus de “naturaleza tierra”, como Gwendall, que con un pequeño escaneo de los cimientos podían sentir la presencia y cantidad de seres que se encontraran sobre o bajo tierra.

Por otro lado, la caída de la muralla y las barricadas echas de muebles, carretas, baúles y uno que otro barril de licor (que luego Cecil descubrió estaban vacíos, no antes de un lloriqueo por tal desperdicio de “elixir”) fue a mano de Wólfram; fastidiado de Yuri y su discurso interminable, en donde pretendía persuadir a los soldados de rendirse y evitar más enfrentamientos.

-Honorables soldados de Shimarron, por favor nuevamente les pido que evitemos el derrame de sangre innecesario que Belal causó,  bien saben que mi pueblo no se habría levantado si la enfrenta no hubiera sido dada, les ruego que bajen sus armas. –Decía retando la paciencia de su gente que llevaba horas ensillados listos para entrar en acción, el problema es que llevaban así horas. - Señores, por favor no les deseamos mal, solo tratamos de… ¿Wolf qué haces? –Entrando en pánico al ver al rubio caminar hacia la puerta principal.

-A ver debiluchos ya me harté, llevó ahí sentado dos horas escuchando insultos suyos y no lo tolero más, decidan ¿se rinden o qué?

-Nunca bajaremos  la cabeza ante unos monstruos pestilentes como ustedes. –Dijo un soldado gritando desde lo alto de la muralla, seguido de un intento de grito de guerra del resto de los soldados del castillo que no parecía más que un gemido lastimero.

-¡Pestilente! ¿Yo? – dijo Wólfram con cara ofendida.

-¡Wolf, por favor no lo tomes enserio, tranquilo! -Gritaba Yuri nervioso por lo que podría hacer en rubio.

-Me has llamado ¿monstro pestilente? ¡Nadie! Me escuchan ¡Nadie me dice así y queda impune! –Gritó encarecidamente el rubio Sacando su espada mientras silbaba serpentinamente su rosario mágico.

Y así fue como el capitán “Drago” (“El dragón” como ahora lo llaman respetuosamente tanto los soldados de Gran Shimarron como Shin Makoku) en menos de cuarto de hora, destruyó no solo la barricada que armaron, sino que plantó al redor de todo el castillo una muralla de fuego de un brillante carmesí, con el fin de que ahora escuchen sin reproche alguno las palabras del rey Yuri, quien no dejaba de ver todo con un dejo de disculpa, ¡ah! que enclenque rey.

Parte 2: Más cerca

Dos días después todo había cambiado drásticamente, el pueblo aunque se vio impresionado por la forma de tomar el bastín de su regente, no se mostró temeroso ante el incierto futuro, solo resignado ante la nueva eventualidad de que ya no eran gobernados por Belal si no por demonios, después de todo las condiciones en las que se encontraban no podían empeorar; la comida era racionada por la nobleza y para poder comercializar los productos de sus campos tenían que pagar impuestos elevadísimos que no los dejaba más que para vivir al día; por tal motivo cuando Cónrad estaba dando su discurso ataviado con las mejores galas dirigiéndose a ellos en tono condescendiente la gente lo miraba con escepticismo.

Cónrad tenía a su derecha a su hermano Gwendall y a su izquierda a Wólfram tomando así su lugar como prometido, en otra ocasión también hubiera estado Yozak y el resto de su gabinete respaldándolo, pero aún no estaba claro quienes se quedarían con él para gobernar, y Yozak había desaparecido minutos antes de la presentación, solo se le vio murmurando algo con el gran sabio y de ahí no se supo más.

Yuri se había quedado rezagado detrás de Cónrad, anteriormente mencionó que no mostraría directamente su cara durante el evento ya que quería dejar en claro que buscaba que Shin Makoku y él eran solo un aliado, Cónrad así debía aclarárselo a su gente, solo tomaría la palabra para mostrar su apoyo al nuevo líder de estas tierras.

Mientras, el regente de Gran Shimarron expresaba sus deseos de trabajar en cooperación los ciudadanos además que les aseguraba protección y seguridad; los aldeanos no dejaban de murmurar que todo parecía una burla hacia ellos y que palabras superficiales como esas no harían que ellos caigan tan fácilmente, aunque solo era un eufemismo porque era obvio que quisieran o no serían sometidos a su capricho.

 -Es cierto, lo he visto. –Dijo una dama un poco extraña, no por ser fea o por su forma de vestir, sino porque su rostro estaba en exceso maquillado y su físico parecía digna de un torneo de pesas.

- Hace unos meses he visitado a mi hermana y su familia en Caloria, ya saben esa pequeña provincia que limita entre este reino y el de los demonios; estábamos de compras en el mercado cuando vimos llegar en su entonces capitán Weller acompañado de sus hombres, entre ellos el guapísimo Capitán Gurrier. – Sonrojándose mientras haciendo muecas y abanicándose con sus manos.

- En un principio muchos creímos que nos atacarían, pero cuál fue mi sorpresa verlo bajarse de su montura para jugar con unos chiquillos que lo llamaban a gritos, igual esa misma noche se celebraba la luna roja y ellos se quedaron a celebrar y a que no saben que sucedió.

- ¡Los encarcelaron! ¿Destruyeron el lugar? – Decían asustados varias personas angustiadas.

- No, por supuesto que no, tanto soldados como su majestad Weller bailaron y bebieron con los ciudadanos, es más sucedió algo graciosísimo, nuestro rey se emborracho y se pudo a cantar a viva voz, ¡oh! Jojojo. –Rio exageradamente.

- No puedo creerlo, es imposible, ¿de verdad? Y ¿qué cantaba? –Por todos lados murmuraban.

- Lo prometo, fue muy hilarante, se imaginan al rey acercándose tanto hombres como mujeres preguntando ¿has visto mi amorcito? Jojojo. ¡Ah! ¡Tengo una idea! y si organizamos una fiesta de bienvenida al rey y así lo comprueban por ustedes mismos.

 

Yuri no comprendía como todos se terminaban de arreglar con suma calma, desde que escuchó que en el pueblo se haría una celebración en honor al rey teniéndolo al mismo como invitado, por su mente solo sonaba la palabra, trampa, ¿es que no se daban cuenta los demás? Era tan obvio, pero al parecer la idea que le causaba tanto “ruido” no era compartida por ellos, así que su deber era advertirles.

-Creo que no deberíamos ir.

- Y el porqué de ese comentario es…

- Murata, tú tienes el título de sabio, me extraña que no te hayas dado cuenta que es todo una trampa.

- Hay Chibuya, cómo siempre tan despistado. - ¡Ey! – Te explico, no precisamente la idea de hacer una celebración es de los pobladores.

- ¿Cómo? – Fue Yozak disfrazado quien infiltró la idea, así Cónrad tuviera la oportunidad de darse a conocer. - ¿ah sí?

- Sí, nuestro estimado espía difundió el rumor que “su majestad Wéller ama los bailes y el buen ron y que cuando se pasa de copas en voz alta prediga cantares de amor y que estos son coreado por sus hombres” todo esto claro con el afán de desatar polémica.

- Cuál, ¿de qué si canta bien?

- No Shibuya (respirando hondo) de que se mezcla con la gente como uno más de ellos, que puede compartir su pan y vino; eso mi buen amigo es algo sumamente extraño aquí, ya que les es inimaginable que su rey se junte con la “plebe”.

-¡Ah! ¡Entiendo! Bien, pues hay que apurarnos, la fiesta empezó hace horas y muero de hambre.

-Bueno… Shibuya.

-¡Usted no irá! Intervino Gwendall

-¿Qué? ¡Por qué!

-Su majestad no se preocupe, no se quedará solo, yo estaré a su lado y hay muchas cosas que hacer…-Sí, sí, lo sé Gunter, si me quedo al menos deseo saber la razón.

- Bueno, eso es fácil, imagínate lo complicado que será integrar a Conrad, si tú te presentas estarán tiesos, muy cortos, no querrán convivir con nosotros. ¡Sí, sé que quieres hacer migas con ellos! -Advirtiendo el reclamo en su mirada. -Pero un paso a la vez.

-Bien, entiendo, no me hace sentir bien, pero qué más da, exploraré un rato este castillo, Wolf ¿me acompañas?

- ¡ah! Su majestad… Wólfram debe ir con ellos. –Dijo tímidamente Gunter.

-¡No! Eso sí que no, ustedes estarán pendientes de Cónrad todo el tiempo, ¿qué pasará si alguien osa propasarse con Wolf? Lo mejor es que igual…

-Su majestad Yuri, le recuerdo que soy un soldado entrenado, portador de la llama y como si eso no fuera poco ahora soy el prometido de “su majestad Cónrad” y como su futuro esposo debo estar presente para tener la oportunidad de conocer las tradiciones de mi gente.

-¿Tu gente? – No pudo evitar decir con desdén. -¡Eres mazoku! –Dijo enojado.

-Sí lo soy, pero ahora soy de Grand Shimarron, mi casa ahora será este castillo y…- No… ¡tú eres!…

- Yuri. –dijo Cónrad mirándolo fijamente. –Wolf me acompañará en esto, el estará protegido, no se separará de mí.

-No, eso veo, que se diviertan; Gunter iré a mi habitación a descansar. -No podía evitar ver a su padrino con enojo y cierto rencor por lo último que le dijo, debía pensar bien lo que haría, era más que obvio que esa situación no la soportaría mucho tiempo.

-Bueno, eso fue intenso… y más fácil de lo que pensé, bien debemos irnos. –Dijo Murata una vez que Yuri salió de la habitación. –Recuerden, Wólfram, Cónrad, a pesar de estar invitados en buenas condiciones y tener infiltrados por todos lados, no se confíen demasiado.

Rápido, incluso más de lo que pensaron se vieron sentados y con sendos tarros de cerveza en las manos y con una rebosante mesa de comida frente a ellos, pero… bien por desgracia siempre hay un “pero” todos parecían temblar cuando tan solo cruzaban la mirada con Cónrad.

Por curioso que parezca hasta Gwendall había ganado las sonrisas de más de 3 ancianos que por juzgar el comportamiento de los demás hacia ellos eran algo así como patriarcas de las casas más respetadas de la aldea, este al adentrarse a la celebración junto a los otros había escuchado como dos hombres discutían de un negocio que a su parecer se estaba llevando más problemas de los necesarios.

El demonio terminó no solo apoyándolos en el cierre del negocio sino dándoles consejos; solucionado el asunto los hombres lo veían como una deidad así que cuando se dio cuenta ya era demasiado tarde los “vejetes” como les llamaba mentalmente ya estaban sobre él brindando y cantando una canción que hablaba de “un toro de dos cabezas enamorado de la luna” ¡que pesadilla!

Cansado ya de la “atención” la intento dirigir a su hermano, que por más que hacía no lograba que se le acercaran con tranquilidad, se  le veía muy ansioso; Cónrad no sabía que sucedía, por lo general era un as en el área social, pero esa noche si sonreía los comensales se ponían nerviosos, inclusive al dar las gracias a una doncella por rellenar su copa derramó un poco en el regazo del rey y antes de mencionar que no había problema, llorando pidió perdón y salió corriendo mezclándose en la multitud como si alguien la hubiera amenazado con arrestarla, al parecer sería más difícil de lo que previó, la gente lo aceptaba como su regidor, nada más, de repente se vio recordando a Yuri y comprendió la necesidad que tenía de ser querido por su pueblo.

El rey de Shin Makoku podía tener muchos defectos pero nadie podía negar la facilidad que tenía de hacerse querer, aunque justamente ese podría ser el problema, recordaba la cara que le había dirigido antes de partir del castillo, no era de amistad precisamente y aunque le dolía la reacción que tuvo hacia él tenía que dejarle en claro que Wolfram ya no era su prometido y que ahora contaba con un nuevo puesto, el de estar a su lado; pero no era momento de pensar en eso, tenía que idear una forma de involucrase en la fiesta y en ese momento buscó con la mirada a su “prometido”. -¿Cómo te va a ti Wolf?

Wólfram sorpresivamente estaba de lo lindo, ¡quién lo iba a decir! Tenía en la mano lo que parecía una bandeja de postres de distintas variedades y lo degustaba bajo atenta mirada de tanto hombres y mujeres que parecían fascinados con él, cómo no, si por cada bocado que daba les sonreía y decía lo rico que estaba, no sabía  que los tenía más embobados su hermosa sonrisa o la forma tan seductora que comía el dulce.

Por Shinou ¿qué le pasaba a su hermanito? rodeado y tan contento con ellos, se sintió celoso, pero no identificaba si era por la atención que le daban y no a él que debía ser el centro de atención o porque parecían aves de rapiña queriendo devorarse lo que no les pertenecía; ¡por todos los demonios! Wólfram no era suyo, aún no, pero sí será de él ¿o no?

En eso observo en cámara lenta como al rubio por error se manchaba de caramelo a un lado de la boca, y un joven que había estado a un lado del príncipe hacía el amago de quitárselo, sintió de repente una necesidad de alejarlo de su hermano y ser él quien limpiara tan tersa piel, que se levantó de golpe para hacerlo, pero al parecer el impulso fue sorpresivo para un jovenzuelo que se encontraba ofreciéndole bocadillos al sabio a su lado que tiró la bandeja de comida que traía sujeta; el muchacho que solo alcanzó a ver la cara agria del rey pensó que se debía a la cercanía que tenía a su persona y sumada la bandeja caída junto a los restos de los anteriormente deliciosos bocadillos se arrodilló implorando perdón por su torpeza.

-Perdóneme su majestad no fue mi intención, le prometo que no volverá a pasar. – Cónrad  estaba desconcertado por lo ocurrido, vio al niño  con cara de preocupación e inmediato se percató que toda la fiesta se había quedado en silencio, alcanzó a observar a lo lejos que Yozak vestido de “leydi” lo veía con ansiedad, si las personas se alteraban él se encontraba muy lejos para hacerla de escudo, así que Cónrad estaba solo en ese mal entendido.

-No te preocupes, fue mi error, no me di cuenta que estabas ahí. –Las personas empezaron a murmurar, claro que no lo había visto, era de esperarse que el rey no se fijara de la simple presencia de un plebeyo. – ¡Levántate! –Dijo un poco más alto de lo necesario por la ansiedad de aclarar el asunto lo más rápido posible pero solo logró que el chico se empequeñeciera.

- ¡Con un demonio pueden calmarse! –gritó una voz al fondo de la tienda, lo que hizo que todos voltearan, era Wólfram quien se había manifestado.

- Pueden darle por favor una oportunidad, digo sé que es torpe, se deprime con facilidad, lo único que sabe hacer con perfección es manejar su espada y es un pervertido de closet, pero les prometo que es gentil, sincero y sobre todo ¡no es un enclenque! por lo que será un excelente rey, de eso yo me encargo. –Decía mientras se señalaba así mismo. – Haré que arda si crea un caos, denlo por echo.

El silencio duró por solo unos instantes para ser suplantado por un estruendo creado por las risas de todos; uno de los señores que acompañaba a los ancianos al lado de Gwendall se puso de pie y con una estridente carcajada dijo: -Ahora sabemos quién llevará los pantalones en ese matrimonio. –Todos secundaron la mofa.

– Su majestad. –Dirigiéndose a Cónrad. – Sentimos mucho nuestro comportamiento, en ningún momento nos ha tratado de manera irrespetuosa como otros nobles, pero a nuestro favor debo decir que nunca nadie ha estado  con nosotros tanto tiempo, por lo que no sabíamos cómo actuar. No cabe duda que nos esperan nuevos tiempos y por más extraño que nos parezca es una alegría que muestre interés por nuestra gente, así que en nombre de todo el pueblo levanto mi copa por usted, ¡Larga sea su monarquía! ¡Larga vida al rey Wéller y a su futuro consorte su majestad El gran Drago!

-¡Larga vida al rey Wéller y a su futuro consorte su majestad El gran Drago! Imitaron tanto hombres como mujeres en el lugar. -Wólfram sonrojado hasta las orejas solo se sentó y para aparentar se llevó a la boca un gran bocado de pastel; por su parte Cónrad sentía el corazón a máxima velocidad, escuchar a Wólfram hablar de él con tal devoción lo dejo extasiado y con un sentimiento tan cálido que se descubrió así mismo maquinando quimeras para hacerlo sonrojar nuevamente pero solo para él, lo mucho que deseaba esto lo aturdía, por lo que solo atino a sonreírle a la gente que lo veía.

- ¿Señor? – una tímida voz lo saco de sus pensamientos y lo llamaban, era aquel por el que se había armado el caos. – Discúlpeme no debí actuar de esa manera.

- No, es entendible debido a la situación por la que han  pasado. –dijo tranquilamente. -Pero puedo asegurar que no soy así, lo que menos quiero es que crean es que me considero mejor o más importante que ustedes, estoy aquí porque no hay rey sin un pueblo, quiero que trabajemos juntos y llevemos Gran Shimarron a su máximo esplendor, cómo debió ser siempre.

 

-¿No puedes dormir? Le preguntaron tan de repente que dio un leve salto, se encontraba sentado en un balcón  del segundo piso que daba al jardín trasero observando las estrellas a la vez que meditaba todo lo que había sucedido en esas esas semana, todo sucedía a tal velocidad que sentía que no podía aún digerirlo.

Cónrad se encontraba enfrente de él, estaba aún vestido con la misma ropa con la que fue a la fiesta del pueblo, a pesar que hace ya dos horas que habían regresado.

- Tú tampoco por lo que veo, ¿estabas trabajando a estas horas?

- No, solo quería poner todo en orden, pronto será la ceremonia y aún hay mucho que hacer.

-       La ceremonia. – Repitió lentamente.

-       ¿Te arrepientes?

-Sigues con eso, ya he dicho que no, no me he arrepentido, únicamente pensaba en… nada, buenas noches.

- Wólfram

-¿Sí? – Preguntó al tiempo que volteaba a verlo a los ojos, al ver duda en él, se desesperó. - Si tienes algo que decirme dilo ya.

- Puedes dejar de ponerte a la defensiva, no te echo nada. En dos días nos casaremos, las cosas cambiaran en todo sentido, tendremos una nueva labor, y me casaré contigo, estoy realmente muy nervioso todo el tiempo, es molesto para mí sentirme ansioso, es un sentimiento que hace mucho no sentía, creo que la última vez que lo estuve…

- Con Julia, ¿no es así? Tranquilo, te entiendo, disculpa mi actitud.

- No hay que disculpar. Es cierto, lo sentí con ella, pero a su vez es diferente.

- ¿En qué?

- Ya no está más en mis pensamientos, no la he olvidado ciertamente, pero es solo por ese cariño que le tuve lo que se mantiene en mi corazón, pero es solo un recuerdo dulce.

- Dime una cosa Wólfram, podrías decir eso de él en algún momento.

- Me sorprendes con esa pregunta, no te voy a mentir, aun esta en mi corazón, pero…

-       Pero… siempre te detienes en esa parte, ¡es frustrante sabes!, nunca sé qué es lo que piensas.

-       ¿Tanto lo deseas saber?

-       Sí

- Dudando como podría explicarse dijo: - Aquella vez, que te interpusiste entre la muerte y yo, el día que Belal y su guardia se disponían a matarme con esa espada infernal, mi mente expulsó todo pensamiento de Yuri, no lo he dejado de amar, pero no pienso en él, sino en ti.

-¿sorprendido? yo… no puedo olvidar el reflejo de miedo que tenías en ese entonces,  y me sentí querido y protegido, nunca me he sentido así con Yuri.

-Entonces sí lo haces como agradecimiento

- No, no es así, yo realmente quiero estar contigo en esto, te lo dije, nunca te dejaré solo, no por esa ocasión, porque no hay nadie con el que quiera estar más, que contigo.

-Entonces él. – ¡Deja ya de mencionarlo! – Tengo qué, si lo amas debes luchar por él.

- ¿Por qué? Acaso eres sordo, dije aún lo amo, pero no es así cómo te sientes con respecto a Julia. ¿Cómo olvidas? A Yuri siempre lo amaré, porque fue mi corazón, pero eso no significa que no pueda amar más.

Ese amor será diferente, amar a Yuri duele, deseo un amor que duela pero que me haga feliz de la misma manera.

-Wólfram, por qué me evitabas entonces.

- no eres el único nervioso, te dije que estaba seguro de la decisión que tomé y que sabía todo lo que conlleva esa decisión.

- Pero no estás preparado. – Es que, antes de Yuri yo no he salido mucho y bien…

-¡Ah! Alguna vez, ¿tú has…?- Preguntó sonrojado y nervioso.

- Nuevamente tus preguntas pervertidas. ¡Por supuesto que no!  Antes de Yuri nunca estuve de pareja con nadie, no sé, bueno… además sabes que Yuri no fue precisamente el prometido del año.

- Ya veo.- Sintiéndose extrañamente feliz.

- Wólfram.- ¿sí?

-Si vamos a estar juntos en esto, creo que debemos confiar plenamente en el otro.

-Estoy de acuerdo

- ¿Wólfram? - ¿si, dime? Preguntó nuevamente, pero cayó porque su hermano se acercaba a él con una lentitud que lo ponía muy nervioso.

-Antes de la ceremonia, quisiera hacer algo.

- ¿Qué es?

-Darte un beso, uno solo, uno que no signifique una formalidad, nos merecemos eso, quizás así no nos sintamos tan nerviosos de dar ese paso enfrente de todos.

Cónrad lo miraba seriamente y a la vez se le notaba tan nervioso como él, pero su corazón le reclamaba que hiciera más caso a su cabeza, ya que al parecer él no tomaba buenas decisiones, así que se atrevió a preguntar.

- Qué pasará si cuando me beses te das cuenta que no podrás con esto.

- Eso no pasará.- ¿cómo puedes estar tan seguro?- no lo estoy, solo que algo me dice que no será así.

- ¡Hazlo! –Dijo rápidamente, no quería arrepentirse y sentía que necesitaba el acto para poder seguir adelante y convencerse asimismo que todo estaba marchando bien.

Y él lo hizo, no fue largo el contacto, apenas un rose, pero cálido, suave y tan avasallador que dejaba sin aire. Al separarse no podían dejar de verse, sus ojos parecían que habían visto por primera vez al otro a pesar que llevaban casi un siglo de conocerse.

-Buenas noches, Cónrad. – dijo dando un paso atrás, no podía quedarse más tiempo ahí, no podía mantenerle la mirada.

- Buenas noches, Wolf. –Devolvió el rey, tenía el corazón frenético, cuando el pequeño dobló en un pasillo y se vio solo, llevó una mano a sus labios, los sintió al rojo vivo y no pudo evitar sonreír y reírse por estupidez, cómo no lo vio venir. -Definitivamente, he caído, nunca podría alejarme.

 

 

 

Notas finales:

Terminamos, excelente.

¿les gustó?

Espero y sí, solo para aclarar:

Elta Hati es un lobo deidad de la mitlogía nordica que su deber era vigilar al dios sol y luna, que estos no salieran de sus límites y que nunca se desataran en locura, por lo que senti que era adecuado ya que Murata y Yuri son respectivamente estos astros y Shimarron debía vigilarlos, o algo así.

Quise poner a Wolfram poderoso y firme, con ganas de enamorarse y ser feliz y que a su vez Cónrad descubra que no será tan dificil casarce con Wolfram y que quiza, ya tenía sentimientos más allá de la fraternidad por su hermano.

Bueno solo me falta agradecer a los que me mandaron un review, muchas gracias, ustedes me alientan, y a mi esposo por soportar mis locuras.

Nos vemos.


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