Capítulo 6
Apenas está amaneciendo y ya me he despertado, no puedo cerrar nuevamente los ojos. En cualquier momento vendrá Gunter para despertarme, si realmente supiera que casi no he pegado ojo desde anoche y la razón es simple, hoy Wolfram se casará con alguien que no soy yo.
No me quedaré a verlo, no puedo hacerlo, tan solo pensar verlo caminando al altar para desposarse con otro me está matando, aunque ese alguien sea Conrad, sin embargo sé que es solo por arreglo político, él no lo ama no lo quiere, es su hermano claro que no podría sentir nada por el más que cariño, pero aun así.
Me levanto, lavo y me visto con mi traje tradicional, yo no estoy de fiesta, inclusive siento que el color negro hoy me queda mejor que nunca, de luto. Gunter ha llegado, le dejo entrar y se sorprende al verme ya listo, le he pedido que traiga el desayuno y que mande a preparar nuestro barco para partir lo antes posible, me pregunta si estoy seguro de no quedarme a la celebración y le digo que no deseo incomodar al pueblo que ya llegará mi momento de hacer migas con ellos, lo veo radiante cree que el monólogo del porqué Conrad y los demás fueron solos al pueblo sin mí dio resultado, sin que se dé cuenta que es todo lo contrario, estoy más enojado que nunca.
Le pregunto mientras tomo mi desayuno que me ha traído si Wolfram ya se ha despertado y me dice que Celi está en estos momentos con él ayudándole a prepararse para la ceremonia, me levanto y le digo que iré a despedirme de él y que lo vería en la entrada del castillo para que nos vayamos a casa, él intenta detenerme pero lo paso por alto y me dirijo a ver a Wolfram, necesito decirle tantas cosas.
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-Pero que hermoso estás wolfi, aunque sigo diciendo que te verías más hermoso con vestido. -Y yo ya te dije madre que primero muerto que con vestido, sin embargo he de decir que te luciste el traje es muy bonito. Le contesta mientras sus manos se deslizan por su cuerpo sintiendo en su tacto la tela de su saco rojo estilo militar con botones dorados que cerraban el traje a un costado junto con los pantalones blancos y sus botas negras.
-Por supuesto que tenía que ser así, mis hijos se casarán, no iba a permitir que lo hagan con cualquier ropa, como estoy segura que pretendían hacer
- Y a Conrad qué le mandaste a hacer. “ Lo sabrás cuando veas a tu guapo prometido vestido para ti al pie del altar, antes no. - Madre… y ¿Gwendall está con él?
- Sí, Gwendall está con él y ahora me marcho, me voy a arreglar, por favor no hagas ni una locura que haga que tengamos que entrar en emergencia. -Me quedaré quieto. Le prometo.
No puedo dejar de verme en el espejo, hoy me voy a casar, no puedo creerlo, después de tanto tiempo deseando esto con Yuri, hoy se da con alguien que nunca pensé. Ahora que lo pienso todo ha ido muy rápido.
Toc, toc
-Sí, adelante, digo sin quitar mi mirada del espejo
- Wolf… - ¿Yuri?
- Dioses, te ves… ¿qué haces aquí? Le pregunto con sorpresa.
- Necesito hablar contigo. - ¿No puede ser después?, durante la ceremonia.- No, después de hablar contigo partiré a Shin Makoku.
- ¿qué? ¿ por qué?
- Porque no puedo verte cometer este error.
- ¿Error? ¡Vaya! no sería el primero.
- Todavía hay tiempo, no cometas esta locura. -No es ninguna locura, lo que hago es lo mejor para todos.
- No tienes por qué sacrificarte por nadie, puedo hacer algo para que todo vaya bien. - No es sacrificio y bien sabes que no hay mejor opción. -La hay, la hay, ven conmigo.
- Qué dices, estás loco, Yuri sé que es extraño para ti, pero una vez más te digo que en nuestro mundo la situación es más que normal, no somos el primero ni seremos el último matrimonio por conveniencia
- Y es así, ¿verdad?
- A que te refieres
- Que esto, esta boda, es de conveniencia ¿cierto? “Sí
- entonces, ¿tengo esperanza aún?
- ¡Yuri se claro! ¡¿Qué quieres?!
- ¡Te amo!
- ¡Esto tiene que ser una broma! Me volteo y me acerco hacia la ventana, veo el horizonte para bajar mi ansiedad de sacar a fogonazos al idiota de mi ex prometido, me calmo y me volteo con lentitud. -No voy a dejar que me confundas, si es eso lo que pretendes, así que escucha lo que diré y espero que con eso baste, sé que me amas Yuri. Le digo lenta y claramente, mientras veo como se sorprende.
- ¿Lo sabes? “ Sí, lo sé, a pesar de todo nada va a cambiar, siempre estaré para ti, pero tienes que entenderme necesito alejarme un poco de ti, me haz echo mucho daño.
- Y lo arreglaré, cambiaré, seré el rey y el hombre que sea digno de ti, ¿me esperarás?
- Claro que sí Yuri, de alguna manera Shinou nos puso en el mismo sendero, siempre estarás en mis pensamientos, pero ahora debo hacer esto, quiero hacer esto. Nuestro compromiso no terminó de la mejor manera, pero creo que el dolor no durará mucho tiempo, sé que lo tú anhelas podré cumplirlo con el tiempo, volveremos a estar en el mismo camino, ya verás.
- Entiendo, esperaré y cuando llegue el momento ¿me darás una oportunidad?
- Nunca te he negado nada, porque no puedo Yuri.
- Entonces regresaré cuando todo deba regresar a su curso, hasta luego mi querido Wolfram.
- Hasta luego, enclenque.
Lo veo irse mientras me sonríe, y eso me tranquiliza. Es cierto todo lo dicho, a pesar de todo… no dejaré que mi corazón dude, no detendré todo y ahora que ha aceptado que puede llegar a amar a un hombre, podrá seguir adelante y buscar a alguien que le pueda devolver sus sentimientos, los que el dará con la misma intensidad porque ya no le gobernará los prejuicios. Claro que me duele, pero al mismo tiempo me siento libre, ahora puedo ver hacia adelante, sé que algún día no muy lejano lo podré ver como un amigo.
Escucho como nuevamente tocan mi puerto y veo entrar a Gwendall. - ¿Sí? ¿Hermano?
-Vi a su majestad salir de esta dirección, ¿sucedió algo?
- No, vino a despedirse y creo que por fin cerramos el ciclo; me ha pedido que le perdone y ya lo he hecho, así que se lo hice saber y le prometí que seríamos amigos.
-Solo amigos, ¿es lo que quiere?
-Gwendall, bien sabes que él no me ve de otra manera.
- ¿Y tú?
- Yo, bueno… inicié, mientras miraba por la ventana donde sabía que quedaba la habitación de mi futuro esposo.
- Ya veo, me alegra, te ves precioso.
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- Chibuya te veo feliz, ¿sucedió algo que deba saber?
- No, solo que la vida es bella aunque te ponga trabas
- ¿Así? Hablaste con Von Biefelt. -Sí
- Y de que hablaron, si se puede saber.
- No, no se puede… Mi amor, te prometo que me convertiré en un hombre digno de ti y cuando Conrad logre estabilizar este país podrán anular el absurdo matrimonio, entonces regresaré para llevarte conmigo, espérame amor.
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- ¿Yuri ya se ha ido?
- Sí su majestad, dijo Yozak con sarcasmo. -Desde hace unos minutos, su excelencia Gunter y su eminencia el gran sabio se han ido con él.
- Ya veo. Cierro los ojos y me siento, ya estoy listo por lo que solo falta esperar.
- ¿No cree que es extraño que no deseen quedarse? Me pregunta, pero no contesté, no quería dirigir mis pensamientos hacia la razón de la reticencia de Yuri hacia este matrimonio.
- Wolfram cómo está.
- No ha dado indicios de querer escapar si eso quiere saber. Siguiendo mi cambio de tema, me conoce bien y comprende que es algo que no era el momento de tratar.- Pero a usted lo noto nervioso, eso es muy interesante de ver.
- Cuando estés en mi lugar ya te lo recordaré.
- ¡Qué shinou no quiera!, dijo con cara graciosa. - Pero no me queda claro, por qué los nervios, ¿por la boda? O ¿por el novio en sí? En eso como salvado por el cielo, mi madre decidió hacer acto de presencia.
- Conrad mi vida, déjame verte, qué guapo estás
- Madre, igual usted, está hermosa.
- ¡ah! adulador, pero cuidado de volver a piropear a alguien que pronto estarás casado. Mi cielo, estoy tan feliz de poder ver este día
- ¿Sí? ¿Aunque sean dos de tus hijos que se casan entre sí, madre?
- Sí, porque significa que el amor que se tienen es aún más fuerte que nunca.
- ¿Lo cree así? - No dudes hijo, tú puedes hacer feliz a mi pequeño y sé que él te corresponderá, sean felices y Conrad, no dejes que nadie ni nada te arrebate esa felicidad.
- Sí. No pude dejar de decir con fingida seguridad.
- Es hora majestad, dice Yozak.
- Sí, vamos, Le contesté; en un principio creí que se quedaría como soldado de Shin Makoku, pero Gwendall me informó que desde que se determinó mi coronación como rey de Gran Shimarron mi colega le había pedido su destitución para seguirme, Gwendall en vez de ello le dijo que no era necesario, y que como favor personal le pedía que ahora fuera mi guardaespalda, así podría regresar a casa sabiendo que sus hermanos menores estarán bien protegidos.
- Vamos cariño que nuestro pequeño no es paciente y no quiero que haga rabieta con lo hermoso que se ve.
El castillo estaba hermoso, decorado con flores blancas, amarillas y azules por doquier, el sumo sacerdote de la región humana no se parecía en nada ni al su eminencia ni a Ulrique, era un hombre robusto con una barba que le llegaba a la cintura y se encontraba en lo alto de la meseta que se alzaba a un par de metros del suelo donde se unirían en matrimonio los soberanos. La gente del pueblo estaba situada en los alrededores de la plaza central de la ciudad, lugar destinado a los eventos magnos de la corona, a los costados estaban tanto la nobleza humana como la mázoku que se había quedado a presenciar el evento, después de todo un demonio sangre noble y pura era el que se desposaba con el monarca que también provenía de su pueblo.
En medio de toda la gentidumbre se colocaron estratégicamente a los soldados reales, aquellos que a la cabeza estará Yozak y se encargarían de escoltar a los reyes rindiéndoles pleitesía y fidelidad.
Así con el albor a plenitud, los hermanos con sus manos entrelazadas fueron unidos con un fino hilo de oro y compartieron la misma copa de vino donde previamente derramaron una gota de sangre salida de su pulgar izquierdo, significando así que se unían en cuerpo y alma, y como muestra del mutuo acuerdo finalizaron la ceremonia con un casto beso que dejo a todos los espectadores con un buen sabor de boca.
Ya más tarde durante el crepúsculo la gente se había mezclado, solo 4 guardias se habían quedado en lo alto con ellos, se había instalado mesas entorno toda la plaza, música, comida fina y bebida por montones se les proporcionó a todos como parte de la celebración, pero Conrad solo podía ver al ser que estaba a su lado y que platicaba con Madre y Gwendall, se veía precioso pero lo que le causaba más orgullo es la delicada tiara de hojas de laurel hechas de oro que tenía en la cabeza, símbolo que ahora Wolfram era su esposo y su rey.
Sin darse cuenta cuánto tiempo llevaba de embobado Cecil le llamó con voz cantarina que quiso decir que se había percatado de su obsesa atención a Wolfram.
- Conrad, Wolfi es hora de mi regalo. “ Madre no era necesario que nos diera nada, dijo Conrad.
- No habrás hecho nada raro ¿verdad? Mencionó con cara de susto el rubio.
- Por supuesto que era necesario, sin embargo no es nada de lo que están esperando, cuando vean oportuno quiero que ambos se dirijan a la torre norte. En eso Wolfram y yo nos observamos y sin saber a qué se refería vimos cómo se levantaba y bajaba del estrado para decir en voz alta ¿quién quiere bailar conmigo?
Cómo si eso no causara un revuelo, todos voltearon a verla y enseguida varios hombres corrieron hacia ella, quién en su sano juicio no querría bailar con tan seductora mujer, por lo que inmediatamente se volvió el centro de atención, suponiendo entonces que ese era “el momento oportuno” se levantaron para correr hacia el castillo, fue algo realmente emocionante, y divertido esquivar a los soldados entorno a la plaza y en el castillo.
Deberían de enojarse por la facilidad con la que los burlaron a los soldados pero ya había pasado días sin un momento sin tanta seguridad que se sintieron extasiados, al llegar a la torre norte no pudieron ver nada fuera de lo normal. “Quizás arriba, dijo Wolfram por lo que subieron con prisa los escalones hasta llegar hasta la cima y pudieron encontrar el magnífico regalo.
Era una manta grande perfectamente desplegada con un par de canastas con comida y postres, un candelabro encendido, unas copas de cristal y una botella al lado.
- Mamá es una genio, no he podido dar bocado alguno en la plaza dijo Wolfram y enseguida se sirvió de lo que parecía pavo.
- Y bastante romántica he de decir, me había extrañado que no hubiera hecho algo. Mientras se sentaba en la manta junto al menor y tomaba la botella en las manos, la abría y olía dentro de ella.
- ¿Sí? Pues lo que a mí me extraña es que solo sea una cena y no algo más extravagante o vergonzoso.
- Sí eso también, parece cerveza, se debieron reservar los vinos para la fiesta, ¿quieres un poco?
- ¿Solo hay eso? “ Sí, me parece. “ Dame un poco entonces. Conrad le sirvió un poco en la copa y observo como su hermanito cataba un poco, ¿cómo está? “ muy bueno y extendió su copa por más.
- Tomaré igual un poco.
- ¿y?... pues realmente está bueno, así que salud.
- Salud, porque nos vaya bien en el reinado de este país.
Toparon sus copas como señal de brindis y bebieron de un solo trago el contenido de la copa mientras se observaban, solo llevaban una copa y se sentían ebrios, y les cayó la idea de que ya estaban casados, ya eran conyugues y la pregunta de ¿Y ahora qué sigue? Los acosó, pero la copa se volvió a llenar y posteriormente la vaciaron para calmar su nerviosismo, solo se veían y sonreían, así se repitió la dinámica hasta que la botella quedó vacía y la comida intacta.
- Wolfram… - ¿Sí?
- Sí soy pervertido, te deseo.
Wolfram no supo contestar, estaba mareado y no podía enhilar dos ideas siquiera, solo sintió de repente el peso del otro sobre el suyo y un calor en todo el cuerpo que pensó que nunca podría calmar.
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