“You belong to me”
Se despertó sintiéndose cansado, no es que hubiera dormido mal, pero se encontraba tan preocupado que su cerebro había sobretrabajado toda la noche, por lo que en su rostro se podían ver unas grandes ojeras.
Miro al reloj eran las 8 de la mañana, luego miro el celular que descansaba justo al lado de su almohada, pensó en llamar a su amigo, pero no quería molestarlo tan temprano, por lo que se paró de la cama y al ver el otro lado vacio no pudo evitar llorar, nunca pensó que podría llegar a extrañar el calor del otro, no es que nunca se hubieran separado por algunas noches, pero jamás en una situación como la actual.
Camino arrastrando los pies hasta el baño mirando con los ojos entreabiertos para no ir a pegarse en la cara o en el pie, se metió a la bañera con desgano recordando la adormilada pero ronca voz del escritor: “¿Nos bañamos juntos Misaki?”. Apretó los puños para no llorar nuevamente y sonrió, aun en medio de su gran tristeza, todo estaría bien, llegaría al hospital y podría ver a Usagi, abrazarlo y besarlo como siempre hacia.
Salió del cuarto de baño, sin utilizar siquiera una toalla, ya que el escritor no estaba no le saltaría encima, se cambio lo más rápido que pudo, pues al fijarse en el reloj ya habían dado las nueve de la mañana y sin siquiera desayunar, tomo la mochila con las pertenencias de su novio, su dinero y abandono el departamento.
Tomo el metro que como siempre estaba atestado de gente y llego sofocado al hospital, nada más entrar su corazón de acelero, estaba muy ansioso, ya quería verlo, rápidamente pregunto por el numero de la habitación en donde se encontraba su pareja y en el camino le paso por el lado a un medico de cabello azul, muy alto y dejo a Misaki sorprendido nunca había visto a alguien tan alto en su vida, miro hacia delante y observo el numero en la puerta, todo él se detuvo, camino despacio y de la misma manera abrió la puerta de la habitación, asomando primeramente la cabeza y al ver que su novio se encontraba dormido entro de puntillas, cerrando la puerta despacio tras él.
Coloco la mochila en mueble cercano y arrastro una silla al lado de la cama para poder apreciar el rostro durmiente de su novio, se veía bastante tranquilo y hermoso a pesar de los pequeños rasguños que presentaba en el área del rostro, no se resistió y lo acaricio extrañando el ver sus ojos color amatista mirarle, sus piro y acaricio su pelo como si de un niño pequeño se tratara y sin quererlo comenzó a hablarle.
–Sabes…Usagi…eres la persona más importante en mi vida después de mi hermano, realmente no sé cómo me haría sin ti, aunque en ocasiones me queje y te discuta, adoro cada una de tus facetas y espero que nunca cambies porque te amo tal y como eres, mi desordenado escritor. – termino de expresar con emoción en la voz y revolviendo sin contenerse el cabello ajeno.
El otro emitió un quejido y Misaki se congelo en su lugar observando como el otro abría los ojos de manera dificultosa, su corazón se detuvo al observar como llevaba la mano a un lado de la cama como buscando algo y al no encontrarlo termino de abrir los ojos desmesuradamente incomporandose de golpe, mirando la habitación con expresión extrañada.
-Buen día, Usagi-san ¿Cómo te sientes? – lo saludo animadamente el castaño mirándolo con los ojos brillantes.
El otro se le quedo mirando sin responderle, y luego de unos segundos en los que Misaki no comprendió muy bien, el otro le sonrió y le respondió
.- Me encuentro muy bien…pero tengo una pregunta ¿Qué hacemos aquí?- dijo con duda en la mirada.
-¿No recuerdas el accidente? – pregunto el menor.
-Emmm no….aun mas importante….¿qué haces tú aquí? ¿No deberías estar con Takahiro?
-¿Con mi hermano? No…¿Por qué?.- pregunto totalmente extrañado.
-Porque deberías estar yendo al instituto…no comprendo que haces aquí, hace mucho tiempo te vi…y ahora de repente apareces frente a mí aquí…y tampoco se que hago aquí.
-Que….-se quedo paralizado en su lugar, no estaba entendiendo nada…-¿Qué quieres decir con “mucho tiempo”?…Nos vimos ayer para ir a celebrarte a ti…-dijo asustándose mucho, Usagi no se estaba comportando como de costumbre, algo extraño pasaba allí.
En ese momento entro un medico de apariencia mayor y procedió tranquilamente a estudiar al paciente no sin antes saludarlos cordialmente.
-Doctor…¿Podría explicarme que hago aquí?- dijo el confundido escritor hacia el médico.
-Usted fue ingresado anoche, después de tener un accidente automovilístico…
-Pero yo no recuerdo nada…-interrumpió el escritor con el ceño fruncido.
-No me interrumpa por favor, justo a explicar la razón de eso…anoche le hicimos varias pruebas mientras era estabilizado, y hemos descubierto que usted padece un tipo de amnesia denominada Lacunar, esta amnesia afecta una parte de los recuerdos de la persona, por eso usted puede recordar cómo se llama o qué edad tiene ¿no?- a lo que el escritor asintió. – lo que usted olvido fue un pasaje de su vida…pero no se angustie. – Dijo mirando a Misaki quien miraba sin poder creerse lo que el médico decía, debía ser un error…- se puede recuperar la memoria pero no de inmediato, eso viene con el tiempo y un buen cuidado.- miro a Misaki nuevamente y vio como este comenzaba a llorar.- Creo que debería dejarlos solos para que conversen, en una hora vendrá una enfermera a administrarle unas medicinas. – dicho esto se retiro de inmediato.
El oji-verde miro a su novio sin decir palabra alguna, estaba más que seguro de las respuestas que le daría el hombre, pero aun así decidió preguntar.
-Usagi-san… ¿me recuerdas?- comenzó con miedo.
-Claro Misaki, eres el hermano menor de Takahiro.
-¿S-solo eso?
-¿Eras algo más que eso?- dijo sin saber que sus palabras serian como una lanza en el corazón contrario.
-….-las lágrimas que había estado conteniendo comenzaron a bajar y cayó al suelo sumido en un llanto que no pudo parar, no quería llorar, no de esa manera y menos frente a él….pero tampoco podía detenerse.
-Misaki…- dijo el otro sorprendido, eso solo lo confundió aun mas ¿Por qué lloraba ese niño? Que no se veía tan niño, pero ¿Por qué? ¿Acaso ellos eran algo importante? El no veía manera alguna de que eso pudiera ocurrir.
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Una hora después se encontraba fuera de la universidad recordó la cara de su amigo y pensó que le diría que era un desvergonzado al hacer eso pero él no sentía tal como la…. ¿vergüenza? Claro que no la sentía, estaba cansado de esa situación, estaba harto de mirar al profesor desde lejos o desde el otro lado de la mesa de su casa sin siquiera poder tocarlo.
Se quedo caminando por los alrededores, faltaban como dos horas para que el entrara a trabajar por lo que decidió no irse directamente a casa y se sentó en un parque cercano a meditar si debía seguir muy cerca del profesor en algunas ocasiones, era obvio que su hermana no lo quería pero no era correcto ser descubierto y menos en ese momento.
Estando sumido en sus pensamientos su celular comenzó a sonar de repente, lo tomo en un instante y su cara se torno confusa al no entender nada de lo que su amigo le decía, era obvio que estaba llorando pero no lograba entender siquiera una palabra entre el llanto.
-¿Misaki? – dijo sin poder creer que fuese el otro. - ¿Qué pasa? ¿Por qué estas así? ¿Dónde estás?
Le tomo unos momentos al otro para relajarse lo suficiente para decir el nombre del hospital en un suspiro, y Shinobu salió corriendo de aquel parque en dirección a su coche, no es que Miyagi se haya esfumado de su mente, sino que sus prioridades habían cambiado, sus amigos siempre estaban primero.
Llego en menos de 10 minutos al hospital y tras preguntar el numero de habitación del peliplata corrió lo más rápido que pudo hacia allí, al entrar de golpe a la habitación vio a un desecho Misaki llorando en mueble mientras miraba por una ventana y al escritor acostado en la cama con las heridas vendadas y una enorme cara de preocupación y confusión.
-Misaki….-dijo acercándose al otro.
-¡Shinobu! – El castaño se volteo y fue a parar a los brazos abiertos del rubio, quien lo apretó y miro al escritor con un poco de ira, nunca le había agradado demasiado, lo consideraba alguien sin un pelo de tacto.
-¿Estás bien? ¿Hablamos fuera? – y sin esperar respuesta del castaño lo arrastro fuera sin mirar como el
Yo estando allí, lo tomo de la mano y lo llevo a la cafetería, le compro algo de beber y se sentaron a conversar.
- ¿Cómo estás? – pregunto primeramente.
-Como si me hubieran hecho tragar una granada ¿te suena?
- dijo con la cabeza apoyada en la mesa pequeña.
- ¿Y él?
-El….tiene un tipo de amnesia…no recuerdo el nombre ahora mismo, pero no me recuerda…quiero decir si sabe quién soy, pero no lo que somos…
-Tranquilo. – trato de animarlo el rubio. – todo se va a solucionar, se que ese tonto no te puede olvidar por mucho tiempo.
-¡¿Y si no se soluciona?! – grito parándose exaltado.
-Tranquilo Misaki…se que todo se va a solucionar, ahora vamos a recoger unas cuantas cosas a tu casa, te quedaras unos días en mi casa, vengo en un momento, debo ir a hacer una llamada.- dijo parándose y caminando fuera de su campo de visión.
Llego a la habitación del escritor y entro no sin antes anunciarse.
-Hola Usami-san ¿Cómo se encuentra? – dijo acercándose a la cama.
-Bastante confundido….¿podrías responderme algunas preguntas?- dijo con su habitual expresión seria.
-Con gusto.- dijo para luego sentarse en la silla que estaba al lado de la cama.
-¿Por qué Misaki se puso así?.
-¿Enserio no recuerdas nada?
-Recuerdo a Misaki, pero a ti no te recuerdo de nada….y aun no comprendo porque Misaki se puso de esa manera.
-No puedo decirte todo…solo diré que eres alguien muy importante para Misaki y yo soy amigo de él desde hace unos años…espero de todo corazón que recuperes tu memoria.- se paró de la silla dándole la espalda. – lamento no poder ayudarte más, pero deseo que descubras las cosas por ti mismo.
-Solo una cosa más… ¿Takahiro está casado?- pregunto volviendo a sentir aquel vacio que sintió al escuchar a su antiguo amor decirle que se casaría.
-…..-dudo en responderle pero al final decidió decirle. - Tiene un hijo….- caminando hacia la puerta mirando al otro antes de cerrarla y sonriéndole.
Volvió con Misaki quien se veía con la vista perdida en el techo, le puso las manos en los hombros y la movió un poco. – Mi-sa-ki~ Ya baja a la tierra, tenemos que irnos, hay muchas cosas que buscar.
Llegaron al parqueo con un rubio casi arrastrando al castaño, pues este quería volver al lado del peli plata, tras una pequeña discusión el terrorista logro que el romántico entrara en el auto y pusieron rumbo hacia la casa del primero.
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