Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La libertad no es gratuita por Litziar

[Reviews - 111]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Perdón por tardarme mucho, estube de vacaciones y no tenia con que actualizar el fic. Pero finalmente aqui esta.

Como recompensa por haber esperado tanto actualizare el miercoles que viene tambien.

Disfruten su lectura!

Capítulo 11:

-¡Haru!- el castaño llamaba a su amado pero este no respondía – ¿¡Donde estas!?-.

“¡Y si le ha pasado algo malo!” esos eran los pensamientos que tenía Makoto, solo podía pensar en la situación en la que se en contrario a su pequeño delfín.

Paso mucho tiempo buscándolo por la escuela, hasta que dio por hecho que Haru no se encontraba ahí, tal vez había regresado a casa.

-¡Mako-chan!- la voz del rubio llamaba a Makoto de lejos. Al parecer ya tenía puesto el uniforme de nuevo.

-¡Makoto-sempai!- Rei también estaba con Nagisa.

Ambos chicos se acercaron a Makoto, el cual se veía muy alterado –Chicos, no encuentro a Haru por ningún lado ¡¿Qué tal si le ha pasado algo malo?!- el de ojos verdes estaba a punto de estallar en lágrimas por la preocupación.

-Tranquilícese Makoto-sempai, no hay que empezar a hacer malas suposiciones- El peli azul trataba de calmar a Makoto.

-¡Y si Haru está sufriendo en estos momentos, no debí haberle negado el entrar al agua!- se lamentaba el castaño.

-Si no le hubieses negado el agua expondrías a tu hijos- Rei trataba de hacer que Makoto entrara en razón.

-Mako-chan, no te preocupes te ayudaremos a buscarlo- Nagisa trataba de demostrarle apoyo a el castaño para que este se calmara.

- Tal vez Haruka-sempai se ha ido a su casa, vaya a su casa y vea si está el ahí, mientras Nagisa-kun y yo estaremos buscando en distintos lugares- sugirió Rei

Todos aceptaron aquella idea, Nagisa y Rei salieron a buscar en la calle mientras que Makoto fue corriendo a cambiarse para así poder ir a buscar a Haru en su casa, si tenía suerte puede que estuviera allí.

El camino a la casa de Haru se le hizo eterno, tuvo que ir corriendo pero aunque aumentara la velocidad no llegaba a su destino. “Por favor, que Haru esté bien” pensaba repetidamente en su mente mientras corría, hasta que llego a la casa de Haru.

Normalmente este tocaría la puerta pero en esta ocasión el de ojos verdes solo entro a la casa por la puerta como si se tratara de su propia casa.

-¡Haru!- ahora se encontraba dentro de la casa gritando el nombre de su pareja- ¿Estás aquí?-.

No había respuesta. Entro a la cocina, la sala… pero no lo encontraba.

 

El castaño decidió subir a la planta de arriba para continuar su búsqueda, entro a su cuarto pero no se hallaba ahí, el único sitio que faltaba revisar era el baño. Cuando este abrió la puerta de baño se encontró con una sorpresa.

Haru estaba sentado en la tina, en traje de baño, con los ojos cerrados los cuales tuvo que abrir al notar la presencia del contrario.

-¿Makoto?-.

-¡Haru donde habías estado, me tenías muy preocupado!- decía alterado el castaño al ver a su pareja -¡Porque no avisaste que ya te ibas, que tal si te pasaba algo y yo ni en cuanta!- Makoto empezaba a regañar a Haru.

Haru estaba disgustado, odiaba que los demás le gritaran no toleraba eso – Makoto cálmate- el pelinegro lo veía desde la tina.

-¡Como quieres que me calme cuando te desapareces y me dejas solo sin saber nada!- Makoto estaba muy enojado, tanto que hasta sorprendió al pelinegro, solo había visto a Makoto realmente tan enojado una vez hace ya mucho tiempo, pero no se quedaría de brazos cruzados para escuchar como lo regañaban.

-Yo no tengo porque decirte cada cosa que hago o voy a hacer- levanto la voz el delfín, pero no lo suficiente como para llegar a ser un grito.

Esas palabras afectaron mucho al castaño – ¡Somos una pareja, las parejas tienen que estar al tanto entre ellos!-.

Haru desvió la mirada, tal vez Makoto tenía la razón en eso, pero esas palabras lo hacían sentirse acorralado, todo lo contrario a lo que él quería ser y sentir, es por eso que él había empezado a nadar porque dentro del agua podía sentirse libre de cualquier obligación, pero ahora que no puede nadar como él quiere se siente despojado de su libertad y con el hijo que espera esta aún más amarrado a obligaciones y a una persona llamada Makoto.

-Tal vez no deberíamos ser pareja- esto lo dijo en voz casi inaudible pero el castaño aun así pudo escucharlo.

-Si eso es lo que quieres… bien- Makoto salió del baño y se fue de la casa de Haru sin decir nada más.

El de ojos azules solo lo observo irse, él había dicho eso porque así tal vez podría sentir un lazo menos en su cuello, pero no fue así solo sintió como esos lazos se ajustaban aún más.

“¿Pero qué he hecho?” empezó a sentir remordimiento en su conciencia, “tengo que ir tras el” se dijo a sí mismo el pelinegro, pero justo cuando iba a salir de la tina sintió una pulsada de dolor en su vientre.

 

 

Haru se arrodillo en el suelo con sus brazos alrededor de su vientre. La verdad es que no era la primera vez que tenía dolores así en el abdomen, pero él nunca había hecho nada al respecto ya que pensaba que era normal, tampoco le había dicho nada sobre esto Makoto ya que conociéndolo se preocuparía demasiado.

“Solo debo ir a recostarme un rato” se dirigió a su dormitorio para cambiarse de ropa y dormir “Tal vez mañana no deba ir a la escuela, de todos modos mañana es viernes” pensaba mientras que acariciaba el bulto de su vientre.

El fin de semana no fue muy agradable para el pelinegro había tenido dolores abdominales un poco más constantes y pudo notar algo de sangre cuando hacía del baño, pero la misma ignorancia de Haru fue la misma él seguía creyendo que eso era normal en los embarazos.

“Tal vez tampoco deba ir a la escuela mañana” pensó el pelinegro, la verdad es que no se sentía muy bien tanto físicamente como mentalmente para volver a ver a el de ojos verdes.

Y así fue, Haru no se presentó a la escuela el lunes, ni el martes ni el miércoles.

-Chicos, no creen que ha pasado mucho tiempo desde que vimos a Haru-chan, ¿será que le habrá pasado algo?- Nagisa fue el primero en darse cuenta de que algo podría estar pasándole a Haru.

-Ciertamente, no ha venido a la escuela ya varios días- dijo Rei, él también había empezado a preocuparse.

-¿Mako-chan, no sabes algo sobre Haru-chan?-.

-Ehh… tampoco se nada sobre el- Makoto se había puesto nervioso con esa pregunta, la verdad es que había estado tan enojado que ni se había dado cuenta de la ausencia de Haru ahora que se había dado cuenta estaba más que preocupado.

-Tal vez debamos ir a verlo a su casa después de la escuela- sugirió Rei.

-Sí, así nos podrá explicar porque no ha venido a la escuela—

-Esperen chicos, puedo ir yo si quieren, después de todo tengo algo de qué hablar con Haru- Makoto trato de convencerlos, ellos no estaban enterados de la pelea que había tenido con el delfín.

Al final logro convencerlos y después de que terminaran las clases se dirigió rápidamente a casa de Haru, “Espero que este bien” “Tal vez me odia tanto que hasta decidí dejar la escuela” “Debo pedirle perdón por haberle gritado “esos eran los pensamientos de Makoto.

(Mientras tanto)

Haru se encontraba en la cocina preparando algo de comer, en otro contexto, friendo caballa. Estaba en traje de baño porque le había dado hambre en medio de su ducha.

 

 

Ya estaba lista la caballa cuando de repente tubo unas nauseas muy grandes que hicieron que fuera al baño corriendo.

“Agg, pensé que ya habían pasado las náuseas” se puso de pie y fue nuevamente a la cocina, ya no tenía hambre, así que decidió tomar un plato y guardarla en el refrigerador para comerla después, pero cuando abrió el refrigerador para colocar el plato con caballa dentro sintió como los dolores de abdomen regresaban, tan fuertes que hasta tiro el plato al suelo haciendo que este se rompiera.

Haru pudo escuchar como la puerta de su casa se habría.

-¡Haru! ¿Dónde estás?- esa era la voz del castaño el cual ya había llegado a su destino.

-Makoto- susurro con dificultad el pelinegro, no quería que el de ojos verdes lo viera de esa forma así que decidió pararse y simular que todo estaba bien sin él.

Cuando el castaño llego a la cocina encontró a Haru de espaldas.

-¿Q-qué necesitas Makoto?- trato de hablar seriamente, pero el dolor no se lo permitió, apenas y podía estar de pie con ayuda de la orilla de la mesa.

-Haru, necesito que hablemos seriamente- al parecer el castaño no se había dado cuenta de lo que le sucedía al contrario.

-Makoto, en este momento no puedo…-

-¿Por qué no has venido a la escuela?-pregunto con un tono de voz un poco más calmado, no quería que el pelinegro se diera cuenta de lo preocupado que estaba.

-…-

-¡¿Me odias tanto como para no darme la cara en este momento?!- se alteró al no escuchar respuesta.

Pero justo en ese momento el menor no pudo más. El dolor se había intensificado cuando Makoto había llegado. El empezó a arrodillarse en el suelo  mientras que una de sus manos se aferraba a la mesa- M-makoto- era lo único que podía decir mientras que unas pequeñas lagrimas salían de sus ojos.

-¿¡Haru, que sucede!?- el mayor se acercó al menor con intenciones de ayudarlo.

-Makoto… me duele- decía entre lágrimas el pelinegro.

-¿¡Que te duele Haru!? ¿¡Quieres que te lleve a la cama!?- el castaño trataba de buscar la solución.

- No… quiero ir al hospital-

 Finalmente Haru se había percatado de que esos dolores no eran algo normal en su embarazo.

 

Notas finales:

Nuevamente volvere a actualizar los VIERNES asi que no se preocupen, la proxima vez que se me olvide les dejare que me den algunos cocasos por irresponsable.

Hasta pronto!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).