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La libertad no es gratuita por Litziar

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Notas del capitulo:

Perdonenme por no actualizar en mucho tiempo (otra vez jeje). Tube una crisis de creatividad. Pero aqui está el capitulo. Creo que trabajo mejor bajo presión.

Disten la lectura!!

Capítulo 13:

-El día de hoy ya podemos darte de alta- la doctora entro a la habitación donde como ya era de esperarse se encontraba Makoto haciéndole compañía a su delfín favorito.

-¿Entonces puedo irme ya?- pregunto el pelinegro mientras que el castaño solo lo miraba un tanto preocupado.

-Claro, pero con la condición de que tomes los medicamentos y tengas mucho reposo en casa- termino de hablar la doctora.

Haru empezó a prepararse para irse con la ayuda de Makoto, mientras que sus padres se encargaban de algunos papeleos en la recepción del hospital.

Cuando finalmente llegaron a casa de Haru, Makoto ayudo a acomodar algunas cosas y verificar que todo estuviera bien. Pero la mente de Makoto no podía dejar de pensar sobre la pelea que habían tenido antes.

-Bueno creo que ya es todo- dijo Makoto mientras tomaba un suéter que llevaba consigo y se despedía de Haru dejándolo sentado en el comedor.

-Makoto…-.

-Ya debo irme- las lágrimas amenazaban con salir en los ojos del castaño.

-Makoto…- la voz del pelinegro estaba a punto de quebrarse.

Makoto volteo de inmediato al escucharlo de esa forma, pero para su mayor sorpresa el pelinegro se hallaba llorando, una acción que solo había podido presenciar muy contadas veces el castaño.

-¡H-haru!- el de ojos verdes no pudo evitarlo, fue a abrazar a su pequeño delfín de inmediato.

El abrazo del castaño fue correspondido por parte del pelinegro.

-Makoto… todo esto es mi culpa- decía entre lágrimas.

- No Haru, es la mía… no debí dejarte solo- de sus ojos también empezaron a salir esas pequeñas lagrimas amenazadoras.

- Pero yo dije cosas malas- dijo el pelinegro escondido en el pecho del mayor-A demás casi mato a nuestros hijos por no cuidarme bien-.

-Tranquilo Haru ya verás que todo va a salir bien, yo estoy aquí para ayudarte a cuidar de nuestros hijos-.

-Makoto…-.

 

 

 

Pasaron un buen tiempo llorando juntos, en silencio. Ambos desahogaron todo lo que sentían desde hace tiempo. Tal vez eso era lo que necesitaban ya que solo caras de alegría se habían mostrado desde la noticia, si definitivamente les vino bien el desahogarse.

Makoto paso la noche junto a su amado Haru, fueron a la cama y ambos de recostaron ya más calmados.

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Ya han pasado dos semanas desde que Haru salió del hospital.

Ha dejado de asistir a la escuela por órdenes de la doctora y también ha dejado de hacer muchas otras cosas como nadar.

De vez en cuando iba a ver las prácticas del equipo y como consuelo por no poder nadar Makoto le compraba helado. Y así pasaba toda la práctica sentadito en una banca observando la práctica de natación mientras comía helado de manera silenciosa. En ocasiones la maestra Amakata o Gou le hacían compañía a Haru pero el prefería siempre estar solo.

Tal vez se pregunten que pasara con el lugar bacante que Haru había dejado, pues este fue ocupado por tres chicos que habían entrado la semana pasada, se podría decir que Nagisa los obligo a entrar. Ellos respondían a los nombres Hotaru, Chiaki y Takashi, todos de primer año.

Los tres son buenos nadando pero ni siquiera juntos se podían igualar a Haru, por lo que los entrenamientos eran cada vez más pesados y largos para poder poner al corriente a los principiantes.

-¡Muy buen trabajo chicos¡- hablaba Gou desde una orilla de la alberca- Esto será todo por hoy, descansen mucho este fin de semana, el Lunes tendremos un entrenamiento muy extenso-.

-¿Otra vez? Gou-chan ya estoy muy cansado- Nagisa se quejaba.

-Nagisa-kun compórtese frente a los chicos nuevos- le regañaba Rei.

-No hay tiempo que perder, pensándolo bien también mañana hay que entrenar, las regionales están muy cerca-.

No todos se veían muy contentos por el cambio de opinión de Gou pero la verdad ella estaba en lo correcto, estaban a menos de dos meses de las competencias regionales y si querían llegar y tener buenos lugares debían entrenar muy duro.

Todos fueron a casa después del entrenamiento, y como ya era costumbre Makoto iría a casa de Haru y se quedaría a dormir como todos los viernes, aunque últimamente se quedaba a dormir más veces entre semana para estar más tiempo con Haru y poder estar al pendiente de él.

 

-Makoto, quiero cenar caballa- decía el de ojos azules mientras que el más alto le ayudaba a secarse después de una larga ducha en su pequeña tina.

-¿Otra vez quieres cenar caballa?- decía sorprendido- pero si ayer te la acabaste toda-.

-Entonces tendrás que ir por más-.

-¿¡Ehh!?- el castaño realmente no tenía muchas ganas de ir a la tienda a comprar caballa pero el haría cualquier cosa por su pequeño delfín- Está bien, iré por más cuando termine de secarte el cabello-.

Makoto salió a la tienda como había prometido, tardo un poco más de lo esperado ya que había algún tipo de problema con la caja registradora, pero no fue tanto tiempo el que tardo. También llevo algunos bocadillos de más por si acaso Haru lo necesitaba.

Cuando regreso del súper la primera imagen que encontró de su novio lo dejo encantado, Haru vestía una de las camisas de Makoto, las cuales normalmente le quedaban un poco grandes, pero ahora eran de las pocas prendas que no le quedaban muy ajustadas, llevaba puestos unos shorts largos y encima se estaba ajustando el delantal azul que siempre ocupaba para cocinar. Su ya no tan pequeño vientre de cinco meses era más que notable, y más cuando traía puesto aquel delantal que se ajustaba a su cuerpo a la perfección.

El de ojos verdes se acercó al pelinegro y ofreció ayuda para ajustar su delantal.

-Te ves adorable- uno de los pensamientos del más alto salió de su boca en ese momento.

-Yo siento lo contrario-.

-Eh? Por qué?-.

-Siento que… me veo gordo- dijo Haru mientras desviaba la mirada.

Una pequeña risa salió de los labios de Makoto.

-Lo vez te estas riendo de mi-.

-Haru, no eres gordo, solo estás embarazado-.

-¿Entonces porque últimamente no me tocas?-.

Al parecer las hormonas de Haru empezaban a alborotarse con el embarazo, el Haru normal nunca diría eso.

-Lo hago porque no quiero dañar a los bebes- le explico el más grande- además que no te toque no quiere decir que ya no te quiero-.

Ahora Makoto se encontraba abrazando a Haru por detrás.

El de ojos azules solo puedo sonrojarse ante las acciones y palabras de su pareja.

Notas finales:

Jeje, en serio perdón por tardarme, les dejare mi facebook para que puedan regañarme a travez de este (mis amigos dicen qe soy masoquista jeje) cada que se me olvide actualizar.

https://www.facebook.com/profile.php?id=100004120247986&ref=ts&fref=ts

Lo cree hace poco, asi que no se impresionen si casi no tengo amigos ,etc.

Bye bye!


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