Capítulo 3:
-Haru, yo…te amo, ¿aceptarías salir conmigo?-.
Un silencio incomodo reino entre ellos cuando el pelirrojo hizo aquella declaración
-Rin…- el pelinegro estaba impactado, el realmente no esperaba escuchar eso- agradezco tus sentimientos, pero…-.
-Pero…-el pelirrojo presiono al pelinegro
-Pero no puedo corresponder tus sentimientos como tus esperas- Haru se encontraba con la mirada fija en el suelo-es decir, yo también te quiero pero…solo como amigos-.
Rin bajo la cabeza en señal de decepción- ¿Por qué?... ¿Acaso ya estas con alguien más?-.
Haru no contesto aquello pregunta.
-Tu silencio afirma mi pregunta-Rin ahora miraba a Haru con ojos tristes pero a la vez ¿enojados?- Esa persona con la que estas… es Tachibana ¿cierto?
Haru nuevamente no respondió pero ahora también había desviado la mirada.
Rin empezó a caminar silenciosamente de regreso a los vestidores.
-Rin…-.
El pelirrojo se paró en seco y sin siquiera voltear a verlo dijo- Algún día…- Hizo una pequeña pausa- regresare por ti, Haru- y sin decir más, el pelirrojo siguió avanzando dejando a tras al pelinegro en aquel lugar.
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-Y bien, ¿Qué fue lo que le respondiste a Rin?-el rostro de Makoto se empezaba a tornar serio.
Haru se quedó en silencio, pero no tardo en contestar-No debes preocuparte por eso, yo solo te amo a ti-.
-Haru- La voz de Makoto sonaba aliviada y contenta pero su rostro no se veía tan convencido por aquella respuesta- yo también, solo te amo a ti-.
Dicho esto el mayor se inclinó tomando la barbilla del menor para así besarle, esta vez el más pequeño había abierto un poco la boca, lo suficiente para que el mayor pudiera meter su lengua en ella, su lengua recorrió toda su cavidad para así terminar haciendo un pequeño baile con la lengua del contrario.
-“No puedo dejar que Rin se acerque de nuevo a mi Haru, debo marcar mi territorio en el”- pensaba Makoto cuando besaba a Haruka.
El mayor se separó un poco del menor- Haru…- susurro con dulzura en la oreja de este último-quiero hacerte el amor- el castaño tenso sus brazos los cuales ya se encontraban alrededor de la cadera del pelinegro.
-Todavía tenemos clases… y este no es un lugar adecuado para hacerlo- Haru trataba de zafarse de los grandes brazos de su novio.
-Vamos- Makoto tomo la mano de Haru y empezó a caminar rápidamente a través del corredor.
-¿A dónde vamos?- el menor protestaba
-A un lugar adecuado- respondió el mayor
-“Debo macar rápido lo que es mío”- pensó Makoto
El pelinegro no volvió a decir ni una palabra así dejando se llevar por el castaño el cual lo llevo a los vestidores del club de natación.
Una vez dentro de los vestidores Makoto cerró la puerta y se dirigió hacia Haru para así empujarlo de manera suave hacia la pared y sin esperar un momento más empezó besando a Haru en los labios.
Los besos eran asfixiantes e intensos y provocaban que una que otro gemido se escapara del más pequeño.
-Makoto…alguien podría venir… ah!- el castaño había acariciado el miembro del menor por encima de la ropa, esto provoco que el miembro de Haru tuviera una erección.
-Nadie vendrá, todos están en clases y aún faltan más de tres horas antes de que alguien venga al club-.
Makoto empezó a desabrochar los botones de la camisa de su novio, dejando expuesto todo su pecho. Makoto empezó a tocar los pezones de Haru con su mano derecha mientras que la izquierda acariciaba el miembro de Haru por encima del pantalón.
Cuando ya había jugado los suficiente con los pezones del menor, lo suficiente como para dejarlos duros, tomo los brazos del menor para así forzarlos a estar sobre la cabeza del menor y evitar que este pusiera resistencia.
-¡Makoto…mis brazos… duele!-.
El castaño ignoro al pelinegro y empezó a desabrocharle el pantalón con la mano que tenía libre.
Haru ponía resistencia, movía las piernas para así hacer que la tarea de desabrocharle el pantalón con solo una mano se hiciera casi imposible para Makoto.
-Tranquilo… todo estará bien, no te hare daño- la voz del mayor sonaba confiable.
Dicho esto el menor se rindió y permitió que el más grande le quitara el pantalón y en seguida la ropa interior
– Te vez lindo- el castaño sonaba un poco excitado.
Las mejillas del menor se ruborizaron- no digas esas cosas tan de repente-.
Makoto empezó a acariciar al miembro del menor- Estas duro, Haru- enseguida empezó a masturbarle con rapidez.
-Makoto… detente, voy a venirme…- lo voz del menor apenas se escuchaba y era un poco entrecortada.
-Vamos puedes venirte si quieres- el castaño le pedía al pelirrojo pero este se resistía- Si vas a poner resistencia no me dejas de otra-.
Makoto empezó a desabrocharse los pantalones. Se los quito junto con la ropa interior.
-¡¿P-porque te los quitas?!- el menor se veía y sonaba asustado.
El castaño solo sonrió un poco y de un solo movimiento levanto al menor poniendo las piernas de este en sus hombros, con las piernas abiertas mientras que su espalda se apoyaba de la pared.
-Haru, relájate- sugirió el más grande.
Y sin que el pobre de Haruka lo esperar, Makoto entro en él. Primero empezó con movimientos lentos q8ue causaban que el menor gimiera con dolor.
-M-makoto…ah!-.
Las envestidas cada vez empezaban a ser más rápidas y fuertes, Makoto entraba lo más profundo que podía.
-¡Duele…Makoto para!-.
Al principio el menor sentía un dolor intenso, pero no paso mucho para que el dolor se transformara en placer, el cual provoco que un líquido caliente y un poco espeso saliera del miembro de este- ¡Ah… Ahh!-.
-Te ves realmente… adorable- el castaño hablaba entrecortado.
El castaño salió del menor y lo empezó a bajar lentamente hasta que este quedo de pie, el mayor volteo al más pequeño de forma que este le daba la espalda y sus brazos quedaban apoyados contra la pared.
-Haru, agárrate fuerte- Makoto le aconsejo a su amado.
El menor no entendía porque le había dicho eso- Makoto, para que quieres que… ¡ngh!- el castaño había vuelto a entrar al menor haciendo que este no terminara de hablar.
-¡Duele… Makoto!-.
El castaño ignoro al pelinegro y empezó a envestirlo con fuerza. Las piernas de Haru lo amenazaban con dejarlo caer.
-Haru… voy a venirme- el mayor apenas pudo hablar.
Haru sintió como un líquido era expulso por el miembro de Makoto que se encontraba dentro de él, en ese momento ambos sintieron una ola de placer y calor que recorría sus cuerpos.
-Perdón- Makoto se disculpó.
-No importa…- Haru respondió con un hilo de voz.
El castaño ayudo a pararse bien al pelinegro y plantarle un dulce y suave beso en sus labios- Te amo Haru-chan-.
Haru ignoro el “chan” que siempre le había molestado- Yo también, Makoto-.
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Un martes por la mañana Haru se encontraba frente al inodoro devolviendo todo lo que había cenado la noche anterior.
-“Que me sucede, últimamente he estado vomitando todo lo que como”- pensó Haru un poco preocupado- “Incluso me he sentido mareado”-.
Cuando al fin había terminado de devolver, Haru trato de no darle importancia al tema decidió dar comienzo a, su ya tradicional, baño antes de ir a la escuela.
Preparo la tina y empezó a quitarse la ropa que tenía encima, así quedando solo en su típico bañador. Metió un pie en la tina y luego metió todo su cuerpo, el agua estaba agradable.
Haru jugo un poco con el agua y cuando se cansó de jugar con este se sumergió en el agua.
-“Puede que haya comido algo que me hiciera daño al estómago”- pensaba – “Ya se me pasara”-.
En ese momento, sin que el pelinegro lo esperara, el asco había vuelto a atacar obligando a que este tuviera que salir de la tina a toda velocidad para dirigirse al inodoro, nuevamente.
Haru estaba vomitando frente al inodoro cuando de repente la puerta del baño se abrió. Era Makoto, había llegado para recogerlo he ir a la escuela juntos, como de costumbre.
-¿¡Haru!?- el castaño casi se desmaya al ver al pelinegro de esa forma- ¿¡estás bien!?- gritaba mientras se arrodillaba junto a él.
(Fin cap. 3)