Hola, Me llamo Perseus Jackson pero todos me dice Percy, tengo 13 años y tengo una vida relativamente normal, mi madre me crio con ayuda de mi padrastro Paul es un buen tipo me da mi espacio y apoya a mi madre, también platica conmigo y no me hecha la culpa de todo como las demás personas, soy una persona tranquila aunque los profesores y la mayoría de los adultos opinen lo contrario, la mayoría de los problemas en los que me veo envuelto lo juro no son mi culpa, es como si todas las cosas extrañas y los problemas me siguieran solamente a mí, después de que me expulsaran de tres escuelas diferentes ya no me quedaban más opciones que estudiar donde trabajaba Paul lo había estado evitando desde que tengo memoria, no quería entrar a donde el trabajaba me daba miedo quedarle mal porque sabia que irremediblemente algo malo iba a pasar.
Percy se encontraba nervioso y su mama lo sabia desde que había ido a dejarlo a la escuela donde trabajaba su esposo, sabia que el miedo de su hijo era a descepcionarlos, pero ella lo entendia era la segunda vez que lo vivía después de todo, agradecia infinitamente a los dioses la oportunidad que le daban a Percy de crear mejores memorias, pero como veía todo volvia a ser similar, solo esperaba que no surgiera ninguna nueva profecía, pero había una cosa que le preocupaba y sospechaba que era cosa de Afrodita, su hijo nunca había sido feo con sus hermosos ojos verdes que le recordaban a Poseidon y a la vez le remontaban al mar, un mar tranquilo y jugueton, sus rasgos eran totalmente similares a Poseidon era guapo sin lugar a dudas, pero por algún motivo que volvia repetir sospechaba que era cosa de Afrodita su hijo ahora era muy lindo, y si decía lindo no guapo, tenia unos rasgos mas finos aunque seguía pareciéndose a Poseidon , sus ojos eran un poco mas brillantes (si es que eso era posible) su estatura seguía siendo baja y que decir de su figura era delicada, tenia la figura de un nadador, piernas que a su corta edad ya estaban formadas, pero eso no le quitaba la delicadeza de su figura, le preocuba de sobre manera que algún alumno mayor quisiera pasarse de listo y esto se lo había hecho a saber a Paul.
-Bye madre, te quiero- estaba tan encerrada en sus pensamientos que no se dio cuenta cuando llegaron a la entrada de la escuela.
-Bye amor cuídate, ten te prepare unos panecillos- la sonrisa de Percy la saco de todos sus preocupaciones, le dio un beso en la frente al entregarle los panecillos y partio.
Percy camino lentamente rumbo a su nueva escuela ya no estaba tan nervioso había decididio que daría lo mejor de si para evitar crearle conflictos a su padrastro evitaria a toda costa los problemas, de ser necesario no se moveria, esas eran sus intensiones pero como siempre no todo salia como el queria.
Iba distraido tratando de leer donde seria su nuevo salon trabajo que ocupaba toda su atencion debido a su dislexia,caminaba tan distraido que no se fijo en la figura mayor que estaba delante ocasionando que chocara e irremediablemente cayera de lleno en el suelo y llamara la atencion del otro alumno el cual volteo al sentir el golpe.
-perdon trataba de encontrar mi salon e iba distraido- se disculpo percy desde el suelo tratando de apoyarse en algo para levantarse,cuando de repente sintio que lo jalaban poniendolo de pie y en seguida era empujado contra la pared, genial de todas las personas con las que pudo chocar tenia que haber sido el bravucon de la escuela, cerro los ojos esperando el golpe, de alguna manera sabia como soltarse, pero como habia dicho evitaria cualquier problema aun si esto significaba quedar como victima y resibir el golpe, pero nunca espero lo que siguio.
El bravucon como habia decidido ponerle aplasto su cuerpo con el suyo propio y se acerco a el de una manera donde invadia su espacio personal.
-me has lastimado niño lindo, ahora como planeas recompensarme- cada palabra iba con un tono que percy no supo reconocer no era odio, burla ni sarcasmo
- dudo que con tu cuerpo de simio lograra siquiera hacerte cosquillas, pero felicidades eres capaz de armar una oracion tu solito tu madre ha de estar muy orgullosa de ti- percy sabia que no debia de insultar a su atacante pero era inevitable para el ser sarcastico y mas cuando el no habia hecho nada malo.
-maldito mocoso, no sabes con quien te estas metiendo, seria una lastima pegarle a tu linda carita de niña me la pagaras de una manera mas satisfactoria- la sonrisa de lado hizo que a PErcy le dieran escalofrios no por que le diera miedo porque por alguna misteriosa razon sabia que movimientos tenia que hacer para safarse si no porque no sabia cuales eran las intensiones de su atacante y ahora notaba que el pasillo ya estaba vacio, seguramente las clases ya habian empezado.
-que quieres decir con eso- su voz tembro por un momento
-o de verdad no sabes pequeño, bueno como alumno mayor tengo que enseñarte- el menor sintio como el bravucon empezaba a meter su mano por su playera y eso le dio miedo, cuando apenas iba a reaccionar y golpear a su atacante, lamentaba no mantener su promesa de no causarle problemas a Paul pero de verdad la situación lo estaba asustando nunca nadie había tratado de tocarlo y eso le daba miedo, apenas iba a golpear a su atacante cuando sentía como este era bruscamente jalado y tirado de manera dolorosa al suelo.
-Si respetas tu vida no volverás a intentar hacer lo que pensabas- Percy no había visto el rostro de la persona que lo ayudo pero el tono de su voz causo un pequeño escalofrío en él, y eso termino por romper sus nervios, no lloraría después de todo no estaba tan asustado solo sentía como pequeños escalofríos pasaban por todo su cuerpo.
Pero antes de que pudiera componerse vio como el bravucón se levantaba rápidamente y se dirigía a su atacante.
-No te metas donde no te llaman maldito- ahora que Percy veía a los dos podía notar las diferencias, el bravucón era un joven robusto, cabello castaño, ojos cafés y facciones toscas y salvajes, mientras que su “salvador” era igual de alto, cuerpo que muchas de sus compañeras dirían que es de infarto, cabello negro, ojos igualmente negros que en ese momento solo reflejaban odio y sed de matar a alguien, su rostro era serio de tez blanca pero sin lugar a dudas un joven apuesto y misterioso.
- Te lo repito si respetas tu vida vete en este mismo momento- el bravucón al ver la mirada del extraño no dudo en salir caminando a paso rápido, pisando fuerte- Solo me voy porque ya empezaron las clases, pero no piense que te sales con la tuya, nos vemos luego princesa- Percy odiaba que lo trataran como a una niña, por eso siempre traía su cabello lo más corto que pudiera pero últimamente no había podido ir a cortárselo asi que le caía graciosamente por la cara dando un toque inocente, realmente odiaba a veces su aspecto delicado de seguro los dioses lo odiaban o algo asi.
-Yo…. Gracias- lo único que le quedaba era agradecer a su salvador.
-Ten más cuidado niño- como que niño, ya tenía 13 años y estaba seguro que el otro tendría unos 14, solo que la estatura de ambos no era de acuerdo a su edad.
-Me llamo Percy- dijo en un tono molesto
-Lindo nombre NIÑO, puedes decirme Nico- comento el otro joven sonriendo de lado al notar la molestia en la cara de Percy.
Percy solo se le quedo viendo con molestia, cuando de la nada empezó a reír sorprendiendo a Nico.
-Sabes seremos grandes amigos- el comentario descoloco al mayor, que confianza la de Percy para asegurar tal cosa con un desconocido, pero el sabía que asi era Percy. Que si lo conocía o claro que lo conocía era la única persona a la que había amado, había durado en encontrarlo pero por fin lo tenía cerca y no se iba a alejar lucharía porque el príncipe del mar fuera feliz y nada ni nadie lo molestara.
-Eres raro Percy- dijo con una sonrisa a la cual Percy solo demostró una sonrisa más amplia- pero eso es lo que me gusta de ti- dijo desconcentrando a Percy y retirándose por uno de los pasillos dejando al menor sin saber que pensar.
El resto del día fue relativamente normal, ya que la mayoría de las niñas le había mandado papelitos preguntando su número de teléfono, donde vivía, que si no quería ser su novio y más cosas por el estilo, aunque los papelitos no solo eran de niñas sino que también uno que otro niño se los mandaban también, a todos contestaba que no con una amable sonrisa que lejos de desanimar a los jóvenes los enamoraba más, pero Percy estaba más entretenido pensando en el último comentario de Nico a que se refería con que era lo que más le gustaba, era en forma de amigos verdad.
Cuando era hora de salir al receso no quiso sentarse con nadie, asi que se dirigió al patio y se sentó bajo un árbol, se sentía tranquilo y sin darse cuenta cerro los ojos y empezó a quedarse dormido, a lo lejos Nico lo veía fijamente notaba los cambios en Percy y entendía por qué le intereso al Bravucón, volteo al cielo- No debiste de meterte Afrodita- no era que no les gustara el hijo de Poseidón estaba más hermoso, pero honestamente lo que a él le gustaba era la manera de ser del ahora menor, su valentía, fortaleza y hasta su defecto fatídico era de admirarse.
Empezó a caminar para acercarse antes de que alguien intentara aprovecharse del ahora dormido joven en el trayecto vio como varia miradas eran dirigidas a Percy y otras tantas a él pero se encargó de desviarlas con una mirada no muy amable de su parte.
Cuando llego movió un poco el cuerpo del menor para que se levantara, logrando que abriera un poco sus ojos, Percy al reconocer al joven le indico que se sentara a su lado medio dormido todavía.
-No deberías dormir a mitad del patio sabes- comento Nico viendo como Percy luchaba por mantenerse consiente logrando una escena muy tierna para el mayor.
-Lo siento no dormí bien anoche estaba nervioso- comento el de ojos verdes mirando a los oscuros ojos y sin avisar acostándose con su cabeza en las piernas del mayor.- Déjame dormir asi un rato, sitio Nico, por favor- sus ojos ya estaban cerrados demostrándole a Nico que era un sí o sí.
-Está bien yo te levanto- sonrió internamente al empezar a acariciar los cabellos del menor, no podía creer que tan rápido fuera amigo de Percy y más que este ya tuviera la confianza como para acostarse sobre sus piernas pero siempre había sido asi, confiaba en las personas muy fácilmente y eso solo demostraba lo inocente que era, y el cuidaría esa inocencia que caracterizaba al menor, aunque fuera solo como su amigo.
A lo lejos solo se veía como unos ojos azules veían la tierna escena con un poco de coraje maldito hijo de Hades se le había adelantado.