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T'HY'LA por KeepKhanAndKlingOn

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Notas del capitulo:

Kirk y Spock, piel contra piel. La perfecta unión mental se acerca.

Pegado a tu piel




                                Spock no apartaba la mirada de los azules ojos de su T'hy'la. Aunque quisiera no podría pronunciar una palabra. Su mente estaba vacía de toda lógica, nublada por las más intensas y violentas emociones. El doctor McCoy miraba alternativamente a su capitán y a la imagen del monitor, totalmente boquiabierto.

- Ése es... ¿Jim? ¿Eres tú, verdad? ¡El OTRO James Kirk! ¡Qué demonios...!
- ¡Eh! ¡Pero si es Bones...! - Exclamó el Almirante desde Nuevo Vulcano al advertir la presencia del médico. - Viejo amigo, como me alegra verte, estás tan... por Dios, ¡sois todos tan jóvenes...!
- ¡Almirante no hay tiempo para esto! ¡Spock está ardiendo y no sé qué más puedo hacer! - Interrumpió Jim desesperado.
- Venir a Nuevo Vulcano a toda pastilla sería lo recomendable, muchacho. Por lo que le he escuchado a Uhura creo que ya estáis en camino. Bien, veamos. ¿Has frotado tus dedos con los suyos? Sí, ya te veo... ¿Y los puntos de presión? Cuello, hombros...
- …omóplatos y columna vertebral... sí, sí... ¡lo estoy haciendo!
- ¡Relájate muchacho! Sé que estás preocupado pero tienes que relajarte: tu respiración será la suya. Y tu mente, Jim, tu mente ES la suya.
    Jim negó con la cabeza varias veces angustiado.
- Ahí no puedo acceder, Almirante. Hay como un muro, un sinfín de emociones negativas que no puedo franquear.
- Eso se arreglará en cuanto lleguéis a casa y Spock te ponga la mano encima.

    Bones y Jim se miraron asombrados, ambos se habían puesto completamente colorados al escuchar ese comentario.
- ¡No, hombre! - Rió el almirante al ver su reacción. - Me refiero a “mi Spock”. Él puede unir su mente a la tuya y prepararte para recibir la de tu Spock. ¿Me he explicado ahora?
- ¿Tiene que ver con esa ceremonia? Cómo se llamaba...  Taluhk nash-veh creo que me dijo...
- Eso vendrá luego. Primero un vulcano ha de preparar tu mente para que la unión sea perfecta.
- ¡Kah-ka! - Exclamó el joven Jim, impaciente por experimentar algo que debía ser tan prodigioso e increíble. Eso le hizo pensar en las veces que, haciendo el amor, Spock había entrado en su mente y en todas las maravillosas sensaciones que aquel vínculo le había hecho sentir.

    De pronto su excitación se vio reflejada en Spock: sus latidos se aceleraron y su respiración se volvió clavicular.
- Concéntrate Jim... - Le aconsejó McCoy. - Su pulso va demasiado rápido. - Dijo revisando las lecturas de su tricorder.
- Mi Spock podrá darte la kuday, la bendición, para que después de declarar ante todos vuestra unión sagrada se os permita uniros para siempre. - El Almirante Kirk se mostró emocionado al decir aquellas palabras y unas lágrimas asomaron a sus cansados ojos acompañadas de una tierna sonrisa. - Es un compromiso de por vida, Jimmy. Imagino que estás seguro de lo que vas a hacer.

    El joven Jim sonrió con la misma emoción y una lágrima se desbordó por uno de sus párpados deslizándose lentamente por su mejilla. Spock lo advirtió y una leve sonrisa se asomó casi imperceptiblemente a sus labios.
- No he estado más seguro de nada en toda mi vida. - Respondió acariciando el mentón de su amado.

    El tricorder de McCoy, todo el tiempo dirigido a Spock, empezó a pitar indicando que algo iba mal. Observó las lecturas y vio que la respiración, la temperatura y la presión sanguínea se habían disparado.
- Almirante Kirk, ¿qué puedo hacer? - Preguntó Jim asustado.
- ¡Aprisa! ¡Quítate la ropa! ¡Abrázalo! Necesita el contacto con tu piel. Mantenlo pegado a tu cuerpo hasta que podáis ser transportados al Monte Seleya. Procura respirar con calma y él te seguirá. Acaricia sus puntos de presión y aguanta, pronto habrá pasado todo. Voy a avisar a Spock, quiero decir a mi Spock. También se lo diré a Sarek, estoy seguro de que querrá estar presente. Oh y tendré que preparar una tufeen hushani, no podéis quedaros sin pastel de bodas. Nos vemos pronto chico. ¡Y no te apartes de él ni un segundo, ni un milímetro...!

    La imagen del monitor se apagó. Jim se quitó el jersey marrón y la camiseta interior negra para pegar su piel todo lo posible al cuerpo de su amante. Bones descubrió conmovido cómo las señales de alarma del tricorder disminuían. En silencio salió de la habitación. Les dejó allí a solas, abrazados y prácticamente a oscuras. Tenía unas cuantas cosas que preparar. Ante todo pensar en cómo justificar el transporte de ocho tripulantes del Enterprise a Nuevo Vulcano dejando al resto de la tripulación a bordo y en órbita: la boda debía mantenerse en secreto ante la Flota. ¿Cómo demonios podría yo explicar...? Bueno, solamente es cuestión de encontrar el virus adecuado, se dijo.



        En el puente Sulu se había ganado el respeto de sus compañeros por el modo en que  había solucionado el problema con el pájaro de presa klingon.
- Fue una maniobra brillante, Hikaru. - Le felicitó Chekov alzando su mano para chocarla contra la de su compañero. - La Nebulosa de la Tarántula... esos malditos klingons aún se estarán preguntando dónde está Sirio. – Rió a carcajadas.
- No lo habríamos conseguido de no ser por el señor Scott y sus milagros con el motor de curvatura. - Dijo Sulu sonriendo hacia el puesto de telecomunicaciones, Uhura le correspondió guiñándole un ojo.
- Montgomery es el mejor ingeniero de la Flota, tenemos suerte de tenerle a bordo. - Comentó ella orgullosa.

    El usual silbido del comunicador les apartó de sus cumplidos. Sulu contestó recuperando la seriedad habitual.
- Aquí puente de mando, adelante.
- Señor Sulu, aquí McCoy. ¿Tiempo estimado de llegada al destino?
- Una hora y quinsse minutos, doctor. - Respondió Chekov.
- ¿Alguna nave enemiga a la vista?
- Negativo doctor. Todo despejado. – Esta vez contestó el propio Sulu.
- Perfecto. Los siguientes miembros de la tripulación preséntense ante mí de inmediato en la enfermería: teniente Sulu, alférez Chekov, teniente Uhura, ingeniero jefe Scott y enfermera Chapel. Que el oficial de mayor graduación le sustituya al mando de la nave, Sulu. Esto es una emergencia médica. Les ruego sigan mis órdenes con la mayor calma y discreción posibles. McCoy fuera.

    Se miraron unos a otros con caras circunspectas. La primera en levantarse fue Nyota, seguida de Pavel y Sulu. Una vez sustituidos por el personal de repuesto se dirigieron al turbo ascensor camino de la enfermería. ¿Qué estaría tramando el Médico Jefe del Enterprise?


        Entre tanto en Nuevo Vulcano el Almirante Kirk hacía señas a su t'hy'la para que abandonase la reunión con el resto del Consejo. Spock se echó atrás la capucha, miró a Sarek y luego a Jim que permanecía agitando los brazos a unos metros de la Cámara de los Antiguos Pensamientos, a la mínima distancia a la que le estaba permitido permanecer a un humano. Por sus aspavientos parecía tratarse de algo urgente. Spock se disculpó y abandonó su lugar seguido por un curioso Sarek. Una vez llegaron junto a Jim le encontraron agitado y emocionado, sonriente y ruborizado por la excitación y el esfuerzo.

- ¿Qué sucede, Jim? - Le preguntó Spock pacientemente.
- ¡Están en camino! Tenemos que prepararlo todo... - Jim estaba casi sin aliento. Los escalones del Nuevo Monte Seleya le habían agotado.
- ¿Quiénes, Jim? - Inquirió Sarek.
- ¡Los chicos! Vienen hacia aquí... tu hijo Spock ha entrado ya en trance, he hablado con Jim. Deben unirse en matrimonio... ¡Ahora!
    
    Sarek y Spock cruzaron una mirada con la que parecieron decírselo todo sin palabras. Había llegado el momento de la verdad.

Notas finales:

¿Llegarán Kirk y Spock a tiempo? ¿Estará Jim preparado para lo que se le viene encima? Y ¿qué tal pastelero será el viejo Almirante Kirk?

Gracias por leer. Es un placer compartir todo esto con alguien.


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