Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

T'HY'LA por KeepKhanAndKlingOn

[Reviews - 264]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Tras la ceremonia nupcial tenemos de un lado a los recién casados, de otro a los alternativos Kirk y Spock.

Algo en común




                                                                               La casa de Spock y Kirk en Nuevo Vulcano era acogedora con su perfecto equilibrio entre terrestre y vulcana. Jim se sintió agradecido porque sus viejos amigos se la cedieran por una noche, una tan especial. Necesitaban más que nunca disfrutar de su intimidad y eso, en la mansión de Sarek, habría resultado imposible.

    En la biblioteca, pequeña pero perfectamente organizada, Jim observó con atención la colección de libros impresos en papel. Cuidadosamente colocados en las estanterías reflejaban el gusto del Almirante por la lectura. Distinguió sin dificultad la especial atención que recibían las obras completas de Shakespeare, situadas en el centro con total protagonismo. No pudo evitar sonreír: el inglés del siglo XVI era también su autor favorito.

    En un rincón, posada sobre un pequeño pedestal de madera, descansaba una lira vulcana con incrustaciones en plata. El Embajador Spock tenía los mismos gustos que su marido.

    La sensación de estar en aquel hogar, la palabra que acababa de usar en sus pensamientos para referirse a Spock, todo le resultaba extraño a la par que natural. Aquella muy bien podría ser su casa dentro de unos cuantos años, cuando se retirasen del servicio activo. O tal vez elegirían la Tierra como lugar de residencia. Pero para qué pensar en eso si todavía tenía que pasar tanto tiempo.

        Spock también curioseaba mirando las fotografías colgadas en las paredes, las pequeñas figuras sobre los muebles y una en especial pareció captar totalmente su atención. Jim se acercó para contemplarla a su lado.

- ¿Qué es esta figurilla? - Le preguntó con voz queda, como temiendo romper el silencio.
    Spock le miró algo asombrado, sorprendido por encontrar allí aquel objeto.
- Es una antigua estatuilla que representa a Surak, el padre de la filosofía vulcana. Si no me equivoco es la misma que teníamos en casa cuando era un niño.
- Es posible... tal vez sea un regalo de tu padre, quizás la salvó de Vulcano.

    Ahora los ojos de Spock se habían humedecido. ¿Nostalgia? ¿Pena por la pérdida de su planeta natal?
- Mi amor, lo siento... debe traerte recuerdos muy dolorosos.
    Jim se vio envuelto entre sus brazos y atraído contra su pecho. Los ojos negros no se apartaban de los suyos y vio como unas lágrimas le resbalaban por las mejillas.
- Lo doloroso no es el recuerdo, es la pérdida: saber que todo aquello ya no existe... Mi planeta, la casa donde crecí, mi madre...

    Jim le besó las lágrimas, secándolas con sus labios. Su abrazo se hizo más fuerte. Sintió el calor que desprendía el cuerpo del vulcano traspasando el tejido de sus túnicas blancas. ¿Todavía tenía fiebre?
- Pon Farr aún no ha terminado, sa-telsu. Hemos de consumar nuestra unión.
    Jim dejó escapar una lenta y creciente sonrisa, realmente excitado ante esa idea...
- ¿Crees que el dormitorio estará arriba? - Murmuró entre dientes.
- Esa sería la distribución más lógica. – Respondió Spock con su tono de calma habitual.




                            Al final sí que había whisky en la mesa de Sarek, además de vodka, brandy, agua altair y multitud de manjares incluido un pastel nupcial de nombre impronunciable para Scott pero que tenía una pinta deliciosa.

    Cuando Pavel fue a cortar un trozo el Almirante le paró en seco.
- ¡No se toca! El tufeen hushani lo partirán los novios.
- Pero ellos no están aquí, Almirante... - Argumentó Scott con ganas de probar aquel dulce.
- Pues habrá que esperar a mañana, - dijo Kirk quitándole el cuchillo de la mano a Chekov, - ...es una tradición, Pavel. Los esposos lo trocean y lo reparten entre sus familiares y amigos.
- Esperaremos entonsses... - Se rindió el ruso mientras daba otro sorbo a su copa de vodka y compartía con el ingeniero unas pequeñas bolitas de masa rebozada, una especie de croquetas que les parecieron deliciosas.

        Sarek conversaba animadamente con los compañeros de su hijo, agradecido de que tuviese tantos y tan buenos amigos. El embajador Spock no podía evitar mirarle complacido. No se trataba de su padre, sin embargo sentía por él el mismo afecto y admiración.

- Ustedes seis son los amigos más cercanos a mi hijo, ¿no es así?
- Spock siempre ha sido muy reservado, pero cuando uno llega a conocerle no puede evitar apreciarle... Lo digo como un cumplido, señor Sarek. - Dijo Sulu con prudencia.
- De todos modos nadie más en la nave sabe ni debe saber la clase de relación que mantienen el señor Spock y Jim. - Argumentó Scott.
- ¿Normas de la Flota? - Supuso Sarek.
- Así es. No está permitida una relación amorosa entre el Capitán y el Primer Oficial de una nave estelar. Para la Flota algo así haría peligrar la misión. Podrían anteponer sus propios intereses personales a sus obligaciones, ¿comprende, Sarek? - Aclaró el Ingeniero Jefe.
- Un secreto difícil de guardar, me temo. Más aún tras lo ocurrido hoy. Ahora son esposos, con una unión matrimonial aceptada por la sociedad vulcana.
- Pero Sarek, nadie más en Nuevo Vulcano conoce esta unión. – Intervino el Almirante Kirk.
- No dudo que mi hijo será capaz de mantener algo así oculto, pero ¿qué me dice del joven Capitán? Cuando uní mi mente a la suya descubrí su carácter impulsivo.
- El muchacho conoce las consecuencias que tendría el desvelar su condición de esposos, Sarek. No lo hará, bajo ningún concepto. - Apostilló Kirk.

    La conversación se había vuelto demasiado seria. Uhura alzó su copa y propuso un brindis por los recién casados.
- Brindo por la gripe thelusiana que nos ha permitido presenciar la boda más bonita a la que he tenido el honor de asistir... al menos hasta ahora. – Dijo lanzando un guiño a su prometido que le correspondió con una sonrisa. - ¡Por Jim y Spock! ¡Por su feliz unión!
- Todos levantaron sus copas y bebieron alegres.
- ¡Que sea una unión larga y próspera! – Añadió Sarek. - Por cierto Jim, en vuestro Universo, ¿cómo os las arreglabais tú y Spock? ¿Existían las mismas normas?

    Kirk se sonrojó ante aquella pregunta. Podía sentir las miradas de todos los presentes sobre él. Afortunadamente Spock, atento al devenir de la conversación, intervino oportunamente.
- Nuestra unión no se formalizó oficialmente hasta mucho tiempo después. Durante nuestra misión de cinco años en el Enterprise, era algo privado que se fue desarrollando de manera natural entre nosotros.
- Oh, bueno, algo privado entre nosotros... pero también entre nuestros amigos. – Rió Jim.
- El respeto a nuestra intimidad y la discreción por parte de nuestros estimados compañeros fue algo que siempre aprecié en ellos. Con la salvedad del doctor McCoy, claro. Él lo supo desde el principio... - Spock miró al joven médico allí presente y sintió cómo prestaba especial atención a sus palabras. Trató de ser delicado al expresarlo. -  Bueno, él... no sabía mantener sus ideas exclusivamente dentro de su cabeza.
- Quiere usted decir que era un bocazas... - Dijo McCoy soltando una carcajada. - Dígame, ¿mi yo alternativo solía meterse con usted? Spock y yo acostumbramos a picarnos mutuamente todo el tiempo.

    Spock levantó su ceja y le miró divertido. Añoraba al doctor McCoy y tener ante sí aquella versión joven de su amigo, algo más alto, con los ojos menos azules pero igual de inquisitivos, le hacía sentir alegría en cierta manera.

- Leonard era sin duda el más bocazas, el más inoportuno, el más irritante y molesto individuo al que he tenido el honor de llamar... amigo.
    Jim tomó a Spock por la cintura y besó su hombro. Él también echaba de menos a sus antiguos compañeros, en especial a Bones, su confidente, su mejor amigo.

 

Notas finales:

Gracias a tod@s por leer y por comentar.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).