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T'HY'LA por KeepKhanAndKlingOn

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Notas del capitulo:

Los nacidos bajo el signo de acuario, el portador del agua, son a menudo grandes científicos pues suelen tener una gran capacidad de abstracción. Poseen una personalidad fuerte y atractiva; en ocasiones se muestran tímidos y sensibles, otras veces exuberantes y vivos, pudiendo esconder en las profundidades de su personalidad cierto aire frívolo. Son capaces de ver los dos lados de un argumento por lo que son tolerantes y carecen de prejuicios: están abiertos a la verdad y dispuestos a aprender de todos. Son humanos, sinceros e idealistas. Simpáticos, amables, aman la libertad y no soportan las imposiciones y la rutina.


Son imaginativos y psíquicos. A veces sienten la necesidad de retirarse del mundo para meditar o pensar y se niegan a seguir a la multitud. Son muy curiosos y se ven atraídos por lo distinto y misterioso; son dueños de un instinto y clarividencia realmente fantásticos. Poseen gran facilidad para comunicarse y hacer amistades; tienen el don de despertar la curiosidad y la polémica entre los demás. Sus vidas están llenas de cambios y sorpresas, muchas de ellas fortuitas.


Los nativos de Acuario, como Pavel Andreievich Chekov, son creativos, innovadores y gozan de una gran imaginación. Pueden llegar a ser criticados por su manera de pensar y actuar, pero de esa forma enseñan a los demás a ampliar sus criterios y mentalidad. Su misión en la vida es tener una visión humanitaria, altruista y futurista que mejora la existencia de aquellos con los que se cruzan en el camino.

El portador del agua


 


«Fatiga es esforzarse con las tareas que otro empezó.»


- Heráclito de Éfeso -


 


                                                                              Alex le examinó a fondo, análisis de sangre incluido, hasta quedarse tranquilo: a Pavel no le pasaba nada malo, al menos físicamente. Todo estaba dentro de los parámetros de normalidad.


   - Déjale dormir, Sulu. Puede quedarse aquí o llévalo a tu camarote, lo que él prefiera. - El doctor guardó su instrumental y desconectó el monitor de vigilancia médica sobre la camilla donde yacía el ruso.


   - Pavel, cielo... - Le susurraba el japonés. - ¿Quieres quedarte en enfermería?


   - Niet! - Abría los ojos a duras penas, estaba muy cansado. - Quiero a mi ranita... - Musitó sentándose en la camilla y echándole los brazos al cuello a su amigo.


   - Me lo llevo, Alex. - Dijo Sulu cargando en brazos con Pavel.


   - Si vuelve a vomitar, llámame. - El doctor sonrió al verle llevar así a Pavel. - Aunque dudo que suceda, si no le preguntas nada no volverá a tener problemas.


 


              Le dejó encima de la enorme cama y fue a buscar el muñeco sobre la cómoda. Se lo entregó y vio cómo Pavel lo abrazaba para ponerse de lado, doblando las rodillas igual que hacía siempre antes de dormirse. Con cuidado, Sulu le quitó las botas y los pantalones. Tuvo que pelear con Kermit para sacarle el jersey rojo a su amada rosa. Le acarició la piel del pecho, besando los botoncitos sonrosados y sonriendo al verle abrir los ojos un momento.


   - Ay, moy drug! *(amigo mío) – Murmuró entre dientes. - Tengo sueño... abrássame.


       Volvió a su postura estrujando la ranita contra su pecho, aguardando a que Sulu se acoplara a su espalda y le pasara el brazo por el costado. Cuando le tuvo pegado a su cuerpo, Pavel suspiró. Ya podía dejarse llevar por Hipnos al mundo de los sueños.


 


                             Se encontró a sí mismo perdido en un inmenso desierto de arenas rojizas. De algún modo supo que estaba en el quinto planeta del Sistema Ocampa, localizado en el Cuadrante Delta. El mundo de origen de la raza de Jal Valek, que fue devastado hacía dos décadas por exploradores de otra Galaxia quiénes, “accidentalmente”, destruyeron la atmósfera del planeta con partículas nucleogénicas obligando a sus habitantes a vivir debajo de la superficie. Desde entonces el agua era el bien más preciado por los Kazon dada su escasez.


   - ¡Tú, portador del agua... tú sagrado brujo... ayuda a este pueblo sediento... cura su mundo...!


       La voz resonaba en su cabeza, no podía distinguir su procedencia aunque sí que pertenecía a una mujer. ¿La de los ojos violeta? Tal vez...


   - ¿Cómo voy a hasser algo así? - Pavel le gritaba al cielo incandescente sobre su cabeza.


   - Kronos sobrevivió gracias a ti. Eres sabio, poderoso brujo...


   - En Kronos había agua en la superfissie. - Se encogió de hombros. - Tras la explosión de Praxis solamente tuve que descontaminarla, re-encaussarla, fabricar diques de contenssión... Fue senssillo, aunque llevó su tiempo. Pero esto que me pides... ¡Este lugar es un desierto!


   - ¡Haz que llueva y todo volverá a ser como antes en Ocampa! - La mujer gritó más fuerte en su mente.


   - ¿Hasser que llueva? ¿Cómo? El planeta está ionissado, es imposible... ¡Vosotros metisteis la pata aquí y ahora...! - Pavel se puso en jarras gritando a la vasta nada que se extendía ante sus narices. - ¿Ahora yo tengo que arreglarlo?


   - Es tu destino, hermoso brujo. Tú les devolverás a los kazon el preciado y líquido elemento... - La voz sonó con cierto eco alejándose de la cabeza del ruso.


   - ¿Destino? ¡Menuda jugarreta! ¡Eh, oye...! - Levantó la mano derecha sobre su cabeza, tapando el sol que le daba directo en los ojos. - ¡No puedes hablar en serio!


       La voz de Cassandra se había esfumado. Pavel pateó furioso el suelo con las botas y nubes de polvo encarnado flotaron alrededor de sus pies.


   - Hasser que llueva... devolverles el agua... - Rezongaba agitado entre sueños. Una sacudida a su espalda terminó de despertarlo.


   - Pavel, tenías una pesadilla. - Sulu le apretaba contra su pecho. - ¿Estás bien?


     El genio saltó disparado de la cama, poniéndose los pantalones y llevándose las botas y el jersey rojo en las manos, salió por la puerta del camarote. Su amigo se levantó y se vistió para seguirlo, algo le decía que Pavel tenía trabajo que hacer.


   - He de darme prisa, a Khan no le queda más que esta noche y mañana. Eso hassen... - calculó por el pasillo camino de ingeniería, - ...unas treinta y seis horas. Ay, yebát! *(joder) ¡No sé si me dará tiempo!


   - ¿Tiempo para qué? - Le agarró del brazo delante del turboascensor. - Pavel... ¿en qué estás pensando?


   - Tengo que construirlo... - Dijo sin mirar a su amado, con los ojos aguamarina brillantes y perdidos en el infinito. En su cabeza ya dibujaba los planos del artefacto que haría llover sobre el planeta Ocampa. - Sulu, nessesitaré ayuda. - Volviendo de su ajetreada mente, agarró los hombros del capitán y le gritó. - ¡Quiero a Kevin y a Quiroly en ingeniería! ¡Ya!


      La puerta del elevador se abrió y Pavel dio la orden de bajar a la cubierta A. Sulu se quedó en el pasillo rascándose la cabeza. Se dirigió al comunicador más cercano y pulsó el botón para hablar con el puente de mando.


   - Aquí el teniente Peter Kirk, adelante, cambio. - Sonó la voz del pelirrojo.


   - Pete, soy yo, Sulu. Oye, dile a Kevin que venga al Enterprise. Pavel le necesita en la sala de máquinas, que se dé prisa.


   - Claro. Ya ha oído Sjare, llame a la Excelsior. - Ordenó a su oficial de comunicaciones.


   - Y dile a Quiroly que baje también a echar una mano. - Añadió el japonés.


   - ¿De qué se trata, capitán? - Preguntó el joven alférez levantándose de su puesto de navegante.


   - Ni idea, Edward... - Hikaru fue sincero, no sabía qué pretendía construir su rosa. - Tú ponte a las órdenes de Pavel, él ya te dirá. Sulu, fuera.


 


            Pasó horas dibujando con un marcador blanco los planos de aquella especie de satélite. Solicitó, a través de Peter, que T'rak y Azetbur transportaran los materiales a la Enterprise. Ambas obedecieron sin hacer preguntas, imaginando que el ruso tendría claro qué hacer con todos aquellos paneles y demás piezas de repuesto de sus naves de presa. Kevin le miraba encantado, le gustaba verle pensar. El alférez Quiroly no salía de su asombro, estaba ante un auténtico genio en plena ebullición mental.


   - ¡Es increíble! - Exclamó el muchacho viendo ya la forma del aparato dibujarse en la pantalla del ordenador secundario en ingeniería. - Esa cosa... ¿la pondrá en órbita alrededor de Ocampa? Parece un satélite.


   - Tendremos que pedir permiso a Jal Valek, pero sí... - Kevin sonrió. - Esas son sus intenciones.


   - ¿Para qué sirve? - Preguntó Edward.


   - Ya veremos, chico... - El irlandés sacó una petaca del bolsillo trasero de su pantalón y le pegó un buen trago a su whisky. - ¿Quieres? - Le ofreció a Quiroly quien sonrojándose lo rechazó. Aún no había cumplido los veintiuno y no tenía costumbre de beber. - ¡Eh, Chekov! - Le llamó con rudas maneras para llamar su atención, sabía bien que estaba absorto en su trabajo. - ¿Un traguito? - Le estiró el brazo con la petaca.


       El ruso se giró para mirarle y sonrió. Acercándose tomó la botella de su mano y se la llevó a los labios. Tragó el líquido con cara de asco.


   - ¡No es vodka! - Se quejó. - ¡Aj, no me gusta, Kevin! - Se la devolvió dejándose atrapar entre los fuertes brazos de su colega.


  - ¿Qué hace esa cosa que vamos a construir? - Le preguntó aprovechando que tenía toda su atención.


   - ¿No lo adivinas, Kevin? - El ruso se separó de su agarre y se acercó a la computadora. Movió las caderas hacia delante, dándole pequeños empujones con la pelvis a la consola mientras gritaba... - Da... da... da!


     Aquel sexy movimiento hizo que Quiroly se sonrojara de nuevo y mirase hacia otro lado, la sonora risotada del irlandés se le contagió y terminaron los tres riendo a carcajadas.


   - Así me gusta, que os divirtáis. - Les interrumpió Sulu con ironía. - ¿Qué se supone que es esto? ¿Una fiesta de ingenieros? - Preguntó señalando la petaca en la mano del irlandés.


   - ¡Oh, moy drug... no seas tan serio! - Pavel se le enganchó del cuello y le plantó un beso en los labios.


   - Vamos a construir un aparato para ponerlo en órbita alrededor del mundo Ocampa. - Explicó Quiroly a su capitán.


   - ¿Para qué? - El japonés se deshizo de los brazos de Pavel y le miró con los ojos rasgados entrecerrados.


   - Yo, el poderoso brujo... el salvador de Kronos... el portador del agua... - Pavel giraba sobre sus pies con los brazos abiertos hacia la cubierta de la sala de máquinas, - ...¡Haré que llueva! - Gritó exaltado.


   - ¡Madre de Dios! - Exclamó Kevin llevándose la mano a la cara con gesto de vergüenza ajena. - El viajecito a la nave oscura no le ha sentado nada bien.


   - ¡Todo lo contrario, compañero! - Le gritó Pavel volviéndose a mirarle. - ¡Me ha abierto los ojos!


   - Lástima que no podamos hablar de eso. - Apostilló Sulu no sin cierta amargura. - Bien, os dejo trabajar. Alex acaba de darme el alta, vuelvo a ser el capitán de esta nave así que... - Mirando a los tres hombres de rojo se sonrió. - ¡Manténganme informado de sus avances, caballeros! Estaré en el Puente. - Les dijo despidiéndose con formalidad.


 


       Bajo las directrices de Pavel todo el equipo de ingeniería del Enterprise y parte del Excelsior que acudió a colaborar, emprendieron la construcción del aparato diseñado por el ruso. Como había poco tiempo y mucho por hacer, solicitaron que los klingons y los romulanos también arrimaran el hombro. Las tres razas colaboraron codo con codo en el proyecto. Debía estar listo para cuando Khan y el chico kazon terminasen con sus tres días de supervivencia en Talos IV.


 

Notas finales:

Gracias por leer, gracias por comentar.

Dejo un gif que me hace reír. Es Pavel, de joven, corriendo por los pasillos del Enterprise repitiendo "Puedo hasserlo... puedo hasserlo..."

http://33.media.tumblr.com/cae23f52622e3a5ef28280a159edc0db/tumblr_mnnqfpLXKo1s35g1fo3_250.gif

¡Siempre ha estado algo chiflado!


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