Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

T'HY'LA por KeepKhanAndKlingOn

[Reviews - 264]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Tras el ataque del Tal'Shiar y su alianza con los klingons rebeldes quedó inaugurada la era del Terror. Una época oscura donde nadie podía confiar en nadie, salvo, tal vez, en los viejos amigos de siempre. Un momento de la Historia del que ni humanos, klingons ni romulanos podrían estar orgullosos en el futuro. Una época que todos estaban deseando dejar atrás.

 

La era del terror

 

 

                                                                                   T'rak estuvo segura de que su emperador estaba implicado en los planes del Tal'Shiar cuando descubrió que los prisioneros capturados en la Base Estelar habían sido trasladados de inmediato a Rura Penthe sin que pudiera interrogarles. Curiosamente ninguno de ellos llegó con vida al planeta prisión. Eso la puso sobre la pista de la alianza que el ex-servicio secreto romulano había establecido con los rebeldes klinglons, algo que Jim se temía desde el principio. Lursa, el emperador romulano, había huido hacía semanas y se desconocía su paradero.

 

                  Aquella mañana Azetbur contactó con el Canciller Korrd en Kronos. Efectivamente sus suposiciones eran ciertas: una encubierta guerra civil había estallado en el planeta de origen de su raza y Korrd no podía hacer mucho por detenerla.

   - Klaa, mi hijo adoptivo, insiste en enviarnos lejos a mí y a su esposa. - El viejo general parecía agotado, como si llevase días sin dormir. - Voy a tener que hacerle caso. Ningún lugar es seguro ya en Kronos, Azetbur. Contamos con la lealtad de unos pocos hombres, del resto no podemos fiarnos.

   - Lo entiendo, Bazthum debe estar a punto de dar a luz. Acudid a mi palacio en HarOs, me reuniré allí con vosotros pronto, en cuanto T'rak solucione el vacío de poder en Rómulo. - La canciller saludó a su amigo y cortó la comunicación.

       Abrazada a su amante romulana, Azetbur no pudo evitar que el llanto brotara silencioso. Sus pueblos se veían enfrentados, hermanos contra hermanos, en sendas guerras civiles no declaradas que mermaban sus fuerzas día tras día. ¡Tantas vidas sesgadas y las suyas propias en peligro!

 

       Jim descubrió que el Tal'Shiar se había aliado con la casa Duras, la segunda más poderosa de Kronos, dirigida por B'Etor, un terrible general klingon con fama de cruel y despiadado. El tal B'Etor luchaba por hacerse con el título de Emperador de Kronos, vacante tras la misteriosa muerte del anterior poco antes de que la Base Estelar XXIII fuese atacada.

       La Federación continuaba con sus investigaciones pero por cada rebelde descubierto surgían dos nuevas células que imponían la ley del terror con atentados por todas partes; en Kronos, en Rómulo y Remo, incluso en la Tierra habían estallado las bombas. Las embajadas permanecían cerradas, la vía diplomática estancada. Demasiado riesgo con todo plagado de espías, nadie se fiaba de nadie.

         Los Imperios Klingon y Romulano estaban al borde del colapso sin emperadores en sus tronos, era hora de que las dos amazonas tomasen su lugar.

 

                  Días más tarde el capitán Kirk asistió junto al capitán Sulu, el comandante Riley y los tenientes Chekov y Black, al nombramiento de sus amigas, T'rak y Azetbur, como Emperatrices de Rómulo y Kronos respectivamente. Peter y Johnson, con sus hombres, se ocuparon de la seguridad del evento.

   - Ahora debéis tener más cuidado que nunca, queridas mías. - Les dijo en la sala de ceremonias del Alto Consejo romulano. - Han puesto precio a vuestras cabezas. B'Etor y Lursa no pararán hasta acabar con vosotras y nombrarse a sí mismos emperadores de vuestros mundos. ¡Cualquiera podría intentar acabar con vuestras vidas!

   - ¿Has dicho B'Etor, Jim? - Pavel se puso pálido al oír el nombre.

   - Sí, es el líder de los klingons rebeldes... - Respondió el rubio. - Si asistieras a las reuniones no tendrías que preguntarme.

       El ingeniero jefe había estado muy ocupado durante semanas con las reparaciones de su nave. Cuando las finalizó siguió manteniéndose al margen de todo; no se sentía bien desde que Dionisio le había dado su sangre, ni siquiera dejaba que Khan entrase en su cabeza... pero en aquel momento perdió el control de su mente por un instante.

   - ¿Que B'Etor te hizo qué? - El sobrehumano leyó sus pensamientos y lo que vio no le gustó nada.

   - ¡Cállate! - Le gritó el ruso. - ¡Sal de mi cabessa!

       No quería hacerlo, pero con un gesto de su mano Khan voló por los aires hasta estrellarse contra la pared opuesta, golpeándose violentamente la nuca quedó inconsciente.

   - ¡Pavel! - Le gritó Sulu corriendo hacia su amada violeta.

  - Yebát! *(joder) – Exclamó llevándose las manos a la boca asustado por lo que había hecho.

   - Calma, cariño... - Jim le abrazó con fuerza. - No ha sido a propósito... pero tienes que tranquilizarte, podrías hacernos daño sin querer.

    Kevin, T'rak y Azetbur le miraban con asombro. El brujo parecía tener más poder que nunca.

   - ¿Lo ves? - Chilló Pavel soltándose de Jim. - ¡Por esto no quiero saber nada y me quedo ensserrado en ingeniería! La sangre de ese dios me ha dado demasiada fuerssa y no sé controlarla... ¡Sulu! ¿Está bien? - Le preguntaba a su amante viendo cómo atendía a Khan en el suelo.

   - Se recupera, sí... - Respondió el japonés. - Anda, vuelve al Enterprise. Ya hablaremos luego. - Le sugirió, o más bien se lo ordenó como capitán.

    El ruso asintió con la cabeza, saludando a las dos nuevas emperatrices con una reverencia desapareció por el largo pasillo para pedirle a Peter que le transportaran a bordo. El pelirrojo controlaba a todo el mundo que subía o bajaba de la nave.

   - No lo ha hecho adrede, anata... *(cariño) - Khan se apoyó en Sulu para ponerse en pie. Aún estaba algo aturdido.

   - ¿De qué le conoce? - Quiso saber Jim. - Pavel, a ese B'Etor... ¡Vamos, Khan... contesta!

   - Dos costillas rotas, múltiples laceraciones en la espalda, una rodilla fuera de su sitio, una fisura anal... - El moreno enumeraba las heridas que aquel klingon le había hecho a su novio en el pasado.

   - ¡Ese hijo de perra! - Escupió Sulu comprendiendo que Pavel le habría conocido en Kronos.

   - Espera... - Kevin se rascaba la cabeza. - ¿Has dicho "fisura anal"?

   - Yo mismo le reventaré la cabeza con mis propias manos. - Khan lo dijo con su voz más grave. Hablaba en serio. En sus ojos azul hielo llameó la ira.

   - Eso si damos con él. - Intervino Azetbur. - Los míos le están buscando desde que Jim nos informó de su alianza con Lursa.

   - Yo le encontraré. - El sobrehumano salió de la sala de ceremonias sin decir una palabra más.

 

     Jim, Kevin y Sulu estuvieron de acuerdo en escoltar a las Emperatrices hasta HarOs, planeta en el que establecerían su Gobierno. Uno solo, sí. Dado que las dos estaban del lado de la Federación decidieron aunar fuerzas para acabar con la alianza rebelde entre el Tal'Shiar y la casa Duras. Las dos naves de la Flota las escoltaron hasta dejarlas a salvo en su palacio, en aquel lugar situado en el extremo donde los cuadrantes Delta, Beta y Alfa se tocan.

 

                  Después de aquello, el Enterprise llevó a Jim hasta la Base Estelar XXIII, desde donde partió en una nave klingon hacia la Tierra junto a parte de la tripulación de Riley que fue reemplazada por nuevos miembros. Considerando que el Tal'Shiar extendía sus redes por toda la Galaxia, Inteligencia decidió que el capitán Kirk sería más útil en el Cuartel General. El Excelsior permanecería indefinidamente en órbita defendiendo HarOs. El comandante irlandés, ascendido ahora a capitán, renovó su contrato sin fecha fija para volver a casa.

       Sulu, al mando del Enterprise, cubría el cuadrante Delta siempre alerta ante el ataque del enemigo. Los cinco majes más poderosos de Ocampa se unieron a la lucha del lado de la Federación. Culluh, de los Nistrim, Surat de los Mostral, Minnis de los Pommar, Haron de los Relora y el mismo Jal Valek de los Oglamar, pusieron sus cruceros de guerra a disposición de la Flota y de las nuevas Emperatrices.

 

 

              Pasarían meses hasta que Khan, a bordo de una nave kazon, diese con el rastro de B'Etor que se había ocultado en uno de los satélites abandonados del sistema de Aldebarán en la constelación de Tauro. Viajó hasta allí durante días en compañía de Lorah, casado ya con Valek, siguiendo la pista que les llegó desde la Tierra donde Jim continuaba con sus efectivas investigaciones. Sulu no pudo hacer nada por detenerle cuando decidió perseguir al klingon rebelde. Pavel ni siquiera lo intentó.

   - Mi joven esposo es un gran guerrero ahora, Sulu. - Jal se mostraba orgulloso del hombre en el que se estaba convirtiendo su amado muchacho. - Lorah y Black darán con B'Etor y acabarán con él, estoy convencido. No temas por tu violeta, ya ha demostrado que es muy fuerte.

   - No temo por su vida, sé bien de lo que es capaz y exactamente eso es lo que me preocupa. - Respondió el japonés buscando sus pantalones por el suelo.

   - Ya sé, le ordenaste que le trajesen vivo y crees que el teniente Black quizá no cumpla con ese mandato buscando vengarse de lo que el klingon le hizo a vuestro otro amante. - Jal tiraba de su brazo, quería volver a meterlo en su cama.

   - ¡Ah, Valek...! - Protestó Sulu intentando soltarse. - ¿No te he dado ya bastante?

   - Nunca tengo suficiente de ti. - Contestó echándoselo encima y devorándolo a besos.

      Llevaba horas encerrado el camarote del kazon, sudando debajo y encima de él, volviéndolo loco con su olor y dando rienda suelta a la lujuria que sentían cuando estaban juntos. Imaginaba que, tal vez, Lorah y Khan habrían hecho lo mismo durante su largo viaje persiguiendo al klingon hasta el cuadrante Beta. Aún así no se sentía muy bien con lo que estaban haciendo.

   - Jal... - Murmuró cuando pudo apartar la cara a un lado. - Para, por favor... - Se revolvió bajo su peso. - ¡Escúchame, joder!

    El maje se tumbó a su lado mirando al techo, sabía lo que el humano le iba a decir.

   - Sí, vale... ¡Se acabó la diversión! Ya puedes vestirte y regresar a tu nave con tu rosa. - Le dijo con fastidio.

   - Jal, yo... - Sulu se apoyó en el fuerte pecho del kazon para clavarle los ojos rasgados entrecerrados. - Les amo. A Pavel y a Donald. Ya lo sabías. Esto... entre tú y yo... debe terminar. ¡Eres un hombre casado!

   - Es cierto. ¡Estoy de acuerdo! - Jal cerró los ojos y aspiró el aroma del humano que flotaba a su alrededor. - ¡Ay! - Suspiró. - Oye, si tu brujo se enterase... ¿qué me haría? - Preguntó sin mirarle.

   - Nada, él ya lo sabe. - Sulu se levantó y volvió a buscar sus pantalones.

   - Me alegra que no sea un tipo celoso. - Rió el kazon. - He oído que es capaz de reventar una nave a distancia.

   - Es capaz de eso y de mucho más pero... - El japonés encontró al fin su ropa colgando de una lámpara en el techo. Tuvo que saltar sobre el colchón para alcanzarla.

   - ¿Pero qué? - Valek rebotaba con los saltos del japonés, aquello le hizo reír.

   - Pues eso, que esto se acabó. Pavel está muy raro desde que Dionisio le revivió con su sangre y sus poderes aumentaron... Le cuesta controlarse, cuando tiene uno de sus prontos es de temer. Un mal gesto y acabaría con cualquiera. - Sulu agitó las manos dándole a entender a Jal que estar cerca del ruso era toda una aventura. - El pobre se aísla cada vez más, evitando los conflictos para no arriesgarse a sentir ninguna emoción negativa. Me tiene muy preocupado. Y ahora que Donald no está me siento culpable por dejarle solo.

   - Sulu, amigo, tú cuida de tu rosa como sabes hacer. - Valek se puso en pie envolviéndose con la sábana para acercarle las botas. Habían terminado encima del armario cuando al kazon le dio el arrebato y desnudó a toda prisa al japonés. - Mi pueblo encontrará a los klingons rebeldes, vuestro servicio de inteligencia acabará con el Tal'Shiar y todo esto terminará algún día. Entonces podrás regresar a tu mundo, a tu precioso planeta azul, y vivir tranquilo con tus dos flores por el resto de tus días.

    El capitán terminó de vestirse y le miró a los ojos. Aquel extraterrestre le comprendía mejor que nadie y eso que apenas le conocía.

   - Cómo me gustaría, Jal. - Le dijo con tristeza. - Lo que has dicho... vivir con mis amantes una vida tranquila y en paz. Sin embargo creo que eso no llegará nunca.

   - ¡Ya verás como sí, hombre! - Le estrechó entre sus fuertes brazos con una gran sonrisa. - Todo irá bien, Sulu. Entre todos acabaremos con los terroristas. ¡Anda, ve a regar a tu rosa... - bromeó soltándole, - si es que aún te queda algo en la manguera!

   - Hasta la vista, amigo mío. - Se despidió el capitán. - La próxima vez no voy a dejar que me desnudes. - Le dijo sonriendo, abriendo los ojos de par en par al ver asomar aquel enorme miembro cuando el kazon dejó caer la sábana.

   - Una pena que te quedes sin probar esto dentro de ti. - Valek se agarró sus partes y se carcajeó. - Sé que con algo de paciencia y mucho lubricante acabaría entrando...

   - ¡Adiós Jal! - Sulu negó con la cabeza sin dejar de reír, saliendo de la habitación del maje hacia la sala del transportador. Conocía bien el camino.

 

Notas finales:

Gracias por leer. Gracias por comentar.

Hoy no hay imagen, dejo un vídeo musical con un protagonista al que tod@s queremos mucho.

https://www.youtube.com/watch?v=uhBewKu80Mg

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).