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T'HY'LA por KeepKhanAndKlingOn

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Notas del capitulo:

Pavel le pide a Sulu que haga un juramento. No quiere perderle cuando regresen a la Tierra.


El ruso olvida que existe inevitablemente una diferencia entre la ruta marcada y la que finalmente se sigue, a ésta última curiosamente se la llama derrota.

 

El juramento y la derrota

 

 

                                                                            Después de la cena y las copas de rigor, los kazon y Riley se despidieron en la sala del transportador. Alex había estado muy cariñoso con Peter durante toda la noche y le arrastró a su dormitorio en cuanto los invitados desaparecieron. Pavel les vio marcharse por el pasillo de la cubierta C, acaramelados como un par de adolescentes.

   - ¡Son una pareja pressiosa! - Exclamó el ruso con una mirada risueña. - Siempre han estado los dos juntos... sin nadie más.

   - No como nosotros... ¿verdad? - Sulu frunció los labios y entró a su camarote.

   - Cada uno es como es, anata *(cariño) – Khan se le acercó por detrás para quitarle la casaca roja del uniforme de gala.

   - ¡Eh! ¡Que tu cumpleaños no ha terminado! - Exclamó Pavel. - Vamos, lyubimiy moy... *(amor mío) ¡Enssiende eso de una vess!

   - Espera, apagaré las luces. - Khan dejó solamente encendida la de la mesita de noche.

   - ¿Qué estáis haciendo, florecillas mías? - Preguntó Sulu con una tímida sonrisa.

   - Tú quédate ahí tumbado en la cama y ya lo verás. - Le respondió su violeta.

   - Sí, solamente tienes que disfrutarlo... moy drug *(amigo mío) – Pavel resplandecía con una brillante sonrisa en los labios.

      Tal como le había prometido, el genio le dedicaría un numerito a Sulu por su cumpleaños. Khan encendió un aparato y la canción empezó a sonar. Una batería, los acordes de un bajo, una guitarra eléctrica y una voz en falsete que pedía a quien le escuchara que le dejase ser su luz eterna...

   - Yo me quedaré aquí, Pavel, si no te importa. ¡Adelante! - Le invitó a que comenzara su actuación con sus ojos azul hielo sonrientes y sus preciosos hoyuelos.

      El moreno se había sentado sobre la cómoda junto a Kermit, desde allí podía ver a Sulu tendido en las sábanas, con la sorpresa dibujada en la cara cuando el ruso empezó a bailar sensualmente delante de él.

   - ¿Qué es esa canción? - Quiso saber el japonés incorporándose hasta quedar sentado en el filo de la cama.

   - Jim me la envió, es de principios del siglo XXI. Me gusta cómo suena... ¿no hace que se mueva increíblemente bien? - Miraba a su novio contonearse con la melodía.

   - Es la cosa más sexy que he visto jamás... - Sulu estuvo de acuerdo.

 

          Poco a poco Pavel fue quitándose la ropa. Chaqueta y botas fueron apartadas de una patada. Se desabrochó despacio la camisa, dejando al descubierto sus pezones sonrosados; Sulu se relamió con anticipación. El ruso, casi como un profesional, se tocaba el pecho y los costados provocando a sus dos espectadores. Pero aquello era principalmente para Sulu.

       Girándose un poco asomó un hombro bajo la camisa que controlaba con las manos, luego mostró el otro, guiñando un ojo al japonés acabó lanzándole la prenda a la cara. Hikaru a su vez se la pasó a Khan. El moreno la recogió y se echó a reír. Sulu se deleitaba ante la visión de la piel inmaculada de la espalda de su rosa, con el tatuaje sobre la rabadilla anunciando un trasero glorioso que pronto estaría también al descubierto, unas nalgas duras y prominentes que Pavel no dejaba de palmear, acariciar y apretar con sus grandes manos, moviendo las caderas al ritmo de la música, volviendo la cabeza para sonreír a Sulu con picardía y echarla hacia atrás dejándole ver su apetitoso cuello.

     Le costó algo más deshacerse de los pantalones, casi pierde el equilibrio con la consecuente risita de Khan pero el momento de enseñar la ropa interior, unos slips ajustados de color negro, fue tremendamente sexy ya que coincidió con esa parte de la letra de la canción que dice: “¡Oh baby, ¿no lo ves? Está brillando sólo por ti...”

     Pavel se tomó su tiempo entreteniéndose con la cinturilla de la prenda, deslizando sus dedos por debajo haciendo ver que iba a quitárselos para girarse de inmediato y seguir con su baile tan sensual y provocador, meneando su sabroso culito delante de las narices del cumpleañero que no podría ponerse más colorado aunque quisiera.

     Khan se reía todo el tiempo, tapándole los ojos a Kermit con sus manitas verdes de trapo. Su novio se mordía los labios al retirarse uno de los dedos de la boca, acercándose a Sulu y ofreciéndole su abultado paquete sin dejar que lo rozara. Al final el japonés se las arregló para que la tela de los calzoncillos se deslizase por los apretados muslos hasta los tobillos, dejando a la vista una incipiente erección que estaba deseando besar.

 

        Khan silbó y aplaudió entusiasmado cuando la música terminó. Sulu había estirado los brazos y tomaba a Pavel por las manos acercándoselo, haciendo que se pusiera de rodillas sobre la cama.

   - Arigatou... aishiteru *(gracias... te quiero) – Le susurró haciendo una pequeña reverencia con una dulce sonrisa en los labios. - ¡Ha sido fantástico, rosa mía!

   - Ya tebya lyublyu! *(te quiero) – Respondió Pavel del mismo modo.

   - ¿Me hacéis un hueco? - Khan saltó de la cómoda a la cama sobre sus dos amantes, dejando a Kermit de cara a la pared, como siempre. - De golpe me ha entrado mucho calor... - Susurró con su voz más grave.

      El moreno se desvistió a toda prisa, rozándose contra la espalda de Pavel que no dejaba de besar a Sulu, atrapado bajo sus piernas. Cuando estuvo listo, Khan tomó a su novio de la cintura sentándolo sobre su regazo, entrando en él y sujetándolo con firmeza. Aquello hizo que Pavel gritase de placer.

   - ¡Con cuidado, violeta mía! - Le advirtió Sulu. - Quiero que se corra dentro de mí...

   - ¡Quítate los pantalones y túmbate ahí mismo, anata! - Khan hablaba entre jadeos, totalmente excitado con los meneos que Pavel daba a sus caderas encima de él. - Yo le tenderé sobre ti cuando estés preparado...

   - Da... da....! - Gemía el ruso. - Me encanta cuando habláis de mí como si no estuviera... - Bromeó echando las manos hacia atrás hasta rodear el cuello de Khan y atraerle la cabeza junto a la suya para besarle en los labios.

   - Mmm... moy dragotsennyy muzh... *(mi precioso esposo) – Musitó el moreno entre sus labios.

 

       Sulu se había desnudado ya y se acariciaba sus partes contemplando el espectáculo de sus dos flores ante él. El redondo trasero de Pavel rebotaba sobre los duros muslos de Khan, el chasquido al golpear sus cuerpos le traía de cabeza... dos de sus dedos acabaron el la boca del ruso que los lamió hasta dejarlos empapados con su saliva. El japonés bajó la mano introduciéndosela entre las nalgas, haciendo que la zona se dilatara y humedeciese.

   - Estoy listo... Khan... - susurró mirándolo con los ojos rasgados entrecerrados por el deseo, - ...tráele aquí.

      El moreno empujó a su novio hasta tumbarlo sobre su amante, sin salir de él le cogió el miembro y lo colocó frente a la estrecha abertura de Sulu.

   - ¡Aaah, Hikaru! - Pavel le notó envolviéndole el sexo, apretándolo y estrujándolo con los movimientos de empuje de Khan a su espalda.

   - Onegai...! *(por favor) – Gimió Sulu intentando apartar al ruso apoyando las manos contra sus caderas.

   - Demasiada presión... - Murmuró Khan echándose hacia atrás. - Tu peso y el mío... Pavel... ¡No seas tan brusco! - Le regañó tirándole del pelo.

   - Ay... Lyubov! *(amor) – Protestó saliéndose de Sulu.

   - Cambiemos de postura... - Sugirió Khan. - Anata, ¿prefieres estar en el medio?

   - Me da igual... - respondió casi sin aliento, - ...pero le quiero dentro... ¡Aaah, Pavel...!

   - Da, moy drug...!

      Sulu se había girado poniéndose de medio lado sobre su costado derecho, dejando que Pavel le tomase ahora desde atrás. Khan les observó embelesado un momento, se movían como dos serpientes entrelazadas, cogió aire y se acopló con esmero al otro lado de la cama, quedando así el japonés entre los dos.

      Le miraba a los ojos mientras su novio le penetraba, a través del tel *(vínculo) podía sentir lo que Pavel estaba experimentando. La lujuria le cegó y abrazó a Sulu con fuerza, restregando su fibroso cuerpo contra el suyo, frotándose más y más rápido, respirándole en la cara, lamiéndole la boca y entrando en ella con la lengua cada vez que el capitán la abría para gemir con el placer que Pavel le estaba regalando en su interior.

   - Ay, moy drug... me corro... - susurró Pavel con una exhalación y un gruñido.

   - Watashi mo... *(yo también) – Suspiró el japonés.

   - Y yo... - Khan se vació sobre el vientre de Sulu al sentir cómo él hacía lo mismo.

      Pavel había puesto los ojos en blanco por un instante, descargando su semilla en el interior de Sulu, tal y como él había pedido. Ahora les miraba a ambos con los ojos aguamarina brillantes de amor.

   - Dos meses más... - Resollaba sin fuerzas acariciando el pecho del japonés. - ¡No quiero que esto termine...! Hikaru, moy drug... ¡Júrame que vivirás con Khan y conmigo en la Tierra!

   - Oyasuminasai! *(Buenas noches) – Dijo Sulu como única respuesta.

   - Calma, mi vida... - Khan le habló sin palabras. Miraba a Sulu a los ojos mientras lo hacía. - Está sonriendo. Sabes que no nos separaremos nunca.

   - No lo ha jurado... - Se lamentó Pavel. - Hikaru, pazhalsta... *(por favor) – Repitió su súplica con voz lastimera. - Júrame que vivirás conmigo.

   - Watashi wa chikau... - Asintió el japonés murmurando aquellas palabras.

   - Lo ha jurado, mi amor. Quédate tranquilo. - Khan sonrió a Sulu quien le devolvió el gesto antes de cerrar los ojos y quedarse dormido.

   - Da... Ya lyublyu ikh oboikh... *(os amo a los dos) – Murmuró Pavel dejándose vencer por el sueño.

 

      Khan les observó durante un buen rato, imaginando lo felices que serían los tres si el tiempo se detuviera en aquel preciso instante, en aquel lugar perdido en la inmensidad del espacio; si pudieran vivir por siempre aquella noche, si no existiera en el Universo nada más que aquella cama tamaño “kling-size” donde harían el amor hasta el final de sus días.

 

 

 

                                                                    La Pantheion estaba al fin con su tripulación al completo: Apolo, el comandante, Hércules, el navegante, Ares, el artillero, Artemisa, la primera oficial, Hermes, el oficial de telecomunicaciones, Hefesto, el ingeniero, Atenea, la oficial científica, Hestia, oficial de intendencia, Cassandra, que se ocupaba del transportador, Afrodita, asistente de Apolo, Quirón, el oficial médico, Pan y Orión, oficiales de seguridad, y por último Dionisio, que con su cargo de segundo oficial haraganeaba por toda la nave sin que nadie supiera cuál era exactamente su cometido.

   - Me ocupo, entre otras cosas, de elaborar la derrota, Pan... no te metas conmigo. - El dios del vino se quejaba por las burlas de su amigo astado.

   - ¡No das ni golpe! - Insistía el fauno. - Te pasas el día persiguiendo a las ninfas o acosando a Atenea. Un día de estos te parte la cara con su égida *(escudo fabricado por Hefesto con la cabeza de Medusa labrada en el centro)

 

       En náutica, la derrota es el trayecto que recorre una embarcación desde un punto "A" hasta otro punto "B". En las cartas de navegación se traza la ruta que se intenta seguir; la derrota es el trayecto que “en realidad” se sigue. Debido a imprevistos, cambios en el entorno, errores instrumentales, de la tripulación, etcétera, siempre se realizan modificaciones en el rumbo de la nave. Dionisio era el encargado de dibujar la supuesta trayectoria y corregir las cartas con la real. Con todo lo que habían andado por la Galaxia estuvo bastante ocupado hasta ponerse al día. Ahora era sólo cosa de echarle unos minutos de vez en cuando.

   - Pronto volveremos a casa, Pan. - Le dijo sonriente. - Los chicos van a regresar a la Tierra y se unirán a Amy.

  - Creo que Cassandra ha dicho que deberán hacerlo a bordo. - Murmuró el de la pezuña hendida con una traviesa sonrisa sobre su barbita de chivo. - ¿Te imaginas, poder ser testigos de algo tan... grandioso?

   - Mis hermanos y yo nos ocuparemos de eso, Pan. Vosotros no podréis verlo. - Dionisio se dio media vuelta y dejó a su amigo con cara larga. - ¡Es cosa nuestra! Nosotros creamos a la tríada del trisquel, no lo olvides.

   - Pero... - Pan no podía creerlo. ¿Los nueve olímpicos iban a dejarles fuera a él y a los demás? - ¡Yo quiero verlo! - Gritó al dios que se alejaba por el corredor. - ¡Quiero verles hacer el amor!

 

      Dionisio ya no le escuchaba. Había entrado al puente de mando, donde ocupó su puesto junto a Atenea, en pie frente a la consola de observación científica. Descaradamente le pellizcó el trasero cuando la diosa se inclinó a comprobar algo sobre la pantalla. La rubia se giró para mirarle con desaprobación. El travieso dios sonrió y le guiñó un ojo.

 

Notas finales:

Gracias por leer, gracias por los comentarios.

Dejo la canción que Pavel usó para hacerle el striptease a Sulu, con subtítulos para aquellos que no dominen el inglés. Espero que os guste... al japonés le encantó.

https://www.youtube.com/watch?v=dfJgfxT6B1g

 


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