Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

T'HY'LA por KeepKhanAndKlingOn

[Reviews - 264]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

CAPÍTULO REEDITADO.

Kirk y Spock deben cumplir con el reglamento del la Flota. McCoy le demuestra a Jim su fidelidad y su amistad.

Secreto

 



                                     En la enfermería Scott sonreía como un niño al atónito doctor McCoy quien no daba crédito a la declaración que acababa de escuchar. El ingeniero le había confesado su amor por la teniente de telecomunicaciones esperando algún consejo por parte de alguien que había experimentado el matrimonio cuatro veces ya.
- Y ninguna de forma satisfactoria, créeme amigo mío. Con cada divorcio me he vuelto más pobre y más desconfiado.
- Sin embargo sabes cómo hacerlo, no hay duda, tienes experiencia en bodas y todo lo que eso conlleva... ¿cómo sugieres que debería pedírselo?

    McCoy paseaba nervioso de un lado a otro de la habitación, mientras Scott esperaba sentado una respuesta.
- Bueno, la teniente Uhura es una mujer fuerte, de carácter... no hace tanto que terminó sus relaciones con Spock. ¿Ha dado ella muestras de corresponder a esos sentimientos, Scott?
- ¡Desde luego que las ha dado, por Dios que sí...! - Exclamó el ingeniero con una exultante sonrisa.
- Bien, en tal caso, ¿qué tal el método habitual? Ya sabes hombre: flores, cena romántica, anillo en el bolsillo y la Gran Pregunta... Te deseo suerte, amigo. Espero con todo mi corazón que ella sea sensata y te diga que no. - Bromeó el médico con su habitual cinismo.
- Oh, doctor... ¡sé muy bien que estás bromeando! - Dijo levantándose y saliendo de la habitación.

    McCoy sacudió la cabeza riendo mientras el ingeniero volvía a su sala de máquinas. Entonces sonó su intercomunicador con el acostumbrado silbido. Se acercó inclinándose sobre la mesa para responder.
- Aquí McCoy, adelante.
- Bones, aquí el capitán. Ven a mi despacho, tengo que hablar contigo. ¡Ah, y...! ¿Aún te queda algo de ese licor romulano?
- ¿Cerveza? Pues creo que sí, Jim...
- Trae la botella. Kirk, corto.
    Hablar con él, era el segundo que se lo pedía aquella tarde... El doctor McCoy nunca había estado tan solicitado.

        Hacía ya dos días que se habían alejado del sistema Omicron Delta retomando su misión de exploración del Universo. ¿Rumbo? Lo desconocía. ¡Maldita sea, él era médico, no navegante! De cualquier modo estaba convencido de que fuese lo que fuese lo que les aguardaba sería toda una aventura: lo normal a bordo del Enterprise.

    McCoy ya había servido dos vasos de la azulada cerveza romulana y esperaba, sentado a la mesa del despacho del capitán, que éste iniciase la conversación. Pero Jim no hablaba, tan solo parecía meditar mientras sorbía lentamente su bebida.
- Y bien, Jim ¿de qué querías hablarme? - Le preguntó con cierta impaciencia.
- ¡Oh, disculpa! He estado repasando el reglamento de la Flota... - Dijo señalando un puñado de disquetes apilados junto a su computadora.
- Ya veo... - Comentó McCoy tomando uno de los discos y observándolo extrañado. - ¿Las normas acerca de las relaciones personales entre la tripulación?
    Jim se apoltronó en su silla, parecía derrotado al otro lado de la mesa.
- Así que ya te has enterado... Las noticias vuelan en esta nave. Bueno, aún cabe la posibilidad de una negativa... - Dijo el doctor hablando sobre Scott y Uhura.
- Las normas son... ¡tantas! - Continuó Jim ignorando el comentario. - ¿Tenías idea? Cuando estudiábamos esto en la Academia yo solía quedarme dormido... Te confieso Bones que aprobé la asignatura por pura suerte. Mi compañera de pupitre tenía una letra inusualmente enorme. Pero que esto no salga de aquí.

    Ambos se rieron de aquello. La idea de Jim copiando en un examen...
- ¿Y qué dicen las normas sobre el asunto? Por otra parte, ¿no crees que es precipitarse un poco, Jim? La cosa aún no está formalizada...
- Lo está, o eso creo. No estoy seguro... - Empezó a darle vueltas a su pulsera de cuero de forma distraída. - He estado horas mirando esas cintas... Como capitán de esta nave podría oficiar cualquier boda a bordo del Enterprise...
- Eso le haría muy feliz al bueno de Scott...
- … salvo la mía...

    Ambos habían pronunciado las últimas palabras casi al mismo tiempo. De pronto se quedaron en silencio. Se miraban el uno al otro sin saber cuál de los dos preguntar primero, así que de nuevo hablaron al unísono:
- ¿La tuya? - Preguntó McCoy. / - ¿Scott? - Dijo Jim.

   De nuevo un silencio incómodo. Lo rompieron ambos con una sonora carcajada.
- ¡Bueno, aclárame eso Jim! - El médico se echó hacia atrás en su silla con los brazos cruzados sobre el pecho.
- Tú primero... - Sonrió Jim con su boca torcida. - ¿Mi ingeniero jefe tiene planes de boda?
- Sí, los tiene. Precisamente hace un rato me pidió consejo sobre cómo abordar la Gran Pregunta...
- ¿Uhura?
- ¡Claro...! - Exclamó McCoy. - Creo que pronto ella tendrá que responder.

    Jim parecía divertido. Les había visto juntos en el planeta de recreo durante el permiso, pero no sabía que Scotty quisiera llegar tan lejos...
- Yo estaría encantado de unirles en matrimonio. - Sentenció Jim contento por la felicidad de ambos.
- Y ahora, Jim... - Bones se inclinó hacia delante apoyando las manos sobre la mesa. - ¿Me querrías aclarar lo que has dicho antes?

    El capitán se levantó. Fue a asegurarse de que la puerta de su despacho estuviera convenientemente cerrada y comprobó que el intercomunicador de su mesa seguía desconectado.
   Mirando con absoluta seriedad a su amigo le dijo:
- ¡Bones... yo...!

    Pero no sabía cómo empezar. Se mordió los labios, la frente se le llenaba de diminutas gotas de sudor. Aún tenía fija la mirada en los ojos de su médico y notó cómo él había detectado el rubor de sus mejillas.
- ¡Spock! - Espetó de golpe. No pudo decir nada más.
- ¡Oh, ya...! - Dijo el médico con desgana, como si ya supiera de qué le estaba hablando. - Tu tatuaje, los tres días de permiso en ese planeta durante los cuales absolutamente nadie tenía idea de vuestro paradero... Bueno, Jim. ¡No es para tanto! No eres el primer miembro de la Flota en tener una relación homosexual, ¿sabes?

    McCoy trataba de quitarle importancia... ¡Bendito sea!, pensó Jim. Se sintió aliviado, como si se hubiera quitado un gran peso de encima. Volvió a su silla más relajado.
- Las normas no dicen nada claro al respecto. Es como si todo ese lenguaje políticamente correcto se volviese un galimatías incomprensible. - Acariciaba con su mano la superficie de la mesa mientras hablaba. - Supongo que no va contra el reglamento...
- ¿La homosexualidad? ¡Por Dios, Jim! Lo contrario sería terriblemente primitivo... - Bones dejó escapar una breve risotada.
- Conozco casos. - Murmuró Jim. - Creo que el almirante Duke y el comodoro Jackson...
- Desde luego, y ambos gozan de un buen puesto en el Consejo de la Federación. - McCoy asintió con la cabeza.

    Luego llenó de nuevo los vasos con más cerveza romulana. Estaba a punto de proponer un brindis, “por el amor” pensó, pero Jim le interrumpió.
- Acerca de una relación amorosa entre un Capitán y su Primer Oficial creo que la Flota sí tiene algo que decir... - Tomó uno de los discos y se lo pasó a McCoy.
- ¿Quieres que lea todo esto? - Dijo introduciéndolo en la computadora.
- No hace falta. Te lo resumiré: básicamente NO DEBE existir ninguna relación de ese tipo entre un capitán y su primer oficial a bordo de una nave de la Flota...
- … porque eso podría poner en peligro la misión que llevan a cabo. - Terminó McCoy la frase.
- Spock y yo podemos estar juntos y conservar nuestros puestos... pero no podríamos servir en la misma nave. - Jim empujó el contenido del vaso por su garganta, le quemaba como el fuego.
- ¡Pero eso es absurdo! - Se indignó Bones. - Vosotros dos formáis el mejor equipo de toda la Flota, no pueden separaros.
- En tal caso, amigo... - Le dijo fijando sus ojos en los del médico. - ¡Nuestra relación deberá permanecer en secreto!
- ¿Spock lo sabe? - Se preguntó el médico en voz alta, con cara de preocupación.
- ¡Oh, imagina...! - Jim chasqueó la lengua antes de continuar. - Él no copió en el examen.

    McCoy se terminó la cerveza de un trago y miró a su amigo con compasión.
- No saldrá de aquí, Jim. Tienes mi palabra. - Le extendió la mano por encima de la mesa y apretó la de su amigo expresando su fidelidad.


Notas finales:

Secreto a voces, claro. Continuará.

Agradecería comentarios... de verdad... ¿qué opinais?


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).