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T'HY'LA por KeepKhanAndKlingOn

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Notas del capitulo:

La misión de rescate continúa. ¿Conseguirán los chicos su objetivo de liberar de los klingons a la durmiente tripulación de Khan? ¿Morirán más camisas rojas? Me temo que sí...

 

Camisas rojas: Parte II

 

 

                                                                    Los soldados klingons, a uno y otro lado de la galería, animaban con sus gritos de guerra a su sargento. Khan trataba de golpear las sienes del klingon, el punto débil de su raza, pero hasta ahora no estaba teniendo ningún éxito. Karf le superaba en fuerza y envergadura, y con un brazo inutilizado no le quedaba mucho con lo que pelear. O eso parecía...

      Kirk le miraba atónito. Le había visto combatir y sabía de lo que era capaz. Se preguntó cuánto tiempo más se contendría antes de despedazar al klingon. Sus miradas se cruzaron. Jim asintió. Vamos, acaba con él... Pavel ya está camino de la cámara principal... pensaba Jim como si él pudiera escucharle.

   Quien sí le oyó fue Spock. Empujó a McCoy tras una columna hasta asegurarse de que estaría a salvo de los disparos y apuntó con su fáser a Karf.

   - ¡Basta! - Gritó el vulcano.

  Khan estaba a cuatro patas soportando que el sargento Karf le machacase el hígado con su bota. Giró la cabeza y miró al vulcano a los ojos. Parecía suplicarle que no matara al klingon que le estaba dando una paliza, como si con cada golpe expiase un pecado, una muerte de la que se sentía culpable. Jim se dio cuenta de todo y tomó posiciones junto a Mathews, cada uno a un lado de la entrada al pasillo. Spock apretó el gatillo de su arma. Cuando Karf cayó al suelo los klingons lanzaron sus gritos de guerra y los fogonazos de los fásers cruzaron de parte a parte la galería.

   - ¡Khan! - Gritó Jim, cogiéndole por una pierna y arrastrándole por el suelo hasta la columna donde se ocultaba McCoy.

   El doctor tocaba el cuello del oficial de seguridad tendido a su lado. Levantó la mirada hacia su amigo negando con la cabeza junto al cuerpo de Mathews.

   - ¡Está muerto, Jim! - Le dijo ayudando ya a Khan a incorporarse.

   - ¡Por todos los dioses, Bones...! ¡No quiero volverte a oír decir eso! - Le chilló el capitán.

   - ¡Al corredor! ¡Ahora! - Spock les empujó a los tres y disparó a la basa de la columna hasta quebrarla y hacer que se derrumbase tapando gran parte de la entrada. Luego corrió hasta alcanzarles.

   Se habían detenido en una pequeña sala rodeada de puertas. No había ni un mueble allí, nada salvo eso: puertas. ¿Por cuál habrían ido Pavel, Sulu y Rayburn? Jim abrió el comunicador. Mientras, McCoy recolocó el hombro a Khan. Él reprimió el grito mirando a Spock fijamente a los ojos.

   - Me dejaste un bonito recuerdo... - Le sonrió. - ¿Por qué has matado a ese klingon?

   - Tú no parecías querer hacerlo. No está bien regodearse en el propio sufrimiento. - Le respondió.

   - ¿Sulu? ¡Contesta! - Jim giró la rueda del comunicador por enésima vez. - No hay respuesta, algo debe ir mal.

   Khan se puso pálido de golpe, un temblor en su mano delataba sus temores.

   - ¡Pavel! - Exclamó mirando con auténtico pánico todas y cada una de las puertas.

  - Concéntrate y le percibirás. - Le aseguró Spock.

    ¿Qué quería decir? Khan era un humano superior, modificado genéticamente, más fuerte, inteligente y resistente que cualquier otro pero...

   - ¡No soy ningún jodido telépata! - Chilló desesperado.

   - Yo sostenía a Amy en brazos, ¿lo recuerdas? Antes de abandonar el Enterprise, os escuché... a ti, a Pavel, vuestro vínculo con mi hija. - Se acercó a Khan hasta ponerle la mano en el hombro. - Lamento mucho haberte hecho esto. Normalmente rechazo la violencia. Creí que Jim había muerto por tu culpa y enloquecí. Ya has pagado por todo aquello, Khan. Es hora de que me hagas caso, te concentres y sientas a tu t'hy'la.

      Spock, con el contacto de su mano, su mirada profunda y su tono de voz tranquilo y pausado consiguió, palabra a palabra, calmar la desesperación, la rabia, la ira que Khan albergaba en su interior. Una vez relajado, Khan cerró los ojos y se concentró en Pavel.

 

                                 En la planta inferior, Rayburn cayó ante los disparos de un grupo de soldados que custodiaban la sala principal con los criotubos y el transportador. Sulu se encargó de mantener a salvo a Pavel pero en la lucha perdió su fáser y el comunicador. Los cuerpos de los klingons ocupaban gran parte del pasillo. Tuvieron que pasar por encima para entrar a la recámara.

   - ¡Cuarenta y tres! - Exclamó Pavel contando las cápsulas nada más verlas.

   - ¡Malditos klingons...! A Khan no le va a hacer ninguna gracia. - Gruñó Sulu.

   El piloto vigilaba la puerta por si alguien más aparecía por allí. Con su wakizashi entre las manos y la postura de un auténtico guerrero samurai, permanecía alerta mientras Pavel preparaba el transporte.

   - ¡Date prisa! Oigo pasos... - Le susurró.

   - Informa a Scott que le envío los criotubos. - Pavel no dejaba de pulsar botones, introduciendo las coordenadas de memoria.

   Sulu negó con la cabeza, apesadumbrado.

   - Perdí el comunicador en el corredor. ¿No puedes hacerlo sin más?

   Pavel golpeó la consola con su puño.

  - Imposible... debe haber alguien en la sala del transportador para ressepsionarlos.

   - Iré a buscarlo. No te muevas de aquí...

   - ¡No! ¡Espera! - Le detuvo Pavel. - El pasillo estará lleno de klingons... y he tenido una idea.

   - ¿Qué estás haciendo? - Preguntó a su amigo, viéndole cerrar los ojos y concentrarse. - ¿Tratas de comunicarte con Amy?

   - No... - Respondió el muchacho apretando más fuerte los párpados. - ¡Con Khan!

 

                                      Jim y Spock no le quitaban ojo de encima. Khan se había sentado en medio de la pequeña estancia rodeada por seis puertas. Con las piernas cruzadas y los ojos cerrados, las manos reposando palmas arriba sobre las rodillas y la respiración abdominal, lenta, profunda... alcanzó la concentración necesaria para conectar con la mente de su amado chico ruso. McCoy vigilaba la puerta por donde habían entrado, apuntando con su fáser dispararía si veía asomar la horrible cara de un klingon.

   - Khan, lyubimiy moy! *(amor mío) ¡He encontrado los criotubos pero no puedo comunicar con el Enterprise!

   - ¡Pavel! ¿Qué puerta elegiste? ¿Cómo puedo llegar hasta ti?

   - Hass que Jim le diga a Scott que le envío cuarenta y tres cápsulas... Lo siento, Khan... no hay más...

   - Lo haré, pero contesta... ¿qué puerta?

   - Cuando entramos a la habitasión donde te encuentras unos soldados salían por la tersera... empesando por tu derecha... ¡Abre los ojos para que pueda verla a través de ti!

   Khan obedeció y enseguida supo el camino que debían seguir.

   - Kirk, informa al Enterprise que están a punto de recibir cuarenta y tres criotubos. Pavel va a transportarlos ahora mismo. - Le pidió Khan levantándose del suelo.

   Se acercó a la puerta que su amante le había indicado y la abrió. El olor de la sangre klingon le abofeteó en la cara.

   - Por aquí... - Dijo entrando seguido de Spock y McCoy.

   - Scotty... ve ahora mismo a la sala del transportador, Pavel te está enviando los criotubos. Asegúrate de que los cuarenta y tres llegan sanos y salvos. Kirk fuera.

   Jim cerró el comunicador y corrió tras su marido y sus amigos. A los pocos metros tuvo que detenerse al ver a su esposo en cuclillas junto al cuerpo de un soldado agonizante. Estaba leyendo su mente. Unos resonantes pasos se les acercaban desde atrás y frente a ellos. Iban a rodearles de nuevo. En el corredor no había salida. McCoy se agachó junto a Spock. Khan y Kirk, en pie a su lado, apoyaron espalda con espalda preparados para disparar.

 

 

                                        Pavel accionó al fin el complicado mecanismo del transportador alienígena. Esperaba no haberse equivocado con las coordenadas, aunque sabía que su memoria era precisa al cien por cien. La luz naranja brilló y las moléculas de los criotubos empezaron a desintegrarse. Se escucharon unos disparos... demasiado cerca.

   - Deberíamos irnos con los criotubos... - Comentó Sulu.

   - Tengo que asegurarme de que lleguen bien. - El alférez no apartaba la vista de la pantalla de la consola.

   - Pavel, estamos perdidos si nos encuentran aquí...

   - Khan está en camino. Esos disparos serán de los nuestros. - Algo iba mal. Su cara se desencajó de pronto. - ¡No, no, noooo! - Gritó accionando unas palancas.

   - ¿Qué pasa? - Preguntó Sulu acercándose.

   - ¡Los klingons! ¡Han detectado el transporte... tratan de intersseptar las cápsulas! - Golpeó con el pie la mesa de transportación. - Yebát! *(¡Joder!) Yebát, yebát, yebát!

   - ¿No puedes hacer nada? - Sulu nunca le había visto tan frustrado.

   - ¡Es tarde... han inutilissado este terminal!

   - Entonces salgamos de aquí... - Sulu le arrastró por el brazo llevándole a la salida. - Espero que sea el capitán quien esté disparando ahí fuera.

 

 

                                 Y lo era. Él y Khan disparaban a diestro y siniestro, intercambiando miradas de aprobación, reconociéndose como iguales. Juntos acabaron con todos los soldados a uno y otro lado del corredor. Spock se puso en pie cuando el fuego cruzado se detuvo. Sulu y Pavel les alcanzaron a la carrera.

   - Sé dónde está el general Kozak. - Afirmó Spock. - Pretende escapar desde la pista de aterrizaje a la entrada. Es por ahí... - Señaló el camino que se abría al fondo del pasillo a su izquierda.

   - ¿Les has puesto a salvo? - Preguntó Khan tomando a Pavel por la cintura, interesado por su tripulación.

   - Lo he intentado... - Bajó la mirada con los ojos húmedos por unas lágrimas que empezaban a brotar.

   - Los klingons detectaron el transporte, no sabemos qué habrá pasado. - Explicó Sulu viendo que su amigo había enmudecido. - Hizo todo lo que pudo, Khan... pero el transportador ha sido anulado.

   Khan apretó con fuerza al muchacho contra su pecho, besando su pelo, aspirando su aroma.

   - Scotty, aquí Kirk. ¿Han llegado los criotubos a bordo? - Jim había activado su comunicador.

   - Negativo capitán, hice todo lo que estuvo en mi mano pero esos malditos klingons interceptaron el transporte... - El ingeniero parecía estar verdaderamente afligido. - Mucho me temo que hemos perdido a toda la tripulación de Khan debido a la interferencia. Sus moléculas se han dispersado por el espacio. Imposible recuperarlos, Jim.

 

            Todos guardaron silencio. Pavel había empezado a llorar abrazado a su amante. Sulu apoyó su mano sobre su espalda. McCoy y Spock se miraron sin habla, no había palabras para expresar su abatimiento. Khan no dijo nada, no hizo nada, se limitó a seguir apretando el cuerpo del chico contra el suyo, como si fuese lo único que le quedaba en el universo.

   - ¡Kozak! ¡Hijo de puta...! - Gritó Jim, dispuesto ya a emprender su persecución contra el general klingon cuando Khan le sujetó por un brazo deteniéndole.

   - ¡No, Kirk! ¡Basta de muertes! - Le habló con rotundidad desde su profundo dolor. - Mi gente... Tus hombres... - Khan señaló a su alrededor, evidenciando que ni uno solo de los camisas rojas se encontraba presente. - ¡Ya es suficiente!

   - ¡Es mi deber como capitán de la Flota, Khan! - Jim trató de soltarse de su fuerte agarre. - He de tomarle como prisionero y llevarle ante la justicia por lo que ha hecho.

   - Eso no es más que otra forma de venganza, lenta e incierta, pero... - Khan le soltó el brazo y bajando la cabeza con respeto continuó. - Tú mandas. - Dijo dispuesto a seguirle soltando a Pavel.

 

 

                                 Dos pájaros de presa se preparaban para despegar a toda prisa. Kozak daba órdenes a los supervivientes para que se repartieran entre ambas naves. Había perdido la batalla, pero no la guerra.

   - ¿Cuántos criotubos hemos recuperado? - Consultó al soldado que le seguía el paso con dificultad.

   - Dieciocho, señor. Están en la otra nave. - Respondió señalando el ave de presa a su izquierda.

   - Seguidnos, saldremos de la Zona Muerta rumbo a... - No tenía ni idea de a dónde dirigirse. - ¡Solamente seguidnos!

   - Sí, mi General. Tash-Koh-Tah! *(Saludo ritual de despedida) – El klingon se golpeó el pecho con su puño derecho y corrió a la otra nave.

   - Ka'pla! *(¡La victoria es mía!) - Exclamó el general Kozak dispuesto a huir con su valioso botín. Planeaba utilizar los dieciocho criotubos para forzar a Khan a traicionar a sus aliados de la Flota. - Entremos en el espacio de la Federación... ¡Armad los fásers, cargad los torpedos... escudos a máxima potencia! - Ordenó nada más sentarse en la silla de mando a bordo. - Hay una nave enemiga ahí fuera, estoy seguro... ¡y vamos a destruirla por el Imperio!

 

Notas finales:

Gracias a todos por leer, y por vuestros comentarios. Espero que os guste.


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