Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

T'HY'LA por KeepKhanAndKlingOn

[Reviews - 264]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

CAPÍTULO REEDITADO.

Sarek, padre de Spock, expresa su deseo de que Jim se convierta en el amante de su hijo. ¡Fascinante!

En cualquier Universo

 


                                    El sol de Nuevo Vulcano estaba a punto de ponerse. El Alto Consejo se hallaba reunido en el Santuario de Nuevo T’Karath. Jim observaba desde la distancia a aquellos hombres vestidos con algo semejante a un albornoz hasta los pies, con las cabezas cubiertas por enormes capuchas que les tapaban el rostro... Uno de ellos era Spock, el viejo embajador Spock. Otro era Sarek, el padre del joven Spock. ¿Confuso? No para el almirante Kirk que esperaba a que los vulcanos terminaran con sus asuntos. Ya había apartado la sopa plomeek del fuego; esa noche serían tres para cenar.

- Agradezco la invitación a tu hogar, Spock y como muestra de respeto he traído conmigo esta ek'os-vel *(antigüedad) por la que mi hijo sentía una especial atracción.

    Sarek le entregó un pequeño bulto envuelto delicadamente en un paño de lana. Al desenvolverlo Spock descubrió una estatuilla antigua que representaba a Surak, el padre de la filosofía vulcana. Sus ojos se inundaron de lágrimas, aquello era un precioso tesoro. Por respeto a Sarek ocultó su emoción y se limitó a asentir con la cabeza.
- Tu presente me honra, Sarek, padre de Spock. Sé bienvenido a ésta tu casa.

    Kirk saludó con una sonrisa y una mano extendida que esperaba un apretón por parte de Sarek. Él, consciente de esa costumbre humana, le correspondió.
- Espero que la cena sea de su agrado, embajador Sarek...
- ¿Embajador? ¿Eso es el Sarek de su mundo, almirante Kirk?

    Jim había olvidado por un momento que “aquél” no era su mundo... y Sarek no era el padre de Spock.
- Lo lamento, yo... debo estar haciéndome viejo. ¿Desea beber algo? - Le dijo ofreciendo una botella de Agua Altair, un licor que no tiene mucho que ver con el agua...
- Creo que será mejor que nos sentemos a la mesa. - Terció Spock retirando su bebida favorita de las manos del almirante.

    Mientras Sarek tomaba asiento, Spock meneó la cabeza regañando en secreto a Jim por haberle ofrecido alcohol. Él se encogió de hombros con una mueca de fastidio a la que Spock respondió con una leve sonrisa.
- Mi amigo, aunque familiarizado con las costumbres vulcanas, no puede evitar anteponer las suyas propias. Espero que le disculpes por ello, Sarek.

    Jim terminó de servir la sopa a su invitado y luego se sirvió a sí mismo; dejando el plato de Spock vacío a propósito se sentó con un gesto de satisfactorio desafío.
- Me gustaría conocer a su hijo, Sarek. Tal vez él no sea tan estirado como mi “amigo”. - Remarcó la palabra lanzando una mirada de enojo a los ojos de Spock.
    Él levantó una de sus cejas y suspiró, probablemente asumiendo que esa noche dormiría en el sofá.

- No hay motivo para disimular ante mí, Spock. Sé que el almirante Kirk es tu t'hy'la. - Dijo Sarek justo antes de probar la sopa. - ¡Una  plomeek exquisita! – Comentó de inmediato.
- Gracias. – Expresó Jim inclinando ligeramente la cabeza.
- Yo... Pensé que sería más cómodo para ti, Sarek, si... - Intentó explicarse Spock.
- Ésta es tu casa, - interrumpió Sarek, - eres tú quien debe encontrarse cómodo. Tú y por supuesto, Jim. ¿Puedo llamarle así, almirante?

    Jim asintió sonriendo. Aquél no sería el padre de su Spock, pero le caía igual de bien que el Sarek de su mundo.
- Así que Embajador... - Dijo con la mirada perdida, como en un sueño de futuro imposible. – Sería el lógico desarrollo de mi carrera. De hecho así fue como conocí a mi esposa, la madre de Spock. Ejerciendo temporalmente de embajador de Vulcano en la Tierra.

    Al mencionar a su mujer la voz de Sarek pareció vibrar de un modo particular.
- Lamento enormemente su pérdida, Sarek. - Dijo Jim con ternura. - En nuestro Universo tuve la oportunidad de conocerla; una mujer realmente magnífica.
- La de este mundo también lo era... ¿Sabes Jim? Ahora sí aceptaría una copa de ese Agua Altair.

    Jim sonrió y se levantó a buscar la botella lanzando una mirada de victoria a los ojos de Spock.
- Brindemos por ella entonces. ¡Por Amanda Grayson! Igual de excepcional en ambos universos.
    Los tres hombres se levantaron y alzaron sus copas en honor a la madre de Spock.
- ¿Existen más paralelismos entre tu mundo y este otro, Jim?

    La pregunta de Sarek parecía más bien dirigida a Spock dada la trayectoria de su mirada. Así pues fue él quien respondió.
- Desconozco en qué punto se encuentra la relación entre tu hijo Spock y su capitán, si es que iba por ahí tu pregunta.
- ¡Oh!, si ese jovenzuelo se parece en algo a mí, ellos ya deben de haber...
- Jim, no son “iguales” que nosotros. - Le interrumpió Spock con una inclinación de su cabeza.
- Lamentaría que no fuera así. - Sentenció Sarek.

     Ambos le miraron asombrados al oír aquellas palabras.
- ¿Qué quieres decir? - preguntó Spock extrañado.
- Aquella a la que elegí como esposa para mi hijo falleció en Vulcano. Si él no completa el tel  *(vínculo) con su capitán... tal vez no sobreviva. Su Pon Farr se acerca. - Sarek hablaba con total serenidad del delicado asunto. - Imagino que estarás familiarizado con esa particularidad vulcana, Jim.
- Lo estoy... - Dijo bajando la cabeza y mirando a Spock con preocupación.
- ¿Cómo sucedió en vuestro mundo? - Ahora Sarek bebía su segunda copa de Agua Altair y parecía haberse relajado bastante, mostrándose distendido. - Tengo interés por conocer la historia.
- Bueno, Spock y yo servimos cinco años a bordo del Enterprise. Vivimos juntos toda clase de aventuras...
- Simplemente fue lógico que ocurriera.
- Y en esos cinco años... ¿ningún Pon Farr, Spock? - Preguntó Sarek consciente de que algo así era más que improbable.

    Jim se rió a carcajadas al recordarlo.
- ¡Spock fue desafiado en Vulcano!- Dijo aún riéndose.
- ¿Ku'nat'kali'fee? *(¿Apareamiento o desafío?) ¿La hembra elegida para ti te rechazó? - Las cejas de Sarek se levantaron de forma familiar.
- Y me escogió a mí como su campeón... - Añadió Jim.
- Pero entonces... ¿tuviste que luchar con él? - El padre del otro Spock no salía de su asombro.

    Spock asentía ligeramente con la cabeza, algo incómodo por traer a la mesa aquel lejano recuerdo.
- Tras el combate yo rechacé tomarla como esposa por obligarme a pelear contra Jim. - Afirmó Spock.
- ¡Eso quiere decir que venciste! - Exclamó mirando atónito al Almirante. - Imposible, el desafío es a muerte.
- ¡Y me mató... ! - Rió Kirk. - O eso le hicimos creer Bones y yo.
- ¿Bones? ¿Quién es Bones?
- El doctor McCoy, médico oficial de la nave y un gran amigo nuestro. - Aclaró Spock con nostalgia en su voz.
- Sólo espero que mi hijo pueda contar con semejantes amigos en su vida. - Sarek apuró su copa de un trago y la acercó al almirante para que se la llenara.

    El resto de la cena lo pasaron charlando animadamente, contándole sus aventuras a bordo del Enterprise, provocando que Sarek tuviese que hacer verdaderos esfuerzos para no echarse a reír sin decoro.



                    Por la noche, abrazados entre las sábanas después de haber hecho el amor, Jim acariciaba el vello del pecho de su amante cuando percibió uno de sus pensamientos. Spock se preguntaba en su mente si surgiría el vínculo entre el joven Kirk y su propio alter ego.
- Surgirá... yo no lo dudo. - Susurró dulcemente. - En cualquier Universo, tú y yo estamos destinados a amarnos. ¡En cualquier Universo, Spock!
- Eso espero, Jim. Por su bien eso espero. - Respondió él en voz baja.
- Deberíamos invitarles a pasar aquí unos días... - Sugirió el almirante con una pícara sonrisa en los labios.
    Spock le miró extrañado, levantando una de sus cejas.
- Sé que no quieres que conozca al joven Spock... te volverías loco de celos ¿verdad?  - Sus ojos avellana le miraban con provocación, aquello siempre le había divertido. - Pero tú has conocido al joven Jim, así que sería justo ¿no crees?
- ¿Celos? - Spock reconoció la mirada, la torcida sonrisa en los labios de su amante. - ¡Ah!, ¿estás bromeando, t'hy'la?

    No dejó que Jim respondiera. Le besó una y otra vez hasta que, adormilado, descansó la cabeza sobre su pecho, los dedos enredados en su pelo.

Notas finales:

Gracias por leer. Espero que os guste.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).