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T'HY'LA por KeepKhanAndKlingOn

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Notas del capitulo:

CAPÍTULO REEDITADO.

Kirk y Spock enfrentados una vez más al ajedrez. Gritos y besos.


Jaque mate

 



                                                              Desde luego que iba a ganar, lo tenía todo controlado: la dama negra, el peligroso avance del alfil hasta el nivel superior; su torre podría cubrirlo. Esta vez Spock ganaría al Capitán. Ya faltaba poco, un par de movimientos y listo. Jim le sonreía desde el otro lado del tablero... ¿le estaba leyendo la mente? No, eso sería hacer trampa, además él lo notaría. Jim aún no se manejaba del todo bien con la telepatía. De pronto McCoy irrumpió con una botella de brandy de la Tierra y tres vasos.

- Si ganas lo celebraremos. - Dijo poniendo la botella en la mesa.
- Silencio, doctor. La partida está a punto de concluir. - Le reprendió el vulcano.
- No te lo decía a ti, duende de orejas puntiagudas. - McCoy le sacó la lengua sin que Spock se diese cuenta y recibió por ello un pequeño pellizco del Capitán.
- ¡Déjale en paz, Bones! Le toca mover.

    Si avanzaba el peón estaría más cerca de la victoria, pero el caballo... Optó por éste último.
- Jaque... - dijo al fin sin ocultar cierto orgullo.

    Jim y Bones se miraron e intercambiaron sonrisas. ¿Estaría vencido el capitán? De improviso alguien más entró al despacho sin llamar, era el ingeniero Scott. Traía consigo una tablet y cara de pocos amigos.
- Capitán, le he traído mi solicitud... - Habló sin solicitar permiso.
- ¡Ahora no, Scott! El capitán está en jaque... - Interrumpió McCoy.
- …de traslado. Es mi deseo abandonar el Enterprise, cuanto antes. - Remató el escocés arrojando la tablet sobre la mesa.

    Los tres hombres miraron al ingeniero sin dar crédito a lo que estaban oyendo. ¿Traslado?
- Scotty, ¿qué demonios estás diciendo? ¡No puedes dejar la nave! - Gritó Jim.
- ¡Si no me traslada, señor, tendré que dimitir!
- ¡Y no lo aceptaré!
- ¡En tal caso renuncio! ¡Con efecto inmediato, capitán! - Acabó también a gritos.
- Señores, no es necesario alzar la voz. - Dijo Spock con su calma habitual.
- ¿Tan mal te ha ido con Uhura, Scott? - Apostilló el médico.

    El ingeniero jefe bajó la cabeza. Estaba rojo de rabia, con los puños apretados hasta quedar blancos los nudillos. Jim miró a sus amigos y recobró la compostura.
- Doctor, señor Spock... salgan de mi despacho. - Les ordenó Jim con su tono de capitán. - He de hablar con mi ingeniero a solas.

    McCoy sacudió la cabeza mirando a Scott y salió por la puerta murmurando su clásico “mujeres...” Jim tomó a Spock del brazo un momento antes de que se fuera y le ordenó mentalmente que acudiese a hablar con Nyota; quería tener las dos versiones de aquel asunto. Spock le dio a entender órdenes recibidas, alto y claro, con una sola mirada.

    El señor Scott continuaba en pie, las manos a la espalda, los puños cerrados. Jim rodeó la mesa para sentarse en su silla y con un ademán invitó a su compañero a sentarse frente a él. Cuando levantó la vista, una vez acomodado en su silla, observó cómo su obstinado amigo seguía allí plantado.
- Scotty, por favor, siéntate y hablemos.
- Ya he expuesto lo que quería decir. Traslado o renuncia inmediata, señor. No quiero seguir un día más a bordo de esta nave.
    Jim abrió la boca como para decir algo pero acabó expulsando el aire de un soplido y pasándose la mano por la cara en un gesto de desesperación. Jim sabía bien que no había en la Galaxia nada más testarudo que un ingeniero escocés.
- Scotty no voy a dejarte marchar del Enterprise, buscaremos otra solución. Pero si no vas a contarme qué te ha llevado a tomar esa decisión te enviaré bajo arresto a tu camarote hasta que recapacites.

    Su amigo seguía en silencio, parecía un menhir de los de su tierra. Jim tamborileaba la mesa con los dedos, se estaba impacientando. No había respuesta. Súbitamente el capitán pulsó uno de los botones del intercomunicador sobre su mesa.
- Seguridad, aquí Kirk. Envíen a dos hombres a mi despacho de inmediato.
- ¿Me vas a encerrar? - Preguntó el ingeniero inclinándose para captar su mirada.
- ¿Me vas a contar qué ha pasado? - Respondió Jim con tono de ironía.

    Scott volvió a su postura de roca y torció la cabeza. Ni una palabra.
- Bien, entonces no me dejas otra alternativa. Te quedarás bajo arresto en tu habitación hasta nueva orden.
    Dicho esto, los dos hombres con jersey rojo que acababan de entrar se acercaron a Scott.
- ¡Llévenselo! Cuando entre en razón y quiera hablar conmigo avísenme, hasta entonces que no salga de su camarote.

    Los guardas tomaron a Scott cada uno por un brazo y se lo llevaron no sin poca resistencia. Por el pasillo podían oírse sus gritos.
- ¡Encerrarme no servirá de nada, Jim! ¡Quiero irme de esta nave y me iré! ¡No podrás retenerme! ¡Eh! ¿Quieres que pierda la mano por falta de riego sanguíneo, gorila? No hay por qué apretar tanto, ya me estoy moviendo...

    Al momento Spock regresó al despacho de su capitán. Le encontró sentado a la mesa con la cabeza entre las manos.
- Jim, he hablado con Nyota. Cuando le he contado que Scott quería dejar la nave salió corriendo hacia su camarote.
- ¿Sin decir palabra?
- Bueno, dijo tres para ser exactos: “estúpido – escocés – cabezota”.

    Jim sonrió, estaba totalmente de acuerdo con su teniente de telecomunicaciones.
- ¿Y se fue a su camarote... llorando?
- No. Considerando que la conozco bastante bien yo diría que estaba furiosa. Estará esperando a Scott ante su puerta.
- ¡Ah, ah...! He ordenado encerrar a Scotty en su camarote.
- Pues allí le verá...
- Espera... ¿Uhura echó a correr... hacia el camarote de Scott?
- Eso he dicho.
- Su de él... no de ella... ahora entiendo.

    Spock ladeó la cabeza. ¿Confusión de género?
- Uhura va a hablar con Scott, o más bien a gritarle dado su nivel de furia en estos momentos. Yo he escuchado esos gritos antes, pueden alcanzar niveles muy perjudiciales para el oído, al menos para mi oído vulcano.
- ¡Pobre Scott...! - Exclamó el doctor asomando la cabeza desde el otro lado de la puerta. - Uhura le ha dado calabazas ¿no?
- No entiendo qué tienen que ver las cucurbitáceas con todo esto. – Dijo Spock, ceja alzada.

    Jim se acercó al tablero de ajedrez tridimensional y miró las piezas con una sonrisa.
- Dejaremos que ese asunto se resuelva por sí mismo. Por otro lado, Spock, ya te explicaré luego lo de las calabazas... ¡Jaque mate!  - Soltó victorioso con un movimiento de su reina.

    Spock se quedó mirando el tablero largo rato mientras el doctor y Jim brindaban con brandy y reían a su espalda. ¿Cómo había pasado? Observó la jugada, retrocedió en su cabeza movimiento a movimiento hasta la primera pieza que había tocado. Seguía sin entender la lógica de su capitán, pero le encantaba el sonido de su risa. De pronto se giró y tomándole por la cintura le propinó un beso de los que dejaban sin aliento a su t'hy'la. El doctor casi se atraganta al verlo. “Buscaos un hotel” le oyó decir cuando salía por la puerta.
- Cómo juegas al ajedrez. El sonido de tu risa. El sabor de tu boca cuando has bebido brandy.
- ¿Qué dices, Spock?
- Cosas que me gustan.

    Le apretó con fuerza contra su cuerpo para devorar aquella deliciosa boca.

 

Notas finales:

Creo que Spock y yo tenemos los mismos gustos. Gracias por leer y GRACIAS POR COMENTAR.


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