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T'HY'LA por KeepKhanAndKlingOn

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Notas del capitulo:

Parece que los hombres, cuando observan una relación entre dos varones, se preguntan cuál de los dos "es la chica". ¿Lo es SpocK? ¿Lo será Kirk? Particularmente creo que es una cuestión ridícula pero, y perdonen si esto les parece ofensivo, soy mujer y el género masculino siempre me ha parecido bastante ridículo para algunas cosas...

Ser la chica




                                                                                                    Antes de regresar al Enterprise disfrutaron de un abundante almuerzo en compañía de Sarek y los demás. Spock repuso fuerzas con copiosos platos vegetarianos. Jim hizo lo propio, aunque hubiera dado cualquier cosa por un buen trozo de carne que llevarse a la boca. Al ver lo poco que comían Sulu y Chekov se les quedó mirando un buen rato.

- ¿Qué os pasa a vosotros dos? - Les preguntó llanamente.
    Ambos se miraron el uno al otro con cara de circunstancias y sin saber qué contestar.
- Anoche... tal vez nos excedimos un poco con la celebración, capitán. - Respondió finalmente Sulu.
- ¿Un poco? - Se burló McCoy. - Tienen una resaca espantosa, Jim.
- ¡Genial! Mi piloto y mi artillero con dolor de cabeza. En cuanto subamos a bordo, Bones, les pinchas algo. Les necesito a pleno rendimiento.

    McCoy asintió, aunque en su gesto dejó ver su disconformidad. Como médico no le parecía bien tratar esa clase de problemas: consideraba que los dos eran adultos y debían asumir las consecuencias de sus actos. Aún así admitió la orden de su capitán y en el fondo sabía que Jim tenía razón.

        Terminando el almuerzo Spock levantó su mano con un gesto sutil y una sirviente se acercó al momento. En voz queda le solicitó que preparasen ropas civiles para él y su esposo. La mujer realizó una reverencia y se marchó presta a cumplir su encargo. A Jim le maravillaba el trato que recibía su marido. En cierta manera se sentía orgulloso pero también algo inseguro por haber entrado a formar parte de una familia de tan alta posición. Sus orígenes eran humildes, se crió en Riverside, Iowa, con sus tíos y su hermano mayor hasta que éste se marchó para casarse. Sus costumbres, además de humanas, eran toscas y reconocía tener un carácter impulsivo y apasionado. Jim no podía evitar preguntarse si estaría a la altura.

    Sarek pareció adivinar sus pensamientos. Quién sabe, tal vez los había recibido a través de su hijo Spock.
- Capitán, es para mí un gran honor recibirle como miembro de mi familia. Mi hijo ha sabido elegir bien a su esposo.

    Spock le rozaba ahora la mano por debajo de la mesa, con una mirada radiante, repleta de felicidad, y Jim se sintió más cómodo. Las palabras de Sarek eran honestas. Los vulcanos no mienten, como bien sabía.

- Y no hay que olvidar que estos dos están hechos el uno para el otro. – Intervino el doctor McCoy. - ¡Incluso en otros universos! -  Agregó levantando su copa hacia el embajador y el almirante, las versiones mayores de sus mejores amigos, que le devolvieron el gesto con cortesía.
- De eso, Bones, no hay ninguna duda. – Confirmó el almirante Kirk con una sonrisa.
- Jim, si has terminado con tu almuerzo, subamos a mi habitación. No podemos volver así vestidos al Enterprise... - Le dijo señalando sus túnicas nupciales.

    Se levantó de la mesa y siguió a su esposo al interior de la casa. Estaría bien volver a ponerse unos pantalones. Sobre la cómoda encontró, perfectamente doblados, los que McCoy le quitara antes de las abluciones en la fuente del Nuevo Monte Seleya; alguien los había lavado y planchado. En el suelo estaban sus botas, relucientes como si fueran nuevas, les habían sacado brillo a conciencia.
- Si nadie debe saber que nos hemos casado... - Dijo mientras se calzaba.
- ¿Te refieres a los sirvientes de la casa? No importa. Todos han jurado fidelidad a la familia: nuestro secreto está seguro.

    Spock le cedió uno de sus jerseys de punto gris y le complació ver que no le sentaba nada mal. Él mismo terminó de ajustárselo al cuerpo, cerrando con delicadeza los botones del cuello. Besó sus labios rozándole el mentón con su mano.

- Mi padre te aprecia, Jim. No vuelvas a preocuparte por eso.
- ¿Quién está preocupado? - Bromeó besando de nuevo aquella delicia de boca.

    Una vez vestidos bajaron a despedirse de Sarek y de los otros Spock y Kirk. El viejo almirante parecía emocionado, con los ojos vidriosos y tristes. McCoy y el resto del grupo ya habían sido transportados a la nave; pensaron que sería buena idea dejar a la “familia” decirse adiós en la intimidad.

- Muchachos, ha sido un placer teneros aquí y haber formado parte, de alguna manera, de vuestra unión. Solamente puedo deciros hasta la vista... – El almirante les agarró a cada uno de un brazo, aguantándose las ganas de llorar.
- Volveremos a vernos, con seguridad. - Dijo el joven Spock apretando su mano.

    Mientras Sarek decía adiós a su hijo con la tradicional fórmula vulcana, deseándole una larga y próspera vida, el almirante Kirk aprovechó para alejarse unos pasos en compañía de Jim.

- Ten mucho cuidado de ahora en adelante, Jimmy. Si alguien que no os aprecia llega a enterarse de todo esto... os separarán. - Le advirtió preocupado.
- Lo sé, almirante...
- Y otra cosa, esto que quede entre tú y yo... - Miró a su Spock y viendo que estaba conversando con el otro Spock y Sarek, tomó a Jim del brazo para alejarse unos pasos más. - Tienen oído de tísico... - Dijo con su pícara sonrisa de medio lado.
- Aquí ya no podrán escucharnos, ¿de qué quiere hablarme, almirante? - Jim esperaba una revelación importante que pudiese sacarles de algún apuro en el futuro.
- En vuestra relación... - Se detuvo un momento y chasqueó la lengua. - Espero no incomodarte al decirte esto, pero no he podido evitar observarlo... - Carraspeó y miró atrás para asegurarse de no ser escuchado por los vulcanos a su espalda. - Jimmy, en vuestra relación... tú eres “la chica” ¿verdad?

    Los dos se sonrojaron. El almirante Kirk tomó el brazo de Jim y levantándole la manga le mostró la marca que las esposas habían dejado en su muñeca como prueba de que sabía de qué estaba hablando. Jim se ruborizó aún más.

- En nuestro caso es exactamente al revés, muchacho. Soy yo quien suele esposarle a él. No siempre, solamente de vez en cuando... - Dijo arrugando la nariz. - Lo que quiero decir es que soy yo el que suele ser el “activo”, ¿comprendes? - Su rubor crecía por momentos, pero no dejaba de sentir curiosidad y extrañeza por el asunto.
- Entiendo, tú eras su superior y...
- No se trata de eso, Jim. No me malinterpretes. Jamás he abusado de mi posición de mando con Spock... ¡Al menos no en serio! – Rió espontáneo.
- No, claro, lo comprendo. Creo que simplemente somos diferentes... nuestras experiencias son totalmente dispares: tú te criaste con tu padre, yo ni siquiera pude conocerle. Pero ¿qué más da todo eso? Amas tanto a tu Spock como yo al mío.
- Muchacho, sobre eso no me cabe ninguna duda. - Le dijo sujetándole fuerte por los brazos. - Pero entiende que me choque... te veo y me veo a mí mismo hace cuarenta años. ¡Yo tomé a Spock en su pon farr...! Tuvo que luchar contra mí: su prometida eligió el desafío y me escogió como su campeón, así se aseguró de que ganara quien ganase ella podría casarse con el vulcano al que amaba y no con Spock. Bones me inyectó en secreto uno de sus potingues para fingir mi muerte y que el combate terminara sin peores consecuencias. Fue duro pelear contra él, es muy fuerte. Cuando Spock volvió a la nave y me vio con vida me abrazó y dejó escapar una risa: ¡perdió su compostura vulcana al comprobar que no me había matado! ¿Entiendes? Entonces sentí que tenía que hacerle mío, que solamente yo podía acabar con su fiebre. Y así ocurrió.
- Entiendo... y te molesta ver que ahora los papeles se han invertido.
- No, no me molesta. Me sorprende... eso es todo.
- ¿Nunca te has dejado penetrar por él? - La pregunta fue tan brusca que hasta él mismo se asustó al oírla en voz alta.
- ¿Le has tomado tú a él alguna vez? - Respondió el almirante con la misma moneda.

    La tensión entre ambos podría cortarse con un cuchillo. ¿Por qué le habría dicho aquello el almirante? Tanto Jim como Spock eran hombres, uno humano, el otro medio vulcano, pero hombres al fin y al cabo. ¿Por qué tenía uno de los dos que ser “la chica” cuando era obvio que no había ninguna chica allí?

 

Notas finales:

Gracias por leer, como siempre. Espero que os guste y que nadie se sienta ofendido, por favor. Todo el mundo tiene una opinión que se debe respetar.


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