- Alex, ¿quieres ir a cenar conmigo, esta noche?
“… ¿Ah? ... ¿Qué si yo, qué?...”
Aquello fue algo tan repentino para el castañito, que perdió inmediatamente el habla.
- ¿Por qué no me respondes? – continuó Beyond Birthday, un poco dolido por el prolongado silencio. - ¿Acaso no te gustaría que saliéramos juntos, solos tú y yo?
“… ¿Salir juntos?” - ¡¿En verdad, no se daba cuenta de las palabras que estaba usando?!
No, eso no estaba bien. Indudablemente, Beyond no estaba pensando con ninguna claridad, no. Todo aquello no era más que el producto de un arrebato de emociones internas, emociones negativas en contra de Light Yagami… Pero, ¿cuándo más volvería a tener una oportunidad así, de tener una cita real con el hombre de sus sueños?... Y, ¿qué, realmente pasaría cuando este reaccionara?... En fin, sólo había una forma de averígualo.
“Maldito, Yagami” – pensaba BB, por su parte, con mucha cólera, convencido ya de que su propuesta sería rechaza, de seguro por los sentimientos que ya inspiraba el fotógrafo en su amigo ¡Ah, cuando lo volviera a ver no tendría piedad! ¡No sólo lo mataría sino que lo torturaría al punto de hacerlo suplicar por su final! ¡Y, entonces cumpliría su deseo!, y…
- Sí me gustaría, Beyond. – dijo Alex, de pronto, con una sonrisa suave, sacando a su amigo de sus pensamientos. – Espérame un momento, que voy por mi abrigo.
Un alivio muy grande y una felicidad extraña tomaron el lugar, entonces, de los deseos de muerte dentro del corazón del pelinegro… En ese momento no se lo preguntaba pero, ¿qué era eso? ¿Por qué lo hacía feliz tan simples palabras, si ya habían pasado tanto tiempo juntos antes y se conocían tan bien? ¿De verdad iba a hacer de esta una cita real?
(De nuevo, sólo hay una manera de averiguarlo)
- Ya estoy listo. – Alex regresó, tan lindo cómo siempre está, cuando se encuentra sonrojado. – ¿A dónde iremos?
- Alex. – Y, por alguna razón, Beyond se quedó observándolo un buen rato con los ojos muy brillantes. – Deja, que yo me encargaré de todo… Te quiero sorprender.
Y, así, ambos jóvenes salieron de la casa, con esa tortuosa sensación, que son las maripositas en el estómago.
Por su parte, ignorante de que, literalmente, había sido reemplazado, Light continuaba en aquella sala de espera de hospital, aun esperando noticias del niño, del que ni siquiera sabía su nombre, y preguntándose qué debía de hacer a continuación… ¿Llamar a la policía? ¿Llevarlo a personas desaparecidas? Lo único que salían a decirle los doctores es que se negaba a decir quién era ¡¿Por última vez, de dónde había salido ese mocoso?!
“No es más que problemas.” – El joven fotógrafo ya se arrepentía de su actitud de buen samaritano y los ojos se le cerraban de aburrimiento, cuando apareció el médico en jefe y se dirigió a él – “…Por fin, ya era hora ¡Como si no tuviera una sesión mañana temprano!”
- Ya hemos logrado estabilizarlo. – dijo el sujeto, mostrándole su planilla. – Pero la enfermedad que padece está en su sangre y necesita tratamientos constantes, es obvio que los ha estado recibiendo en el pasado o, si no, ya no seguiría con vida.
- Qué horrible. – dijo Light, de repente, conmoviéndose por eso. – Es tan pequeño.
- Tuvo mucha suerte de que lo encontrarás, ¿podrías pasar a hablar con él? – El castaño lo miró extrañado. – No quiere decirle a nadie quién es o dónde vive, ve si puedes convencerlo de que lo haga. Lamento decirte esto pero hoy no tenemos camas disponibles para que alguien más pase la noche aquí, y si no revela nada, pronto, tendrás que llevártelo. Buena suerte. – Y, dicho esto, el medico le abrió la puerta del cuarto y se marchó. Light ingresó despacio y se situó a lado de la cama.
¡En verdad, la realidad de ese niño era terrible! ¡Una terrible enfermedad de la sangre que aún no tenía cura, y ni siquiera era un adolecente! No podía ni imaginarse cuantos miles de dólares gastaban sus padres o tutores al año para mantenerlo con vida. Qué historia tan triste… Pero, en fin, por más que le pesara, no podía ser parte de ella, sería estúpido.
- Hola.
- … - El menor abrió los ojos con mucho esfuerzo – Hola.
- …Eh…Te ves muy cansado… ¿No quieres ir a dormir?
- Tal vez lo parezco, pero no lo estoy. Ya estoy acostumbrado… Aunque, siempre me inyecta… una persona muy especial.
- ¿Tienes un médico personal? – “¡Algo que puedo usar!” – Tu familia debe tener mucho dinero - Pero, al oír esa palabra, el niño giró su cabeza para ya no verlo. – Mira, sé que te sonará pesado. Pero no puedes quedarte a pasar la noche aquí, así que, por favor, dime un nombre, debes saber el número de teléfono de algún lugar o de alguien que pueda venir por ti. Y no me importa que pienses, yo no voy a quedarme a cuidarte. Te tienes que ir.
- ¡No! ¡No! ¡Yo quiero quedarme aquí!
“¿Es una broma?” – (¿Dónde había visto esa actitud autoritaria, antes?)
- El hospital no te permitirá… - continuó Light tratando de mantener la poca paciencia, que le quedaba.
- No, no me refiero al hospital. – pero el pequeño lo interrumpió. – Me refiero a aquí, en esta parte de la ciudad. Yo aún no puedo volver a mi casa.
- ¡Ah, así que admites que tienes una casa!
El menor cruzó los brazos entonces, y se negó a volver a abrir la boca.
“Tal vez hubo problemas allá, posiblemente con sus padres, y se ha escapado para darles una lección… ¿Podría ser posible? ¡Y, a mí ¿qué me importa?! ¡Yo no estoy para ser su nana!” – El reloj dio entonces las once de la noche, y el joven se lamentó: ¡Aún tenía tarea y trabajo que hacer llegando a casa! No podía quedarse más. – “Diablos, no tengo opción”
- Mira, te agradezco que me ayudarás. Pero ya hiciste suficiente, así que sólo déjame donde me encontraste, sabré arreglármelas solo.
- Ja, lo dudo mucho. Tan sólo eres un mocoso de doce años.
- ¡Tengo trece! – dijo el menor, muy molesto por sus palabras.
Light se burló más de la cara que puso, y se dispuso a salir del cuarto.
“¿De verdad, me va a dejar aquí?”
- Te llevaré a mi casa. – dijo, para la mayor sorpresa del pequeño. – No está lejos de dónde te encontré. Pero, mañana temprano iremos con la policía ¿entiendes? Y no me importa si tengo que llevarte a arrastras.
- ¡SÍ! ¡Muchas gracias, señor!
“… ¿Señor?”
- Me llamo Light. Light Yagami.
- ¿Cuál es tu nombre?
- … Copito.
“¿Por qué a mí?”
- No. En serio.
No hubo más respuesta. Y así se quedó.
“Más vale que gane algo por hacer esto”
“Este lugar… es bellísimo. Tan elegante, y tan romántico… Yo, debo de estar soñando…”
- ¿Qué sucede, Alex? ¿No te gusta el restaurante?
- … ¡No! ¡Es perfecto! – se sobresaltó el menor, sin notarlo. – Y parece muy caro. ¿Cómo conseguiste una mesa privada tan pronto?
- No te mentiré, prácticamente empeñe mi propia cabeza. – (Es una metáfora, no se asusten.) – Pero, ¿qué puedo decir? Tú lo mereces.
“Y más, después de lo que permití que Yagami hiciera contigo.
Al pobre Alex le faltaba poco para que se le saliera el corazón, ¡¿por qué su adorado Beyond lo trataba así, y justo en ese momento?! Ya había conseguido que no pensara más en Light, así que, ¿por qué seguir llenándolo de cumplidos tan desprendidamente? ¡Lo hacía pensar que tenía otras intenciones! ¡Lo ilusionaba con eso!... Dios, que sensación más hermosa y dolorosa, al mismo tiempo, pero ¿qué podía hacer? Lo amaba
- ¿Qué tal están tus espaguetis?
- Deliciosos. ¿Y, tu filete?
- … Está muy bien
- No pareces muy convencido.
- No, no es nada. Es que lo pedí término medio, y este está totalmente cocido.
- Oh, entonces hay que llamar al mozo. Para que lo cambien.
- No, déjalo. No quiero que nadie más nos interrumpa.
- … Pero, es un plato caro, y…
- Prefiero seguir sólo contigo.
(No tengo que decirles qué cara puso Alex ¿o sí?)
- ¿Y, cómo va?
- … ¿El qué?
- Tu libro. – continuó Beyond, animado. – Ya debes de tenerlo muy avanzado, algo que se pueda leer. ¿Cuándo me dejarás hacerlo?
- … ¿Tú? ¿Leer mi libro?... No, aún no está listo.
- Siempre dices eso. Pero sabes que tendrás que exponerlo al mundo algún día.
- Sí. Pero sólo cuando sea el día, lo haré.
- ¿Quién entiende a los artistas?
“… El,… ¿me considera un artista?...”
- ¿Cómo se llamaba aquella historia que tanto te apasionó? – dijo Beyond, cambiando de tema. – Aquella futurista y fantasiosa, que leíste tres veces.
- “Dos Mundos, Una Guerra, Tú y yo”* – contestó Alex, recordándola con mucho cariño. – La voy a leer de nuevo, no deja de impresionarme como el amor entre dos criaturas completamente diferentes puede nacer en medio de una guerra universal. Y su villano es uno de los peores y más terribles que he leído en mi vida
- En mi opinión, tiene partes demasiado cursis. Pero, en fin, el otro día vi una nueva edición en la librería, con dibujos y comentarios de la autora ¿Te gustaría tenerla?
- … ¡¿En serio?! ¡Por supuesto que sí!
- Entonces no se diga más, mañana iremos a comprarla.
Fue una cita muy agradable y divertida. Beyond y Alex se conocían y complementaban perfectamente, después de todo, habían sido amigos por muchos años, pero, ahora, por momentos, corría entre ellos, y entre cada roce, una agradable calidez, que los hacía parecer algo más… Beyond Birthday en verdad se veía perdido en los encantos y dulzura de Alex (¡SU Alex!, al que, luego de eso, NADIE se le volvería a acercar), tanto que, por todo ese tiempo, no cupo nadie más en su mente. De hecho, hasta parecía que él mismo no quisiera a nadie más en su vida… Ni siquiera a cierto modelo hermoso de ojos grandes y pelo azabache, del que ya hasta había olvidado su nombre… ¿En verdad, era posible?
“¿Tan ciego he estado hace años? Alex es perfecto, un criatura única y deliciosa capaz de inspirar amor en cualquiera… ¿Por qué no lo había hecho en mí, hasta ahora? ¿O, quizás, si lo hizo?... ¡Esperen, ¿pero qué demonios estoy diciendo?!”
- … Beyond, esa es mi mano… ¿Me la puedes devolver?...
“Este es, oficialmente, el día más extraño y pesado de mi vida.”
- ¡Es suficiente! No toques mis cámaras, son muy caras, y si rompes una me la pagaras. – Light llevó al niño (mientras este hacía morisquetas) a su habitación y le señaló la cama. – Duérmete ya, yo tengo que seguir trabajando. Mañana tengo una sesión de fotos importante y no llegaré tarde por ti.
- ¿En dónde trabajas?
- … En, una revista
- ¿Y no me puedes llevar?
“¡¿En serio, no es una broma?!”
- ¡¿Estás loco?! ¡Por supuesto que no! Vendré por ti a las once de la mañana e iremos con la policía, como acordamos.
- Yo no recuerdo haber acordado nada.
- Eres un mocoso insoportable.
- Eso me dicen, mis hermanos.
“… ¿Tiene hermanos?”
- Por favor. Prometo estarme quieto.
- No. Y es mi última palabra.
“Una casa grande con muchos niños. Esto se pone cada vez mejor” - No eran muchas pistas, pero que la policía se encargara del niño ya no sería más problema suyo. – “Ya tengo suficiente con un malcriado en mi vida.” – pensó Light, de vuelta en sus estudios
Y, hablando de eso: ¿Qué estaría haciendo Elle “L” Lawliet, en ese preciso momento?
Beyond y Alex volvieron a su casa juntos, muy nerviosos, ¡y sin saber por qué!... Por donde la vieras, aquella hermosa velada había sido una cita, una verdadera cita, y, por ende, aunque fueran amigos de toda la vida, no se eliminaba el cosquilleo que habían sentido toda la noche, y que, ahora, era más fuerte que nunca ¿Qué pasaría al despedirse, al separarse cada uno rumbo a sus cuartos? Beyond no quería que aquel dulce ser lo dejara solo, ¿y si le pedía dormir juntos? Ya lo habían hecho antes (Bueno, él había dormido y Alex se había pasado la noche escribiendo.) Pero, ahora, no tenía sueño ¿Qué quería hacer (o hacerle) entonces? ¿Por qué su piel se sentía más suave y cremosa que nunca? ¿Y el rubor en sus mejillas, tan dulce y llamativo? ¡Quería chuparle esas manzanas acarameladas que tenía en la cara! ¡¿Y quién se lo iba a impedir?!... ¿El?
- … Mu-muchas gracias, por esta salida tan divertida. De verdad, me la pase muy bien. – dijo Alex, ya en la puerta de su cuarto, sintiendo que la respiración se le dificultaba. – Y, respecto a lo de mañana, podemos decirle a Elle para que venga.
“… ¿Quién?”
- … No lo había pensado. – dijo Beyond, despertando de sus pensamientos. – Y no quisiera invitarlo. Quiero que vayamos los dos solos, otra vez.
- …
- Quiero tener otra cita contigo, Alex.
Hubo silencio.
¡Y Alex se vio acorralado contra la pared por los brazos de Beyond!, que lo veía con una mirada muy profunda y apasionada, y que iba de sus mejilla a su delgada boca… ¿Al final, dónde acabaría besándolo, su amor? ¿Y si sí, cómo reaccionarían ambos, después?
De nuevo, sólo había una manera de averiguarlo…
*¡Sí, le hago publicidad a un Fan Fic mío! xD Y al que consideró el mejor que he hecho J
Si quieren leerlo, acá les dejó el link: http://www.amor-yaoi.com/fanfic/viewstory.php?sid=64859
