“Sólo hay una manera de averiguarlo.”
Beyond se acercó despacio y decidido a la boca de Alex, como si de repente lo poseyera una fuerza muy superior a cualquier razón. Alex, mientras tanto, sentía, cada vez más fuerte, la posibilidad de que aquello le provocaría un paro cardiaco… Beyond, ¡por primera vez, lo deseaba! ¡Sólo a él! Pero, ¡era demasiado repentino! ¡Él no estaba ni física ni psicológicamente preparado! Lo más seguro era que, al segundo de eso, terminaría desmayándose en sus brazos, ¡lo que delataría, por completo, todo lo que había sentido por él, desde siempre! ¡Simplemente, no estaba listo!... ¿Qué, podía hacer?
“Si Beyond no me quiere de verdad,… y hace esto por cualquier otra razón, yo me moriré”
RING RING
El teléfono de la sala acabó, de un solo golpe, con el silencio, y ambiente, de la estancia.
Beyond despertó de su trance, increíblemente sorprendido de sí mismo, con el rostro de Alex a sólo dos centímetros de distancia, y sólo atino a (para pasar de una explicación) contestar el aparato (Por su parte, Alex solo se derritió sobre la pared hasta llegar al piso.)
- ¿Hola?
- ¡Beyond, soy Elle!
- Ah… ¿Qué pasó?
(Nunca la voz del pelinegro le había sido tan indiferente.)
- ¡Necesito un enorme favor! ¡Es urgente!
- ¿De qué se trata? ¿Hay noticias nuevas?
- … No - dijo su amigo, con la voz entrecortada. – Por eso es de suma importancia que envíes la foto que te acabo de mandar a tu correo, a todas las agencias policiacas de la ciudad Tengo razones fuertes para sospechar de que fue para allá
- ¿Cómo? ¿Por qué lo haría? ¿Es seguro?
- Te explicaré mañana, estaré por la tarde.
- Bien. – terminó el mayor, más serio, por la gravedad del asunto – Nos vemos, Elle.
Y luego colgó.
El silencio regresó a reinar el cuarto en lo que el ojos de sangre se volvía a su compañero
(Su mirada no podía evitar decirle: “Y, ¿en qué estábamos?”)
- ¡Voy a mi habitación! ¡Hasta mañana! – pero Alex, reaccionó rápido y se marchó de inmediato y cubriéndose la cara, dejando a Beyond decepcionado y confundido.
“¿Tenías que llamar justo ahora, Elle?... ¿En verdad, eras tú? Entonces, ¿por qué yo no… No entiendo nada, pero por unos segundos, lo que siento por ti, lo sentí por Alex ¿Cómo pasó esto?... ¡Es Alex! Y yo no puedo estar enamorado de dos personas... ¿O sí puedo?*”
Mientras tanto (en lo que Beyond se ocupaba del pedido de Elle), Alex experimentaba la ansiedad más grande de su vida (y eso que, con su trabajo y carácter, había experimentado ya varias de gran tamaño.) ¡¿Qué pasó allá afuera?! ¡¿Fue un sueño?! ¿O su destrozado corazón ya lo había hecho enloquecer? De cualquier forma, nada le quitaba la alegría de ese pequeño triunfo, si tan sólo no estuviera tan resignado ya a aspirar al corazón de Beyond… Si Beyond lo hubiera besado, y luego vuelto a lastimar, Alex estaba seguro de que, entonces sí, terminaría suicidándose, y, después de unos momentos, resolvió que por eso no se lo permitió. Tal vez, en otro tiempo si lo hubiera hecho, pero, las últimas semanas, su sentimiento no había hecho más que crecer, hasta volverse algo peligroso ¡Qué complicado!, pero así era. Y una parte de él siempre estaría triste, convencida de que Beyond seguiría amando a Elle, sin importar cuantas muestras diera de lo contrario. Oh, cierto: Mañana tendrían otra cita, ¿cuál sería su plan de acción?
“Volveré aceptar esta pequeña alegría, pero no dejaré que pasé a mayores… Porque, sé que es imposible: Uno no puede amar a alguien y olvidarlo en tan poco tiempo.”
A la mañana siguiente, Light asistió a su sesión fotográfica importante, tal y cómo lo tenía planeado (dejando a Copito dormido, en su cuarto.), y la terminó sin problemas ni otros sucesos inesperados, por lo que se encontró rumbo a la salida, muy cerca de la hora acordada, pensando que pronto se terminaría todo, tenía que, pues al día siguiente empezaría, más intensamente, la preparación de la sesión oficial de su idea para el próximo número de la revista, y no podía permitirse tener ningún tipo de distracciones.
“Más vale que ese niño desaparezca, de una vez, de mi vida”
Pero, antes de ir por él (para llevarlo a la jefatura de policía), tenía que pasar al banco a retirar efectivo, pues se había quedado sin mucho, después de tener que pagarle al hospital, el día anterior. No era algo que le molestara, es más, lo hizo con mucha calma, mientras escuchaba música con su reproductor portátil, y, hasta, entonces, todo estuvo bien. Hasta que, cuando cruzaba la calle, frente al cajero automático, divisó una figura conocida… ¿Acaso era… ¡Sí! ¡Era Elle! ¡”L” Lawliet! ¡El ángel de sus sueños! cruzaba la calle de en frente, cabizbajo ¡Ah, era increíble cómo se le estremecía todo el mundo con tan sólo verlo a distancia! Pero, aunque estuvieran fuera del trabajo, era mejor no buscar tentaciones innecesarias. Light lo tenía muy presente en su corazón desde el sacrificio que hizo por él, después del incidente que fue su culpa, por lo que, no sabía de lo que sería capaz si se le acercaba en una calle desierta, así que decidió dejarlo pasar con una simple sonrisa. Entonces, cayó en cuenta ¡de que el muy insensato no veía por dónde iba! ¡Y de que un bus inmenso estaba peligrosamente cerca de él!, por lo que, sin pensarlo,…
“… I’d catch a grenade for you…**
… Throw my hand on the blade for you…
… I’d jump in front of a train for you…
…You know I’d do anything for you…
Oh… Oh… Oh…”
… ¡Light saltó inmediatamente frente a él!, y lo empujó consigo lejos de la autopista, evitando una tragedia casi segura, arriesgando su propia vida.
El pelinegro apenas supo que pasó cuando se vio en el piso de la acera, con el castaño, encima suyo, terriblemente preocupado y, aún más, enfurecido.
- … ¿Light?... Pero, ¿qué…
- ¡¿Qué estás haciendo, imbécil?! ¡¿Cómo puedes ser así?! ¡Insensato! – El fotógrafo le levantó la mano y estuvo a punto de abofetearlo, cuando lo pararon unos muy fuertes sollozos
… Elle Lawliet estaba llorando…
… Su tierno y puro rostro estaba bañado en lágrimas, que creaban una tonalidad rojiza, muy dolorosa, debajo de su hermosos ojos, mientras su cuerpo temblaba por la tristeza, que era mayor, a cada segundo, que pasaba sin tener a alguien cerca, que le ofreciera un hombre y el calor de sus brazos.
Light se sintió a desfallecer y, por un segundo, pensó en salir corriendo, pero una fuerza muy superior a su voluntad lo obligó a quedarse, la necesidad de darle conforte a ese lastimado corazón, que, por alguna razón, hacía latir muy dolorosamente el suyo también.
- Por favor. – le suplicó, entonces, al joven modelo, ayudándolo a levantarse y recostando su cuerpo contra el suyo. – Ya no llores. No lo resisto.
Y, dicho esto, Light empezó a acariciarlo con mucha dulzura, dispuesto a quedarse todo el tiempo que fuera necesario, para que Elle se sintiera mejor.
- Gracias.
Por su parte, cómo lo habían acordado, Alex y Beyond salieron juntos de nuevo, está vez al centro comercial y a la librería dónde se encontraba la nueva edición que el castañito tanto quería. Sin embargo, las cosas no fueron tan placenteras cómo la noche anterior, ya que el menor se mantenía apegado a su nuevo plan (de no permitirle a Beyond ver cuán ilusionado estaba.) y porque ambos se sentían un poco preocupados y tristes por la situación actual de su mejor amigo Elle Lawliet y por no poder hacer nada para ayudarlo.
- ¿Crees que cuando regresemos, Elle ya esté en casa? – preguntó Alex en un momento, cuando ya salían de la tienda, con la compra en manos.
- Así dijo, que sería. – le respondió Beyond, cayendo en cuenta de que, si quería aprovechar algún momento con su nuevo interés romántico, tenía que ser mientras estuvieran en las calles… De nuevo con eso, ¡él era Alex! ¡¿Cómo podía pensar tanto así?!... Además, una parte suya todavía le suplicaba por ir a buscar a Elle, quien a lo mejor necesitaba consuelo (y aunque supiera que seguramente sería rechazado) ¿Qué era lo que de verdad pasaba dentro suyo? Por un lado, no quería dejar de insistir con Elle, pero, por otro, ¡tampoco quería dejar ir a Alex! ¡Y menos para que terminara con otro! (“Light Yagami aún no ha pagado por sus crímenes.” – recordó, entonces.) ¿Acaso se estaba volviendo loco?... En fin, no lo sabría sino hasta que la situación lo empujara a uno de los dos, porque cada vez se sentía más convencido, por egoísta que sonara, él, el gran BB, quizás estaba…
“Enamorado de ambos, de Elle y de Alex”
- ¿Eh? ¿Beyond? – Alex lo llamó, pues su amigo llevaba inmóvil más de 5 minutos y su café se estaba enfriando. - ¿Te pasa algo?
- … ¿Qué? No, nada. – lo negó este, de inmediato, mostrando una sonrisa (que provocó que Alex se sonrojara.) – Pero, ¿me esperas un momento? Voy al baño.
Y, luego, se encaminó a los servicios de esa tierna cafetería en la que se habían detenido.
Alex se quedó sólo, avanzó un poco más de su pastel y, después (para no acomplejarse más con las preguntas que rondaban entre su cabeza y corazón), decidió abrir su libro nuevo y echarle un vistazo. Fue encantadora la viva emoción que se dibujó en su rostro al pasar las páginas y encontrar las ilustraciones de los personajes que, hasta entonces, sólo había podido imaginar, cuando, en eso, un hombre pasó por detrás suyo, y, sin intención, le hizo tirar el objeto al suelo. Alex se mostró muy fastidiado por esto, y se agachó para tomarlo (rogando por que no se hubiera estropeado) y, entonces, su mano se rozó firmemente con la de aquel caballero, que, no sólo levantó el libro sino que, también, alejó la blanca palma de Alex del frío suelo, para luego dirigirle una bella sonrisa.
“… Pero, ¿qué?... ¿Quién es este hombre?”
- Lo lamento mucho, no fue mi intención. – dijo el susodicho (que no pasaba de los treinta años), con mucha educación. - ¿Está todo bien?
- Eh. Sí, creo que sí. – dijo Alex (alejando su mirada del atractivo rostro que tenía en frente, para examinar el libro) – No hay ningún problema.
El castañito ya se disponía a seguir con sus asuntos, cuando el mayor volvió a hablarle:
- Disculpa, ¿pero esa no es la nueva edición de “Dos Mundos”?
- El título completo es “Dos Mundos, Una Guerra, Tú y Yo” – lo corrigió Alex, revelándose como un auténtico fanático de dicha obra.
- Sí, lo sé. – rió el caballero, y sacó un ejemplar igual de su maletín. – Justo traigo, aquí, él mío, y firmado por la autora.
- ¿Firmado por la autora? – El castañito no pudo evitar sobresaltarse ante esa nueva información y examinó la propiedad del recién llegado para comprobar la autenticidad de la firma. – Es verdad, la he visto en una foto ¿Dónde la consiguió?
- Probablemente no me creerás, pero… – entonces, el hombre sacó su tarjeta y se la dio al menor. – Yo soy su Publicista.
Alex examinó el documento, para comprobar que, de nuevo, decía la verdad.
- Si quieres, - agregó, entonces, en voz más baja – puedo conseguir que firme tu ejemplar también. Pero, sólo si estás dispuesto a hacerme un favor.
Beyond llegó justo a tiempo para encontrarse con esta escena.
“… ¿Y, ahora?... ¡¿Quién diablos es este tipo?!...”
Light volvió rápido a la banca en la que había dejado al afligido pelinegro (después de pasar casi media hora acariciándolo contra sí) y le entregó la bebida caliente, que había comprado en una de las máquinas expendedoras de aquel parque, se trataba de un té sabor a limón, que esperaba que le gustara, no es que fuera ningún experto en el tema, pero podía ayudar para tranquilizarlo.
- Por favor, bébelo. – le dijo, entonces, sentándose a su lado. – No es bueno que no comas nada a esta hora. – Luego, lo observó un momento, hasta que el modelo le obedeció, y, entonces, volvió a preguntarle. - ¿Qué te pasó?
- Mira, sé que te va a costar trabajo creerme, pero no me voy a mover de aquí hasta saberlo y si puedo ayudarte. – continuó el fotógrafo, luego de varios minutos de silencio. – Tiene que haber sido algo terrible para que te pusieras así. ¿Qué pasó?
- Dime, ¿se trata de la señorita Nagame?
(“¡¡¿Qué te hizo esa maldita bruja?!!”)
- … No. – dijo Elle, recuperado para hablar, por fin. – No tiene nada que ver con nuestro ámbito laboral, así que no te preocupes por eso.
- … - Light suspiró, enojado – No me interesa saber qué tienes por eso ¡Casi te atropella un auto por andar así, por la calle! ¿Qué te paso?
- Y habrías tenido que buscar otro modelo ¿verdad?
- ¡Ya basta, Elle!... Yo no soy tan inhumano como ella. – dijo Light, ofendido de que siquiera lo pensara. – Además, ¿ya olvidaste que te debo una?
- Pues, si es así, creo que ya me la pagaste. – “Acabas de decirlo, casi me arrollan y tú me salvaste.”- Así que era eso lo que te preocupaba.
- ¡¡Por última vez, no!! – (Menos mal, que el lugar estaba desierto) – Lo que me preocupa ahora eres tú. No estás bien. Dime ¿qué pasó?
- Light, ¿de verdad, estás preocupado por mí?
(“¡Demonios!”)
El ojinegro sollozó con fuerza entonces, y el castaño abandonó la preocupación por los problemas que podía causarle el empezar a delatarse justo en ese momento, ahora, lo más importante, era ayudar a su divino príncipe y nada más.
- Sí, Elle. Estoy preocupado por ti, y dispuesto a ayudarte… ¿Puedes confiar en mí?
¡Sin decir nada, Elle volvió a arrojarse a sus brazos!
Light lo recibió, tranquilo, y le dio unas palmadas en la cabeza. Por alguna razón, en ese momento no sentía ningún arrebatador deseo, sólo la ternura y la felicidad de ser él, quién tendría el honor de reconfortarlo, y devolverle la belleza que con el dolor estaba perdiendo
“Elle… también eres muy hermoso por dentro.”
- Está bien – resolvió el pelinegro, por fin, sonriendo un poco, luego de reconfortarse más contra el calor de su amado secreto. – Pero, no te preocupes si no puedes hacer mucho por ayudar. He intentado todo.
“Eso lo veremos, mi adorado y bellísimo ángel.”
- Se trata de mi hermanito, está perdido.
“… ¡¡¿Qué?!!”
*¿Ustedes qué piensan? ¿Es posible o no?
** Fragmento de “Grenade” de Bruno Mars