Un día perfecto, con cielo azul.
Una bella playa paradisiaca.
Y flashes, y más flashes.
- ¡Muy bien! ¡Perfecto! ¡Lo haces de maravilla, Takeru! – gritó la Srta. LillyAi Nagame con un megáfono, en medio del set de fotografía, a uno de sus modelos, para luego dirigirse a otro. - ¡Joven Kimura, demuestra más frialdad en tus ojos! ¡Eres un Dios en esta escena! Tu hermano sí lo está haciendo de maravilla… ¡¡Que alguien los ayude a cambiar de ropa!! – y agregó eso, para el personal de producción, que rápido cumplió su mandato y se llevó a los gemelos a los vestidores.
No era común que la dueña, editora y fundadora de su afamada revista asistiera a las sesiones fotográficas en exteriores, pero, aquella mañana, pareció despertar con un extraño deseo de extender aún más su don de mando sobre sus empleados. Además la sesión de ese día era muy importante, era la última de la nueva propuesta ideada por Light Yagami (su más nuevo y joven fotógrafo estrella) para el siguiente número, cuyo lanzamiento había prometido a todos sus fanáticos ser un suceso. Y si había algo que la dama de hierro detestaba (además de que no le temieran) era que la llamaran mentirosa.
- ¡Vamos! ¡Rápido! ¡Que nos quedamos sin luz! – gritó, un momento más tarde. Y luego llamó a su principal encargado. - ¡Joven Yagami! ¿Cómo estamos? ¿Cree que terminaremos a su tiempo?
El castaño había pasado uno de sus días más agotadores hasta el momento, pero se encontraba muy satisfecho de su trabajo.
- Sí, Srta. Nagame. Solo falta la foto grupal, para la cual ya mande al Equipo A… Y la última frente al océano, que haré yo, personalmente, con el apoyo del Equipo B.
- Muy bien. Me quedaré cerca de usted, para supervisar su realización. No queremos que ocurra otro peligroso accidente ¿verdad?*
Hubo un silencio algo incómodo.
Pero, Light le respondió seguro:
- Será un honor, Srta.
El joven tenía un muy buen motivo para sentenciar que aquello no volvería a pasar, y era que las acciones que habían desencadenado dicho accidente nunca se presentarían de nuevo, ya que él y Elle Lawliet nunca volverían a pelear y, ahora, se llevaban de maravilla.
- Buen trabajo. Quedó perfecta. – le dijo el fotógrafo al modelo de cuerpo de Dios pero cara de ángel, que le devolvió el cumplido con una sonrisa. – Ahora quiero que mires al sol con melancolía, por favor… ¿Alguien puede retocarle el maquillaje de los pómulos? La brisa marina está en nuestra contra… Perfecto, no te muevas.
- Light. ¿Y si me meto al agua hasta la cintura y dejo caer el manto?
Hubo silencio. Y la joven jefa los observó con muchísima atención.
- Sí. Es una buena idea. Hazlo. – respondió el castaño, sin mostrarse para nada molesto por la sugerencia (Todo lo contrario a hacía unas semanas, cuando ni siquiera podía tolerar que el pelinegro le dijera que estaba incómodo.) – Que alguien me pase el objetivo a prueba de agua con un lente angular… Esta será la última. – Y unos minutos después, terminó – Lo logramos. Estuviste precioso, Elle.
Aquella escena quedó grabada de forma muy importante en la mente de la Srta. LillyAi Nagame, pero cuando los encargados del material digital le mostraron un previo del resultado de esta, quedó guardada para ser analizada tiempo después ¡En verdad, que esos dos chicos habían hecho un trabajo exquisito, que les daría un nuevo record de ventas! Y ya tenía el titular perfecto: Los dioses emergen del mar, y habitan entre nosotros
El grupo completo empezó a recoger todas sus cosas, y nadie hizo más preguntas por el momento (Lo que sea que hubiera pasado entre esos dos jóvenes los había beneficiado a todos.) Pero, Light y Elle aún tenían algunas cosas qué hacer antes de poder decir que se había terminado su día, por suerte el auto de la Srta. Nagame se marchó antes, y pudieron reunirse a hablar a solas sin ningún temor. Tenían que realizar un depósito para su institución antes del anochecer, y necesitaban la ayuda de otro miembro de su equipo.
- Ya está retrasado. – le dijo Light a Elle, con los brazos cruzados y fastidiado, después de que consiguieron quedarse ahí, con diferentes excusas. – Esto es muy poco profesional de su parte ¡Y estaba quejándose de que yo no cumpliría!
- Yo creo que se preocupaba por otra cosa. – dijo el mayor, sin ánimo de discutir pero expresando su opinión. – De lo nuevo que eres en este tipo de operaciones. Incluir a alguien siempre toma tiempo, y puede ser muy peligroso si se hace mal.
- Ni lo digas. Hace tres días que me explicaron todo y aún me cuesta entenderlo.
- Pero lo has hecho muy bien, Light. Otro habría tardado aún más. Eres muy listo.
- ¿Lo dices en serio o sólo quieres devolver el cumplido que te hice frente a todos?
Elle se sonrojo mucho, entonces. (¡Últimamente, Light no dejaba de humillarlo así!)
- … - pero, respondió – No, lo digo muy en serio.
- Bien. Porque yo también, con aquello que dije.
- … ¿Qué? – (El rubor de su rostro aumentó.)
- Sí. – dijo Light despreocupado, y evitó mirarlo. – La foto quedó preciosa. La brisa marina término creando un halo alrededor del lente que le dio cierto misticismo. Tuvimos mucha suerte. – Elle quedó decepcionado con esa explicación. – Amigo, el hecho de que ahora te haya tomado cariño no significa que haya llegado a cambiar de idea sobre el tipo de belleza que representas, entiende que tal vez me resulte desagradable siempre, hasta mi muerte.
(Amigos o no, Light Yagami aún tenía que proteger su trabajo en la revista.)
Elle aceptó eso (aunque fuera mentira. Y Light deseara arrancase la cabeza por decírsela) y se olvidó del motivo de su sonrojo para volver a concentrarse.
- ¿Por qué Beyond se está tardando tanto?
Mientras tanto, lejos de ahí, en el edificio principal de la revista, Alex salía del estudio 4, luego de otra de sus habituales sesiones, para las páginas centrales (ya el día anterior había trabajado con Light y los otros en la nueva propuesta) y se disponía a irse a su casa, a tapar las huellas de su compañero, para que nadie de su entorno laboral sospechara que modelo de ojos color sangre se había ido a encontrar con el castaño fotógrafo y el lindo pelinegro. Eran unos procedimientos de rutina, la mayoría de veces muy innecesarios, pero nunca estaban de más como precauciones. La verdad, a Alex también le daba escalofríos pensar en qué haría la Srta. LillyAi Nagame si se enteraba de que (ahora) cuatro de sus mejores trabajadores invertían mucho de su tiempo y dinero ayudando a niños sin familias. Ella ya sabía lo suficiente de él para tenerlo bien dominado, si le diera un poco más su vida sí que sería un infierno. O peor, esa mujer hasta podría pensar en convertir dicha casa en una mina para sacar nuevos modelos (varios de los chicos del hogar eran muy lindos) y aunque la paga fuera muy buena, aquel trabajo no era para cualquiera, menos para niños. Alex deseaba mucho, a veces, dejar su empleo y dedicarse a estudiar literatura de verdad, pero mientras tuviera el pasado que tenía le parecía, cada vez, más imposible, pero la esperanza nunca se pierde… Tal vez algún día.
Así de perdido estaba Alex, en sus pensamientos, que no se fijó por donde iba y chocó con alguien al doblar en la esquina de aquel pasillo.
Los ojos de Teru Mikami se iluminaron al sólo verlo.
- Pensé que se habían llevado a todos los ángeles para exteriores. – le dijo con una deliciosa sonrisa, como un cumplido. - ¿Qué estás haciendo aquí?
- Trabajé en eso el día anterior. – respondió Alex, lo más simple que pudo. – Hoy me tocaba otro tipo de fotos en el estudio.
- Oh, sí. Ya recuerdo, de las que me mostro LillyAi mi primer día. Son realmente exquisitas e ingeniosas aunque les falta mucho para llegar a ser totalmente reales. – Alex amplio la mirada, y Teru le explicó con placer. – Basta con ver tu rostro la siguiente vez para darse cuenta de que en verdad no has pasado por ninguno de esos cuadros, ni una vez en tu vida.
Alex se sonrojó con fastidio. (¿Por qué todo el mundo se daba cuenta de que era virgen?)
- … - Teru rió encantado con su cara.
- Mi trabajo no me lo permite. – dijo Alex – Es precisamente eso lo que quiere la Srta. Nagame, me parece que así mantiene a los lectores prendidos para nosotros
- Ah, pero a mí me parece que es una táctica que pronto pasara de moda. Piénsalo, algún día tu rostro cambiara y necesitara reflejar la experiencia que caracteriza tanto a otros para ser irresistible. Además, ¿quién dice que un niño experto no puede llamar la atención? Creo que necesito hablar con ella seriamente respecto a eso, podría ser una nueva puerta para modelos como tú. Aunque claro, no bastara con que lo muestren delante de las cámaras, se necesitara que alguien se ocupe personalmente de eso. Dime, ¿ya tienes a alguien en mente, pequeño Alex?
Beyond tenía razón en una cosa, ese tipo sí que era atrevido ¡Y ahora era el segundo al mando de la revista! Sus ideas tenían buenos fundamentos pero había algo en su forma de ilustrarlas que a Alex le creaba desconfianza, sin embargo también le gustaba que alguien para variar lo mirara con deseo (que era lo que quería de Beyond, y que aunque ya lo había obtenido pensaba que nunca más lo haría). En fín, Teru Mikami le creaba emociones confusas. Pero entonces no estaba para eso, y decidió retirarse sin responder.
- Discúlpeme, pero ya me tengo que ir. Beyond me está esperando en casa.
- No sabes cuánto lo envidio. – dijo el mayor de repente, en un tono muy profundo. – Primero inventa motivos personales para evitar que seas mi guía el primer día y luego me entero de que vive contigo. Es una suerte demasiado envidiable para ver que se está desperdiciando. Podría llegar a odiarlo con facilidad.
Alex se quedó muy impresionado con esas palabras (y más por el sentimiento con que las dijo) cuando el nombrado de ojos rojos apareció en la escena.
De inmediato, él y Teru se enfrentaron con una dura mirada.
- Alex, vine por ti para llevarte a casa – dijo Beyond, ignorando al otro – Vámonos.
- Y encima, tiene el descaro de ser maleducado. Nos vemos, pequeño ángel.
(No pregunten cómo se las arregló Alex para que Beyond aceptara irse, sin matar al tipo.)
En fín, después de ese increíblemente desagradable encuentro, Beyond no pudo ni pensar en dejar a Alex solo, y se lo llevó consigo sin importar lo que eso pudiera significar.
- Tú seguridad es lo más importante ahora. – le dijo por millonésima vez, mientras conducía al lugar de la cita (para la que ya estaba muy retrasado.) – Ese sujeto quiere lastimarte, tenemos que deshacernos de él.
- Pero si ni siquiera me tocó. – dijo Alex, tranquilo.
- ¡No seas ingenuo! – El mayor no quería descargar su furia en él, así que la hizo a un lado como pudo. – Por favor, entiende que si te pasara algo malo yo no sé qué haría. Últimamente te arriesgas mucho, y está ese Teru Mikami y también Yagami.
- Light es mi amigo, y sé que nada malo me pasaría mientras estoy con él.
- … ¿Tu amigo, eh?... ¿Y yo, qué soy?...
- Tú eres la persona más importante para mí.
Alex sólo le dio la respuesta que tanto deseaba escuchar cuando Beyond tuvo que frenar el auto, pues ya estaban en el sitio dicho, dejando así la conversación para otro momento.
- ¡Ya era hora!... Alex, ¿qué haces tú aquí?...
(Dejemos la discusión de lado, aún hay mucho trabajo.)
Lo que el equipo (del que, ahora, Light formaba parte) hacía para que nadie descubriera a donde iba y qué cantidad de dinero depositaban para mantener al orfanato era camuflarlo o lavarlo a través de varias instituciones comunes para que pareciera que se gastaba en ropa, comida y otras cosas de uso personal (como zapatos o boletos para el cine) y también dividía la cantidad para realizar varios depósitos en diferentes sitios, difíciles de pensar, así eran sumas tan pequeñas que no llaman la atención ni necesitaban ser registradas. Además, todos se cuidaban de hacer las transacciones justo al mismo tiempo y a una hora a la que muchas otras operaciones se realizaban (como las 6 de la tarde) para taparlas mejor. En resumen, lo que hacían si se podía considerar como un acto ilegal, pero dadas las actitudes, y poder, del enemigo no parecía que tuvieran otra salida**
El reloj daba las 6:30 p.m. cuando todo terminó, y los cuatro amigos se encontraron en una parada de autobús para reportarse y asegurarse de que ya podían irse muy tranquilos
- Todo salió bien. – dijo Elle, con un gran sonrisa. – Gracias de nuevo por su ayuda, chicos. Jamás podré pagarles.
- No lo hacemos esperando nada a cambio, Elle. Es personal.
- Es cierto. Y llegara el día en que no tengamos que esconder lo que hacemos. El día en que nos libremos de ese bruja, de una vez por todas.
(Tal vez, después de todo hasta Beyond y Light tenían mucho en común.)
Light tenía que marcharse pronto, pues tenía una clase nocturna, pero antes de separarse del grupo, y aprovechando que Beyond advertía a Elle de Teru Mikami (a quién había visto muy poco, y francamente no le importaba.), tomó a Alex de la mano y lo llevó unos pasos más allá para hablar con él, con un poco de privacidad.
- ¿Qué pasa, Light? – este le correspondió con dulzura.
- No creas que he olvidado que aún tenemos una cena pendiente, mi querido amigo. Y yo soy una persona de palabra.
- Eso ya lo demostraste. – rió Alex. – Pero, pensé que ya te habías olvidado de mí.
- No podría hacerlo.
Beyond notó entonces que algo le faltaba y se dio vuelta para encontrarse con ese cuadro
- ¿Hoy, a las 9?
- Sí, perfecto.
“Necesito mucho hablar con un amigo, Light. Hoy vas a enterarte de todo mi historia.”
*La señorita Nagame se refiere al accidente que ocurrió en los riscos. (EPISODIO 8)
**Lavado de dinero, técnica básica. Si les parece que la explicado mal (creo que sí), por favor, búsquenlo en internet, y discúlpenme por no indagar más sobre el tema.