- Quiero que asistas a mi boda, hijo.
“Es una maldita broma, ¿verdad?”
- Al menos, piénsalo.
- …Light… ¡Light!
- … ¿Ah? ¿Qué?
- Despierta – le aconsejó uno de sus compañeros, del estudio – Haz estado muy distraído toda la mañana y ya empieza a notarse. La Srta. Nagame está que te mira con mucha seriedad desde hace buen rato. Te vas a meter en problemas.
- Sí. Tienes razón. Gracias.
De verdad que la Mujer- Demonio tenía sus ojos asesinos clavados en él, sin duda iba a regañarlo después de terminar, o algo peor, si no se corregía pronto. Pero Light no podía evitarlo. Tenía la situación con su padre muy metida en el cerebro y no encontraba forma de hacerla salir. Ni siquiera el tener a su Precioso Dios delante de él, con ropa de gala, y sobre una alfombra llena de flores, lo ayudaba mucho. A pesar de que sentía que hacía lo correcto al rechazar así la invitación de su padre (y su oferta), no podía dejar de sentir que estaba perdiéndose de algo muy importante. Además, la cara de su progenitor cuando lo enfrentó de esa manera había sido muy especial, y hasta le había dado algo de lastima… Definitivamente, no se defendió como él lo esperaba ¿Sería eso una señal de arrepentimiento?... Tal vez, sólo necesitaba un tiempo para atreverse a revelarlo ¿Estaba bien negarle esa posibilidad?... Después de todo, la familia siempre será la familia. Y a Light no le agradaba la idea de quedarse solo, si su buena suerte terminaba algún día… Aunque, ahora, después de todo, tendría a Alex, su querido amigo… Y quizá, también a…
- ¡¡Elle Lawliet!! ¡¿Qué estás haciendo?!!
Light despertó de su nueva ensoñación, gracias a un potente grito de la Srta. Nagame. Elle había tirado uno de los parantes de las luces, al tirar un sombrero (que se negaba a ponerse), el cuál había caído sobre una parte de una escenografía, y la había estropeado.
Todo el estudio supo, de inmediato, que el bello pelinegro no saldría bien de esta, lo que se confirmó al instante, cuando la joven jefa se lo llevó a su oficina, halándolo de la muñeca, con toda la furia digna de un huracán. Pero, ¿en qué estaba pensando? ¿Cometer un error grave delante de su carcelera y por un capricho?... No era normal en él
Light estaba tan extrañado como todos, cuando notó que el menor le dirigía una mirada cómplice, mientras era llevado para el pasillo. Con todo, eso a la Srta. Nagame se le había olvidado la falta del castaño, sin duda alguna.
Elle salió de la oficina principal un rato después, sin un rasguño pero con cara de que había echado un vistazo al mismísimo infierno cruel.
Light le esperaba en el pasillo contiguo, y lo recibió.
- No tenías que hacerlo. – fue lo primero que le dijo, pero con profundo agradecimiento. – Yo estaba distraído por una completa estupidez y tú ya has tenía suficientes problemas estas semanas.
- No fue nada. – dijo Elle, tratando de que no se notara su obvia entrega a protegerlo. – Sabía que no sería muy dura conmigo, puesto que las sesiones que vienen no pueden retrasarse. Así que me pareció mejor que si alguien debía de tener problemas, fuera yo... Light si te bajan el sueldo, no podrás seguir ayudándonos. Lo sabes – agregó, susurrando.
- No volverá a suceder, te lo garantizo. – dijo - Pero, prométeme que no seguirás sacrificándote por mí. No lo tolero. Esa mujer es el mismo diablo. – continuó cuando ya estaban muy alejados de su oficina. – y el sólo recordar que debes aguantar sus abusos en silencio por tu hermano, me hace hervir la sangre. Esto no tendría que pasarle a alguien tan bueno como tú.
Elle se sentía tan bien cuando Light hablaba así de él ¡Así, todo valía la pena!
- Pero, cuéntame ¿Por qué estabas tan distraído?... – continuó con la conversación, cuando ya estaban cerca de la cafetería - ¿Se trata, de algo qué paso con Alex, en la cena de anoche? – agregó, entonces, con mucho cuidado y temor.
Light se extrañó por completo (Ya ni recordaba lo pasado en esa cena)
- No. Para nada. – Elle respiró aliviado e insistió. Light dijo: - Ya me oíste antes, era una completa estupidez. No vale la pena hablar de ella… Mejor, ¿por qué no me dejas invitarte un pastel para compensarte por lo que hiciste? Sé que no te tocó un cabello, pero la conozco y puede haberte obligado a que le lamieras los zapatos… Por favor, Elle. Es lo menos, que puedo hacer.
“Antes, apenas y toleraba estar contigo, me torturabas y yo te lo devolvía lastimándote. Hoy, nos conocemos, nos apoyamos y nos agrada estar juntos. Eres una persona que cambia todo, con su llegada. Me haces muy feliz… Pero aún te deseo con gran locura, una locura que podría destruir todo lo que con tanto trabajo he levantado. Y si no quiero volver con mi padre, arrastrándome, tendré que seguir aparentado que sólo quiero ser tu amigo… ¡Ah, Elle! ¿Algún día sabrás lo que siento? ¿Qué siento por ti, en realidad? ¿Se terminaría luego de una noche de pasión? Jamás lo averiguaré. Gracias, Mujer-Demonio.”
“Antes, al escuchar esas palabras, todo mi ser habría explotado de felicidad y locura. Hoy, me es imposible, y tengo miedo de confiar en ellas, por más que yo pueda expresarlas de la misma forma… Todo cambió esa tarde que te vi entregándole una completa devoción a otro (al que yo también quiero), con esos mismos labios que utilizaste para robarme mi primer beso. El cuál ¡disfrute tanto!, que ahora muero de coraje… No tenías derecho. Me hiciste sufrir mucho, Beyond ¡Y justo cuando pensaba resignarme a ese dolor, y buscar apoyo en un amigo real, me quieres torturar de nuevo! ¡No quiero permitirlo!, sin importar cuanto me emocionen estas pruebas que colocas ante mí. Sé que si vuelvo a caer tan fácilmente, te olvidarás de mí, y volveré a llorar. Si tan sólo conociera más sobre el mundo. Quizá, esto no sería tan duro. Pero eso es aún más imposible. Gracias, Señorita.”
Alex estaba en el parque cercano a la revista, sobre un pequeño puente encima de un lago artificial. Había encontrado un ramo de flores variadas en su camerino, con una tarjeta que le rogaba que fuera ahí, al terminar sus labores del día. No había que ser un genio para saber de quién era, entonces ¡¿por qué le hacía caso?! Aquello no iba a terminar bien… Pero, sí podía significar un momento hermoso ¿Quién podía saberlo?... Las palabras de la tarjeta eran las siguientes: “Una vez me dijiste que no sabías cuál flor era tu favorita, así que quiero ayudarte a descubrirlo. Pero, recuerda ninguna es más hermosa que tú.” El ramo tenía desde margaritas hasta tulipanes, esos últimos eran rojos, su color favorito y lo impresionaron más… ¡Ah, otra vez sólo podía pensar en él! ¡En la felicidad que le regalaba! Pero, ¿qué más podía hacer si no tenía con que distraerse, además de la cita misma? Si seguía así iría cómo cordero tierno a la guarida del lobo. Otra cosa muy difícil, después de todo, no conocía más hombre que Beyond… Aunque había muchos que se morían porque los reconociera, y estaban más cerca de lo que creía
- Buenas tardes, angelito ¿Qué haces aquí, solo?
Alex se dio la vuelta y se sorprendió al encontrarse con Teru Mikami.
- Lo mismo podría preguntarle yo. – pero respondió, tranquilo. – No creo que sus deberes del día hayan terminado, y la Srta. Nagame no quiere que demoremos con una programación de las próximas sesiones ¿No es mala idea que esté aquí?
- ¿Te preocupas por mí, o quieres que me vaya? – preguntó Teru, divertido. Alex negó con sinceridad. – Traes un hermoso ramo de flores. Regalo de algún admirador, sin duda. – agregó con una seriedad tenebrosa, pero Alex negó de la misma manera. –… Entonces, ¿de quién son?
- De alguien que me lastimo, a modo de disculpa.
- ¿Estás seguro? Son muy románticas… No. No son las flores. Si no las hermosas manos que las sostienen y el semblante que dibujas al balancearlas a lado de tu pierna. – Alex no se sonrojo ante este cumplido, pero sí dejó de pensar en Beyond por un rato. Y con eso en mente, invitó a Teru a seguir ahí. - ¿Recuerdas la conversación que tuvimos ayer?
- Sí. No me diga que habló con la Srta. Nagame, respecto a eso.
- Sí lo hice. Pero, no te preocupes, pequeño. No mencioné tu nombre en ningún momento, y me aseguré de que no pensara en ti. Pero, lamento decirte que fue inútil. – dijo con cierto pesar. – LillyAi no quiere compartir mis opiniones. No importa, no me rendiré. – agregó de inmediato. – Soy tan duro como ella, puedes creerme. Y me parece un completo desperdicio el tener a jovencitos como tú siempre así. Mi precioso Alex. – dijo con gran sentimiento, entonces, y Alex se preparó para combatir los galanteos como ya sabía hacerlo. Pero, por alguna razón, le dejó seguir hasta el final (Como ya se ha dicho antes, siempre había lago en Teru Mikami que picaba su curiosidad.) – Tú también tienes derecho a conocer lo que es que te amen a través del cuerpo, para llegar a tu alma. Y evolucionar del niño al bello hombre que estás destinado a ser. Es lo que quiero para ti, es el sentimiento que despertaste en mí desde que te vi por primera vez.
- Habla como alguien que tiene mucha experiencia – dijo el menor. - ¿Es eso, verdad? Creo que lo mencionó en otra ocasión.
- Eres muy listo. – comentó Teru con fascinación – No te lo voy a negar, desde mi primera vez he probado con muchas mujeres hermosas y sólo unos pocos hombres… Me siento orgullo, de la opinión que darían de mí entonces – agregó, de nuevo divertido. – Por eso te lo digo con toda seguridad. Si yo pudiera decidir sobre tu primera vez, créeme que sería inolvidable.
- … ¿Así?... ¿Por qué lo sería?...
Se podía decir que Alex estaba jugando con fuego al demostrar esa curiosidad.
Pero ya sentía muy lastimado desde antes, ¿cómo podría empeorarlo todo?
- ¡Así que ya acerté, es un problema relacionado con tu papá! – dijo Elle triunfante, después de un largo rato de hacer pequeñas averiguaciones alrededor de Light.
El castaño por su parte, aunque había perdido, se había divertido algo con ese juego, sólo le dejó saber que estaba en lo correcto asintiendo con la cabeza y con una suave sonrisa.
- Ahora entiendo porque querías ser detective. – comentó, entonces. – Tienes talento para esto. Como fuera, te lo habría contado tarde o temprano, quizás sí… necesito hablarlo. Pero de seguro tú tienes tus propios problemas, Elle.
Elle recordó, entonces, su pelea con Alex (y sus celos) ¡Qué habían ocurrido al mismo tiempo que la discusión de Light con su padre!
- … Bueno, sí los tengo. – confesó, dispuesto a abrirse también (un poco) con su amigo – Pero, a diferencia de los tuyos, sí son una estupidez. Y una estupidez mía
“Alex, fui muy injusto contigo ¿Podrás perdonarme?”
- ¿Por qué no vamos más despacio? – Light estuvo listo para seguir hablando más, pronto. Y decidió empezar él. – Mi padre fue a verme ayer para invitarme a su boda. Se va a casar, con una mujer que debe ser, por lo menos, 15 años más joven que él ¿Qué te parece?... No, no es eso lo que me molesta. – Elle lo sabía, y continuó callado. – Sino el hecho de que todavía no acepta que no podré regresar hasta que no me acepte lo que quiero… No entiendo, ya debería de estar acostumbrado. Mi vida es mucho más tranquila desde que saqué a mi padre de ella. Pero, no lo sé, desde que mencionó la posibilidad de reconciliarnos, algo me empezó a fastidiar aquí… ¡Qué tonto ¿no?!
- ¿Por qué? – preguntó Elle, en lo que Light le daba una mordida a su hamburguesa. – Quizás, él sí te extraña. Tienes razón y se merece sufrir por lo que te hizo cuando murió tu madre, pero… Light, es tu padre… Y yo, yo daría cualquier cosa, todo, por tener uno.
- Tú no conoces a mi padre… Pero, gracias por hacerme recordar ese momento. Ahora estoy más seguro de que mientras más pronto lo saque, de nuevo, de mi vida, mejor. Y con el tiempo lo conseguiré.
“Y será más fácil ahora, que ya estoy seguro de que también cuento contigo.”
- Pero si cambias de opinión, yo te puedo acompañar.
Elle estaba tan emocionado por cómo iba su relación, que aquella idea se le escapó sin pensar ¡Y supo de, inmediato, lo fuera de lugar que estaba!
Light, sin embargo, la tomó de forma divertida. Y bromeó:
- Y podrías usar el vestido que traías en la sesión de hoy. Y mi padre y yo quedaríamos a mano. – Elle bajó la cabeza, muy avergonzado. – Lo siento, amigo. Pero tú te lo buscas cada vez que te sales de la raya… Quiero seguir conversando amenamente contigo.- agregó, después - ¿Cuál es tu problema? Es tu turno.
(“Sí me dice que está enamorado, me suicidaré.”)
- Tuve una pelea con… un buen amigo. – Elle sabía que Light podría deducir fácilmente de quién hablaba, pero no se sentía listo para decirlo así, así que lo dejó de esta manera. – Porque estoy celoso de lo bien que se lleva con otra persona. Y me temo que me comporté de una forma deplorable, mientras le exigía a mi amigo que me hablara de él ¡Fue terrible! ¡No me pude controlar!... Light, ¿crees que los celos son autodestructivos aunque estén guiados por un sentimiento hermoso?... Si es así, no sé qué voy a hacer. Mi amigo y esa persona seguirán viéndose, ¿y si la próxima vez les hago un daño irremediable a alguno de los dos? ¿Cómo puedo dominarlos?
Light, una vez más, dejó de lado su propio sentir, para concentrarse en el de su amado.
- Comparte más con tu amigo, para que no lo pierdas como tal. Y también con esa persona para que no envidies la atención que presta a otros. Eso disipara tus celos, Elle. Porque aún no creo que sean tan grandes para ser enfermizos. Y porque, también pienso que eres alguien demasiado noble para hacer daño, y la prueba está en lo arrepentido que estás ahora. Espero haberte ayudado, mi amigo
“Quiero enamorarte, quiero conquistarte, y que vuelvas a ser mío… Una vez lo fuiste y yo no supe verlo, pero si pude tenerte una vez, esta vez te tendré para siempre… Y quienes se opongan a nuestra felicidad, pagarán con sangre esos pecados… Tú, eres sólo mío…”
- Una belleza como tú, merece que su primera vez sea inolvidable. Por eso te pregunté, la vez anterior, si ya tenías a alguien en mente. – Teru, acarició, entonces, la mejilla de Alex con el torso de su mano (y comprobó una suavidad infinita) – Tiene que ser con alguien muy bueno, que sepa cómo tocarte y hacerte experimentar verdaderos placeres dignos de ti. No lo digo por halagarte, sólo para hacerte justicia. Pero, respóndeme ahora, pequeño ¿Sí tienes a alguien en mente?
Alex cayó en cuenta, pero con una sorprendente tranquilidad ¡Teru le estaba ofreciendo ser su primera vez! ¡Igual que Beyond en algún momento!... No, no era de la misma manera. Sus ojos desbordaban deseo, eso le gustaba… Un momento, ¡¿acaso lo estaba considerando?!... No. Ni siquiera conocía al publicista… Si alguna vez había pensado en alguien más para ello, bueno, por unos segundos, se le había ocurrido… que podía ser Light, pero ahora, eso estaba fuera de discusión… Regresamos ¡¿Sí lo estaba pensando?!... Pensar en Beyond le hacía daño, y esa sería una distracción estupenda… Pero, al menos en ese momento, aún no se sentía preparado… ¿Qué le decía, entonces? ¿Qué lo iba a pensar? ¿Y si estaba equivocado respecto a lo que creía oír?... En fin, ya no podría averiguarlo, porque alguien acababa de arrojarse contra el mayor, y se lo había llevado al fondo del lago, en medio de una salvaje pelea.
- … ¡Beyond, no! ¡¿Qué haces?!... ¡¡Basta!!...
- Light, ¿tienes algo más qué hacer, ahora?*
- No, ¿por qué?
- … Porque, pensaba ocuparme de unas cosas… Y quería saber, ¿si te gustaría acompañarme? ¿Qué dices?
(“Estoy siguiendo tu propio consejo.”)
- Sí, ¿por qué no? Vamos.
*ESCENA EXTRA (Un adelanto del siguiente episodio.)