- Está bien. No te obligaré a decirlo. Pero, tampoco seguiré con esto así. No puedo.
“… ¡¡¡ESPERA!!! ¡¡¡¿QUÉ?!!!...”
A Light le costó mucho trabajo procesar lo que acababa de oír, y más aún por el dolor en su mano, pero la firmeza en la mirada de Elle y su voz, lo ayudaron mucho para lograrlo… Entonces, después de todo eso, de todo el día y la noche, ¡¡¿no iba a tener sexo con él?!!
- … Tienes que estar bromeando… - dijo Light, con una sonrisa bastante nerviosa, porque en verdad eso no le causaba gracia. - … N-no… No puedes… ¡¡¿Quién te crees para hacerme algo así?!!...
Elle se desarmó un poco por el susto, y con razón, porque, al segundo siguiente de enfadarse como nunca, Light volvió a tomarlo de los hombros, esta vez, con mucha más fuerza y rudeza que antes, y lo acorraló contra el librero para volverle a devorar el cuello y el pecho, y sin que le importara si podía golpearlo o no. El pelinegro apenas y se dio tiempo para quejarse por ese trato, porque, al instante, se puso a luchar, de nuevo, por liberarse. Fue un duro forcejeo, pero en casi dos minutos logro separarse lo suficiente para hablar, aunque con varios moretones rosas encima, y como muestras de una guerra.
- … ¡¡N-no puedes hacer esto!! ¡¡¡Déjame ya!!!... ¡¡Has tomado demasiado!!...
- ¡¡Hace un rato, eso no te importaba!! – le respondió Light, con mayor energía. - ¡¡Ya no te finjas el inocente conmigo!! ¡¡Querías que esto pasara!! ¡¡Tú me convenciste!!… ¡¡ ¿Qué te hace pensar que puedes echarte para atrás en el último momento?!! ¡¡¡No te lo voy a permitir!!!
Light no recordó un dolor más fuerte, entonces, porque el mayor recurrió a patearlo entre las piernas, con la rodilla, para hacerlo que lo soltara. El plan le salió muy bien, y pudo ponerse a salvo detrás del sillón, y sentir algo de alivio, que se desvaneció pronto, por la mirada nueva de furia que le hecho el castaño.
“Ese fue un golpe muy bajo”
“Sí, hasta a mí me dolió”
- … E-eres un maldito… ¿Cómo te a-atreves?…
- ¡¡Yo no lo quiero así!!
Light empezó a enderezarse del suelo mientras Elle sollozaba un poco.
- ¡¡Light, te amo más de lo que pensé que jamás amaría a ningún hombre!! – (Las lágrimas se hicieron presentes muy pronto.) - ¡¡Pero si tú no eres capaz de decirme la verdad acerca de lo que sientes, yo… ¡¡¡Yo no quiero ser un juguete!!!
“¡¡Maldita sea, olvídate del orgullo y dile la verdad de una vez!!”
“¡¡Se lo ha buscado!! ¡¡No puede emocionarte así y luego apuñalarte por la espalda!! ¡¡Merece que lo castigues!!... ¡¡Hazlo, y así no lo olvidará!!”
“¡¡No!! ¡¡Merece una primera vez inolvidable, recuérdalo!!”
“¡¡No tienes responsabilidad con él!! ¡¡No le debes nada!!”
“¡¡Eres un asco!! ¡¡Si le haces daño, te arrepentirás!!”
“¡¡¡Te arrepentirás más si lo dejas ir ahora!!!”
“¡¡¡Dile la verdad!!! ¡¡¡No seas bestia!!!”
“¡¡¿Por qué debes pagar por algo que mereces?!!”
“¡¡Él merece amor y sinceridad!!”
“¡¡No, no la merece!!”
“¡¡Sí!!”
“¡¡No!!”
“¡¡¡Sí!!!”
“¡¡¡No!!!”
“¡¡¡YA BASTA!!!”
- Light. Sólo dime la verdad, por favor. – suplicó Elle, después de un largo rato de silencio. - ¿Me amas, o puedes llegar a amarme?
- … ¿Un juguete? – fueron las primeras palabras de Light, entonces. - ¿Crees saber qué es lo que se siente, que te traten como un juguete?... ¡¡¡Tú no tienes ni idea!!!
Elle volvió a sufrir el susto de su vida, el cual lo acorraló contra la pared.
- ¡¡No eres más que un niñito mimado!! – continuó gritándole, Light. - ¡¡¿Crees que uno tiene que soportar todo lo que te pasa sólo porque has sufrido mucho?!! ¡¡Mi vida también ha sido muy difícil!! ¡¡Y jamás te pedí que hicieras nada por eso!!... ¡¡¿Por qué tienes que hacer tanto drama de las cosas?!! ¡¡O quieres hacerlo o no!! ¡¡No es necesario ningún compromiso, quítate esas ideas estúpidas de la cabeza!!
- Eres un mentiroso.
“… ¿Qué?...”
- Eres un mentiroso, Light Yagami. – dijo Elle, aun llorando pero con bastante firmeza. – Desde que llegaste no has hecho más que resaltar lo desagradable que te resulta mi apariencia y mis atenciones contigo ¡¡pero hace un momento demostrarte que nada de eso era verdad!!... Siempre has querido poseer mi cuerpo ¡y me lastimabas para ocultarlo!... Beyond tenía razón sobre ti, la tuvo todo el tiempo… No eres más que un mentiroso.
“¿Beyond tenía razón, eh?”
- Estoy borracho. – dijo Light, ya sólo interesado en devolver la puñalada. – ¿Quieres la verdad?... Nunca me interesaría tener nada contigo, a menos que fuera amarrarte a la cama… No tienes nada que llame la atención salvo tu cuerpo, igual al de una mujer ¿Qué más esperas que alguien encuentre ti? ¡¡Ni siquiera sabes complacer a un amante!! ¡¡Sólo eres…
El fotógrafo no llego a seguir pues el modelo tomó todas sus prendas, muy rápido, y se las puso como pudo, antes de salir, entre tropezones, del apartamento. Por un segundo tuvo el impulso de seguirlo, pero, finalmente, no lo hizo, no iba a decirle la verdad…Ni a rogarle… Simplemente, no podía… ¿Así que, para qué?... No pasaron ni diez segundos de que el pelinegro dejara la estancia para que Light empezara a destrozarla por completo, empezando por la botella de alcohol de su padre… ¡¡¡Él era el responsable de haberlo puesto en ese camino!!! ¡¡¡Si lo hubiera escuchado una vez!!!... ¡Ah, pero pagaría por eso con su odio y su rechazo, por el resto de sus días! Y eso… ¡¡¡era una promesa!!!
- ¡Espero que estés contento! – le decía Alex molesto, a Beyond, en lo que ambos terminaban de entrar a su casa, después de regresar, todo el camino desde el bosque, bajo esa tormenta. El castañito no podía estar más empapado, y su amigo igual. - ¡Ahora, vamos a pescar un resfriado!
- La verdad, lo estoy bastante. – respondió él. Y, entonces, se acercó al menor, por detrás, para abrazarlo. - Nada va a quitarme la bella imagen de tu cuerpo desnudo de la mente. – le susurró al oído, haciendo que este temblada de pies a cabeza, de vergüenza y rabia. – No sabía que ocultarás tanto debajo de la ropa.
- … Déjame. – Alex ya había tenido bastante para una noche. (Nunca pensó que el juego que acaban de empezar resultara tan agotador.) – Tenemos que secarnos.
- … Está bien… ¿Por dónde quieres que te ayude?
(¡¡Beyond debía de tener la energía de un atleta profesional!!)
El castañito ya estaba paralizado (por millonésima vez, esa noche) mientras el mayor se disponía a quitarle la chaqueta (y la camisa), cuando la puerta principal comenzó a rechinar, lo que aprovechó pronto, para escapársele de nuevo. Beyond suspiró, aceptando la derrota por el momento, pero antes de dejarlo, agregó con gran seguridad:
- No podrás librarte de mí por siempre, angelito.
Alex habría regresado a la desesperación anterior, y Beyond a burlarse de él, si no fuera porque la imagen de Elle empapado y llorando, que al instante tuvieron en frente, les hizo olvidarse casi por completo su asunto… ¡¿Qué le había pasado a su mejor amigo?!... ¡¿Por qué llegaba a esa hora?! ¡¿Y de dónde venía?!... De inmediato, ambos se precipitaron sobre él para ayudarlo a tomar asiento en la sala y abrigarlo con prendas secas, de un perchero que tenían cerca. El bello pelinegro se veía terrible, tanto que, por un instante, los otros dos temieron lo peor, y le preguntaron por la salud de su hermanito.
- Elle, ¿le pasó algo a Near? ¿Está bien? ¡Responde!
- ¡No le grites! Necesita calmarse – Alex sólo atinó a abrazarlo. Luego ordenó a Beyond. – Prepara un poco de té y tráeselo, rápido.
- … Sí. Está bien.
Una vez que el mayor se hubo retirado, el más joven observó con mayor detenimiento el tipo de llanto de su amigo, y le sorprendió la rapidez con la que pudo comprender a que se debían esas lágrimas: Ha Elle acababan de romperle el corazón… Y el “¿Quién?” fue una interrogante que no permaneció como tal por mucho tiempo más. Entonces, sólo se le ocurrió reconfortarlo acercándosele lo suficiente para que supiera que, fuera lo que fuera lo que pasó, estaba de su lado, y contaba con él para comprenderlo, y para lo que fuera.
- Está bien, Elle. Ya se te pasará – le dijo, aunque sabía que estaba mintiendo.
- … L-lo odio, Alex. – le dijo Elle, también en un susurro. – No quiero volverlo a ver… ¡¡nunca más!!
- Debimos seguir insistiendo. No podré dormir ahora, por la preocupación. – le decía Beyond a Alex, una media hora más tarde, cuando ambos ya habían acostado a Elle, en su habitación, y lo habían dejado sólo. - ¿Tú crees que lo hayan…
- No – contestó Alex, de inmediato. – Revise su cuerpo y no tiene… heridas. Es más, está intacto. – agregó, algo incómodo. – Me temo que el daño es emocional.
- Te dijo algo, ¿verdad? – Beyond no era tonto, y ya tenía un presentimiento.
Pero Alex sabía lo que pasaría si le decía la verdad y a quién se debía todo, así que calló.
- Mejor hablemos con él cuando este más calmado. Mañana, por la tarde. – dijo Alex entonces, para huir del tema. – Tal vez, no sea tan grave como piensas.
- Eso lo dudo.
El menor se dispuso, entonces, a irse para la cocina (a terminarse el té que había quedado), cuando el ojisangre lo tomó del brazo con suavidad, lo que provocó que le mirara suplicante ¡Ya no tenía nada de energía! ¿No podía demostrar algo de compasión?
- Sólo quiero que sepas… - dijo Beyond, como si pudiera leerle el pensamiento. – que la preocupación que demostré por Elle hace un rato (y que todavía demuestro) no significa que todavía sienta amor por él. – Alex amplio la mirada (Ni se le había pasado por la cabeza.) – Hablo en serio, Alex. Tú eres el único que me interesa.
- Bien. Si eso era todo ¿Ya puedes dejarme el brazo?
- ¿Puedo besarte una vez más?
- … No.
Una nueva discusión habría dado inicio de no ser porque un ruido extraño vino de la sala.
Ambos jóvenes intercambiaron miradas graves ¡¿Acaso había un intruso en la casa?!... Beyond no espero a que la duda los atormentara más, y fue a ver qué era lo que había pasado… En dicha estancia, todo estaba oscuro y en silencio, y por ningún motivo sintió la tentación de prender la luz. Y no necesito hacerlo, pronto descubrió a sus pies una lámpara rota… Ahora no cambia duda, ese objeto no podía haberse roto solo… ¡Demonios! ¡Debía ir de inmediato por el arma que tenía para protección! ¡Pero antes tenía que poner a Alex y a Elle a salvo!... Beyond resolvió correr, de inmediato, de regreso al pasillo dónde había dejado a su amado, pero no lo encontró ahí… ¡No! ¡No era posible!
- ¡Silencio!
- ¡Agárralo bien!
- ¡Que no se mueva! – se hablaban unos a otros, esos dos hombres, entre susurros.
- Es lindo como un ángel, pero muerde como una víbora ¡Con razón, lo quieren!
- ¡Déjate de estupideces, y sácalo de una vez!
Pero por nada del mundo, ni porque lo tuvieran sujeto de pies y manos, Alex dejaba de morder el trapo, que tenía alrededor del rostro, empapado en cloroformo, en un intento tras otro por quitarse la mordaza y gritar por ayuda ¡Lo estaban secuestrando!... ¡Dos veces, en un día! ¡Debía de ser un nuevo record!... Aquello no le causaba gracia, esos hombres le daban mucho miedo, y ya iba a ponerse a llorar, cuando oyó que lo llamaban.
- ¡¡Alex!!
¡Lo siguiente que escuchó fue un tiro, y un fuerte golpe!
Un tercer tipo había surgido de entre las sombras para golpear a Beyond en la cabeza con el mango de su propia arma, provocando que este errara el tiro a un metro arriba del brazo de uno de sus amigos. La venda se corrió lo suficiente para que Alex pudiera verlo.
- ¡¡Beyond!! – gritó el menor, entonces.
El tercer criminal tomó al pelinegro (casi inconsciente) de la chaqueta y lo depositó a un lado para que no estorbara. Los tres estaban con pasamontañas y era imposible verles la cara, también por la oscuridad. Alex empezó a agitarse con más desesperación, mientras era llevado por la escalera de incendios, al exterior del edificio. Pero, antes de que el tercero se reuniera con ellos, ¡Elle le saltó sobre la espalda!
- ¡¡Elle!! – gritó ahora, el castañito.
Presenciar eso era terrible para cualquiera. No podía hacer nada, mientras aquel corpulento sujeto le daba una paliza a su mejor amigo que intentaba defenderlo, y cualquier cosa que intentara, para ir en su ayuda, era cruelmente castigada por los dos que lo tenían sujeto. Uno de ellos disfrutaba mucho haciéndole atragantarse con el esparadrapo, metiéndoselo hasta la garganta. Pero Alex no dejaba de luchar para no perder el conocimiento… Pronto Elle estaba igual de inconsciente, en el piso, a lado de Beyond. Alex hubiera pensado que era la última vez que los veía a ambos, cuando el tercero habló, después de revisar bien a sus dos víctimas. Su voz era rasposa y siniestra.
- También, están muy buenos. Vamos a llevárnoslos, también. Haremos buen negocio con ellos.
Los otros dos lo pensaron un par de segundos. Sus órdenes eran tomar solamente al más joven de los modelos de esa casa. Pero, a nadie le cae mal un poquito de dinero extra. Así que, resolvieron dormir bien al menor para dejarlo en el auto, y luego volver por los otros dos. Alex ya no soportaba más ese nauseabundo aroma y sentía que le quemaba hasta el cerebro, cuando vislumbró como las luces se encendían, atreves de sus lágrimas.
- ¡¡¡Disparen!!!
- ¡¡Arggggggg!!
- ¡¡Ahhhhhhhhhh!!
- ¡¡Aggggggggrrrr!!
Ni con toda la droga del mundo encima, podría llegar a olvidar ese tono tan autoritario.
… Era la Srta. LillyAi Nagame… Ella y sus hombres estaban ahí…
… Estaban salvados...
El sol ya se asomaba por el horizonte, cuando los tres hermosos jóvenes ya estaban recuperando su uso de razón y la movilidad de sus cuerpos, mientras eran atendidos por un grupo muy costoso de experimentados médicos, en la misma sala dónde había ocurrido toda la acción. Pero, aún no comprendían nada… ¡¡¿Quiénes eran esos hombres?!! ¡¡ ¿Y por qué habían intentado secuestrarlos?!! ¡¡¡ ¿Y cómo demonios habían llegado tan lejos?!!!... También, ¡¡¿cómo la Srta. Nagame supo que estarían ahí?!!... Como fuera, esto último era merecedor de su agradecimiento. A aquella fuerte mujer no le había ni temblado la voz cuando ordenó disparar contra los secuestradores, ni cuando ordenó que se los llevaran a quién sabe dónde por más que estuvieran sangrando abundantemente de piernas y brazos… Sólo el diablo sabía más que ella en ese momento, eso era seguro. La joven jefa permanecía en silencio, en medio de la sala, y con el rostro congelado en una expresión terrorífica, aún rodeada por parte de su séquito, mientras esperaba a que le dijeran que ya ninguna de sus bellas minas de oro corría peligro. Y una vez que escuchó esa tan anhelada noticia, no hizo más sino tratarlos con la misma autoridad y desconsideración que siempre, como si nada de eso hubiera pasado.
- Quiero que se tomen este fin de semana libre. – dijo con firmeza, y evitando que cualquiera de los tres chicos pidiera explicaciones. – Váyanse de la ciudad, y esperen a que yo los llamé el lunes ¿Entendieron?
- Srta. Nagame, ¡esos malditos casi matan a…
- ¡¡Sé lo que casi hicieron, Birthday!!
Y, por un momento, sintieron pena por quién casi les hace daño
- Crean en lo que les digo. Esto, no se quedara así.
