- LillyAi Nagame, ya lo sabe. Ella siempre sabe… La verdadera pregunta por responder aquí, es esta… ¿Sabes tú, con quién estás tratando, Teru Mikami?
La sorpresa de Teru duro tan sólo unos segundos más después del golpe contra el muelle, y entonces se levantó con la expresión de quién se burla de los errores que ha cometido y, a pesar de que reconoce lo peligrosos que pueden ser, no les teme. No en vano había trabajado para ella tantas veces antes y pensaba que podía con esa situación.
- Esos perros que contrataste no tardaron ni una hora en hablar. – dijo la mujer, regresando a pararse con firmeza ante él, después de haberse inclinado para susurrarle lo anterior contra el rostro. – En verdad, no sé qué me sorprende más, su incompetencia o la osadía que tuviste al llamarlos. Simplemente no lo entiendo.
- No tuve muchas alternativas. – dijo Teru, sacudiéndose la ropa. (Los hombres que lo habían traído, esperaban en el auto.) – Los mejores profesionales del bajo mundo trabajan para ti, si hubiera contactado a uno de ellos me habría delatado.
- Entonces, lo admites. – dijo ella, demasiado (peligrosamente) tranquila.
- No tengo opción, cometí muchos errores. Pero no me puedes culpar.
- Por supuesto que puedo. – dijo ella, después de un rato de quedarse en silencio. – Pero por ahora sólo me conformo con entender… ¿Por qué? – (No era que le doliera la traición, sólo deseaba satisfacer su curiosidad.) – Te he pagado con creces por tu trabajo, tanto por ser un agradable publicista como por quitar de mi camino a la competencia. Sin falta, cada semana, he llevado mujeres y hombres a tu departamento, que se acuestan contigo por su propia voluntad… ¿Qué te hizo pensar que podías ponerle las manos encima a un grupo de mis muchachos, sin que hubiera consecuencias? O, ¿es que ya no les temes lo suficiente? ¿O, a mí?
- Es su culpa. – dijo Teru, después de un momento, con gran desesperación en su voz. – Es demasiado perfecto. He tratado noche tras noche de olvidarlo, ¡pero su imagen no quiere abandonar mi cabeza!... ¡No entiendo como lo hace! Todos los días, ponerse delante de una cámara e interpretar cada delirante fantasía como si fuera el más experto ¡y aun sin saber acerca de nada!... ¡Me vuelve loco! Un ser tan único no debería existir, ¡llega a ser un pecado, ¿no te das cuenta?!... Lo admito, no debí forzar la situación, y menos a tus espaldas, te pido perdón.- agregó, y entonces se arrodilló. – Pero, piénsalo una vez más. Si me lo entregas, sería de mutuo beneficio para ambos, te lo aseguro. Voy a llenarlo de tantas sensaciones que las posibilidades que podrás explotar de él serán infinitas. Haré todo lo que tú pidas y sólo eso, pero, por favor, déjame ser el primero en poseerlo.
“Es la misma cara que tenías hace tres años, Teru ¡Qué decepción!”
- No.
Teru se mostró muy afectado. Estaba seguro de que esa vez lo conseguiría.
- … ¿Es tu última palabra?
- Sí. – continuó LillyAi, mucho más seria que antes. – Accedía a un capricho tuyo como este hace tres años, y ya aprendí mi lección. Alexander Llynch es mío, y seguirá intacto hasta que yo lo decida. Y si algún día decido entregarlo, créeme que no será a ti… Será mejor que trabajes en aceptarlo… Ahora,…
- ¡¡Yo debo ser el primero!!
- No olvides todo lo que me debes.
- Vete, Teru.
Todo pudo haber acabado ahí. Y de hacerlo, se habrían evitado muchas atrocidades… Pero, la obsesión de Teru, pudo más que su razón.
- … ¿Lo que yo te debo a ti? – dijo el hombre, con signos claros de locura. - ¡Tú estás metida en ese crimen tanto como yo! ¡Tú me lo entregaste, aún en contra de su voluntad! Sí, tapaste mis huellas porque arruinara a tu competencia, pero que no se te olvide que, ¡si yo abro la boca, tu gran historia de éxito se termina aquí!
“Ahora, me amenazas… Más que decepciónate, es patético…
… Ya no me sirves más…”
- No te puedes arriesgar. – continuó Teru, creyendo que por su silencio ya la tenía. – No me entregarás a la policía… Escucha, no hablaré. Pero entrégame a Alex, a cambio… Mantengo todo lo que dije hace un momento, hasta te permitiré elegir las circunstancias del momento y capturarlo, sólo tienes…
- ¡Cuánto voy a lamentar esto! – lo interrumpió LillyAi, entonces. Y hasta parecía cierto. – Tienes razón, no puedo denunciarte por tu crimen pasado… Así que, sólo me dejas una opción… Gracias por tu trabajo, Teru.
El rostro de Teru Mikami comenzó a contraerse entonces, comprendiendo la verdadera gravedad de su situación… ¡A él no podía hacerle eso! ¡No podía ser verdad!... Trató de huir, pero aquellos hombres gigantes ya estaban detrás de él, y le fue inútil intentar escapar de su fuerte agarre. Pronto, se vio siendo llevado a arrastras costa arriba, al malecón, dónde nadie podría ver ni oír lo que le harían.
LillyAi Nagame no dijo más, y sólo esperó en el muelle.
- ¡¡NO!! ¡¡NO!! ¡¡¡ESPERA!!… ¡¡¡Al menos, déjame verlo una vez más!!! ¡¡¡Quiero ver a Alex!!!... ¡¡¡Alex!!! ¡¡¡ALEX!!!
¡Alex despertó de golpe!, por un escalofrío que le había recorrido todo la espalda. Había tenido un sueño horripilante, no podía recordarlo bien, pero terminaba con la muerte de alguien. No comprendía porque había visto algo así, si ese día había sido uno de los más tranquilos (sin más que un par de peleas estúpidas entre Beyond y Light.), pero, en fin, había sido sólo un sueño. Con eso en mente, trató de calmarse y fue al lavabo que tenían en su habitación para tomar agua. Entonces, Elle también despertó por el sonido del grifo.
- … ¿Alex? – lo nombró bastante soñoliento. - ¿Estás bien?... Son las 3 a.m. – agregó al fijarse en el reloj que estaba en la mesita entre sus camas.
- Sí. – dijo Alex, mientras volvía a la cama. – Sólo tuve una pesadilla.
- Oh. Odio cuando eso pasa. – comentó el mayor.
- Yo igual. Pero fue sólo eso. – agregó Alex, con una sonrisa. – Descansa.
- Espera. ¿Podemos hablar? – preguntó Elle, decidiendo de pronto que ese era el momento para ello (Sin amantes celosos ni torpes rondándolos.) – Yo, realmente quiero pedirte disculpas por la escena de celos que hice la otra noche, que volviste de cenar con Light. Y por cómo te hable y te traté después de ella. – Alex se enderezó para verle el rostro con más atención, sorprendido. De verdad, se veía muy arrepentido. – No tengo excusas. Tú eres un gran amigo y nunca harías nada que me hiciera daño. Fui un tonto al desconfiar de ti, y de manera tan estúpida ¿Podrías perdonarme por eso? ¿Y también, por tardar tanto en pedirte disculpas?
- Por supuesto que sí, Elle. – dijo Alex, de inmediato. – Nada me pondría más contento que volver a ser los de antes. Además, presiento que tú y yo vamos a necesitarnos mucho ahora, con todo lo que está pasando.
- Espero que te refieras sólo a lo del secuestro. - dijo Elle cuando se volvían a recostar, luego de un buen abrazo. – Porque si es por lo de Light, ya te dije que no tengo interés en reconciliarnos. Y lo quiero fuera de mi vida, lo más que pueda.
- Pues él parece muy decidido en recuperar tu afecto. – dijo Alex, basándose en su comportamiento del día. – No sé qué te haya hecho, pero se nota que lo lamento mucho. Y sabes que yo pienso que es un buen hombre.
- Porque no lo conoces como yo. – dijo Elle, con tristeza.
- Bien. – aceptó Alex, ahora recostándose junto a su amigo. – Entonces, puedes empezar por decirme ¿Qué tanto lo conoces, tú?
- … ¿Qué tanto conoces tú, a Beyond?
- ¿Por qué hacemos esto a las 5 a.m.? – preguntó el más joven de los dos (aunque sólo por unos meses), luego de bostezar por centésima vez – La mañana es mala.
- ¿Conoces otra hora a la que se levante el sol? – le preguntó su mejor amigo, con su típico tono sarcástico. – Además no podemos dejar que nadie se entere de que haremos esto con él… ¡Ahora ya no te quejes, y ve a buscarlo! Nos vemos allá.
“Near ha estado muy deprimido todo el día.” – se repetía Matt, para motivarse. – “Y, realmente, no parece que fuera nuestra culpa.”
Su argumento se vio confirmado cuando entro a su habitación y lo encontró despierto, mirando el techo melancólico ¡De verdad que le afectaba la ausencia del Dr. Parker! Y más que haber prometido que nunca le hablaría de sus sentimientos por él, pasara lo que pasara. El joven peliblanco ya tenía por seguro que jamás sería correspondido. Su única escapatoria para el dolor era la esperanza de algún día olvidarse de su afecto ¡Pero, ¿cómo?! ¡Si lo tenía clavado dentro!... ¡Y era mucho más difícil, pues él no quería olvidarlo así como así! Aun sin ser devuelto, era lo más bello que tenía. Las lágrimas rodaron por su rostro entonces, pero fueron recogidas al instante por el sonriente pelirrojo.
- Ven, copito. Tengo algo que mostrarte.
Near no mostró su sorpresa sino hasta que su hermano mayor lo llevó hasta el invernadero, y, ahí, empezó a ayudarlo a subir al techo.
- No puedo subir aquí. – dijo. – Si me caigo, mis heridas tardaran meses en sanar.
- No te preocupes. – dijo Matt, ayudándolo con el último escalón de aquel trecho de tubos oxidados. - Nosotros te cuidaremos.
- … ¿Nosotros?
Mello esperaba en la cima. Al igual que el sol que empezada a levantar, en el horizonte.
Near quedó maravillado con esa vista, delante de sus ojos. Y mientras dibujaba una sonrisa, sintió las manos de Mello y Matt, una en cada uno de sus hombros, lo que lo lleno de una felicidad inmensa y, a la vez, muy familiar.
- Estamos contigo, Near. Nunca lo olvides. – dijo Mello, mientras Matt lo abrazaba. – Y no sé como pero vamos a pelear todos los días juntos, para que siempre veas un nuevo amanecer como este… Te queremos.
- ¡Yo también los quiero! – estalló el menor, correspondiendo el abrazo. – Son lo mejor de mi vida, junto con Elle y ya saben quién.
- Tú puedes hacer que eso no te lastime. – agregó Mello, después de un rato de silencio entre los tres. - Yo lo sé, eres muy fuerte.
- Y nosotros nos ocuparemos de que seas más fuerte.
- … ¿De qué hablan? – preguntó Near, con curiosidad.
- ¡Vamos a enseñarte artes marciales desde hoy! – anunció Matt, y Mello asintió.
- … Pero, lo tengo prohibido. – dijo Near, aun con mayor sorpresa. – Es un deporte de riesgo, y si yo me lastimara…
- ¿Por qué crees que lo haremos a las 5 a.m.? – agregó Mello. – Este es nuestro secreto. Un secreto de hermanos.
¡El menor no cupo en sí de contento!
- ¡Claro que quiero aprender!
- Pues empecemos, ahora.
- ¡Estamos juntos en esto!
“Hermanos hoy, mañana y por siempre”
Al día siguiente, después de desayunar (y de muchas otras discusiones), los cuatro jóvenes viajeros decidieron, finalmente, dedicarse a lo que habían ido a tan remoto lugar, disfrutar del sol, la arena y el mar. Fue muy agradable poder hacer algo así después de todo, y después de tanto tiempo. Aunque los niveles de hormonas de todos subieron y bajaron varias veces, por razones obvias (el ver a su fantasía más grande en bañador o tomando el sol, o poniéndose bloqueador, etc.), la pasaron muy bien haciendo cosas muy simples como nadar, jugar voleibol ¡y hasta hacer castillos de arena!... Durante varios momentos del día, Light no pudo evitar darse cuenta de cómo veía Beyond Birthday a su amigo Alex ¡Por Dios, casi estaba violándolo con la mirada! ¡¿Cuándo había pasado todo eso?!... Bueno, por un lado era un alivio puesto que ya no tendría que cuidar a su Elle de él (al menos, no demasiado), pero el pobrecito Alex ¡¿estaría a salvo con semejante depredador cerca?! ¿Tendría que protegerlo?... La verdad, no pudo detenerse a pensar en ello, tenía algo más importante en la cabeza ¡Elle aún no lo había perdonado! Y por más que se notaba lo mucho que se divertía en las actividades en grupo, cada vez que los dos hacían algún contacto físico o visual sentía frío el actuar del pelinegro ¡Si tan sólo le diera la oportunidad de hablar!... Aunque aún no sabía muy bien lo que le iba a decir…
“¿Qué tal esto?... ¡¡Perdóname, fui el imbécil más grande del mundo!! ¡¡Hago lo que me pidas, pero por favor vuelve conmigo!! ¡¡Te amo!!”
“… ¿Vuelve conmigo?... A ver, ¿cuándo estuvo con nosotros?”
“¿No es la clase de respuestas que dices tú, siempre?”
“No, esta vez… Además, sólo la estás diciendo para luego sugerirle que la use como distracción para írsele encima y violarlo y esas cosas… No te conoceré.”
“¡Es que esto me desespera mucho! ¡No merecemos que nos vuelva a tratar así!”
“¡Claro que sí! Lo arruinamos todo… Mejor dicho, ¡tú lo arruinaste!”
“Y, lo peor de todo es que Birthday lo defiende y apoya cada vez que puede ¡¿Cómo podemos con los dos?! ¡¡Es un asco!!... Esperen, ¡¿y si ayudamos a Birthday con Alex?!”
“… ¿Qué?... ¡¿En qué nos ayudaría eso?!”
“¡Así Birthday estará ocupado y nosotros podremos comernos a Elle! ¡Es brillante!”
“¿A costa del bueno de Alex? ¡¡Sería lo más horrible que podríamos hacer!!”
“¡Ah, pero si se nota que él también quiere! Mira nomás, ¡cómo rechaza a Birthday! ¡Obviamente, es una invitación!”
“Todo es una invitación para ti.”
“Entonces, tenemos que hacer algo más.”
“Algo que no lo deje responder de inmediato.”
“Algo que no lo deje hablar, que le quite el aliento.”
“¡¡YA SE!!” / “¡¡YA SE!!”
¡Vaya!... Las voces dentro de su cabeza habían llegado a un acuerdo… Sin duda, ya era hora de ir a un psiquiatra.
A eso de las 4 p.m., los muchachos regresaron a la cabaña y se dividieron para hacer cosas diferentes: Alex se fue a dar una ducha (mucha arena se le había quedado en el cabello), Light se puso a secar la ropa mojada y Elle a preparar el almuerzo, y Beyond… Bueno, la verdad nadie se fijó para dónde se fue… El joven castaño seguía repasando lo que haría en su mente, preocupado de que no fuera a funcionar o de que no fuera el momento justo. Elle estaba sólo en la cocina (lindo y hacendoso, como siempre), pero ¿y si agarraba la sartén con aceite caliente para defenderse y ambos salían perdiendo? (Su entrepierna aún le dolía de la noche pasada.)… En fin, su adorado valía la pena, eso era seguro. Así que, luego de reunir suficiente valor y de botar su orgullo se presentó ante él.
- Vete, Light. Aún no está listo. – le dijo Elle, con dureza, al verlo, para luego darle la espalda. Su interior tembló como si presintiera el peligro, pero se mantuvo firme…
… Al menos, por los siguientes veinte segundos…
… Mmm, ¿qué era eso en su cuello?... ¿Besos?...
- ¡¡¿Light, qué demonios estás haciendo?!!
Alex estaba retirando el shampoo de su rostro, cuando el agua dejo de correr de repente.
- Pero, ¿qué… - Entonces, una mano se apretó fuerte contra su boca.
Y Beyond cerró con seguro la puerta de la ducha.
…
…
…
“¡¡AUXILIO!!”