“Treceava consecuencia: San Valentín”
Severus apenas y es capaz de contener la mueca de asco y desprecio cuando ingresa al Gran Comedor, todo es tan jodidamente rosa que la vista se le cansa y le duele hasta cierto punto. Regulus parece divertido con su expresión mientras que Lucius no deja de tener la misma mirada apática de siempre, Snape no está seguro si Lucius es capaz de tener otra expresión que no sea la del aburrimiento, tal vez siendo un Malfoy siente que nada es digno de su atención. El pelinegro suspira levemente mientras esquiva los corazones flotando, el Slytherin no sabe porque Dumbledore parece que se esforzó más con la decoración de ese año.
Snape está completamente seguro de que debió tomarse o por lo menos traer una poción para el dolor de cabeza, el griterío que normalmente hay en el Gran Comedor se ha triplicado con el bonus de los chillidos femeninos. El pelinegro se sienta en su lugar de siempre, su ceño se encuentra entrecerrado y tiene una expresión tosca en el rostro, realmente no le importa. Solo quiere desayunar rápido para largarse lo más rápido posible, le ruega a Merlín que en las clases no haya tanto escándalo o en verdad se las saltara por ese jodido día.
-Deberías quitar esa expresión de querer asesinar a alguien, querido-Narcissa se sentó con elegancia al lado de Lucius, tenía una sonrisa suave en el rostro-. Espantas a tus admiradores-la rubia le guiño un ojo, ignorando la mirada asesina que le dedico el ojinegro.
-Buenos días, Narcissa-saludo el rubio mientras le daba una mirada de reojo que Black prefirió no regresar.
-Buenos días, Lucius-la chica empezó a servirse algo de comida para desayunar-a ustedes también, Regulus y Severus.
Regulus le hizo un gesto con la cabeza a modo de saludo-. Buenos días, Cissy.
-Buenos días- Severus hizo una mueca de desprecio viendo los pancakes en forma de corazones, habían unas fuentes de chocolate y adornos demasiados chillones para su gusto. De pronto, el estómago se le cerró, todo se veía condenadamente dulzón, aunque al parecer eso no le importaba al heredero de la familia Black que comía con aparente normalidad, incluso parecía que lo disfrutaba mucho, Snape lo miro con una ceja alzada.
-A Regulus le encantan los dulces-comentó divertida Narcissa ignorando la mirada de su primo- eso es otra cosa en la que no se parece a Sirius-los ojos de Narcissa se volvieron algo serios y los de Regulus se volvieron amargos por unos momentos. Lucius solo se quedó viendo en dirección de la ventana por la que ingresaba el correo, nunca se sabía muy bien que era lo que estaba pensando Malfoy.
-Quien diría que Black y yo tenemos algo en común, ahora mismo el infierno debe estar congelándose- comentó Severus con una mueca irónica en el rostro, los rostros de los primos Black paso a ser uno de leve diversión.
-El correo está por llegar…-Lucius parecía algo más ausente de costumbre aunque tenía un brillo malicioso en sus ojos.
Y como si las lechuzas hubieran esperado que el heredero de los Malfoy dijera eso para entrar, aparecieron llevando cientos de paquetes, las aves volaban entre los corazones flotantes. Severus ni se inmuto y siguió mirando con asco la fuente de chocolate en la que bailaban dos galletas de jengibre, lo más perturbador es que los dos parecían ser hombres… ¿Acaso la galleta femenina no debería tener cabello largo? Los paquetes que cayeron al frente de él lo sacaron de su inspección de los dulces que ahora se tomaban de la mano.
-Nuestro querido y pequeño Severus, tiene muchos admiradores-la voz de Lucius sonaba burlona a su modo.
-¿De quiénes son?-Narcissa lo veía con demasiada curiosidad que hasta se sintió un poco incómodo. Severus se sintió tentado a decirles que primero vieran todo lo que les habían enviado a ellos, Lucius había encogido unas diez cajas y se las había echado al bolsillo junto a unas cartas, Regulus hizo a un lado los paquetes que él tenía para verlo mejor y Narcissa simplemente no parecía notar los paquetes que se habían amontonado a su lado. ¿En verdad les interesaban dos mugres paquetes? Se pasó una mano por el cabello intentando buscar paciencia.
-Seguro es una broma-contesto con simpleza.
Malfoy hizo un movimiento con la varita en dirección de los paquetes-. No tienen nada malo.
-Si no quieres yo los abriré por ti- se ofreció el de cabello negro azulado-, además que vienen con unas cartas.
Snape frunció el ceño, prefería ser él el que viera que tanta mierda le habían puesto en la maldita broma-. Lo haré yo-tomó el primer paquete que era blanco con un moño plateado. Era una caja mediana y algo alargada, quitó con rapidez la tapa y se sorprendió, adentro se encontraba lleno de ingredientes difíciles de conseguir, tomo incrédulo el pergamino que se encontraba dentro del paquete. Le quito el lazo rojo y se dispuso a leer:
“¡Hey Severus!:
Espero y el regalo sea de tu agrado, realmente fue algo difícil decidirme porque regalarte, ¡Y eso que soy una persona decidida! Estuve pensándolo bastante… pero sé que te gustará o al menos eso espero, esto de San Valentín no es lo mío, el olor de los dulces es asqueroso, dejando eso de lado, te ves genial cuando haces pociones, ¿Sabes? Hasta lindo te ves concentrado, incluso diría que elegante, tanto que no puedo dejar de verte. Espero y los disfrutes.
PD: aunque sinceramente prefiero como te ves cuando recién acabas de despertar, aunque no lo hagas muy seguido frente a mí, pones mi autocontrol a prueba.
PD2: si abriste la tapa y tocaste este pergamino no tienes más remedio que usar los ingredientes, en caso de intentar botarlos el moño del paquete se te pegara al cuello como un lindo collar femenino, no me retes, Snape.
Atentamente,
Padfoot. “
La cara de incredulidad de Snape junto con el sonrojo de su rostro bien hubiera sido espectacular para una foto, lástima que Lucius no llevaba la cámara en ese momento.
-¿De quién es? - se aventuró a preguntar Narcissa que ya no resistía la curiosidad.
-De un hijo de puta-murmuro con el ceño fruncido estrujando la carta, para posteriormente meterla dentro del paquete y cerrarlo.
-¿Y el otro?-Regulus miró el regalo verde con un lazo dorado.
-No lo quiero abrir-murmuro con la voz irritada.
-Entonces lo haré yo-soltó sin darle mucha importancia Lucius, mientras se estiraba un poco para poder tomar el paquete.
-Está bien-el pelinegro tomo el paquete y evito rodar los ojos, abrió el paquete algo grande y topo con un caldero de oro, como con el primer regalo se sintió raro, tomo el pergamino que tenía un lazo del que sobresalía el número 1 a su lado había otro que tenía un número 2. Lo abrió;:
“Querido Severus:
Es raro escribirte, seguro si sabes quién soy quemarías la carta, Merlín que pesimista suena esto. Realimente no sé qué decir muy bien, solo espero que te guste y no lo tires a la basura. Me gusta que hagas pociones, no sé si son por ellas pero siempre tienes un olor a menta fresca y a algo acogedor, como un lugar donde volver. Algo cálido aunque parezcas frío.
PD: ¿No has pensado que te verías lindo con un vestido de época victoriana?
PD2: no creo que sea inteligente intentar deshacerte del regalo.
Atentamente,
Prongs”
Snape se encontraba indignado, sus mejillas tenían un tono carmín difícil de ocultar, ¡Esos cabrones hijos de puta!
-¡Oh Merlín! Este diseño es hermoso- Narcissa sostenía en su mano derecha, los ojos brillosos, el pergamino con el número dos, en el cual había un dibujo de un vestido de época victoriana color verde menta. Severus contuvo el escalofrío de su cuerpo, todo estaba tan bien diseñado, tanto a los lados, por delante, por detrás, los accesorios, la peluca… ¡Hijos de puta!
~
Bramó una maldición por lo bajo, deseando ya salir de su última clase, todo el condenado maldito día se la paso escuchando estupideces rosas y mierdas de ese tipo; además, no dejaba de escuchar cosas de Sirius Black esto y James Potter aquello. Estúpidas descerebradas, ¿Dónde estaban las personas con algo de cerebro en ese momento? Oh, sí claro, ni siquiera sus amigos parecían muy cuerdos ese día; Narcissa no dejaba de insistir acerca de que el que había hecho el dibujo era un maldito genio y que era al que apoyaba de ahora en adelante, oh, además de eso quería vestirlo así… estaba seguro que la rubia se había molestado, también estaba Regulus que no dejaba de insistirle que investigara sobre las personas que le habían mandado los paquetes y Lucius, bueno Lucius no dejaba de tener ese porte aristocrático y esa mirada seria que parecía divertido con algo. Suspiró con pesadez mientras salía de su última clase con Hufflepuff.
Bajó las escaleras completamente solo, realmente no tenía muchas ganas de hacer algo, tal vez podría ir a la biblioteca… Cerró los ojos por un momento y sintió el golpe, abrió los ojos con molestia topándose con la sonrisa apenada de Evans-. Lo lamento, iba metido en la lectura-el de cabello verde alzó un libro grueso que sostenía en su mano izquierda. Sin quererlo repaso con la mirada el brazalete que tenía en su muñeca izquierda.
-¿¡Qué demonios te pasa!?-Severus se encontraba exaltado, se había besado con Thompson, ¡Se había besado con Thompson-¿¡Eres gay!? -sabía que no fue lo más inteligente por decir.
Evans sonrió divertido-. Realmente no, soy pansexual y apreciativo-el muchacho de ojos miel suspiro un poco, estaba haciendo bastante frío.
-¿Por qué lo hiciste?-preguntó algo más calmado el de ojos negro.
-Porque me gustas-añadió otra cosa al ver como Snape hacia el ademán de abrir la boca de nuevo- pero te prefiero de amigo, así que… ¿Amigos?-cuestiono el de lentes con una sonrisa.
-¡Expelliarmus!- el cuerpo de Evans salió volando un poco hasta caer al piso, Severus se acercó con los ojos entrecerrados como analizándolo- amigos, Thompson…
El pelinegro pestañeo un poco intentando dejar de pensar en los eventos ocurridos hace una semana-. Vaya sorpresa-susurro sarcástico- no estabas en el desayuno-no es como que realmente fuera difícil no darse cuenta, después de todo un cabello verde sobresaliendo en Ravenclaw era lo suficiente vistoso.
Thompson suspiró luciendo aburrido-. Estar con ese escándalo no es lo mío, así que comí en las cocinas-los ojos miel de Evans brillaron al recordar algo-, es cierto, ten-el prefecto le tendió una pequeña caja negra con un lazo verde-no lo abras hasta que vayas a dormir.
-¿Qué es?-preguntó curioso el Slytherin.
-Ya lo verás-el muchacho le sonrió enormemente-. Bien, nos vemos después Sev, feliz San Valentín-el de lentes pasó a su lado despeinandolo un poco para después seguir leyendo mientras caminaba, dando pasos irregulares.
El silencio se hizo presente de nuevo y Snape quedó solo en el pasillo de nuevo o por lo menos pensó eso hasta que sintió su ropa cambiar de nuevo… ¡El puto vestido de mierda! Con el rostro indignado y furioso giro en todas direcciones en busca de un culpable que no aparecía. Snape se largó a paso veloz en busca de una maldita aula donde transmutar alguna cosa para ponerse ya que el hijo de puta vestido no lo podía transmutar. ¡Maldito San Valentín de mierda!
~
Lily apenas y tuvo tiempo de jalar a un atontado James por un retrato para que Severus no los viera. En realidad ellos no habían hecho nada, simplemente caminaban por ahí justo cuando lo vieron todo, al principio James estaba celoso y molesto pero eso cambio en cuestión de segundos, la cara de idiota enamorado era más que obvia.
James sonrió levemente al recordar lo lindo y violable que se veía Snape con el traje en el que había pensado - ¡Potter estás sangrando!
~
-¡Suéltame Moony! Ese sujeto es un…- Sirius no dejaba de quejarse mientras Remus lo sostenía con fuerza. Ambos debajo de la capa de invisibilidad de James. Black que hace unos momentos tenía el mapa había jalado a Remus con él al leer como Severus y Thompson parecían estar cercas.
-Tranquilo, Sirius, el tipo ya se va-intentó calmarlo Lupin.
Ambos jóvenes se quedaron callados al ver el cambio en la ropa del pelinegro-¿Moony?
Remus parpadeo un poco para salir de su ensoñación-¿Qué ocurre, Sirius?
-No me sueltes…
-¿Qué?
-No me sueltes, lo quiero violar…