“Primer resultado: Tiempo”
James alzó la vista al cielo repleto de estrellas, el clima estaba frío y le entumecía los dedos. Frío, sentía tanto frío en su cuerpo-. El tiempo está raro-comentó al aire, en un susurro apagado.
Sirius tenía los ojos ocultos por el cabello que caía de forma desprolija sobre su frente. Ninguno se estaba viendo al rostro, solo estaban sentados uno al lado del otro en el piso. No habían tocado el tema. Sirius simplemente se había dejado caer en el suelo, recargando su espalda contra la pared y dejando que el cabello le ocultará el rostro, James tenía la vista en el cielo.
-¿Y la pelirroja?-murmuró, por fin, Sirius. La voz había salido más suave de lo que Potter esperaba.
James sonrió suavemente en una mueca nostálgica que era obvio que Black no vería-. La quiero pero no como debería-el de cabello castaño se permitió soltar un suspiró-. Me siento miserable, Sirius, siento dolor y no es por mí. No espere que esto sucediera, creo que los Muggles lo llaman justicia poética. Enamorarse del que se supone es tu peor enemigo- una sonrisa torcida se posó en los labios del de ojos avellana.
Sirius soltó una risa vacía-. Tienes razón, justicia poética…-Black pareció saborear la palabra- es raro estar enamorado, James. Nunca entendí por qué las personas actuaban tan estúpidamente, pero ahora solo basta verlo a él un segundo para sentir que mi corazón parece querer ir con él, seguirlo… aunque él no quiera, quiero abrazarlo…-el pelinegro alzó la mirada por fin, lucía determinado- ahora mismo ni yo me encuentro diciendo estás cosas, por Merlín, es tan anti-Sirius, ¿dónde quedaron las revistas porno de brujas sensuales?
El de lentes se hubiera reído en otro momento por lo condenadamente perdidos que lucían ambos, mas no podía hacerlo, tenía un nudo horrible en la garganta. Tenía miedo, no podía negarlo, pero ante todo era un Gryffindor-. Voy a luchar, Sirius-anunció con claridad chocando sus ojos avellana con la mirada filosa de Sirius.
Una sonrisa ladeada apareció en el rostro de Black-. Yo también lo haré, James. Nunca me había enamorado, no pienso perder a la primera persona a la que sin miedo puedo decir que amo-Sirius se puso de pie dándole la espalda a Potter y paso sus brazos por detrás de su cuello en una pose relajada-. Aunque no lo creas me alegra que hayas sido tú, sé que en cualquier caso serás una buena persona para él-y Sirius se giró y le dio una sonrisa a James-. Porque eres como mi hermano.
Los pasos de Sirius hicieron eco anunciando que se marchaba del lugar. James sonrió con cariño-. Porque somos como hermanos es que esto se vuelve mucho más difícil, Sirius-Potter guardó silencio por un momento-. Yo también lo amo, como no tienes idea…
“Porque el amor no nace de la noche a la mañana. Seis años observando a una persona, estar atento a lo que hiciera, conocer sus gustos y disgustos, solo podía guiarlos a un mismo resultado. La broma solo había sido la herramienta para que ambos se retirarán la venda de los ojos.”
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-Había una vez un pueblo creado con ilusiones, era un lugar muy colorido y los habitantes eran muy felices viviendo ahí. Era acogedor y nadie se atrevía a abandonar el lugar por miedo a no encontrar la felicidad de nuevo, además se rumoreaba que los pueblos vecinos sufrían y se sentían tristes, sus vidas eran grises; pero había un niño que curioso como era no aguanto y huyo del pueblo de ilusiones en busca de saciar su curiosidad. Su aventura fue dura y dolorosa, las personas eran malas con él, lo golpeaban y humillaban; sin embargo un día que llovió observo su reflejo en un charco de agua sucia y empezó a reír mientras lloraba. La gente pensó que se había vuelto loco y nadie se preocupó por él, excepto por alguien que lo observo en silencio. Esa noche el niño decidió saltar del puente de la ciudad pero alguien lo detuvo, era otro niño con el rostro lleno de cicatrices. El niño del pueblo de ilusiones sonrió feliz y lo abrazó “Pensé que nunca me notarías, estuve intentando hablar contigo desde que llegue aquí pero parecías tan triste para percibir que estaba ahí” dijo efusivo. El niño del pueblo triste pareció avergonzado “Lo siento” murmuró con voz apagada.
-“No tienes por qué disculparte, lo importante es irnos de aquí, podemos construir nuestra propia casa y vivir juntos. Es hora de irnos de aquí” el niño del pueblo de ilusiones tomo de la mano al otro y se fueron del pueblo infeliz. Fin-Severus se bajó del estrado ante las miradas extrañadas de todos los presentes. Incluso sus amigos lo observaron extrañado.
Snape simplemente ignoró la mirada de todos y se dedicó a ver como lanzaban la tierra sobre el ataúd de su madre, el cielo estaba gris y se sentía la humedad. Dio una mirada rápida al lugar y se encontró con poca gente; Lucius, Narcissa y Regulus, incluso Lily estaba por ahí sentada con Potter a su lado, Black y Lupin estaban sentados del otro lado del lugar. Thompson estaba a su lado, tenía el cabello y los ojos negros. Severus no reconoció a otras personas pero no se molestó en intentar investigar quienes eran.
Cerró los ojos por un momento intentando recordar momentos no tan amargos de su pasado.
-¿Así termina?- cuestionó el pequeño Severus a su madre quien estaba sentada a su lado, ambos en la cama del pequeño.
-Así termina-confirmó la mujer.
-Pero no entiendo, está muy inconcluso, ¿qué pasó con los niños?-Severus tenía el ceño levemente fruncido.
-Tuvieron momentos felices e infelices, como la vida es-al ver que su hijo no parecía muy conforme con lo que ella había dicho decidió añadir algo más-. Cuando seas mayor me entenderás, por el momento duerme antes de que tu padre regrese, yo velaré tu sueño.
-Descansa, madre…-murmuró con suavidad mientras se ponía de pie y ponía un ramo de rosas sobre la tumba. Giro un poco el rostro y se encontró con los que podía llamar amigos-. Supongo que ya crecí, madre, ahora entiendo.
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Severus se mordió la boca intentando no maldecir a todas las personas que estaban en su habitación de nuevo-. Ustedes son desesperantes-el pelinegro sonrió levemente-. Aunque me gustaría saber, ¿cómo entro un Ravenclaw aquí?- inquirió alzando una ceja mientras dejaba los libros por los que había ido a la biblioteca en una mesa.
-Conozco gente- Evans mostró una sonrisa divertida mientras pasaba un brazo por los hombros de Regulus.
-Me alegra saber que eres feliz conociéndome-Lucius habló con cierta burla en la voz, Thompson le dio una mirada fastidiada aunque resignada.
-Me alegro más por la presencia de Narcissa, Regulus y Severus, contigo ya caí en la resignación, Lucius- el Ravenclaw suspiró.
Narcissa sonrió divertida ya acostumbrada a las pullas que se tiraban Lucius y Evans cuando estaban juntos-. Bueno, dejando de lado a esos dos, veníamos a llevarte con nosotros, pero primero a cambiarte la ropa, así que al baño-la rubia le dio una mirada de no admitir replicas-el cambio de ropa está ahí.
Snape sabía que no podía hacer nada para negarse así que simplemente obedeció y se cambió de ropa. Apenas salió Thompson le alzo el pulgar en signo de aprobación, Regulus asintió y Narcissa pareció complacida, antes de darse cuenta ya lo estaban empujando afuera del lugar.
-Haremos una fiesta-soltó sin más el rubio con una muy leve sonrisa en el rostro.
-¿Qué?- soltó incrédulo el de ojos negros.
-Solo falta una semana para dejar Hogwarts, nos veremos en vacaciones pero nunca más aquí, así que decidimos hacer una fiesta, solo nosotros 6, Nath ya debe tener la habitación completamente lista-. Severus solo suspiró resignado ante lo dicho por Thompson.
-Solo espero que el profesor Riddle no se dé cuenta-Snape los siguió.
-Tranquilo, todo está calculado-Regulus le sonrió levemente.
-Yo también espero eso…- todos escucharon el suspiro de Evans que parecía algo preocupado por esa idea.
Malfoy puso una sonrisa ladeada-. Oh nunca pensé que el ex pupilo del profesor Riddle le tuviera miedo y pensar que cuando éramos pequeños parecías realmente feliz cuando nos daba clases.
Evans estaba tentado a hacer una seña obscena pero Narcissa seguía ahí por lo que solo chasqueo la lengua-. Sí, esos tiempos donde explotaste ese caldero y…
-¡Cállense!- Regulus les dio una mirada fastidiada.
-Llegamos-anunció una feliz Narcissa mientras entraban a una habitación detrás de un retrato, el lugar estaba cerca de la torre de Ravenclaw.
-Tardaron…-Nath tenía esa expresión de aburrimiento de siempre lo que contrarrestaba con el lugar que tenía una pinta muy feliz y bien decorada. Había comida y era cálido.
Severus suspiró, habían pasado bastantes cosas desde la muerte de su madre. Ya habían pasado unos meses y varias cosas habían cambiado, pero todo parecía cambiar para mejor. Sonrió levemente al ver a Lucius y Evans fastidiándose, Regulus regañándolos y a Narcissa y Nathaniel discutiendo acerca de moda. Solo esperaba que todo se mantuviera así hasta la ceremonia de fin de curso y hasta su séptimo año.