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La Curiosidad Mato Al Marimo por KuroAshi_ZxS

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Notas del capitulo:

One Piece le pertenece a Eiichiro Oda, sino quien sabe...

Hola a todos! perdon por no haber subido cap antes, pero no he tenido muchas ganas de escribir y estoy a final de semenestre en mi escuela, asi que he estado llena de pruebas y trabajos casi todos los dias jaja

La verdad tenia pensado hacer algo diferente en el cap de hoy pero preferi seguir la idea de Kida D Eirhin, realmente me rei mucho escribiendo la conti de hoy aunque sea un poco cortita jaja solo espero les guste

Muchisimas gracias a todos los que leyeron especialmente a: Kida D Eirhinneonsan, NathyLove5 y Princezz Inuyoukai, muchas gracia por comentar!!

Mil disculpas por las posibles faltas ortograficas y espero les guste n.n

Sin mas preambulos, les dejo con el cap de hoy:

 

-“soy un jodido salido…y luego tengo el descaro de llamar pervertido al cejillas…”-maldijo desesperado en sus pensamientos el pobre espadachín, consciente que él era un hombre terco en todo el sentido de la palabra y, cuando algo se metía en su cabeza, no descansaría hasta lograrlo-“maldita sea ¿Qué carajos voy a hacer ahora?”-se pregunto a si mismo completamente desesperanzado, mordiendo sus labios con fuerza, sabiendo que no pararía hasta ver a Sanji vestido con sus propias ropas-“será mejor que te cuides, cejas de sushi, porque como bien dice el dicho, la curiosidad mato al gato…”-

Xxxxx

Desde aquel día, ese pensamiento no había salido de su cabeza por ningún motivo. La curiosidad le corroía por dentro, buscando inconscientemente alguna oportunidad para proponerle al oji azul aquellas ideas tan indecorosas a sabiendas que, como mínimo, se ganaría la paliza más grande de su vida.

Había intentado por todos los medios encontrar alguna oportunidad en el ajetreo diario que vivía en el barco, y aunque en más de una ocasión esta se había presentado gracias a su paciencia y terquedad, se había llegado a cuestionar si no era el propio cocinero quien le atraía con sus trucos y luego le desilusionaba, dejándole con ganas de mas.

Sabía que era imposible, una idea sumamente alocada, pero los propios hechos hablaban por si solos.

Quizás no fuese raro que Sanji se quitase su saco mientras cocinaba justamente cuando el entraba a buscar una botella de sake luego de sus entrenamientos, quizás tampoco lo fuese encontrarlo sin camisa cuando el pasaba fuera de su habitación, la cual extrañamente, se encontraba con la puerta abierta. Ni tampoco verle pavoneándose semi desnudo por la cubierta, con una pequeña toalla cubriendo sus partes privas cuando, “accidentalmente”, había olvidado su ropa antes de bañarse.

No, parecían simples accidentes como podrían pasarle a cualquiera. Pero el sabia mejor que nadie lo minucioso que era el cocinero con aquellos detalles, que en todo el tiempo que llevaban como compañeros en el mismo barco aquello nunca había ocurrido, ni menos cuando se encontraban ambos completamente solos.

Día tras día había intentado pensar en alguna excusa para lograr hablar con el cocinero sin llegar a sus habituales peleas, llegando a un estado de completa desesperación en menos de una semana. Cada vez que la oportunidad se presentaba se quedaba sin habla, con el rostro pálido y con la sangre viajando a la parte opuesta de su cuerpo, teniendo que escapar a alguna de las bodegas antes que Sanji notase el estado en que se encontraba.

No era novedad que cosas así ocurrieran pero ahora, con sus hormonas totalmente descontroladas, ni siquiera el mismo era capaz de mantenerse frio como antes. No luego de haber pasado dos años completos separados del Casanova, ni menos que menos cuando aquella idea había nacido desde lo más recóndito de sus pensamientos, de sus deseos mas ocultos.

El era un espadachín hecho y derecho, no pensaba darse por vencido tan fácilmente. Su terquedad y su orgullo no se lo permitirían.

Pero un día luego de una tormenta repentina en las agitadas aguas del Nuevo Mundo, la solución llego a su cansada mente tan rápido como el tifón que amenazaba por volcar el barco en aquellos momentos. A hurtadillas se escapo hacia el interior del barco, intentando perderse lo menos posible, llegando a una de las bodegas donde se encontraban los cestos con ropa húmeda que hasta hace un par de horas atrás estaban secándose bajo el potente sol del medio día.

Con una maligna sonrisa curando sus labios tomo gran la ropa del cocinero y algunas prendas  de otros tripulantes, dejándola desordenadamente en el suelo y salió rápidamente del lugar. Con las prisas luego del aviso de la navegante, Usopp y Franky habían llevado la ropa hacia su taller, y fácilmente podría hacer pasar por accidente que, en medio de la tormenta, algunos de los cestos se volcasen y acabasen todas las prendas manchadas con grasa, pintura e incluso pegamento.

Al ver que la tormenta había amainado convirtiéndose en una suave llovizna volvió a su gimnasio personal para seguir con su siesta inconclusa, acomodándose en el suelo mientras cerraba los ojos hasta que, minutos después, los gritos de Nami le despertaron de su letargo.

Intentando que la maliciosa sonrisa que se había formado en sus labios pasara desapercibida por el resto bajo a cubierta de un salto, caminando calmadamente y con fingida curiosidad mientras bostezaba audiblemente, preguntando entre maldiciones como era habitual, que era lo que exactamente había ocurrido para que la navegante chillara de ese modo.

Con una gota tras la nuca vio que su idea había resultado peor de lo que había imaginado, pues no solo la ropa de Sanji sino que gran parte de las prendas del resto de la tripulación estaban por completo arruinadas, esparcidas por el suelo en distintas direcciones. Mordiendo sus labios con algo de fuerza vio entre divertido y aterrado como la pelirroja dejaba fuera de combate al tirador, saliendo enfadada e la habitación con un aura más que peligrosa rodeándola, murmurando quien sabe que cosas sobre estúpidos mentirosos que no sabían bien siquiera recoger un poco de ropa.

Todos se quedaron en completo silencio, pensando en las pocas opciones que tenían a su favor por el panorama que se presentaba ante sus ojos. Algunos como Luffy no le dieron importancia al asunto mientras salía de la bodega en busca de comida, mientras que otros como Franky lloraban en medio de gritos al ver su colección de tangas completamente manchada de grasa. Hasta que la pelinegra se atrevió a romper el pesado ambiente con una pregunta que a más de alguno le había rondado por la cabeza.

-me pregunto qué haremos con Sanji, toda su ropa se encontraba secando luego de días de tormenta y según lo que dijo Nami aun falta una semana más para llegar a la próxima isla-comento en tono pensativo la arqueóloga, mirando preocupada al rubio al ver como este se agachaba, empezando a limpiar el desastre supuestamente ocasionado por la tormenta-

Una sonrisa maliciosa se asomo por el rostro del peli verde al escuchar la ansiada pregunta, agachándose también a recoger las prendas arruinadas mientras le daba la espalda al resto, ocultando la diabólica mueca de la mirada de los demás. Espero el tiempo adecuado para hacer su propuesta, en aquellas condiciones nadie sospecharía de sus verdaderas intenciones tras su “buena” acción del día, sabiendo que todos, incluida Robin, pensarían que a pesar de lo mal que se llevaba con el oji azul eran nakama después de todo y prestarle un poco de ropa, aunque fuese a su manera, no causaría problema alguno.

-no te preocupes por eso, Robin chan. Siempre he sido precavido y tengo varios trajes que recibí en mi cumpleaños aun guardados sin usar-respondió el rubio con una sonrisa suficiente, riendo quedamente al escuchar los vitoreos del renito por aquella “hazaña”-supongo que aun tengo algo de dinero ahorrado para comprar algo de ropa cuando lleguemos a la próxima isla, y quizás también pueda comprarles algún vestido-sonrió abiertamente a la chica mientras le miraba con su único ojo visible en forma de corazón, cantando mientras salía junto a los demás de la bodega al ver que la peli negra le había sonreído también en forma de agradecimiento-

-no sé lo que planeas Zoro, pero creo que deberías pensar en algo más astuto si quieres lograr tu cometido-susurro Robin en tono misterioso y cómplice, soltando una risita al ver la cara desencajada del espadachín antes de dejarlo solo en la habitación, quien gruño con el rostro notoriamente sonrojado al verse descubierto mientras golpeaba el piso con fuerza. Después de todo la arqueóloga tenía razón, tendría que mover su siguiente ficha antes que acabase la semana o podía despedirse de la idea de ver a Sanji vestido con sus ropas para siempre…-

Tsusuku (o tal vez no xD)

Notas finales:

Espero les haya gustado y sus rew, y si tienen alguna otra idea con gusto la escribire en el fic para ustedes jaja sino ya veran las maldades que he planeado para el pobre del marimo y a Sanji kun, cuidense mucho y nos vemos!

Sayo! x333

Kuro-Chan!


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