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La Curiosidad Mato Al Marimo por KuroAshi_ZxS

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Notas del capitulo:

One Piece es propiedad de Eiichiro Oda, sino quien sabe...

Hola a todos! al fin pude seguir este fic jaja siendo sincera, no sabia como continuarlo, pues perdi unos documentos donde tenia escritas todas las ideas para esta historia. y bueno, la inspirancion finalmente llego a mi jaja

Muchas gracias a todos los que leyeron especialmente a: Macross, kaguraaaa, Princezz Inuyoukai y Kida D Eirhin, muchas gracias por comentar!

Mil disculpas por las posibles faltas ortograficas

Sin mas preambulos, les dejo con el cap de hoy:

-no sé lo que planeas Zoro, pero creo que deberías pensar en algo más astuto si quieres lograr tu cometido-susurro Robin en tono misterioso y cómplice, soltando una risita al ver la cara desencajada del espadachín antes de dejarlo solo en la habitación, quien gruño con el rostro notoriamente sonrojado al verse descubierto mientras golpeaba el piso con fuerza. Después de todo la arqueóloga tenía razón, tendría que mover su siguiente ficha antes que acabase la semana o podía despedirse de la idea de ver a Sanji vestido con sus ropas para siempre…-

xxxxx

La furia brillaba con fuerza en los ojos del espadachín, quien gruñía entre dientes mientras jadeaba por el dolor que los poderosos golpes del rubio le habían ocasionado. No sin algo de esfuerzo logro ponerse en pie, volviendo al ataque con inusitada fuerza gracias a la idea que había surcado su mente instantes atrás.

Una sonrisa casi imperceptible escapo de sus labios mientras esquivaba un combo de patadas giratorias, aprovechando un descuido del cocinero para llevar a cabo la macabra idea que poco a poco, empezaba a tomar forma en su mente.

Hace tan solo media hora atrás el barco se encontraba sumido en una extraña pero reconfortante calma luego de la tormenta del día anterior, aprovechando al máximo aquella cálida tarde para reponer las fuerzas antes de llegar a la próxima isla señalada en el mapa.

Todos, incluido el capitán, se encontraban en cubierta aprovechando de tomar una siesta. Todos, a excepto del espadachín  de la tripulación.

El peliverde se encontraba sentado contra la baranda, con los ojos cerrados y los brazos cruzados en una expresión de evidente molestia. Un bufido de exasperación escapaba cada tanto de sus labios entreabiertos, optando por recostarse mientras mantenía la misma posición que antes.

Desde aquella charla con la arqueóloga no había dejado de pensar en una idea para poder deshacerse de toda la ropa del rubio de una buena vez, enfadado consigo mismo por no poder hacer tan buenos planes y estrategias como el mentado cocinero, quien era un genio en aquella área.

Cada idea era más loca que la anterior, pero ninguna lo suficientemente buena como para lograr su cometido. Sabía que Sanji era astuto y podría darse cuenta de sus planes si no actuaba con cuidado, pero también que su tiempo tenía limite y si no se apuraba, perdería aquella oportunidad para siempre.

Sin darse cuenta empezó a rodar por aquella área de la cubierta, moviéndose de un lado a otro intentando dar con un plan al menos decente. O al menos eso esperaba, pues de un momento a otro sintió un poderoso estruendo a su lado que interrumpió de golpe sus cavilaciones.

Abriendo los ojos aun mas molesto que antes pero con la curiosidad plasmada en su rostro vio como Sanji se encontraba a tan solo unos metros de él, en una posición bastante extraña y con restos de lo que habían sido los refrescos para sus chicas y sus nakama arruinados en el suelo.

Una venita se marcó en la frente del oji azul, poniéndose de pie con rapidez y mandando a volar de una patada al peli verde hasta el otro lado de la cubierta. Pues, si había algo que lo cabreaba casi tanto como ver su cocina saqueada, era que alguien arruinara los platillos o bebidas que con tanto esmero preparaba para sus damas.

Y claro, no había podido evitar caer al suelo por culpa del espadachín, quien al encontrarse en el suelo rodando como idiota, le había hecho perder el equilibrio y de paso los tragos que había terminado tan solo minutos atrás.

Sabiendo que no podría detener las ansias asesinas del rubio Zoro desenvaino dos de sus katana, blandiéndolas amenazantemente mientras iniciaba una de sus tantas peleas con Sanji mientras que el resto de la tripulación seguía en lo suyo, ajeno a aquellas comunes y rutinarias batallas entre dos de los miembros más fuertes de los Sombrero de Paja.

Y fue en ese instante, cuando esa idea vino a su cabeza, casi como un milagro.

Teniendo cuidado de no lastimar a su nakama y ser lo suficientemente disimulado para no llamar la atención, poco a poco y con una concentración impresionante Zoro fue cortando y rasgando el traje que usaba el oji azul en aquellos momentos.

No era extraño que en medio de sus batallas la ropa del cocinero terminara rota por culpa de sus espadas, pero aquella vez y por culpa del cabreo de Sanji el moreno podría fácilmente dejar su traje inutilizado sin que este pudiese reprochar lo contrario.

Si no había logrado deshacerse de sus prendas durante la tormenta, ahora tenía la oportunidad perfecta entre sus manos. Solo necesitaría enfadar al cocinero un par de veces más durante los días siguientes y su plan habría funcionado.

Intentando no reír al notar un fuerte sonrojo aparecer en las mejillas de su contrincante al notar el estado en el que había terminado uno de sus mejores trajes envaino con habilidad sus espadas, fingiendo casi a la perfección una mueca de disculpa mientras veía a Nami y Usopp aparecer en cubierta, ambos con el rostro desencajado al darse cuenta del sorpresivo giro que había tomado su anterior batalla.

-¡¿eres un idiota o que, Zoro?!-exclamo la navegante mientras golpeaba con fuerza al moreno, dejándolo estampado contra el suelo mientras fruncía su ceño por el enojo- ¡¿acaso olvidaste que Sanji kun perdió casi toda su ropa por culpa de la tormenta de ayer?! ¡Al menos pudiste ser un poco más considerado y tratar de contenerte por una vez!-

-¡no es mi culpa, bruja!-respondió el aludido con una mueca de molestia, poniéndose de pie mientras esquivaba una patada de parte del cocinero- ¡fue el quien empezó a golpearme después de todo!-sentencio mientras se cruzaba de brazos, iniciando una nueva pelea, pero esta vez verbal, con Sanji-

-¡claro que no, musgo apestoso! ¡fue tu culpa por hacerme tirar los refrescos que había hecho para Nami Swan y Robin Chwan!-contraataco el rubio, olvidándose por unos instantes del estado en que había acabado su traje-

-ya, cálmense los dos por favor-pidió el tirador con lágrimas en los ojos, más que consciente de que si seguía aquella pelea, el barco sufriría las peores consecuencias- pero Sanji ¿Qué piensas hacer si ya no te quedan más trajes?-pregunto con sincera curiosidad, logrando frenar los intentos del aludido por asesinar al espadachín de la tripulación-

Sonriendo interiormente al escuchar aquella duda Zoro sintió como su plan finalmente daba sus frutos, viendo como Sanji les indicaba que le siguieran hacia el interior del navío. Alzando una ceja completamente confundido, el peliverde siguió a su rival junto con Nami y Usopp hacia su habitación.

Abriendo la boca por la sorpresa, el espadachín vio que las mentadas prendas que habia guardado el rubio no era nada más ni nada menos que doce conjuntos de trajes en perfecto estado. Y si él quería al menos acabar con ellos antes de llegar a la próxima isla, no podría hacerlo durante una pelea como había pensado con anterioridad.

Saliendo de la habitación con un aura depresiva rodeando su cabeza el peliverde soltó un suspiro, dándose cuenta que solo le quedaban dos días antes que su plazo acabara. Pues, desde ese instante, debería jugar sus todas sus cartas o perder su última oportunidad en el proceso…

Tsusuku (o tal vez no xD)

Notas finales:

Espero les haya gustado y sus rew, nos vemos el fin de semana si logro terminar de actualizar el resto de mis fics!

Sayo!!! x333

Kuro-Chan!


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