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Painted with black por spookytaco98

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Notas del capitulo:

John se niega a amar a su amo ya que el haberlo convertido en esclavo fue algo imperdonable. Pero al darse cuenta de las intenciones de Sherlock su forma de pensar comienza a ser un poco confusa.

John durmió con el rostro mojado en sus lágrimas. Esa noche se sintió tan estúpido por haberse enamorado tan rápido de un chiquillo como Sherlock, pero eso no era lo que lo molestaba, lo que realmente lo hacía enojar era que el era el hombre por el cual sus noches era desesperantes y agobiantes y por la maldita razón inexistente de convertirlo en su esclavo.

 

Cuando despertó no supo si era de día o si era de noche, pues la cámara estaba tan oscura y tan silenciosa que no sentía mas que leves brisas de vez en cuando.

 

La puerta se abrió y los pasos se acercaban a la escalera y bajaban. John, asustado se hizo el dormido, solo tuvo un ojo abierto para saber que era lo que quería su "amo".

 

No era Sherlock, era una señora canosa de vestido viejo de color morado. Su rostro se veía agradable e inofensivo. Llevaba una bandeja en las manos con comida, la dejó en la mesita de noche de John y cuando ya estaba dispuesta a irse, el rubio se sentó.

 

-Lamento haberlo despertado.-dijo la dama.

 

-Ya estaba despierto, no se preocupe.-miró como la mujer arreglaba un poco la cámara. -Disculpe, señora, sabe usted por que Sherlock me tiene aquí como esclavo?

 

-Lo siento, pero yo no lo se. Sherlock es algo excéntrico e inesperado, nunca sabes lo que va a hacer. Pero si lo hizo seguramente es por alguna buena razón.

 

-Buena razón? Yo no soy un esclavo, soy un pintor. No le veo nada de bueno a ser esclavizado!-se alteró.

 

-Querido, se que tienes miedo pero no tienes por que tenerle, Sherlock no te hará ningún daño. Jamas te lastimara.

 

La mujer estaba a punto de irse hasta que John tomó su brazo y le dirigió una mirada inocente.

 

-Cual es su nombre?-dijo John educadamente.

 

-Martha Hudson, es un placer, John.

 

Como es que ella también lo sabía? Acaso todos sabían su nombre? La mujer se dio la vuelta y se fue por donde vino.

 

John estaba tan aburrido de estar solo en aquella cámara, la miró de arriba a abajo. Trató de memorizar cada rincón de este, había algo en ella que no había visto la noche anterior, había un libro bajo la mesita de noche.

 

Ese día lo dedicó a leer, estaba maravillado. Amaba leer y ese libro era maravilloso. Eran viejas historias que el solía escuchar de niño. Esa noche terminó aquel libro y después cayó profundamente dormido.

 

Pero algo lo despertó, era una bella composición de violín que lo estaba hipnotizando desde su sueño. John sonrió al escuchar la melodía pero quería escuchar mas fuerte y claro, así que se movió hasta llegar a la orilla de la cama pero las cadenas sonaron al hacerlo y el violín se detuvo.

 

En ese instante el eco del rechido de la puerta retumbó por toda la cámara, John sintió un poco de miedo al oir los pasos que bajaban las escaleras. "Ahora que quiere?"-pensó John tragando saliva.

 

Sherlock estaba a unos metros de la cama, vestía una camisa delgada blanca un poco vieja y de grandes mangas, calzones negros y mayas blancas con zapatos marrones. Sin contar el violín barnizado que llevaba en su mano izquierda.

 

No dijeron nada, solo se miraron con seriedad. Sherlock puso el violín en su hombro y comenzó la melodía desde el principio. John cerró sus ojos y dejó que la melodía fluyera en sus oídos.

 

Por tres minutos, Sherlock dedicó su melodía a John, a relajarlo con sus bellas notas y la suavidad de esta. Mientras que John con los ojos cerrados se deleitaba, suspiraba y hasta sonreía cautivado.

 

-Te ha gustado?-le dijo Sherlock.

 

-Si, mucho. Fue muy hermoso.

 

-La escribí para ti. Ayer, cuando no me dejaste estar a tu lado me sentí inspirado para escribirte.

 

John bajó la mirada y se ruborizó por haberle causado dolor a Sherlock con sus palabras y su rechazo.

 

-Te ha gustado el libro?-señalo el libro con el violín completo.

 

-Lo leí cuando era niño, me encantaba ese libro.

 

-Y la comida?-caminó lentamente por la habitación-El vino?

 

-Si, estaba delicioso.

 

-Ya me amas?

 

-QUE?! No! Sigo muy molesto por ser tu esclavo. Ni siquiera se por que lo haces?-gritó molesto.

 

-Porque.... te amo...-dijo en un tono triste e inocente que sorprendió a John.-Siempre te ame, desde la primera vez que te vi cuando eras un adolescente. Siempre te vigile en la oscuridad pero nunca para hacerte daño sino para sentirte cerca.

 

-Tu.... me has vigilado entre las sombras desde joven... por ello le temo a la oscuridad.

 

-Si, pero mi intención no fue esa, era el estar a tu lado aunque no me vieras y el protegerte sin que me sintieras.-bajó la mirada.- Y a pesar de que estabas con Sarah y eso me ponía tremendamente celoso, yo nunca dejé de amarte. 

 

-Yo...-estaba atónito, asustado, apenado, avergonzado, Sherlock había estado a su lado desde siempre pero John jamas lo supo, todo este tiempo le temió a algo que en verdad lo estaba protegiendo. Los azules ojos de John se llenaron en lágrimas y sus mejillas se pusieron rojas.-Lo siento...-sollozo y con sus manos cubrió su rostro.- Lo siento!

 

Sherlock caminó hacia el, dejó el violín en el piso, se sentó en la cama frente a John. Con una mano alrededor de su cuello lo abrazó y con la otra acarició su rostro.

 

-No llores...-dijo el castaño llevando la sien del rubio a su pecho.- Aquí estoy...

 

-Perdóname!

 

-Perdóname tu a mi por haberte causado temor todos estos años.-besó sus cabellos de trigo.

 

-Espera...-alzó la mirada.-Como es que puedes mezclarte con las sombras sin que te pueda escuchar o ver entrar?-confuso frunció el ceño. Sherlock sonrió y lo miró muy de cerca, a lo que John se llevó un enorme susto pues sus bellos ojos brillaron mas de lo normal.

 

-Déjame secar tus lágrimas.-pasó su fría mano por sus mejillas, cambiando de tema.- Ahora que te he dicho la verdad, me amas?

 

-NO! Estoy muy molesto porque me hiciste esclavo! Si me amas no me esclavises, demuestramelo con flores! Enamorame de manera normal!- de pronto su rostro se puso completamente rojo y tapó su boca. Sherlock se sorprendió pero después sonrió y besó su frente. Se puso de pie con su violín y salió escaleras arriba sin decir algo.

 

Esa noche fue un poco embarazosa para John, no solo porque le había ordenado a Sherlock que lo enamorara y por darse cuenta de la verdad, también por la vergonzosa reacción del rose de Sherlock entre sus piernas. Esa noche... nada fue normal para el pintor.

 

John despertó por un aroma dulce y agradable junto a el. Al abrir los ojos miró un ramo de rosas recién cortadas a su lado. El rubio se ruborizó pero después sonrió, era un lindo gesto que Sherlock le cortara un ramo de rosas para el. Tomó las rosas y las olfateo.

 

Se sentó en la cama con los ojos cerrados y perdido en el aroma de las rosas pero en cuanto abrió los ojos se sorprendió al ver que en cada esquina de la cámara habían enormes ramos de rosas frescas de distintos colores. John se pasó la mano por la cara en muestra de vergüenza. En serio Sherlock había cortado toda esas rosas solo para el?

 

La puerta de la cámara se abrió. Si era Sherlock lo recibiría con un abrazo, pensó. Pero era la señora Hudson con una bandeja de comida y un vaso de vino.

 

-Vaya, tal parece que Sherlock esta muy enamorado.-dijo la señora sorprendida y dejando la bandeja en la mesita de noche.- Que bien que Sherlock por fin se atrevió a ser amable contigo.

 

-Si... eso creo.-dijo ruborizado.- Señora Hudson, a que se dedica Sherlock en los días?

 

-Eso es algo que no tengo permitido decirte, querido.

 

-Al menos dígame en que trabaja.

 

-El no trabaja, el heredó mucho dinero de parte de sus padres. Es todo lo que puedo decirte.-acarició su cabello.

 

La señora se fue y dejó a John solo. El rubio gateó por la cama hasta llegar a la otra mesita de noche y revisar bajo esta, había otro libro.

 

Esa tarde fue pura lectura para el, pero sentía un vacío en su ser, necesitaba pintar. Quería pintar como antes pero no tenía ni un solo pincel, ni un solo pliego de papel.

 

Cuando la puerta de su cámara se volvió a abrir, John arregló un poco su cabello sucio y sus ropas percudidas. Era Sherlock nuevamente, el rubio le sonrió ruborizado.

 

-Hola...-dijo John que estaba de rodillas en la cama sonriendo.

 

-Te han gustado las rosas?-dijo seriamente.

 

-Si, son hermosas y huelen delicioso.

 

-Y el libro... no lo has terminado.

 

-Ah, no... pero es bello también.

 

-Me amas ya?

 

-No sabría decirte.

 

Sherlock se dio la vuelta, iba a subir las escaleras hasta que John habló.

 

-Espera! No te vayas.... quédate un rato mas.

 

Sherlock se ruborizó al instante, sonrió y se dio la vuelta para sentarse en la cama con John.

 

-Sientate junto a mi.-dijo John haciéndole un espacio al castaño en las almohadas. John sacó el libro y lo abrió desde donde se quedó y comenzó a leer en voz alta para Sherlock.

 

El castaño se recargaba en el hombro del rubio mientras lo oía leer. Su voz era cautivante y suave para los oídos de Sherlock, lo hacía sonreír. Pero accidentalmente, John se cortó un poco el dedo con una hoja del libro y una pequeña gota se sangre resbaló por su dedo.

 

-Auch...-dijo John pero antes de que llevase su dedo a su boca, Sherlock lo detuvo y admiró la sangre y pasó su lengua por esta.

 

John se ruborizó mientras lo veía lamer su dedo sin parar. El rubio sonrió y pasó la mano por los rizos del castaño hasta que...

 

-Ah! Me mordiste!-se quejó John, en cuanto pronunció aquellas palabras, Sherlock lo miró a los ojos, pero estos eran muy distintos; eran verde amarillento en vez de azulado y sus pupilas estaban contraídas.

 

John se hizo a un lado en cuanto vio al castaño de esa manera, tenía un miedo.

 

-Lo siento...-dijo Sherlock.

 

-No importa.-pero aunque para John le dijera que no importaba, Sherlock seguía con la vista baja y avergonzado.-Es solo que me tomaste por sorpresa.

 

John se sintió un poco mal, así que pasó sus manos por el rostro pálido del castaño.

 

-Que hermoso eres...-susurró en su oído, Sherlock re ruborizó. Sus manos pálidas y frías se ubicaron en el pecho del rubio y sobre su camisa sucia, Sherlock lamió sus pezones y los chupó sin que le importase la camisa. John gimió en voz baja, ponía sus manos en los hombros del castaño para alejarlo.- Nh... No.... detente...-pero no podía negar que aquello se sentía realmente bien.

 

Sherlock subió su camisa percudida y mordisqueo los sonrosados salientes y jugando con ello en círculos utilizando la punta de su lengua. John jadeaba apretando los cabellos de Sherlock para alejarlo de su pecho pero ni aunque estuviese tirando fuerte de ellos, el castaño no se detendría.

 

Bajó mas para besar su cálido vientre, seguido de su entrepierna bajo sus calzones azul marino. Bajó estos junto con las medias blancas sucias, sacando su erecta virilidad. 

 

-Ah! No, que vas a hacer?!-preguntó John un poco asustado. Sherlock no dijo nada, besó sus muslos blancos y suaves.-No! Sherlock.... por Dios.... ten un poco de decencia.

 

Sherlock mordió los muslos, dejando marcas y pequeños hilos de sangre saliendo de estos para después beber de estos. 

 

-Ah! Si...!-gimió John con los ojos cerrados, realmente le gustaba que Sherlock le mordiera y le sacara sangre para después beberla. Sherlock pasó su lengua por las translúcidas gotas de liquido pre seminal sobre el glande y a lo largo de su miembro tibio hasta finalmente meterlo en su boca, sacándole un jadeo de puro placer a su esclavo.

 

En un momento, el castaño introdujo uno de sus dedos en la entrada del rubio que jugaba delicadamente mientras buscaba su punto mas sensible. Cuando el pintor gritó pidiendo por mas, Sherlock introdujo otro dedo mientras que seguía con el miembro es su boca.

 

John ya no podía mas, sentía que iba a desmayarse si no tenía mas, por lo que su amo introdujo el tercer dedo de un solo golpe en la próstata del pintor y en un segundo se corrió en la boca de su amo. Sherlock lo tragó y se lamió los labios para así ir hasta la boca de John y robarle un apasionado beso.

 

-Te ha gustado....?-jadeó Sherlock.

 

-Claro que si.... eso fue increíble...-dijo acariciando sus rizos mientras lo miraba y en una facción de minutos, John cayó dormido después de haber admirado el rostro de su amo.

 

Continuara...

 

Notas finales:

Gracias por leer, espero que les haya gustado el lemon corto. Nos vemos en el próximo capitulo. 


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