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Painted with black por spookytaco98

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Notas del capitulo:

Gracias a Megumi-san por ayudarme a hacer el lemon de este capitulo. Muchas gracias ^3^.

 

Después de la discusión que tuvieron la noche anterior, John sintió que la culpa era solamente de el pues Sherlock había hecho muchas cosas por pero jamas le dio las gracias. Si Sherlock le mintió fue solo por su bien.

Ya eran las dos de la tarde cuando John despertó debido al delicioso aroma de la carne que la señora Hudson le había llevado a la cama.

 

-Buen día querido. -dijo la mujer. El pintor no respondió, estaba muy débil y deprimido para responder. -Anoche Sherlock te dijo la verdad acerca de su vida, no es así?

 

John afirmó con la cabeza sin mirarla. La mujer acarició el cabello rubio de John y lo abrazó.

 

-Se que te sientes terrible porque no te había dicho la verdad sobre lo que era desde hace tiempo, pero debes de entender que el lo hizo porque creyó que tu lo rechazarías. -John la miró mitras ella se sentaba en la cama y acariciaba sus mejillas y su cabello. -El te ama, John. Siempre lo hizo desde que tu eras adolescente. Recuerdo bien que cuando te miró Jane le dijo que serías un hombre hermoso y de corazón noble.

 

John puso atención a sus palabras.

 

-Sherlock se enamoró de ti a primera vista y recuerdo que por las noches me hablaba de ti como si fueses un príncipe. Ahora que eres un adulto el quiere que estés a su lado siempre. El te ama mas que a nadie o nada.

 

John la miró y rompió a llorar, abrazó a la señora y esta secó sus lágrimas.

 

-Señora....-dijo el rubio antes de que la mujer se retirara. -Si usted es una mortal, como es que aguanta a todos esos vampiros de la orden.

 

-Querido, yo deje de ser mortal desde antes de que Sherlock naciera.

 

-Pe.... pero usted no es un vampiro.

 

-No tienes que ser un vampiro para ser inmortal, las brujas no siempre se quedan atrás. Tal vez ya no me veo tan joven como antes pero me conservo.

 

John sonrió. -Gracias, señora Hudson.

 

Aunque John podía salir a caminar y hacer las cosas que normalmente hacía en la mansión, pudo pensar a la perfección cuales iban a ser las palabras que le dijera a Sherlock cuando despertara. Iba a disculparse por haber sido tan incomprensible la noche anterior.

 

Esa misma tarde, John se dio un baño y se puso un traje formal para ver a Sherlock, aunque estuvo en cama casi todo el día.

 

Mientras el pintor esperaba la noche, se quedó profundamente dormido en la suave cama hasta que un par de rayos tenues de luz se filtraron por sus párpados y lo hicieron despertar. 

 

John despertó en un campo muy bello, el atardecer estaba muy iluminado a pesar de que el sol se estuviese ocultando. La brisa era fría pero agradable y pudo escuchar como las hojas de los arboles caían sobre el pasto.

 

Miró todo a su alrededor no se veía nada a kilómetros, estaba solo o eso pensó cuando se sintió observado. Miró por todas partes y no vio a nadie pero la sensación de ser observado persistía. Comenzó a caminar y se puso a disfrutar el aire agradable, el sol era cálido pero esa sensación incomoda seguía latente.

 

Caminó y caminó hasta llegar a un hermoso lago que reflejara el cielo en sus tonos rosas, naranjas y un poco de negro con ligeras nubes delgadas que parecían desaparecer con el aire. 

 

Respiró profundo entonces, le vino el recuerdo de la discusión que tuvo con Sherlock. Una angustia le recorrió todo el pecho, sus ojos comenzaron a brillar por las lágrimas; él no quería sentirse así. Sherlock le había mentido pero no lo había hecho para lastimarlo sino para que se quedara a su lado para siempre. 

 

Pero era una mentira, ese sentimiento de culpa se albergó en su pecho, no dejo que Sherlock le explicara la verdad absoluta y eso lo hizo sentir como un idiota y un maldito mal agradecido.

 

Sintió que alguien lo observaba pero trató de no ponerle atención y se acostó en el suave césped. Era realmente suave, el sol acariciaba su cuerpo. Hasta que sintió una sombra sobre su cuerpo; aquello pudo ser cualquier cosa como la sobra del frondoso árbol que había junto a el. 

 

Unas manos frías recorrieron su vientre hasta llegar a su pecho; las manos hacían círculos en sus pezones, se sentía bien. Sintió unos labios fríos y húmedos besar cada parte de su vientre, una corriente eléctrica corrió por todo su cuerpo hasta llegar hasta su hombría, era una sensación deliciosa. 

 

Sintió que una mano entraban a su pantalón y comenzaban, a masajear su virilidad, las manos estaban frías al tacto. Era una delicia. Sintió que le besan el cuello y que le mordían; abrió los ojos, era Sherlock que estaba sobre su cuerpo, sonriendo, sus rizos se movían con el aire y sus mejillas estaban ruborizadas.

 

-Sherlock....- dijo a sorprendido, pero el castaño seguía concentrado masturbando y mirando a su esclavo. Comenzó a besar su cuello, aquella sensación hizo que su esclavo gimiera fuerte. 

 

Miró a Sherlock de la cintura para arriba estaba desnudo, su piel de porcelana se reflejaba con la luz del atardecer. De la cintura para abajo tenía un pantalón de cuero ajustado que marcaban su trasero.

 

-Sherlock detente, Sher... mmmh… ahh.... - pero Sherlock no le hacía caso y siguió por quitarle la camisa a John, o más bien la destrozó con sus largas y afiladas uñas. Retiró los calzones grises y las medias rojas para lanzarlos por los aires hasta que este quedó desnudo. 

 

Sherlock marcaba un camino de besos desde el pecho hasta la hombría del rubio que ya estaba dura. El pintor le miró y Sherlock le sonrió con esa sonrisa taimada que al pobre de su esclavo le provocó un escalofrío.

 

El vampiro tomó la hombría de su esclavo y se la llevo toda a la boca. John arqueo la espalda, clavo los dedos en el pasto y miro el cielo con los ojos bien abiertos.

 

-Ya… mmmh… déjame… ahh.- pero Sherlock solo continuaba por besar su miembro y lamerlo de los lados. 

 

Pero entonces un pensamiento le vino a John; su amo no podía estar bajo la luz del día sino moriría. Se apartó rápidamente, Sherlock le miró un tanto serio.

 

-Sher… Sherlock, morirás si estas a la luz del día!- John jadeaba de miedo. Se lanzó sobre su amo y lo tiró sobre el pasto mientras lo abrazaba para cubrirlo del sol.

 

Sherlock se rió y se soltó de los brazos de John para volver a la misma posición.

 

-Te parece que me estoy quemando?- John le miró sorprendido, no se estaba quemando. Así que el castaño retomó lo que estaba haciendo.

 

Chupaba y saboreaba todo de John, este jadeaba de placer. Sherlock llevó una mano a los testículos de su esclavo y comenzó a jugar con ellos. Después llevó la mano hasta la entrada de John, este movía sus caderas buscando mas contacto. El liquido pre seminal bajaba por la boca de Sherlock hasta, llegar a la entrada de John. El vampiro introdujo los dos dedos de una sola estocada. Eso hizo que el esclavo elevara mas la caderas mientras los dedos entraban y salían.

 

-Ah!… mas… mas… por favor.- los dedos comenzaron a ser círculos, estaban buscando, hasta encontrar el punto débil de John. Los dedos entraban y salían lentos golpeando lento la próstata de su esclavo.

 

El pintor gemía en su volumen alto y claro. Antes de que John pudiese llegar al orgasmo, Sherlock se acercó a la boca de su amado para devorarla con ferocidad. Este correspondió mientras que los dedos de su amo entraban y salían aun.

 

– Ya…ya no puedo más hazme tuyo....- jadeó John. Sherlock sonrió y sacó sus dedos. Bajó sus pantalones y penetró suavemente a su esclavo.

 

Pero entonces la voz de Sherlock se escuchó lejana, suave y tranquila. Y de pronto un frío invadió su cuerpo.

 

John despertó, todo había sido un simple sueño que le expuso sus deseos mas oscuros. Estaba en medio de velas que iluminaban toda la habitación y miró que Sherlock que estaba sentado en la orilla de la cama, tomando su mano y mirándole.

 

-John estas bien?- dijo acercándose un poco.

 

-Sherlock! -se lanzó a sus brazos y lo abrazó con toda la fuerza que pudo su cuerpo débil y húmedo de sudor. Sherlock estaba extrañado, realmente eso le sorprendió mucho. John se puso de rodillas frente a su amo, mirándolo con los ojos brillosos. -Yo.... yo.... hice mal en juzgarte anoche, hice mal en darte la espalda y no agradecerte todas las cosas que haz tenido que soportar por mi culpa porque me amas.... yo.... lo siento! -rompió a llorar con fuerza cubriendo su rostro con ambas manos. -Lo siento!

 

Sherlock se lanzó sobre el y le abrazó muy fuerte.

 

-Perdóname tu a mi por mentirte. -le susurró al oído.

 

-No, no fue tu culpa, solo querías protegerme....

 

Sherlock se separó de su cuerpo y lo besó apasionadamente mientras secaba sus lágrimas con los dedos.

 

-Estabas soñando conmigo.... cierto?- preguntó el castaño.

 

-Si.... estábamos en un lugar enorme, era un hermoso atardecer y tu....- desvió la mirada, Sherlock le obligo a mirarle.

 

-Que sucedió, John?- dijo con una voz de barítonos que hizo que el corazón del rubio latiera con fuerza.

 

-Fue maravilloso....-dijo ruborizado.

 

-John.... -se acercó a sus labios y sopló una brisa fría y delicada en estos. El rubio no pudo soportarlo y se lanzó a sus labios, comenzando un apasionado y fogoso beso.

 

El castaño lo puso en cuatro, el rostro de John descansaba en una almohada mientras que su trasero que elevó hacia donde estaba su amo. Sherlock bajó los calzones y las medias de su esclavo, besó sus glúteos con delicadeza, besó su entrada y la lamió. 

 

-Ah! Dios mio! -gritó John apretando las sabanas con fuerza. Sherlock lamía tiernamente mientras que introducía un dedo. -Pa.... para.... me voy a correr....

 

Sherlock paró al oir eso, comenzó a quitarse la ropa y la de John hasta que al fin quedaron completamente desnudos. Holmes se acostó de lado, frente a John. Ambos se besaron con ternura mientras que Sherlock alzaba una de las piernas de su amante y con cuidado lo penetró.

 

Los golpes que Sherlock daba comenzaron suaves y gentiles mientras que John se sostenía de los hombros pálidos de su amo. Los movimientos del castaño eran desesperadamente lentos que eran efectuados al mismo tiempo en el que se besaban y se mordían los labios con ternura y sin hacerse daño. 

 

-Mas....-jadeó John con ternura mientras su cuerpo se calentaba cada vez mas. -Dame mas...

 

Sherlock besó su frente y aumentó su ritmo con movimientos mas profundos. El sonido de sus gemidos y jadeos aumentaron tanto que podían escucharlos por todo el segundo piso.

 

-Sherlock.... ya no puedo.... me derrito!- gritó el rubio. 

 

-Estoy cerca....-gimió Sherlock aumentando su ritmo cada vez mas. John gritó apretando con fuerza los hombros hasta dejar sus dedos marcados en la piel del vampiro mientras manchaba su estomago. Sherlock gimió y de inmediato abrazó a su amante y eyaculó dentro de este.

 

Ambos jadearon mientras se abrazaban con fuerza y recuperaban el aliento. John descansaba en el pecho de su amo mientras le daba pequeños besos.

 

-John.... no tienes ni idea de lo que se siente tenerte a mi lado. Eres lo mas hermoso que he visto y siempre te he querido para mi. Ahora que te tengo en mis brazos, quisiera hacerte una pregunta; John, te gustaría....-pero antes de efectuar la pregunta se percató de que su esclavo no se movía ni hablaba, se había quedado profundamente dormido. Sherlock sonrió y besó sus cabellos de trigo. -Te lo diré mañana.

 

Sherlock se quedó por unas horas abrazando a su amado y admirando su rostro tranquilo.

 

El castaño se separó del cuerpo del rubio, le puso su camisón, lo tapó con las sabanas y le dio un pequeño beso en la frente.

 

Sherlock se vistió y salió de la habitación con cuidado.

 

-Lo amas? -dijo una voz conocida en la oscuridad, femenina y suave.

 

-Si, como nunca he amado a alguien. -respondió Sherlock.

 

-Yo te amé mas que a nadie. -de la oscuridad su rostro se rebeló, era Irene con las mejillas cubiertas de lágrimas sanguinolentas. -Traté de ser alguien de tu agrado, de cambiar para que tu me amaras.

 

-El cambiar tu personalidad solo por el vulgar hecho de que te ame es una estupidez.

 

-Yo creí.....-dijo llorando. -...que si cambiaba algún día estaríamos juntos.

 

-Creíste mal. -le dio la espalda y antes de bajar las escaleras volteó hacia donde estaba Irene y sin mirarla habló. -Yo pude haber sentido algo bueno por ti si no te hubieses esmerado en destruir quien de verdad eres.

 

Irene bajó la mirada y siguió a Sherlock mientras secaba sus lágrimas.

 

Mas tarde, la Orden de los Inmorales estaban reunidos en la biblioteca como la noche anterior. Discutían acerca de las formas en las que podrían cazar a Pesadilla y como lo matarían.

 

Pero en la habitación, John dormía cómodamente hasta que nuevamente escuchó las voces malevolas pero esta vez cuando el rubio escuchó las voces no pudo despertar, solo gemir. Una neblina negra se filtró por la ventana como una gran bocanada de humo negro que flotaba frente a la cama hasta que esta tomó la forma humana.

 

Era un hombre de traje completamente negro, cabello del mismo color, sus ojos eran marrones, su piel blanca y su sonrisa era malevola, era James Moriarty.

 

-Ahh.... John, el pequeño nene de Sherlock, su amante, su protegido, su perra...-dijo el hombre dando vueltas por la habitación, sobre todo alrededor de la cama. -Pobre inocente, te tiene como su juguete sexual y como su almuerzo, debería sentirse avergonzado de tenerte así.

 

El hombre desapareció en forma de humo y flotó hasta posarse sobre John y retomar su forma humana, flotando sobre el pintor como si se pudiese acostar en el aire.

 

-Sabes como te verías muy bien? Como un licantropo. Creo que si te volvieras un licantropo no solo serias letal y malvado sino que harías que Sherlock se enfureciera como nunca antes. Eso sería divertido.

 

El hombre sopló una bocanada de humo negro sobre los labios de John, este lo inhalo involuntariamente y sus ojos se abrieron. Su iris era de color rojo carmesí y de pronto volvieron a cerrarse.

 

El pelinegro cargó a John y ambos salieron por la ventana sin que el humano se diera cuenta.

 

Mientras tanto, la orden hablaba de temas serios, una brisa helada hizo que el fuego de la chimenea se apagara. Todos centraron su atención en la oscuridad y el frío.

 

-Esta aquí.... esta aquí!- gritó Jane en voz baja.

 

Nadie movió ni un músculo, solo miraron una sombra oscura y un resplandor entre los arbustos que estaba parada frente a la casa.

 

Jane iba a gritar pero Irene le tapó la boca y la abrazó. Sherlock miró con atención el resplandor en los brazos de la sombra, era John.

 

-JOHN! -gritó mirando su cuerpo débil y adormecido en los brazos de Moriarty, James y John desaparecieron como humo.

 

Sherlock se enfureció, sus ojos se volvieron de color verde amarillento, sus uñas crecieron y sus colmillos crecieron mientras gritaba tan fuerte que la potencia lanzó a la orden directo a las paredes de la habitación, incluso a Mycroft.

 

Sherlock salió de la mansión, detrás de el fue Mycroft y la orden les siguió corriendo tan rápido que eran casi invisibles para los ojos humanos. 

 

Pararon antes de que pudiesen llegar a la playa, miraron a todas partes. Todos olfatearon todo a su alrededor pues corrieron sin rumbo desde que salieron de la mansión.

 

-Están en la playa....-dijo Mycroft y corrieron hasta ella. 

 

Cuando llegaron pudieron ver a lo lejos a Jim cargando a John los brazos. Sherlock corrió hasta ellos lo mas rápido que pudo.

 

-Atrás, Sherly...-dijo Moriarty apuntando a el cuello de John con una espada. -Da un paso mas y tu precioso "erizo" se muere.

 

-Maldito, si te atreves a tocarle un solo cabello te juro que te lamentaras de haber nacido! -gritó furioso. John abrió los ojos, seguían carmesí. Estiró la mano hacia Sherlock y apenas pudo hablar.

 

-Sherlock.....-estaba sufriendo quería huir. Sherlock sintió como si le hubiesen dado un golpe.

 

-Solo necesitas algo para que tu John viva...-dijo Moriarty. -Dame el ojo de cuarzo blanco.

 

El ojo de cuarzo blanco era un amuleto en forma de ojo que solo el amo de la orden utilizaba, su uso era para mirar aquello que los ojos humanos, vampiricos y de licantropos no veían. El amuleto era tan poderoso que podía asegurar la inmortalidad a quien fuese que lo poseyera.

 

-Sherlock, no! -gritó Mycroft acercándose junto con la orden.

 

Moriarty los miró a todos con una mirada asesina pero sin borrar la sonrisa malévola que estaba dibujada en su rostro.

 

-Hola, Jane....-miró a la mas joven que temblaba de terror. -Aun me recuerdas? -Jane comenzó a llorar como una niña. -Si, si me recuerdas.

 

Sherlock se quitó el ojo de cuarzo blanco, Mycroft y Lestrade lo detuvieron antes de que pudiese hacer algo.

 

-Sherlock, piensa en lo que haces...-dijo Lestrade, pero el castaño solo los miró a ambos con molestia y lanzó el collar hacia Jim.

 

-Buen chico, Sherly...-dijo Moriarty y en ese momento clavó sus largos colmillos de lobo en el cuello de John, haciéndolo gritar de puro dolor mientras la sangre escurría por su cuello.

 

Continuara....

Notas finales:

Gracias por leer. Nos vemos en el próximo capitulo y no me odien por dejarlo en suspenso.


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