Capítulo 2: ¿Soy Santo de su devoción?
Pov Matt
Ese Mihael, más traicionero que Caín, más falso y arrogante que el mismísimo Light Yagami y cobarde como ningún otro hombre.
Aunque no creí que tan devoto creyente cayese tan bajo. Tan bueno, tan correcto, tan mentiroso.
-Hay que simplemente tener poca vergüenza Keehl- Apenas susurro quedándome de pie, observando a aquel desvergonzado, al que alguna vez creí que fue mi mejor amigo, un hermano, compartiendo el lecho que se mantenía, supuestamente, vacío para la mujer de su vida, ocupado por un pequeño niño de no más de 12 años-
No sería más que un prostituto barato, sentía lástima por él pero al mismo tiempo mucho odio y envidia, aún así me acerqué a él y lo saqué de esa cama a empujones, dejándole caer como un trapo sucio, lo que seguramente era. La prostitución es la cosa más repugnante e inmunda. Rastrero.
-¿Que haces aún aquí?- Le pregunté, me observó con la mirada llena de miedo sin saber cómo responderme- ¡Sal de aquí!- No logré dar ni un paso cuando ya estaba él a mi lado, apartandome, alejándome para protegerlo, esto era el puto colmo-
-El que tiene que largarse de aquí eres tu, ¿Quien demonios te ha permitido venir a mi casa?- Me pregunto ahorcandome con sus manos. El sólo observaba desde el suelo con los ojos acuosos sin hacer nada. El muy bestia va ha matarme- ¿Es que acaso no lo has comprendido? No voy a ayudarte con el caso de ese anormal al que tu piensas que quieres, es un puñetero asesino psicópata- Sus palabras duelen más aún que la primera vez, duelen más que su agarre alrededor de mi cuello que se intensifica-
-¡Déjale por lo que más quieras!- Caigo abruptamente al suelo, se ha movido a consolarle, se ha detenido por la voz de ese... De ese...-
Ese Prostituto
-No pasa nada, tranquilizate. Si es por él ahora mismo pienso echarle de aquí- Se acercan y unen sus labios, es la escena más desagradable que mis ojos pueden presenciar. ¿Yo no soy merecedor de un poco de su tiempo pero el si? - Mira Jeevas este ni es tu puto asunto ni nada que te interese, y más te conviene quedarte calladito o si no...-
-¡¿O si no que?!- Empiezo a gritar inconscientemente. Más al ver que se dirige a mi en ese tono. Me amenaza. No es cosa de una noche, el le prefiere, a ese Streetwalker* prefiere quedarse con el que ayudarme a mi, a quien en algún momento me quiso cómo un hermano- ¡¿Como piensas callarme?! ¡No tienes ni una mierda contra mi!-
Me mira desde arriba, se cree superior a mi. Sonríe con sorna, dejándome en claro que está en desacuerdo. Le odio... Le odio tanto.
-¿Y tu marido? El gran e increíble asesino Beyond Birthday, quien misteriosamente escapó del corredor de la muerte y nadie supo como-
-¡Cállate, cállate, cállate! - Vocifero, no puedo aguantar sus palabras, mi esposo, Mi Beyond no es un asesino- ¡Mi esposo no es un asesino, sólo queríais a alguien para echarle la culpa de vuestra ineptitud y por pura casualidad su nombre brotó de los labios de alguien y le inculparon injustamente! - Me observa indiferente, no le importa, nisiquiera lo niega. Mis ojos viajan al pequeño niño entre sus brazos. Me mira con lastima-
Debo llegar a él, el que controla tu corazón, a quien amas. Para salvar a quien yo amo, limpiar su nombre y liberarle de esas cadenas con las que le atasteís. El que anhelas, a quien su cuerpo deseas y quieres que permanezca a tu lado.
-Sal de aquí Jeevas, esta conversación acabó antes de empezar- Concluyó la conversación dándome la espalda, siendo totalmente indiferente a mi situación. Duele la traición de la única familia que tuve, aunque fuese una farsa de principio a fin-
-Tú...- Le mire a los ojos, el pequeño albino parecía conmocionado. Las lagrimas no paraban de salir de mis ojos, tenía una oportunidad y el podría ayudarme- Por favor... - Mi voz suena lastimosa, un quejido más como un ruego- Ayúdame... Estoy sólo...-
Se acerca, se pone a mi altura de rodillas frente a mi, me abraza queriendo trasmitir algún sentimiento extraño que no logro descifrar. Es algo así como amor, no como el que Beyond me da, es como el de un hermano. Como el de una familia.
-Yo también lo estaba, pero ahora ya no, tengo a Mihael y espero nunca volver a estar solo- Retira las lagrimas que aún cruzan mis mejillas- Tú tampoco estarás sólo porque yo estaré para ti y nunca te abandonaré, seré una familia para ti y tu una para mi, serás mi soporte y yo el tuyo-
El nos observó desde su posición, extrañado, no se lo esperaba ni yo tampoco, después de cómo le traté, lo humillé y con la superioridad con la que actúe, aún así el me ofrece su cariño. No soy ni de lejos mejor que el.
-Se que no tengo porque opinar en tu vida, pero ayudale- Se estremece al sentir su mirada, no tiene porque prestarme siquiera su tiempo, pero aún así lo hace- El... El te necesita, a la familia nunca se le da la espalda-
-Yo...- tartamudea- Tienes razón - me observa un poco dolido- Inculparon a B, consigue un abogado y monta un caso, yo te buscaré las pruebas y declararé- Se acerca y quita un par de rojos mechones de pelo de mi cara- Nunca debí darte la espalda, eres mi hermano. He sido un egoísta pero desde ahora los cuatro estaremos unidos, te lo prometo-
Me abrazan, ambos se sienten parte de mi. Los quiero, aunque a uno de ellos apenas le conozco y al otro apenas se reintegra en mi vida. Espero que nunca se vayan.