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No violence por sleeping god

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Notas del capitulo:

Gracias a todos los que lo leyeron y comentaron. Me sentí verdaderamente bienvenido en esta categoría y por eso les agradezco, también por la paciencia.

Espero les haya gustado, incluyendo este simple final.

-¡Lo siento mucho, Shizuo-san! ¡De verdad lo siento!—inicio Ryuugamine, haciendo cientos de reverencias.

-Sí, lo sentimos. Fue un poco pesado—corroboro Kadota aunque este si sonreía, no le tenía miedo.

-Tienes que admitir que fue divertido—se burló Kida, con los brazos tras la cabeza y una gran sonrisa.

-¿Estás bien?—escribió Celty, acercándose junto con Shinra y Simón que se había despojado ya de ese traje negro.

No contestó, aun no comprendía nada y las lágrimas aún se le arremolinaban en los ojos.

-Si serás bestia—expuso Izaya, hincado frente a él—¿Aún no lo entiendes? Todo fue falso, la semana entera estuvo controlada, lo de…

-¿Estás bien?—fue lo único que pudo preguntar mientras procesa a casi toda la ciudad involucrada.

Izaya se sonrojó al ser lo primero en la mente del rubio. Pero bueno ¿Qué no era esa la idea?

-Sí… sí, estoy bien.

-Estás bien—confirmó, viéndolo ahí, junto a él, con una camisa cubriendo lo que parecía su cuerpo desnudo, entonces estalló—¡¿Qué mierdas hiciste?!

Entonces no solo Izaya rio, sino que todos sonrieron.

El mismo Shizuo pero tan cambiado a la vez, colérico pero que no corría a asesinar a su enemigo sino que era el responsable de la preocupación que raya en el enojo, no deseaba matarlo, sino todo lo contrario con tintes de lo primero.

-Es muy sencillo ¿no lo entiendes?

-Pero… ese día, el que me contrataste, había alguien que te seguía ¿no es verdad?

-mmm, quizá…—no expondría que lo perseguía un sentimiento—…pero cuando planee todo en realidad tenía pensado secuestrarte así que puedes culpar a Tom del contrato.

-¿Y la persona que entró por la ventana?—cuestionó, aun creyendo que lo tenían amenazado y se negaba a delatar a los culpables ¿Un exnovio? Se preguntó el rubio con celos desbordantes.

-Era Celty, ella nos siguió el día entero.

-Así es—dijo la chica detrás de ellos, escribiéndolo velozmente en su celular—Aunque no se suponía que salieras herido—le indicó a Izaya.

-Le daría más realismo.

-¿Lo de mi ropa?

-Esa si fue pura diversión mía—sonrió y molesto al otro.

-¿La información que te dieron?

-Puras mentiras—dijo, pero sabía bien que había pedido una receta sencilla, algo que el pudiera cocinar, sin embargo al día siguiente de eso se probó a si mismo su capacidad de inutilidad en la cocina. Se sintió algo triste, quería haber podido cocinar algo comestible para la bestia— No había nada de malo en mi departamento.

No mencionó el incidente de su cama, seguramente era un indicio de algo que en ese momento no supo que ocurriría más adelante.

-¿La pregunta en la página de los Dollars?

-La hice yo mismo y le dije a Ryuugamine que la respondiera—giro a ver a aquel muchacho que aún se disculpaba con demencia.

-Kasuka—mencionó en vez de preguntar. Su maldito hermano también se había involucrado en esa mierda.

-Lo siento, hermano. Solo quería ayudar—dijo con total indiferencia pero estaba feliz, siempre supo que la única persona con la cual su hermano demasiado poderoso era con Izaya, alguien que podía con él.

-Los condones no estaban en el plan—indico el pelinegro aunque Kasuka prefería fingir no escucharlo.

-¿Y los chocolates?

-Los hizo Shinra. Alucinógenos, por cierto.

Eso explicó su sueño por mas pervertido.

-¿La pelea con los cuadros azules?

-Le pedí a Kadota su ayuda, además para que no sospecharas de los pañuelos amarillos le dije a Kida que nos “ayudara” a escapar.

-Pero te hirieron.

-Volvió a cortarse solo—indicó el mencionado de los cuadros azules—La idea era nunca lastimarlo.

-Tenía que hacer que me llevaras con Shinra y Celty, así también los descartarías.

-¿El camión que casi nos atropella en Saitama?

Y con mucha timidez levantó la mano Mikado.

-¡¿Fuiste tú?!

Se estremeció como un gato asustado y dijo velozmente.

-¡Izaya-sanmedijoquehablaraconalguiendeahíparaquepasaraporesazonaycasilosatropellara!

-La camioneta que te llevó…

-Era Simón. Le pedí a varias personas que manejaran ese día un vehículo similar.

-¿Y la familia que atrapé?

-Ese fue un terrible efecto secundario que no tomé en cuenta.

Mala suerte.

-Igualmente las personas que contestaron a la pregunta de Ryuugamine fui yo y otros curiosos.

-¿Este bar?

-Es de un amigo—justificó su jefe que hasta ese momento no había dado la cara.

-¡Maldito!

-Tranquilo—pronunció queriendo verse inocente a la broma que le jugaron.

Aquel sujeto entonces resultó ser Simón y el resto era gente de los Dollars que aceptaron salir heridos, pero ¿con que fin?

-¿Por qué hiciste todo esto? ¿Por qué parecías muerto?

-Para garantizar todo.

-¿Qué…?—entonces comprendió que Izaya lo amaba desde antes, que quería demostrárselo y solo así su mente psicópata podía. No ir directamente y decirlo, sino que armar una obra para comprobar el sentimiento—Izaya—lo abrazó con fuerza.

Todos ahí se enternecieron y suspiraron por el trabajo bien ejecutado.

Pasaron más segundos. Y…

-¡Lo vas a ahogar!—le gritaron, tratando de que soltara al informante.

-¡CASI ME MATAS DEL SUSTO, PULGA MALDITA!—lo liberó y volvió a gritarle—¡Sé que quizá no lo habría entendido pero fue exagerado el daño que te hiciste!—de verdad me preocupe, se decía, tuve miedo a perderlo—¡La próxima vez solo envía una postal!—te amo, recorría su mente como un eco, no vuelva a hacer algo así.

Se levantó y esta vez con cuidado lo atrajo hacia él.

-Te voy a proteger de ahora en adelante, aun de ti mismo, estúpido.

Por primera vez Orihara se sintió regañado. Abrazó al rubio y dijo en voz baja.

-Sí, Shizu-chan. No volverá a ocurrir.

-¿Y ustedes que están mirando?—advirtió al público—¡Váyanse de una buena vez, mucho ya han hecho para que me encabrone!—huyeron de ahí.

Todos notaron que no actuó violentamente, sin embargo.

El ser que más le hacía enfurecerse le hacía denegar su fuerza.

No más violencia.

No violencia.

 

Extras

-¡IZAYAAA!—Namie suspiró, otra vez su jefe levantaba a Shizuo de alguna manera nada convencional. La semana pasada había sido con agua helada, la antepasada con una trompeta y esta…

Mientras bajaban corriendo vio que el rubio tenía el cabello electrificado. Ahora respondía su pregunta de para que compró el equipo de resucitación en internet.

Siguió trabajando, esperando acostumbrarse pronto a que vivieran juntos.

******

Sujetaba a aquel sujeto, sacándole todo el dinero que debía y Tomas lo contaba mientras le maldecían.

Sonó su teléfono.

-¡Suéltame de una maldita vez!

-¡Cállate de una buena vez!—con eso todos a su alrededor callaron por miedo.

Contestó.

-Te he dicho que no me llames mientras trabajo.

-Lo sé. Pero Namie se fue temprano y el departamento se siente muy grande sin ti.

-Entiendo.

-Shizu-chan, estás siendo malo conmigo.

-No estoy siéndolo ¿no sé qué esperas que diga?

-Que vienes en camino o mínimo que quieres estar conmigo, que me extrañas o algo así, Shi-zu-chan—dijo con voz encantadora, haciendo que el rubio con molestia empezara a sonrojarse y sin querer a hablar más empalagosamente.

-Iré lo más pronto posible.

-¿Me extrañas?

Bajó la voz.

-Sí, te extraño.

-Te amo—maldijo mentalmente, lo estaba manipulando otra vez, sin embargo contestó.

-Yo igual—le dedico una mirada asesina a todos que se le observaban burlones y que giraron la cabeza para fingir no escuchar la conversación.

Adiós a su reputación.

Al otro lado Orihara se regocijaba.

-Shizu-chan.

-Dime.

-¿Ya vas a acabar?

-Faltan otros dos lugares.

-Ven ahora—ordenó con voz infantil.

-No me des ordenes, pulga.

-Estoy usando tu camisa, solo tu camisa.

Colgó.

-Tom, tengo una emergencia—indico tirando al sujeto y cayendo nuevamente en las trampas de Izaya.

******

-Dos de azúcar—leía Izaya.

-Listo.

-Una de sal.

-Ya.

-Dos huevos.

-Bien.

-Harina.

-Listo.

-El jugo de naranja y levadura.

-Listo ¿lo revuelvo todo?

-Creo… espera. No debía ser todo junto.

-¡Mierda, Izaya! ¡Es la puta sexta vez que lo arruinas!

-¡¿Si así lo crees tú dime qué hacer y yo lo hago?!

Entonces el rubio tomo la revista para hacer pan de naranja y comenzó.

-Primero la mantequilla y ve a agregando la azúcar.

-¿Ya la enciendo?

-Mmm, sí.

La encendió a tope.

-Pon la harina—puso toda la pudo, haciendo una nube de humo blanca en el momento.

Después de otros seis intentos pidieron comida por teléfono.

******

Namie tenía mucha prisa con pero Izaya insistía en no moverse más rápido.

-¡Izaya, por favor, se hace tarde para ir con mi hermano!

-Ya voy—dijo naturalmente y después en voz baja—Me duele el culo, maldita bestia—refunfuñó ese nombre que con gozo había gemido la noche anterior.

Tendría más cuidado con lo que deseara la próxima vez.

******

-¡Deja! ¡No hagas eso, bestia estúpida!—refunfuñaba Orihara siendo alejado de su tablero.

-Te he dicho que nada de planes malvados—regañó Heiwajima, desacomodando las piezas por sexta vez en la semana.

-No es malvado, solo quiero divertirme con los humanos.

-Eso es malvado.

-No es culpa mía—se alejó para girar en éxtasis y decir—¡Amo a los humanos y todo lo que ellos representan!

-Lo tienes prohibido—acertó el rubio, abrazándolo por la espada—Ahora solo puedes amarme a mí.

-A ti te odio.

-Entonces ódiame más—pidió otra vez, como siempre lo hacía para controlar a Izaya.

-Te odio—dijo, y así controlaba a Shizuo—Te odio tanto.

Notas finales:

Gracias a todos por leer.


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