Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

NO PUEDO Y NO QUIERO OLVIDARTE... por karimYS

[Reviews - 27]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

CONTINUAMOS CON EL SIGUIENTE CAPITULO.

 

ESPERO LES ESTE GUSTANDO LA HISTORIA.

 

SALUDITOS.

CAPITULO XIV


 


Hace 6 años… 2011


Seúl, febrero 2011


 


-   ¡Al fin! Demonios, no sabía que nos tomaría tanto tiempo terminar esto. Y lo peor de todo es que quedo fatal. – mencionaba Hyung Jun  a la par que arrojaba la brocha para pintar al suelo junto a unos periódicos inservibles para no descuidar o manchar el piso. El desván al fin estaba listo. Su madre no le había comentado el porqué de la remodelación, sólo que la habitación en verdad necesitaba de tal. –


-   ¡Oh, vamos Junnie! ¡Quedó fantástica! – respondía mientras terminaba con la última pasada de pintura en una de las columnas. – Estoy seguro que tu madre piensa en convertirla en su cuarto de costura. Había pensado en hacerle uno a mi mamá. – arrugaba la nariz, mientras pensaba. - ¿Por qué todas las mujeres o ukes a esa edad piensan en coser o tejer?


-   Pues para mí no creo ver ese futuro. Créeme estimado Hyun Joong. – sacudía sus manos del polvo y arremangando sus mangas de la suciedad inminente que acarreaba tal situación.


-    ¡Oh Junnie! Ya te imagino con cuatro bebés, y siendo todo un amo de casa. De esos que saben cocinar, tener la casa siempre limpia y esperar al marido con la cena calientita sobre la mesa. – enumeraba mientras abrazaba a su tierno amigo por sobre los hombros.


-    ¡¿Qué?! Te volviste loco. – retiraba suavemente los brazos de su amigo, para deshacer aquel sutil abrazo. – ¿Crees que seré un amo de casa? – lo miraba expectante su respuesta.


-     No es eso. – sonreía mientras metía sus manos a sus bolsillos delanteros, manía común para él desde que había tenido uso de la razón. – Es solo que te verías tan tierno, con un bebé en brazos. Imagínate, un bebé llevando a otro bebé. – sonreía aún más.


-    Pues, es algo que nunca verás. Querido Hyun Joong.- afirmaba mientras señalaba el pecho de su queridísimo mejor amigo.


*****


-    ¡Wao! Eso sí que es muy impresionante. – interrumpía Kevin. - ¿Cuánto se habrá gastado en todo eso? Hyun… - Volteaba a ver por qué su amigo no había respondido a su interrogante. - ¿Hyun me escuchaste?


-    Si no estás atento a la vida y obra de Gabriel García Márquez, ¡No me interesa! – giraba lentamente para seguir atendiendo a lo indicado por su profesor. Era de mañana y Hyun Joong se encontraba en sus habituales clases de escuela. Además de poseer el talento nato de ser un artista plástico, también lo era en las demás áreas, estudiante destacado en matemáticas, lengua y literatura, física y demás. Hyun Joong era ambicioso, deseaba tener las respuestas a todo.


Lo único en lo que no había tenido éxito en la vida, era en lo social.


Aquello no le era importante, hasta que conoció a Young Saeng.


Aquel joven de prodigiosas curvas y rostro angelical había desmoronado su forma de ver la vida.


Pensaba que con sólo poseer el talento intelectual, sería lo suficiente para él. Se había equivocado, como se sintió cuando por fin lo hubo admitido.


Frustrado.


Necesitaba a esa bella criatura a su lado. Pero ¿Cómo conseguirla?


He ahí era su gran paradigma.


-   ¿Ni siquiera si se trata de Young Saeng? – intentaba llamar la atención de su amigo. El cual se encontraba sumergido en la lectura que se daba en esos momentos.


-   ¿Qué? ¿Young Saeng? ¿En serio? – sin nada de precaución había asomado toda su figura hacia la ventana como si su existencia dependiera de ello.


Y lo vió ahí.


Parado frente a miles de estudiantes. Hermoso, más bello que cualquier otro día. Más perfecto que la descripción de la belleza canónica. La reencarnación de la divinidad.


Eso era Young Saeng.


-    Otro incauto. – bufaba Kevin al ver tan patética escena.


-   Oye, no descargues tu rabia sobre él.  No es su culpa ser tan hermoso. – defendía el joven adolescente.


-   ¿Quién es ahora? – acotaba Hyung Jun, quién al ver a sus dos amigos interesados en lo que había fuera, decidió unírseles.


-    Es Bryan del 3° año. Escuché que se había gastado más de 10000 dólares en sólo el anillo. – respondía Kevin.


-   ¿10000 dólares?  - se asombraba el menor de todos ellos. Mientras colocaba su mano en pecho ante tal información. - ¡Qué demonios! ¿Acaso sus padres son narcotraficantes o algo parecido? – se repuso en su asiento.


-  Te apuesto a que éste saldrá llorando como el de la vez pasada. Es el… ¿Noveno de lo que va el año? – intentaba tantear su suerte nuevamente.


-   No, no recuerdas al morocho de ojos color miel que se le declaró en su cumpleaños pasado. Incluso trajo un elefante y todas esas cosas.  – el rostro de Jun demostraba que había recordado aquella ponderosa escena. – Era un tal Ma… Mal… ¡Ay no recuerdo!


-   Malik. Zayn Malik. De ascendencia Pakistaní. 3° año de universidad, Área de Ciencias Aeronáuticas. Ingresó a la universidad con un puntaje de 97.35, siendo el primero en la lista de postulantes de ese año. Y habiendo marcado un récord altísimo para los futuros aspirantes a esa carrera. – el rostro de Hyun Joong había mencionado tal información con seriedad, no expresaba ninguna emoción, ningún sentimiento.


Y había sucedido que siendo el cumpleaños de Young Saeng, el cual se encontraba saliendo con Zayn Malik por un periodo de un mes. Éste había tenido la grandiosa idea de solicitarlo en matrimonio,  a pesar del poco tiempo que se encontraban como una pareja estable. Malik había nacido en Inglaterra pero si bien era cierto su ascendencia era pakistaní; hinduísta por parte de su abuela materna la cual se había encontrado encantada ante la idea de que su único nieto por fin haya encontrado al jovencito ideal para ser padre de sus futuros nietos. Fue así que con la mejor de sus ideas y siendo una mujer arraigada a su cultura y tradiciones, inspiró al joven inglés a realizar la petición la cual incluía un elefante.


Debía impresionarlo, vaya que debía. En el corto tiempo que había estado con él, pudo darse cuenta de las miles de proposiciones que recibía el joven encantador. Por supuesto ninguna de ellas eran tan serias como para que Young Saeng aceptara. Aquello y la perfecta belleza que presentaba, lo hacían sentir inseguro. Malik era un joven excepcional, de casta noble, una belleza masculina única, y a ello se le podía agregar  de que poseía todos los medios económicos para que Young Saeng llevara una vida llena de lujos y excentricidades.


Sin embargo Young Saeng lo había rechazado.


Aquel jolgorio conformado por un grupo de bailarines vestidos con las ropas típicas de la región India, música hecha barullos, sonidos suaves provenientes de los múltiples *Shehnais, además de un pomposo elefante adornado hasta las ínfimas extremidades del presuntuoso animal. Zayn se encontraba sentado en la espalda del mismo; nervioso, ansioso y sumamente enamorado de los potentes y rasgados ojos que poseía Young Saeng. Todos ellos presentes en el campus, con el único propósito de apoyar la gloriosa pedida de mano.


Soy un alma libre, Zayn. No puedes atarme a ti. Fue la respuesta que aquella bella criatura le había dado.


El corazón de Zayn había sido mancillado, cruelmente rechazado.


-    ¡Ah!, es cierto. Pobre. – pronunciaron ambos al mismo tiempo.


-   No te sientas mal Hyun Joong. Ellos son mucho mayores que tú. Por eso pueden tener todos esos lujos para sorprenderlo. – intentaba animar a su amigo, el cual lo había notado algo cohibido y triste por lo que la mayoría de la secundaria y universidad además de ellos presenciaban.


-   ¡Así es, joven Hyun Joong!  No se desanime, estoy segura que de que el joven Heo lo tomará en cuenta. – sintieron  helarse.  El preludio a un cataclismo. La suave brisa antes del tornado.    No había sido algo más que la voz de la profesora, que ahora se encontraba tras ellos.


Young Saeng había desbaratado su mundo. Su aún prematuro mundo.


*****


La secundaria Syco, era una las más prestigiosas en todo el conglomerado de educación de Corea. Se le había considerado como pilar de natos profesionales. Era por ello que se había creado así mismo la Universidad Interestatal Syco Co. El cual albergaba a los alumnos más sobresalientes de la misma secundaria. Convirtiéndolos así en profesionales que ocuparían los cargos más prodigiosos e importantes para el estado. Ello también conllevaba el gran orgullo de su Academia de Artes Tradicionales y Plásticas.


Hyun Joong había tomado la maravillosa decisión de no aceptar la beca ofrecida en Francia tiempo atrás.  Pero si aceptaría la proveniente de la misma universidad más cercana. El motivo era claro y conciso. Debía mantenerse allí.  Ahí junto a Young Saeng.


 


*****


-¡Ya Sé!  Hong Ki.  – exclamaba Kevin, mientras ambos aún se encontraban comiendo el paquete de snacks que la madre de Hyun Joong les había traído.


Era sábado por la tarde, aquel día se resumía a sólo una simple tarde de video juegos. No sentían que debían hacer algo más.  Salvo idear el plan para conquistar a Young Saeng, sus amigos habían decido apoyarlo sin importar lo que pasaría.  Era su hermano, debían ayudarlo.


-   ¿Hong Ki? – preguntaba  mientras despegaba la  vista del televisor. Aún mantenía pedazos de los snacks en la boca, por lo que aquella pregunta había sonado algo estruendosa y de muy mal gusto.


-   ¡Ay Hyun! Termina de comer antes de hablar -  reclamaba mientras se limpiaba los restos de snacks que habían sido expulsados por  Hyun Joong.


-  Junnie, no te quejes. – codeaba a su amigo, mientras respondía al otro. - ¡Claro! ¿Quién más puede saber sobre Young Saeng que el tonto de su amigo? – preguntaba sabiendo a extentas la respuesta a esa interrogante.


-   Pero, ¿Cómo haremos para que nos responda? Ya de por sí nos odia. – preguntaba haciendo una mueca de inconformidad, recordando pasajes nada gratos que habían tenido con aquel jovencito tan arrogante como lo era Young Saeng. ¡No! Era una broma. Una broma de pésimo gusto.


-   Sólo tenemos que obtener algo que él quiera. – respondía Kevin  mientras recorría la habitación del mayor. – algo por lo que tenga que caer. Sólo debemos pensar muy bien.


Y era aquella sincronía que varias veces los hacia sentir orgullosos, de ser los mejores amigos del mundo. Habían atinado a la respuesta.


-    ¡Un chico! – exclamaban los tres al unísono.


-    Recuerdan como veía a mi primo Eli, en la pasada reunión que tuvimos en mi casa.  – intentaba hacer recordar a los demás adolescentes sobre lo acontecido hace aproximadamente un mes. Fiesta en donde habían sido invitadas la familia Heo y la familia Kim. Al ser una fiesta casera y religiosa no debía presentar mayor diversión para el hijo mayor de los Heo, el cual anticipando que estaría tristemente aburrido, había decidido invitar a su mejor y único amigo. Así había sucedido, luego de tan extenuante misa proclamada por el reverendo el cual había agradecido la hospitalidad brindada por la familia Lee, todos fueron pasando a donde sería la ceremonia central. Y allí parado se encontraba el joven Lee Eli.


Eli, era el primo mayor de 5 bellos jovencitos: entre ellos se encontraba Kevin. Procuraba cuidar de ellos a tal extremo que analizaba muy bien a los pretendientes de los mismos.


Aquella tarde observaron cómo Hong Ki con el mayor amago de coquetería deseaba capturar la atención del joven, la cual le había sido negada por un sencillo detalle. Eli conocía cada uno de los movimientos del rubio. Obviamente tal información le había sido otorgada por el pequeño Kevin, cuando éste se enteró de que Eli había tomado interés en Hong Ki. Fue un amor a primera vista.


Por supuesto que Kevin no permitiría que su primo fuera víctima de una de las conquistas eventuales de Hong Ki. Pero en esta ocasión aquel ínfimo sacrificio, valía la pena.


Conseguirían la información relevante a los gustos de Young Saeng.


Así  lo esperaban.


*****


-   Saengie, vamos préstamela. Sabes que me queda mejor que a ti.


-   Y encima me insultas. Pedazo de malnutrido. – combatía el joven de cabellera extensa. Mientras forcejeaba con el pequeño  de su mejor amigo.


-   Lo que pasa es que estará Pietro Valencia. Hijo de los Valencia de España. – sonreía. - Te imaginas  a mí como parte de la Realeza Española. – soltaba su forcejeo para obtener una pose similar a la de una tetera. Brazo apoyado a la cadera mientras el otro era levemente flexionado a la altura de su mentón.


-   Conociéndote cómo eres, terminarías follándote al mismo rey de ese país. – sentenciaba mientras ordenaba la habitación.


-   Pues claro. Ese es el objetivo. -  respondía con suma obviedad.


-   ¿Y dónde quedaría Pietro? – preguntó con una ceja arqueada hacia su ‘locuaz’ amigo.


-  Pietro sería solo un peón más. – había respondido con toda la calma posible. - Recuerda mi querido Saengie, la vida es co… - dictó, mientras era interrumpido por el mayor de ambos.


-    ¡Sí! ¡Sí! ¡Sí! No me lo repitas.  La vida es como un tablero de ajedrez, uno mismo es el rey, y solo usa a los ‘peones’ para lograr alcanzar el otro lado del tablero. ¿Me equivoco?


-   Claro que no, amigo mío. Estas en lo correcto. ¿Sabes? Aprendes muy rápido.


-   Eso es lo que tú crees.  Por cierto, hablaste con tus padres sobre la beca que solicitaste.


La expresión del rubio había desmejorado. Hace algunos meses tanto Young Saeng como Hong Ki, habían asistido a la capacitación sobre becas universitarias, las cuales estaban dirigidas hacia Francia, con el único propósito de enaltecer su aprendizaje profesional.


Algo que era recelosamente escondido entre ambos jovencitos, nadie debía enterarse de ello. Suponían que disminuiría su imagen frente a sus vacías amistades. Seria imperdonable que el maravilloso Young Saeng y el muy atractivo Hong Ki, fueran vistos socializándose con los mal reconocidos NERDs de la universidad.


Típico de estudiantes universitarios.


Como se tragaría sus palabras luego.


-   Mamá estuvo más que encantada. Papá, él fue el del problema. – Hong Ki había expulsado el  más largo y cansino suspiro. – Papá no quiere que su único retoño se vaya de sus manos. Es algo tonto pensar así. ¿No lo crees?


-    No pienses de esa manera. Tu padre sólo quiere que convivas a su lado. Es porque te ama Kiki. Compréndelo. Su único hijo, desea mudarse a otro continente y no verlo por los próximos 3 años. ¿Cómo quieres que se sienta? – Hong Ki rodó los ojos ante la exclamación de su amigo.


-   ¿Y tu mamá? ¿Cómo lo tomó? ¿Te dijo que no?


-   Aún… - había perdido la capacidad de hablar por breves segundos. -  Aún no se lo he dicho.


-   Saengie, sabes que nos vamos terminando este año. ¿Verdad?


-   ¡Lo sé! Es sólo que, tengo miedo de su reacción. Quedaría sola y Jun también.


-   Saengie, te entiendo. Aún falta tiempo para que lo pienses.


-   Gracias Kiki. – Young Saeng se lanzaba a tenderle un abrazo.


-   Ahora, ¿me la prestas? – Hong Ki tanteaba su suerte.


-  ¿Qué cosa?


-   ¿Tu hoodie? – los brazos de Hong Ki ahora estaban en el aire.


-   ¡No!


-   Saengie.


*****  


-   No sé si esto es una buena idea, Kevin. Hong Ki es astuto, apuesto a que olerá nuestro plan desde antes que podamos concretarlo.


El temor que presentaba el joven Kim era sumamente fundamentado. Conocía al mejor amigo de su amada criatura. Lo había presenciado en ocasiones.


El caso de la estafa millonaria sobre la secundaria Syco Co. Era uno de ellos. Había acontecido que hace no mucho el hijo del literalmente dueño de aquél conglomerado había caído rendido a los pies del joven rubio. Aquél por supuesto no había perdido el tiempo en lograr ciertos privilegios, al ser uno de los jóvenes más carismáticos, logró convencer a su temporal amante de desviar fondos de dicha escuela para unas consecuentes vacaciones entre ellos en alguna isla caribeña, con gastos completamente incluidos.


Plan que no se llevó a cabo. Siendo el primer sospechoso el contador general de la compañía. Él que por supuesto no entendía como es que se había suscitado dichos movimientos. Con una exhaustiva investigación del asunto que llevó a las cuentas privadas del hijo mayor.


Al haberse expuesto tal información, el dueño sólo había retirado los cargos del público. Pero debido a que el caso ya estaba presente en un juzgado, debían esclarecerse los hechos. El joven magnate fue citado a declarar el porqué de sus acciones.


Echándose la culpa de todo tipo de estafa. Mientras que al ser manipulado por Hong Ki, quien había alegado estar profundamente enamorado del mismo, sólo había actuado como simple acompañante de él.


Fuera que el plan de vacaciones no haya resultado exitoso, igual Hong Ki había logrado un provechoso regalo: un anillo con perla y brocado de cortes con diamantes ostentosamente originales, perteneciente a la colección Tiffany South Sea Noble.


Hong Ki amaba su anillo, de eso no cabía la duda.


-   No tengas miedo Hyunnie, ya verás que Eli, le sacará esa información.


El joven así lo esperaba.


Así lo anhelaba.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).