Una joven niña de 14 años lloraba desconsolada pues estaba entremedio de los cuerpos inertes de sus amados padres, los gigantes de hielo habían atacado a Asgard y los habían matado frente a sus propios ojos sin poder hacer algo...
- Vamos niña, vas a morir igual que ellos- le dijo uno
- Porqué mataron a oka-san y a otto-san- mirándolos con desprecio- no habían hecho un trato ya hace varios años con ustedes- con los ojos rojos de tanto llorar
- así era... Les dijimos que cuando tuvieran a un hijo deberían de dárnoslo pero hicieron caso omiso y he aquí las consecuencias- cargándola y poniendo una daga de hielo en su cuello
- Esperen un momento- hablo imponente un gigante más
- Laufey... - dijo quedo la niña
- Con que tú eres mi nieta... Kida...- dijo tomándola ahora el
- Cómo pudiste... Él era tu hijo.... Tú eras su padre y lo mandaste matar - hablo muy enojada le ojicafe
- No tienes ningún derecho de hablarme así niña- le da una cachetada- por tu culpa están muertos-
-Lo sé- sonríe, sabía que buscaba hacerle sentir mal, su madre se lo dijo- pero ellos escogieron eso en vez de entregarme... Fue su culpa yo no los obligue a nada-
- Sabes porque te queremos- habló lanzándola hacia una viga del destruido castillo Asgardiano
- Madre, jamás lo dijo, me hacía estudiar la magia que el poseía para hacerme una gran hechicera como él y padre, se ocupaba de entrenarme, y hacerme fuerte, y resistente como lo era, dijeron que algo como esto pasaría, pero no hablaron más- levantándose y limpiándose la sangre que salía de su labio inferior
- Es porque eres una niña especial- va donde ella- quien te posea será el ser más poderoso de los nueve reinos- le acaricia la mejilla y esta se volvió azul- una hermosa Jotün-
- Quita tu asquerosa mano de mi bastardo- la golpea enojada- jamás lo lograras, porque no lo permitiré- dijo con mirada retadora
- Muy bien- se levanta- tú lo quisiste así... Es una lástima, yo no quería llegar a esto... Pero bueno te tendrás a las consecuencias querida mía- chasqueando sus dedos llamando a unos guerreros- ya saben que hacer muchachos-
Los guerreros Jotün la tomaron de las muñecas y de los hombros el frío la hizo convertirse en una Jotün, de ojos chocolate por las dos herencias sanguíneas y pelo lacio y café, combinación de sus cabellos Laufey la miro y se relamió los labios... Una hermosa mitad Jotün con más poder que sus padres juntos y con más magia qué mi lindo hijo, Loki, pensó feliz, la llevaron a su reino en Jotünheim, la golpearon muchas veces hasta casi matarla pero ella siendo tan poderosa como su padre y con el doble de orgullo y voluntad opuso una enorme resistencia y dejo a más de uno con los huesos rotos y casi muriendo, llego Laufey triunfante ya que la vio jadeando con algunas costillas rotas sin poderse mover... Ella sabía lo que le tocaría así que tomo la mejor decisión...
- Te lo dije- levanto con dificultad su brazo ya que lo tenía roto- no permitiré que me toques maldito- y en ese momento se escuchó un gran estruendo de rayos y truenos y tomo al Mjönlir en su mano- yo me largo- dijo con una sonrisa y recitando un hechizo se fue con un rayo impactando justo donde estaba ella
- Maldición- se quejó el rey de hielo- debí dejarla peor... -
Laufey siguió lamentándose mientras en otro lugar la niña, en forma normal re-apareció con un rayo destellante, se tocó sus costillas podía sentir más de 3 rotas y luego su hombro derecho, donde sabía estaba fracturado y se quedó un rato mirando el cielo qué comenzaba a oscurecer por las nubes negras qué había, no pudo aguantar más el dolor qué sentía a pesar de estar acostumbrada a ello, se tomó la cabeza con la mano bien, ya que sentía una terrible punzada en esa parte y se desmayó, pero antes logro ver una figura delgada de cabello tan negro como la noche sin estrellas y sin Luna, de ojos verdes cual esmeraldas preciosas resplandecientes, ante la angustia, con un toque de miedo, con una túnica negra con verde, con detalles dorados bordados.
- Madre...- dijo para después perder el conocimiento por el dolor
- Oh no, esto es terrible- hablo Heimdall desde su sitio junto al Bifröst- se aproxima una gran tormenta para el reino, espero todo tenga arreglo- dijo viendo hacia Asgard, donde unas nubes de tormenta se asentaban ahí, sin parecer querer moverse del lugar