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Amor en el tiempo por Misaki Heartfilia

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Notas del capitulo:

Misa: hola, tanto tiempo, bueno, tampoco tanto xD

los que me siguen en facebook saben porqué tardé así que no ahondaré mucho en el tema.

Bueno, respecto a las curiosidades, éstas deberán esperar porque tendría que leerme el fic de nuevo para recordarlas todas y carezco de tiempo y paciencia por ahora.

Respecto al dibujo, dejaré el link en las notas finales, que conste que en mi página lo publiqué hace dos semanas jeje

Creo que eso sería todo, este capi es súper largo, digamos que es para compensar la demora y el hecho de que no actualizaré muy pronto que digamos.

PD: sus reviews ya están contestados

¡Disfruten! ^^

Capítulo 12: Fotografía.

 

El domingo por la tarde, Karin se encontraba afuera de la casa de su tía Kushina. Su papi le había pedido a Kushina prestada una batidora para hacer un pastel hace un mes, ya que la suya se había descompuesto y ahora se la iba a devolver. Karin aprovechó la oportunidad y se ofreció a llevarla, por eso estaba ahí. Además, necesitaba hablar con su tía.

Tocó el timbre y esperó pacientemente a que abrieran. Finalmente, fue su tía quien le abrió.

—Hola Karin. Que novedad tenerte por aquí —Kushina le sonrió.

—Oh bueno, vine a traerle la batidora que nos prestó —se la entrega.

—Ah —la recibe—, pero ¿Por qué no pasas? Estoy haciendo un delicioso postre de sémola para la cena.

—Yo...

—Anda. Quédate a cenar. Así seremos más —la invita a pasar.

—Bueno, si insiste —Karin entra y Kushina cierra la puerta.

—Si quieres puedes quedarte en la sala. Yo estaré en la cocina por si me necesitas.

—Ok —Karin se dirigió a la sala desde la cual provenía mucho ruido. Ahí vio a su primo sentado en un sofá individual sosteniendo en su mano derecha un lápiz y en la izquierda un periódico. Dirigió su vista hacia las otras dos personas presentes ahí. Una era Hiroshi y la otra era, la tal Yugito, si no se equivocaba y ambos estaban jugando ¿videojuegos? Al parecer era eso, ya que los dos miraban la tele y sostenían entre sus manos un control de esos.

Karin se sintió extraña. Ella no se llevaba bien con ninguna de esas tres personas y no sabía qué hacer, cabe decir que ellos ni siquiera habían reparado en su presencia todavía, pero como ella era bien educada —según ella— saludó.

—Hola —vio que nadie le prestaba atención. Una venita apareció en su frente, pero volvió a saludar, sólo que esta vez lo hizo alzando un poco más la voz—. Hola —fue Hiroshi quien la volteó a ver primero, después Yugito y finalmente Naruto, aunque este último, sólo le dio una pequeña mirada.

—No se vale tía Yugito. Te aprovechaste porque me distraje —reclamó Hiroshi volviendo su vista a la televisión.

—Sé un buen perdedor Hiro-chan. Te gané esta y las veces pasadas —Yugito sonrió y le revolvió los cabellos a Hiroshi, después volvió a mirar a Karin—. Hola, tú eres… Karin ¿verdad?

—Sí.

—Mucho gusto. Yo soy Yugito, no sé si te acuerdes de mí. Nos conocimos una vez hace algunos años.

—Sí, te recuerdo —dijo Karin.

—Qué bien —miró a Hiroshi y a Naruto después—. Y ustedes ¿Por qué no saludan?

—Eh, lo siento. Hola, tía Karin —dijo Hiroshi.

—Hola Karin —dijo Naruto con desgana, pero sin mirarla.

— ¿No quieres jugar con nosotros? —Le preguntó Yugito—. Estamos jugando a la play.

—No, gracias. No entiendo nada de esas cosas —contestó Karin cortésmente.

—Pero si quieres te enseñamos. Es muy divertido. A mí me enseñó Hiro-chan ¿verdad Hiro-chan? —le preguntó mirándolo.

—Sí.

—No, en serio, gracias.

—Bueno —dijo Yugito.

—Quiero la revancha tía Yugito —dijo Hiroshi decidido.

—Me estás pidiendo la revancha desde hace 10 partidas y aún no has podido ganarme —le dijo con burla Yugito.

—Ya verás cómo esta vez te dejaré llorando.

Y así siguieron por bastante rato hasta que la cena estuvo lista y Kushina los llamó a sentarse.

En todo ese rato, Karin había mantenido la boca cerrada ya que Yugito y Hiroshi siguieron jugando y Naruto seguía con el periódico. Al parecer estaba resolviendo un puzle y eso lo comprobó cuando Yugito lo dijo.

— ¿Qué tal te fue con el puzle?

—No sé qué mierda se fuma Utakata cuando hace esos puzles —dijo Naruto y Yugito ríe.

—Es su trabajo el que cueste hacerlos. Pero podrías pedirle que te haga uno especial.

— ¿Para qué después me tome por idiota? No. Lo que sí haré será preguntarle a ver que le saco.

—A ver si te funciona, tramposo.

—Bueno —habló Kushina cuando ya estuvieron todos sentados en la mesa—, me alegra poder tener visitas hoy. Espero que la cena les guste.

—Usted siempre prepara cosas maravillosas —dijo Yugito y Karin lo único que pensó fue en lo lambiscona que era esa mujer.

—Gracias.

—En cambio yo, soy un desastre con la comida. Mi marido es el que siempre cocina —dijo Yugito. Ella estaba casada desde hace dos años con un cantante de rap llamado Killer Bee, al cual conoció cuando le hizo una entrevista.

—Entonces no fuiste la única a la cual las clases de cocina no le sirvieron de nada ¿verdad Naruto? —le preguntó Kushina. Hacía cosa de un año, Naruto y Yugito se inscribieron en unas clases de cocina, Yugito porque quería aprender a cocinarle a su marido y Naruto porque Kushina lo obligó.

—Mamá, ya deja eso. La cocina no es para mí-ttebayo.

—Pero es que debes tomar en cuenta que no siempre estaré ahí para cocinarles y eso va también para ti Hiroshi —Hiroshi la mira mientras se pasaba un pedazo de carne.

—Yo no puedo freír un huevo sin que se me queme —dijo Hiroshi.

—En ese caso —dijo Naruto metiéndose un poco de ensalada a la boca—, contrataré a alguien para que se haga cargo.

—Creo que voy a reconsiderar eso para muy pronto —dijo Kushina—. Por cierto, ¿hay mucho trabajo en el diario?

—Pues sí. Esta semana, va a haber un gran revuelo ya que según hoy, llegaba ese actor famoso, el tal Sasori Akasuna y tanto el señor Mangetsu como el idiota de su hermano, quieren tener a toda costa una buena primicia ya que él va a actuar en una obra que se realizará acá en Konoha —dijo Yugito y vio como Kushina casi se atragantaba.

— ¿Di-dijiste Sasori Akasuna? —Preguntó y tanto Naruto como Yugito asintieron— Oh, por Dios. A mí me encanta esa serie en la que sale él. Es un gran actor. Si pueden hablar con él ¿me consiguen un autógrafo? —preguntó muy entusiasmada.

—Claro. Yo veré si le puedo conseguir uno —le prometió Yugito.

—Muchas gracias. Eres todo un amor-dattebane.

—De nada.

—Y dinos Karin ¿has podido conseguir trabajo? —le preguntó Kushina.

—No todavía.

— ¿Y en qué te especializas? Digo, por si sé de algo —dijo Yugito.

—Soy profesora de inglés.

—Oh, yo también soy muy buena en inglés, aunque claro, nuestro trabajo lo requiere ¿verdad Naruto?

—Claro —respondió éste.

 

 

La cena siguió amenamente y Karin casi ni habló ya que la que más parloteaba era Yugito. Esa mujer hablaba hasta por los codos llegando a ser hasta cierto punto, irritante —a ojos de Karin ya que los demás parecían bastante acostumbrados a ella— Dio gracias a Dios cuando la cena acabó.

 

—Es hora del postre —Kushina fue al refrigerador y de ahí sacó una bandeja con sémola la cual puso en la mesa para después ir por unos postreros.

— ¡Sémola! —exclamó Hiroshi con alegría.

—Parece que te gusta mucho la sémola Hiro-chan —y ahí iba de nuevo Yugito.

— ¡Claro! La sémola de obaa-chan es la mejor.

—Ya deja de ser patero Hiroshi —le dijo Kushina sirviendo la sémola.

—No soy patero —hizo un puchero.

—Kushina-san, él sólo está alabando su postre porque le gusta —dijo Yugito apoyando a Hiroshi.

—Gracias tía Yugito, tú sí me entiendes —Hiroshi, quien estaba a su lado, la abrazó.

—De nada —le corresponde el abrazo—, además, yo estoy muy de acuerdo contigo en que los postres de Kushina-san son los mejores.

— ¿De verdad? —preguntó Kushina.

—Claro.

 

A la final, después de servir el postre, Naruto, Hiroshi y Yugito, se lo fueron a comer a la sala, mientras que ella se quedó con Kushina en la cocina.

 

—Las cosas siguen mal ¿verdad? Me da pena ver como ustedes ya ni se miran —dijo Kushina suspirando.

—Algún día arreglaremos nuestras diferencias —contestó Karin probando de la sémola.

—Vienes diciéndome eso desde hace muchos años. Deberían dejar que Nagato y yo…

—Tía —le interrumpió—, los problemas que tengamos Naruto y yo los tenemos que arreglar nosotros mismos. No sería bueno la intervención de terceros.

—Pero es que a Nagato y a mí nos da pena saber que después de que ustedes eran tan unidos se hayan peleado después de que Naruto se embarazara de Hiroshi. Y déjame decirte que no fuiste la única a la que él decepcionó, por eso te entiendo, pero… ahora ha pasado tanto tiempo que no sé si las cosas se puedan arreglar —expresó con tristeza Kushina.

—Tía, yo le prometo que haré algo. Estar distanciada de Naruto y que ahora me trate como a una extraña no ha sido fácil. Por eso, daré mi mayor esfuerzo por recuperar el tiempo perdido, ya que me he perdido de muchas cosas, así como también, no he podido compartir con Hiroshi como hubiera querido. Me gustaría poder saber más cosas de ambos, bueno, si tú me ayudas claro.

—Por supuesto. Me alegra oírte hablar así. Dime ¿Qué te gustaría saber?

—Pues muchas cosas.

— ¿Por qué mejor no te enseño algo? Espérame —Kushina se levantó de la silla y salió de la cocina. Unos segundos después, volvió con unos libros, no, eran álbumes de fotos, los cuales dejó en la mesa—. Nada mejor que unas fotos.

—Tiene razón.

Kushina le mostró varias fotos y le contó muchas cosas importantes, así como también, anécdotas.

Karin notó como la cara de Kushina se puso triste cuando vio una foto en la que salían todos. Ahí estaba Minato cargando a Hiroshi con Kushina al lado izquierdo, y Naruto al derecho.

—Lo siento, es sólo que… —intentó excusarse Kushina, pero Karin la interrumpió.

—No se preocupe tía. Yo entiendo a la perfección que todavía extrañe al tío y que se ponga nostálgica.

—Gracias. Hay veces en las cuales, me gustaría poder regresar en el tiempo y poder volver a verlo. Pero, sé que eso no se puede.

—Yo también lo extraño. Él siempre fue muy amable —Kushina asintió.

— ¿Qué fotos te gustaría ver ahora?

—Las que están en ese álbum —apuntó Karin a uno.

—Este —Kushina lo cogió—, es uno que tiene sólo fotos de Hiroshi cuando era bebé —lo abrió y le empezó a mostrar las fotos.

Karin se quedó mirando fijamente una en particular. En ella se veía a un muy feliz Naruto cargando a un Hiroshi bebé que tironeaba de su polerón. Era una foto realmente bella.

— ¿Te gusta? —le preguntó Kushina.

—Sí. Es muy bonita.

—Si quieres te la puedes dejar. A todas las fotos les tengo copias-ttebane.

— ¿De verdad?

—Sí —Kushina la sacó del álbum y se la dio. Esa foto si bien, a ella le encantaba estaba segura de que a alguien le gustaría mucho más verla.

—Gracias —la recibe.

—Bueno, ahora te contaré algo muy gracioso —dijo Kushina y procedió a contarle más cosas de las cuales ambas reían sin parar.

Una hora después, cuando el reloj marcaba casi las 10 de la noche, Yugito se apareció por la cocina para despedirse.

 

—Yo ya me voy Kushina-san.

—Bueno querida. Ojalá vengas de visita más seguido —le dijo Kushina.

—Claro. Me encantó su cena y si puedo volver a probarla, es más que seguro que me tendrá por aquí de nuevo —le sonrió.

—Eres bienvenida siempre.

—Gracias. Entonces, adiós Kushina-san, Karin-chan —también se despidió de Karin quien forzó una sonrisa y se despidió de igual forma ¿Por qué había tenido que usar el "chan"? Ella no era una niña. Definitivamente Yugito no era de su agrado y nunca lo sería.

A regañadientes, tuvo que acompañar a Kushina y a Yugito hasta la puerta.

 

—Nos vemos mañana Naruto.

—Claro.

—A ver si para la próxima me ganas Hiro-chan —le dijo.

—Claro que te ganaré. Practicaré más —contestó decidido Hiroshi.

—Genial.

—Yugito, no le alientes con estupideces. A lo que sí le debería de poner empeño es a los estudios —Naruto miró a Hiroshi con una expresión severa.

—Claro, a eso también le pondré mucho empeño —dijo Hiroshi.

—Buen niño —le felicitó Yugito.

—Mejor vete para que lo dejes de consentir —Naruto se cruzó de brazos.

—Relájate un poco con el niño y deja de ser tan estricto —le dijo Yugito a modo de regaño.

—Eso lo dices porque no tienes hijos.

—Te aseguro que si los tuviera, sería más amable —Yugito le apretó una mejilla a Naruto y salió huyendo—. Mejor me voy antes de que me maten.

— ¡Mañana no te salvas! —le gritó Naruto y vio como Yugito reía mientras subía a su auto y se iba.

—Esa Yugito es un chiste ¿siempre se tratan así? —preguntó Kushina curiosa.

—Sí, ella es así —Naruto se encogió de hombros—. Ya me acostumbré —se fue al segundo piso—. Me voy a dormir porque mañana habrá mucho trabajo. Buenas noches.

—Que duermas bien —le dijo Kushina y pasó a mirar a Hiroshi—. Tú también vete a dormir, que mañana tienes clases. Que te hayas sacado una buena nota y Naruto te devolviera la play, no quiere decir que puedes hacer lo que quieras.

—Pero…

— ¡A la cama he dicho!

—Bien, buenas noches —subió las escaleras llevando bien guardado el chocolate que su tía Yugito le había dado.

—Yo creo que también es hora de que me vaya tía —dijo Karin.

—Tan pronto, creí que te quedarías un poco más-ttebane.

—No, además, mañana tengo que salir temprano a buscar trabajo.

—Bueno. Pero recuerda lo que me prometiste.

—Claro —le da un beso en la mejilla—. Y gracias por la foto.

—De nada. Que te vaya bien en lo del trabajo.

—Gracias.

Karin, tras caminar una cuadra para tomar el taxi, estando ya en él, agarró su celular y llamó a Sasuke.

—Aló.

—Sasuke, soy yo, Karin.

—Ah, hola, Karin ¿Por qué llamas a esta hora? Yo ya me iba a dormir.

—Bueno, es que mañana no sabría a qué hora ubicarte.

—Tienes razón.

—Lo que pasa es que quería pedirte que mañana en la tarde nos juntáramos cuando termines tus clases.

—Sí, quedo libre a las 4 de la tarde más o menos.

— ¡Perfecto! Te aseguro que te convendrá ir.

— ¿Ah sí?

—Sí, porque acabo de salir de la casa de Naruto. Estuve toda la tarde ahí.

— ¿En serio? Entonces supongo que tendrás algo que contarme.

— ¡Por supuesto! Entonces ¿Qué te parece que nos veamos en la cafetería Dojutsu a las 5?

—Me parece bien.

—Entonces nos vemos mañana. Adiós.

—Adiós.

Ambos colgaron, emocionados porque llegara mañana.

 

*******************

 

El lunes por la mañana, amaneció lloviendo torrencialmente.

Hiroshi miraba por la ventana como la lluvia caía al parecer, sin intención de detenerse. Suspiró. Se arregló bien el uniforme y cogió el marco que contenía la foto suya con su abuelo.

—Espero que hoy me vaya muy bien ojii-chan —dijo y volvió a dejar la foto en su lugar saliendo de su cuarto.

—Ese milagro que todos se levantaron temprano-dattebane —dijo Kushina al ver aparecer a Naruto y a Hiroshi en la cocina.

—En los días lluviosos suele haber más taco que de costumbre —contestó Naruto.

—Tienes razón-ttebane. Ahora, a comer.

 

20 minutos después, Naruto y Hiroshi se subían al auto del primero ya que, en los días de lluvia, Naruto acostumbraba a llevar a Hiroshi a la escuela.

El trayecto fue algo complicado; primero, porque los caminos estaban un tanto resbalosos debido a lo mojado que se encontraban y segundo, al gran número de autos en la calle. Pese a todo, lograron llegar a tiempo al Konoha High School.

 

—Aquí tienes dinero para el taxi —Naruto le pasó un billete a Hiroshi.

— ¿No crees que es mucho? —dijo Hiroshi viendo el billete el cual era uno de 20.

—No tengo uno más chico —se excusó Naruto.

—Bueno —Hiroshi se encogió de hombros y guardó el billete en su billetera—. Nos vemos oto-chan.

—Date prisa que ya me tengo que ir.

—Claro —Hiroshi se apresuró a salir del auto y se fue directamente hacia el interior del recinto.

Vaya que eran raras las ocasiones en las cuales su oto-chan estaba de buenas y eso sólo duraba algunos días luego volvía a ser el mismo de siempre.

Hiroshi miró la hora en su celular que indicaba que eran las 7:45. Al menos, había llegado temprano, tal vez demasiado, ya que no veía a casi nadie en los pasillos.

Cuando llegó al salón, sólo había cuatro personas: Hinata, Kim, Tayuya y Ryu. Supuso de inmediato que la mayoría no se presentaría a clases ese día.

 

—Buenos días —saludó Hiroshi.

—Hola Hiroshi —Ryu fue el primero en saludarlo y luego los demás hicieron lo mismo.

Los minutos pasaron y los presentes se dieron cuenta de que sólo serían ellos cuando el timbre de inicio de clases sonó.

Sasuke no tardó en aparecer viendo la poca concurrencia que había.

 

—Buenos días —saludó.

—Buenos días sensei —dijeron los presentes poniéndose de pie.

—Tomen asiento —dijo y así lo hicieron— ¿No vino nadie más aparte de ustedes cinco?

—No, somos los que estamos, sensei —respondió Tayuya.

—Ya veo. Entonces ¿Por qué no se sientan más adelante?

—Siempre he querido saber cómo es estar adelante —dijo Kim con entusiasmo.

—Entonces vengan —Sasuke los instó y los chicos fueron hacia adelante, quedando de derecha a izquierda, Hinata, Tayuya, Kim, Hiroshi y Ryu.

 

Así la clase empezó. Sasuke cada tantos observaba a Hiroshi, aunque trataba de ser lo más discreto posible.

Finalmente, decidió hacerlos pasar a resolver ejercicios a la pizarra y al primero que escogió fue a Hiroshi.

 

Hiroshi miraba con clara confusión el ejercicio. Éste se trataba de una ecuación de primer grado, pero contenía sumas, restas y multiplicaciones.

No sabía por dónde empezar.

 

—Hiroshi —escuchó la voz de su sensei y se volteó a verlo—, dime ¿Por dónde empezarías?, ¿Por la multiplicación, la suma o la resta?

—No lo sé —respondió apenado y a Sasuke la cara de Hiroshi en ese momento, le pareció la cosa más adorable del mundo.

—Creo que acabo de decirte la respuesta. Analiza mi pregunta —le dijo Sasuke y Hiroshi empezó a analizar. Ahí se dio cuenta de la respuesta.

—Primero empiezo por la multiplicación luego la suma y después la resta —dijo Hiroshi.

—Exacto. Ahora puedes empezar a hacerlo.

 

Hiroshi empezó a resolverlo, pero a medio camino, se volvió a complicar así que Sasuke se acercó a ayudarlo. Estar así de cerca de su hijo era una sensación tan gratificante. Él no podía explicar con palabras lo que sentía. Era como si en ese lugar, no existiera nadie más que su hijo y él. Estaba tan enfocado en Hiroshi que no sé dio cuenta de que alguien se había dado cuenta de estas cosas.

El sonido del altoparlante llamó la atención de todos.

 

—<<Atención a todo el personal, los maestros y el alumnado. Debido a la incesante lluvia y a la poca asistencia de alumnos, se han cancelado las clases por hoy. En cuanto termine el período de la primera hora, podrán retirarse a sus casas. Recuerden tener mucho cuidado ya que la tormenta está muy fuerte. Eso sería>> Tsunade terminó su comunicado.

 

—O sea, que vinimos a la escuela en vano —Kim suspiró con pesadez.

—Claro que no. Véanlo por el lado positivo, están una clase adelantados a los demás —dijo Sasuke.

—Que genial —dijo con sarcasmo Tayuya.

—Bueno, sigamos.

 

Una hora después, el timbre de salida sonó por lo que todos salieron apresuradamente. Hiroshi antes de salir, se acercó a Sasuke.

 

—Muchas gracias por tenerme paciencia sensei.

—No es nada. La paciencia es primordial en los maestros.

—Ya veo. Entonces hasta luego.

—Adiós.

 

Sasuke se quedó mirando fijamente por donde Hiroshi se había ido sin percatarse de que alguien estaba a su lado.

 

— ¿Cuáles son sus intenciones? —la voz de Ryu hizo sobresaltar a Sasuke.

— ¿Qué? —le miró.

—No soy tonto ¿sabe? He notado como es que siempre mira a Hiroshi, además, de la forma en que lo mira ¿Qué es lo que quiere?, ¿o es un depravado sexual?

—Claro que no —Sasuke intentó defenderse, no creyó que alguien se hubiera dado cuenta de que él observaba a Hiroshi—. Te estás equivocando mucho.

—Mire, déjeme advertirle algo; Hiroshi no está solo, me tiene a mí y yo no voy a dejar que alguien como usted le haga cualquier cosa. Le estaré vigilando —y tras esas palabras, Ryu salió del salón no sin antes decir—: Hasta luego, sensei.

 

Sasuke se quedó atónito. Ese chico se había dado cuenta, a pesar de que él había sido cuidadoso. Y lo peor, le había malinterpretado aunque bueno, si él estuviera en el lugar del chico pensaría igual. Y lo malo era que no podría explicar la verdad. Ahora tendría que ser más cuidadoso, ya que tendría puesto un ojo encima y eso hacía que las cosas se complicasen más.

 

 

*****************

 

Ryu iba camino a la entrada del instituto. Allí se encontró con Hiroshi de pie mirando hacia afuera.

Se quedó parado unos instantes mirando el perfil de Hiroshi. Se veía realmente lindo y le molestaba en sobremanera que por ese hecho, aquel sensei mirara de esa manera a Hiroshi.

Pero él no dejaría que le hiciera algo. Hiroshi ya había sufrido bastante.

Sin dudar más, se acercó hasta donde estaba Hiroshi y le habló.

 

— ¿Está bien que nos vayamos juntos a la parada de taxis?

— ¿Eh? No es necesario —le respondió de forma evasiva Hiroshi.

—Pero si te quedas aquí esperando a que calme la lluvia, no te irás nunca y yo tengo un paraguas lo suficientemente grande para que nos cubra a los dos —le ofreció.

—Está bien. Fui muy idiota por olvidar coger uno así que no me queda de otra más que aceptar tu oferta —Hiroshi le sonrió haciéndole sonrojar inevitablemente.

—Entonces vamos —Ryu abrió su paraguas y junto con Hiroshi salieron del instituto.

 

*******************

 

Eran alrededor de las 12 del mediodía. La tormenta no parecía querer césar y por lo que se veía, pronto las calles comenzarían a inundarse.

Sasuke detuvo su auto en el lugar que Karin le había indicado. En cuanto había acabado con sus pendientes, la había llamado para preguntarle sí podrían adelantar la hora de la reunión y a la final debido a la tormenta, habían decidido que él la pasaría a buscar y que tendrían la conversación en la casa de Itachi.

Unos golpecitos en el vidrio hicieron que Sasuke se inclinara y abriera la puerta del copiloto para que Karin subiera. Ésta cerró su paraguas y de inmediato se adentró en el auto.

 

—Dios, hoy sí que ha llovido —dijo Karin.

—Y lo peor es que no ha pasado y las calles comienzan a llenarse de agua.

—Sí.

—Será mejor que partamos de inmediato —Sasuke puso en marcha el auto y 15 minutos después, estaba estacionando el auto afuera de la casa de Itachi.

En el pequeño trayecto del auto a la puerta de la casa, a pesar de que trataron de no mojarse la fuerte lluvia igual los mojó, pero por suerte, Deidara los esperaba con mantas y café caliente.

 

—Muchas gracias eh... —decía Karin.

—Deidara. Soy Deidara, el cuñado de Sasuke.

—Mucho gusto Deidara.

—El gusto también es mío —respondió éste.

— Y este pequeño ¿Quién es? —preguntó Karin mirando al más chico.

—Soy Satachi, señorita —dijo el pequeño pelinegro.

—Yo soy Karin. Mucho gusto —Karin le extendió la mano.

—Mucho gusto —Satachi se la toma.

—Ya veo que se están llevando bien —dijo Sasuke apareciendo con una bandeja con galletas.

—Sí, a decir verdad, me encantan los niños a pesar de que con mi sobrino no me lleve muy bien —dijo con pesar.

— ¿Ah sí? —preguntó Sasuke sentándose a su lado en el sillón.

—Sí bueno… pero pienso arreglar eso —le sonrió para después darle un sorbo a su café.

—Ya veo —dijo Sasuke tomando una galleta para comerla.

—Ayer que fui a la casa de mi tía —comenzó diciendo Karin—, ciertamente, no pude averiguar mucho. Pero le prometí a mi tía que intentaría arreglar las cosas con Naruto y ella me dijo que me ayudaría —sonrió—. Lo único que hicimos ayer fue mirar fotos mientras ella me contaba algunas anécdotas —Karin coge su cartera y ahí busca algo—. Y ella me obsequió algo, pero que estoy segura que a ti te gustará más y por eso la traje —saca una fotografía y se la pasa a Sasuke quien la recibe—. Espero que te guste.

 

Sasuke miraba atónito la foto. Sintió como sus ojos se aguaban de la felicidad ya que en esa foto se veía a un sonriente Naruto con un Hiroshi bebé en brazos.

Estaba tan feliz, ya que siempre se había preguntado cómo sería su primogénito de bebé, de niño, como sería en todas sus etapas de vida y ahora… tenía entre sus manos una foto de su hijo de bebé. Sus dos grandes amores juntos… en un momento en el cual él podía haber estado presente, pero que por sus malas acciones y decisiones, no había sido así.

Era increíble cómo es que el tiempo había pasado. Más de 15 años, casi 16. Él se había perdido parte importante de la vida de su hijo, se había perdido tantos momentos, momentos los cuales no volvería a recuperar.

Si tan sólo hubiera asumido sus responsabilidades, si tan sólo, se hubiera dado cuenta a tiempo de sus sentimientos por Naruto, si tan sólo se hubiera parado a pensar en ese momento lo que estaba perdiendo, no estaría ahí arrepentido y llorando por ver una fotografía de un bello momento perdido.

No. Si hubiera hecho las cosas de la manera correcta, ahora estaría al lado de su Naruto, ambos felices junto a su hijo y quien sabe, con una familia tal vez más grande, pero ¿De qué le servía ahora ponerse a pensar en lo que pudiera o no haber sido? Ya no había marcha atrás, no se podía retroceder el tiempo, ya que si se pudiera, él de más que lo hubiera hecho. Tenía que aceptar tanto el pasado como el presente, porque ya no los podía cambiar. Sin embargo, el futuro él sí que lo podía formar si se esforzaba. Y lo haría. Lucharía por todo lo que perdió, así tuviera que tropezar una y mil veces, él no se daría por vencido. Recuperaría al amor de su vida y se ganaría el amor de su hijo. Estaba decidido. Ya no más lamentaciones.

—Sasuke —al abrir los ojos vio como Karin, Deidara y su sobrino, lo miraban preocupados debido a las pequeñas lágrimas que caían por sus ojos.

—Estoy bien. Es sólo que… no me esperaba esto, es algo tan lindo —dijo verdaderamente conmovido.

—Sabía que te gustaría —le dijo Karin.

— ¿Qué es? —Preguntó curioso Deidara y Sasuke le mostró la foto— ¡Oh, por Dios! Es bellísimo. Mira Satachi, este es tu primito de chiquito —le muestra la foto al pequeño.

— ¿Tan chiquito es? —preguntó Satachi.

—No, es mayor que tú, pero esta es una foto de cuando era más pequeño —Deidara le explicó.

—Genial —Satachi se veía muy emocionado—. Pero, si se supone que es mi primo ¿Por qué no lo conozco?

—Eh… —Deidara no sabía qué responder.

—Ya lo conocerás a su tiempo. Verás —empezó explicando Sasuke—, por cosas que pasaron él y yo nos tuvimos que separar, pero eso se arreglará, puede que no pronto, pero sí en un futuro.

— ¿De verdad? Porque yo siempre he querido tener un primo o un hermanito —comentó con emoción Satachi.

—Pero lo del hermanito lo deberías de discutir con tus padres —dijo Sasuke.

—Oye —reclamó Deidara—. Mejor me llevo a Satachi para que hablen mejor y también para que le dejes de meter ideas en la cabeza. Vamos cariño —Deidara coge la mano de Satachi y se lo lleva escaleras arriba.

—Tu familia parece ser muy divertida —comentó Karin.

—Sólo ellos, mis padres son muy diferentes, bueno más bien mi padre ya que mamá es igualita a Itachi.

—Ya me imagino.

—Karin —ésta le miró atentamente—, de verdad, muchas gracias por la foto, la voy a atesorar mucho.

—Desde el momento en que la vi, pensé que te gustaría, por suerte mi tía me la dio sin problemas.

—Karin, por cierto, tú ¿me contarías como son los padres de Naruto?

—Claro. Bueno, mi tía Kushina es alguien muy amable, pero que cuando se enfada es el ser más peligroso de la tierra —dio una risita—. Eso me hace recordar que una vez cuando estábamos con Naruto jugando a la pelota en el jardín, rompimos una maceta con la flor favorita de mi tía. Te juro que parecía un demonio. Desde ese día, aprendimos a nunca hacerla enfadar.

—Creo que Naruto se parece un poco a ella.

—Bastante. Él también es muy peligroso cuando se enoja —coge una galleta para comerla—. Y mi tío Minato, él es uno de los mejores hombres que he conocido. Era amable con todos e incluso, fue el primero en aceptar y darle su apoyo a Naruto cuando supo lo del embarazo. Él fue la figura paterna de Hiroshi.

— ¿Por qué hablas en pasado de él?

—Porque… él murió hace 5 años.

—Ya veo.

—A mí me dolió mucho su muerte ya que a pesar de que yo estaba peleada con Naruto, él nunca dejó de ser amable y animarme a arreglar las cosas. Pero sé que, para Hiroshi fue mucho más duro, ya que mi tío era su gran apoyo y la persona que más amor le daba.

— ¿A qué te refieres? —preguntó confuso Sasuke.

—Sasuke —Karin titubeó un instante—, Naruto no tiene una buena relación con Hiroshi. En las pocas veces que he ido a la casa de mi tía, me he dado cuenta de que no tienen una relación muy estrecha que digamos. Y mi tía, bueno ella es algo dura con Hiroshi.

—Eso… no me lo esperaba.

—Una de las cosas que Hiroshi más necesita es amor y estoy segura que tú puedes dárselo así que, animo.

—Gracias. Por el momento, puedo decir que nos hemos llevado muy bien. Él me respeta como profesor.

—Eso es genial Sasuke, estás empezando muy bien.

Sasuke puso al tanto a Karin con los detalles desde que se había encontrado por primera vez a Hiroshi en el incidente del coche hasta ahora así, como también le comentó acerca del chico que se había dado cuenta de que observaba a Hiroshi.

— ¿Sabes que creo? —Sasuke negó— Sólo hay una manera de que ese chico se haya dado cuenta y esa es que él también debe de observar a Hiroshi.

— ¿También es un acosador?

—Algo así, lo más probable es que Hiroshi le guste —se encogió de hombros.

— ¡¿Qué?! —exclamó Sasuke.

—Por qué te escandalizas tanto Sasuke, a esa edad es normal o acaso ¿tú no hiciste “otras cosas” —hizo comillas con los dedos— con Naruto?

—Sí, pero es que…

— ¿No me digas que eres un padre celoso? —Karin se echó a reír.

—No te rías.

—Pero es que… —Karin no paraba de reír— eso no me lo imagino. Sasuke Uchiha celoso de un pretendiente de su hijo. Ay, no —sigue riendo.

—Ya basta. No estoy para burlas.

—Ok, lo siento —Karin para de reír, pero mantiene una sonrisa en su cara.

—No es gracioso, además, yo no soy ningún sobre… —en eso se va la luz.

—Oh, por Dios, ya me extrañaba que no se hubiera ido la electricidad.

—Suerte que no estábamos en la calle, ya que ahí debe estar el caos —dijo Sasuke.

 

**********************

 

Y tal y como dijo Sasuke, en la calle había un caos enorme debido a que los semáforos no funcionaban.

— ¡Mierda! —exclamó Naruto golpeando el volante. Ese día, por suerte Suigetsu les había adelantado la hora de salida y Naruto estaba feliz, ya que lo único que quería era llegar a su casa antes de que se fuera la luz, pero como él tenía tanta mala suerte ahora se encontraba en esa situación. Lo único que le quedaba era armarse de mucha paciencia.

 

En un hotel no muy lejos de donde estaba Naruto, una mujer veía fijamente por la ventana mientras abrazaba sus piernas contra su pecho, a la lluvia caer sin darse cuenta de que un hombre de cabellos rojizos y ojos miel, había entrado en la habitación.

 

—Esto es una mierda —dijo el hombre sentándose en la cama.

— ¿Y qué va a pasar con la obra Sasori? —preguntó la mujer quien era de cabellos rosas y ojos jade.

—Según me dijo el director, por el momento quedará cancelada hasta nuevo aviso debido al clima.

—Ya veo.

— ¿Y tú qué piensas hacer, Sakura?

—Por el momento, sólo me queda esperar aunque ya contacte con las personas que quería.

— ¿Ah sí? Eso es bueno —se levanta de la cama—. Yo me voy a servir un café ¿Quieres algo?

—Un café también me sentaría bien.

—Entonces, sale un café a la orden —Sasori salió del cuarto y cerró la puerta tras de sí.

 

Sakura soltó un suspiro y regresó su vista hacia la ventana. Esperaba que esas personas pudieran ayudarle aunque sea un poco. Y claro, que las cosas resultaran bien.

Continuará...

Notas finales:

Misa: bien, sé que dije que estaría emotivo, pero tal parece que no me quedó como esperaba en un principio xD

Era por esto que ofrecí un dibujo de Naruto y Hiroshi, porque lo necesitaba para este capi. Aquí el link de la foto http://th02.deviantart.net/fs71/PRE/i/2015/020/8/0/naruto_y_hiroshi_fanfic_amor_en_el_tiempo_by_misaki_heartfilia-d8eriwp.jpg

 

Ojalá el dibujo les guste ^^

Por si se se preguntaban acerca de itachi y el porqué no salió a pesar de que estaban en su casa, es porque se estaba bañando. De seguro, a algunas las orgasmeé con eso xD

Si te gustó el capi, recuerda dejar review *W*

Nos vemos.

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