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Amor en el tiempo por Misaki Heartfilia

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Notas del capitulo:

Misa: ¿hola? tanto tiempo, no saben cuánto los extrañé -manda abrazos virtuales-

Ahora, con las explicaciones. Me disculpo por tardar, hubieron muchas cosas que me retrasaron, así que voy a enumerarlas:

1-El concurso de one-shots que estaba organizando, el cual por cierto, fue todo un éxito ^^

2-Las clases, en marzo empecé a estudiar mi carrera de diseño gráfico, y por Dios, sí que te dan trabajos, casi no tengo días libres u.u y si los tengo, estoy sin ganas de hacer nada.

3-Lo largo de este capi, este capi explica muchas cosas. Después de leerlo, no deberían de tener más dudas n.n

Y eso sería. Ya mejor les dejo leer este capi de casi 7000 palabras, que es el más largo que ha tenido el fic, yeah.

Disfruten y sufran ^^

PD: todos sus reviews contestados.

PD2: sólo lo revisé una vez, porque no me da el tiempo para una segunda, así que me disculpan por cualquier error xD

Capítulo 14: Inicio.

 

 

Sasuke Uchiha, caminaba alegremente hacia el salón de profesores. Ya había pasado más de un mes desde que había llegado al Konoha High School, más de un mes desde que había conocido a su hijo y aquel mes, había sido el más feliz en muchos años.

Cuando entró al salón de profesores, vio que no había nadie y procedió a sentarse en donde siempre solía hacerlo.

Desde que había recibido la advertencia de aquel chico Ryu, había tenido que limitarse con sus acciones. Aun así, había aprovechado las asesorías de los miércoles a las cuales Hiroshi asistía y Ryu no, para poder hablar con su hijo.

A Hiroshi le costaban mucho las matemáticas y siempre se quedaba hasta el final, lo cual, él aprovechaba para sacarle algo de conversación.

En ese tiempo, a pesar de que Hiroshi parecía ser alguien cerrado, le había contado varias cosas de su vida, como por ejemplo, que no tenía una buena relación con su oto-chan, cosa que le dolió mucho ya que pensó que Naruto se llevaría bien con su hijo cuando no era así y él no entendía el por qué. También, Hiroshi le contó que no tenía padre varón y que no le interesaba saber quién era, ya que no necesitaba un padre que no lo había querido cuando se enteró de su existencia. Esas palabras sí que habían dolido, pero eran ciertas, a él no le había gustado la idea de ser padre tan joven. Aun así, quería arreglar las cosas y cambiar la opinión que tenía Hiroshi sobre su persona, costara lo que costara. Él quería ser un buen padre para Hiroshi, ahora que tenía la oportunidad, quería enmendar sus errores y empezar de nuevo con su hijo. Aunque no sería fácil y él eso lo sabía de sobra.

Eso era lo que había podido averiguar. La verdad, le había sorprendido el hecho de que Hiroshi no le hablara sobre su abuelo, ya que según Karin, él había sido la figura paterna de Hiroshi aunque bueno, él era sólo su profesor y Hiroshi no le tenía porqué contar todo.

La puerta del salón de profesores se abrió mostrando a su hermano Itachi, quien, al verlo, se acercó de inmediato a él.

—¿Almorzamos juntos? —Preguntó Itachi.

—Tenía pensado corregir unos exámenes ahora —respondió.

—Buuu que aburrido.

—Eso lo dices porque en tu asignatura no te toca corregir exámenes.

—¿Por qué crees que elegí educación física? Es más fácil y además, ejercitas tu cuerpo para…

—Ok, ok, ya entendí —lo paró antes de que Itachi empezara con sus discursos de la buena alimentación y lo bueno que era hacer ejercicios.

—Mejor te dejo. Aceptaré la invitación de Anko-sensei para comer. Y sabes, me da mucha pena saber que no quieres pasar tiempo conmigo —lloriqueó.

—Como si no estuviera acostumbrado.

Itachi le miró con pena y salió del salón de profesores sin decir nada.

Sasuke sabía que, de alguna forma, Itachi se sentía algo culpable por lo ocurrido tiempo atrás.

Dejó vagar a su mente años atrás.

 

Cuando Sasuke entró al instituto muchas cosas cambiaron. Sus padres supusieron que ya estaba lo suficientemente grande para cuidarse solo, cuando no era así.

Cada vez que llegaba a casa, veía lo solitaria de ésta. Su padre trabajaba casi todo el día y a menudo salía de viajes de negocios, su madre había entrado a un club y había hecho muchas amigas con las que salía a menudo por lo que no paraba casi en la casa e Itachi, él había sido su compañía desde siempre, su ejemplo a seguir, su héroe, pero pronto se dio cuenta que ese héroe se había ido a estudiar fuera de la ciudad y que lo había dejado solo a su suerte.

Pasaron los meses y su rutina seguía siendo igual de monótona cada día, sin embargo, cierto día en el que él iba caminando tranquilamente por el pasillo en la mañana, ya que su profesor de la primera hora no había ido, chocó al doblar el pasillo, con un doncel rubio, el cual por el impacto, cayó hacia atrás siendo sujetado a tiempo por la chica que lo acompañaba. Al parecer, corrían, porque iban tarde.

Sasuke no prestó demasiada atención, es más, tenía pensado gritarle al chico, pero cuando vio abrirse aquellos ojos azules tan bellos como el cielo despejado, su enojo se esfumó de inmediato.

—Lo siento mucho —se disculpó el doncel apenado a la vez que se incorporaba con la ayuda de su amiga.

—Lo sentimos —dijo la chica pelirrosa—. Vamos Naruto —y lo cogió por el brazo y ambos echaron marcha nuevamente.

Esa fue la vez que conoció a Naruto.

Los días pasaron y él no se había podido sacar a ese rubio de la cabeza. No lo había vuelto a ver, pero sabía su nombre y decidió averiguar de él.

Fue con unas chicas de su salón, las cuales, le dijeron que el chico en cuestión se llamaba Naruto Namikaze y que pertenecía al salón del otro primero, que ellas lo conocían debido a que Naruto había rechazado a un tipo del cual no se acordaba el nombre y cabe decir también a otros más. Eso significaba que a aquel doncel, no era fácil el llegar. Pero él no perdía nada con intentarlo, por lo que un día decidió esperarlo en el pasillo en donde se encontraban los salones de primero y checó de que la chica pelirrosa no fuera con él. Y lo consiguió. Cuando ya todos se hubieron ido, Naruto salió calmadamente y él lo alcanzó.

—Hola ¿te acuerdas de mí? —sonrió internamente al ver que Naruto se sonrojaba.

—Sí, eres el chico con el que choqué el otro día.

—Me llamo Sasuke Uchiha. Un gusto —tomó su mano y la besó haciendo sonrojar más al rubio.

—Un gusto, soy Naruto Namikaze —dijo nervioso.

—Antes de que te preguntes el por qué te abordé, te lo voy a decir.

—Te escucho.

—Bien, es porque me he quedado prendado de tu belleza y en estos días, no he podido sacarte de mi cabeza —directo al grano, sin rodeos.

—Yo… —Naruto no sabía que decir.

—Y quería saber si aceptas ir a tomar un helado conmigo —le invitó, esperando impaciente la respuesta del rubio.

—¿De verdad, me estás invitando? —preguntó Naruto dudoso.

—Sí —Sasuke puso su mejor sonrisa de seductor, esa que siempre usaba cuando quería algo.

—Claro, me gustaría —Naruto le sonrió y a Sasuke esa le pareció la sonrisa más brillante y hermosa que jamás haya visto.

—Entonces vamos.

Ambos partieron hacia la heladería Chidori. Allí hablaron de muchas cosas y también se dieron cuenta que se entendían a la perfección.

A esa salida, le siguieron muchas más en las cuales, ambos disfrutaban de la compañía del otro.

Un día, Sakura notó que desde hace un tiempo, Naruto se veía más feliz de lo usual, y que ella ya ni sabía de sus andadas por lo que se decidió a preguntarle qué le pasaba.

—A mí, nada —había sido la simple respuesta de Naruto.

—Claro que algo te pasa. Somos amigos ¿no? Nos lo contamos todo y quiero que tú tengas la confianza de contarme cosas.

—Bueno ¿te acuerdas del chico con el que choqué hace un mes?

—¿Sasuke Uchiha?

—Sí.

—¿Qué hay con él?

—Es que, unos días después de eso él se me acercó y me invitó un helado.

—¡¿Qué?!

—No te alteres tanto, Sakura-chan —le pidió Naruto.

—Lo siento, es sólo que como te dije, él es bien popular y no sale con nadie, por eso me extrañó que te invitara.

—¿Insinúas que no estoy a su altura? —Naruto frunció el ceño.

—¡No, no es eso! Es que me pareció, inesperado.

—Pero así fue y esa no fue la única vez que hemos salido.

—¿Han salido más veces juntos? —Sakura no se lo podía creer.

—Sí, y es un gran tipo —se sonrojó al decir eso.

—¿Te gusta? —preguntó Sakura.

—No, no es eso… él y yo… —tartamudeaba Naruto.

—Te gusta —esta vez, fue una afirmación.

—Tal vez.

—Está más que claro que te gusta y quizá tú a él también —dijo con una tristeza que Naruto no notó.

—¿Tú crees?

—Sí, sino le interesaras, no te habría invitado todas esas veces.

—Tienes razón.

—Y entonces ¿piensas confesártele?

—No, claro que no —Naruto se puso sumamente rojo.

—Alguien más podría quitártelo. Tienes que actuar rápido —le sugirió Sakura.

—Es cierto. Le diré lo que siento-ttebayo. Mañana nos juntaremos de nuevo y… se lo diré.

—Suerte —le dijo Sakura con una sonrisa, a pesar de que internamente, una mitad esperaba que fuera rechazado y así se olvidara de Sasuke, mientras que la otra mitad, la de la amiga que quiere lo mejor para su amigo, le deseaba suerte.

—Gracias.

Al otro día que era sábado, Naruto llegaba con impaciencia al parque en el que Sasuke lo había citado. Ese día, se había esmerado mucho en su apariencia. Se había arreglado bien el pelo, se había echado productos en la piel y había estado horas eligiendo que ropa iba a vestir. Al final, se había decidido por una polera color crema, una chaqueta naranja, y unos pantalones ajustados blancos.

Estaba sentado en un banco esperando y planeando bien lo que diría cuando la voz de Sasuke lo alarmó.

—Naruto —le habló Sasuke.

—Hola Sasuke —Sasuke vio que Naruto estaba nervioso y decidió instarlo a caminar.

—¿Qué tal si caminamos?

—Claro.

Ninguno de los dos sabía qué decir. Sasuke, porque pensaba que Naruto era el ángel más bello en ese momento y Naruto, porque no sabía si confesarse o no.

—¿Te parece si entramos a esa cafetería a tomar algo? —le preguntó Sasuke a Naruto.

—Sí.

Ya cuando estuvieron adentro, Naruto pidió un refresco de naranja y Sasuke uno de limón.

—Hoy te ves maravilloso —Sasuke le sonrió y Naruto se sonrojó.

—Gracias.

—Naruto yo, quería preguntarte algo.

—¿Ah sí? Pregunta-ttebayo.

—Si quieres mandarme al demonio después de esto, lo acepto, pero… ya no puedo aguantar más.

Sasuke se acercó a Naruto y lo besó.

Naruto estaba sorprendido, aquello lo había tomado desprevenido, sin embargo, de pronto se vio poniendo sus brazos detrás del cuello de Sasuke para acercarlo y así intensificar el beso.

Ambos lo disfrutaban y mucho. Era como si aquel momento fuera mágico. Para ellos, era inexplicable decir con palabras lo que estaban sintiendo.

El beso se prolongó por al menos, unos segundos más, hasta que la falta de aire se hizo presente y tuvieron que separarse. Se miraron mutuamente a la vez que respiraban entrecortadamente.

—Lo siento —se disculpó Sasuke, aunque honestamente, no se arrepentía para nada.

—No te preocupes, yo también te correspondí. Aunque debo decir que me sorprendió tener mi primer beso así —confesó apenado.

—¿Era tu primer beso? —preguntó Sasuke para estar seguro por si acaso. Naruto asintió con la cabeza y Sasuke se puso más feliz de lo que ya estaba. Realmente, ese también había sido su primer beso, pero Naruto no tenía por qué saberlo— Y entonces ¿estuvo bien?

—Sí, y mucho.

—Naruto, dime ¿te gustaría ser mi novio? —le preguntó Sasuke y vio como Naruto abría los ojos como platos ante su pregunta.

—Yo… eso no me lo esperaba.

—Si dices que no, no importa —Sasuke puso un semblante de fingida pena.

—¡No! Claro que acepto ser tu novio —Naruto le sonrió, se veía muy feliz.

—Entonces —Sasuke se acercó nuevamente a Naruto—, sellemos el que ahora estamos juntos.

—Sí.

Y los dos volvieron a unir sus labios nuevamente.

Después de la cita, Naruto estaba más que feliz y no pudo resistir la idea de ir a contarle a Sakura lo sucedido, por lo que fue a su casa.

Luego de tocar el timbre, esperó a que le abrieran y para su suerte, fue Sakura quien le abrió.

—Naruto —dijo después de verlo. Le extrañó mucho el que estuviera ahí, pero más le extrañó el no verlo llorando por un posible rechazo— ¿Qué haces aquí?, ¿Ya se acabó tu cita?

—Sí, y tengo algo fabuloso que contarte Sakura-chan.

—Por tu expresión, es algo muy bueno. Pasa, ahora estoy sola —Sakura se hizo a un lado para que Naruto entrara y lo invitó a sentarse en el sofá— ¿Y qué tal te fue?

—Muy bien.

—Entonces, eso quiere decir que ya…

—¡Ya somos novios Sakura-chan!

—Pues, felicidades.

—¿Y sabes qué? No fui yo quien se lo pidió, sino él a mí-ttebayo.

—¿En serio?

—Sí. Te cuento.

Así, Naruto procedió a contarle todo con lujo de detalles.

—¿No te parece romántico? —le preguntó Naruto con expresión soñadora, se le notaba lo entusiasmado y enamorado.

—No es por nada, pero creo que no deberías de ilusionarte o tomarte las cosas tan en serio —le sugirió Sakura.

—¿Por qué dices eso?

—Porque a esta edad, la gente suele experimentar con estas cosas. Las parejas no suelen durar mucho.

—Pero lo mío con Sasuke es distinto.

—Bien, te dejaré creer eso.

—Que pesimista que eres Sakura-chan —Naruto hizo un puchero—. Lo que pasa es que tienes envidia.

—¿Qué? No, para nada —mintió, porque la verdad era que sí tenía algo de envidia y molestia porque Naruto estaba con Sasuke.

—Pero no te preocupes Sakura-chan, tarde o temprano, encontrarás a alguien que te quiera —le sonrió y Sakura agradeció esas palabras.

Las semanas pasaron y Naruto seguía saliendo con Sasuke.

Un día, mientras almorzaban, sentados al lado del gran árbol que era su refugio, Naruto le preguntó a Sasuke:

—¿Por qué tenemos que mantener nuestra relación en secreto?

—Porque es mejor así —le respondió Sasuke.

—¿Mejor? Mejor sería que se lo dijéramos a todos-ttebayo.

—Mira Naruto —Sasuke empezó—, dime ¿te gustaría que todos estén pendientes de nuestra relación? —Naruto negó con la cabeza— Pues, eso es lo que ocurrirá si lo dices, ya no tendremos privacidad y cualquier movimiento o acción que hagamos, será observada por todos y no creo que eso te guste ¿no?

—No.

—¿Ya ves? Es mejor estar así como estamos, tranquilos sin nadie que nos moleste ni nos observe —terminó por explicar Sasuke, lo que en parte, era verdad, a él no le gustaría que todos estuvieran aún más pendientes de su vida, ni mucho menos que todos pensaran que tenía una relación en serio con Naruto, cuando él no la sentía así.

—Entiendo —Naruto miró hacia otro lado y no volvieron a tocar el tema.

Los meses pasaron y Sasuke y Naruto celebrarían su tercer mes juntos, bueno, sólo Naruto, ya que a Sasuke no le interesaba celebrar algo que para él era un simple juego. Por eso, se sorprendió cuando Naruto le llamó por celular cierto día. No es que el rubio no hiciera eso a menudo, es más, lo hacía todo el tiempo, pero esta vez era diferente, ya que le llamó muy temprano y él sabía que Naruto no era de los que se despertaban temprano ni mucho menos un sábado.

—Vaya, creo que va a nevar porque tú te despertaste temprano un sábado —le dijo a modo de burla.

—¡No te burles de mí teme! —le reclamó Naruto y Sasuke sonrió— Me apuesto a que estás poniendo esa sonrisita tuya ahora-ttebayo.

—Cómo es que adivinas.

—Ya he aprendido a conocerte —se mofó.

—¿Y bien? ¿A qué debo el honor de tu llamada?

—Pues, verás, como has de saber, hoy en la noche es el festival por el aniversario de Konoha y quería saber si… eh… bueno… si querías que fuéramos juntos.

—¿Los dos solos?

—Sí, a menos que ya hayas quedado con tu familia.

—No, mi familia no acostumbra a ir.

—Ya veo ¿Y qué dices?

—Que está bien.

—¡Genial! —chilló Naruto— entonces, nos juntamos en la entrada del festival.

—¿Estás seguro?

—Sí, es que debo de inventarle una excusa a mis padres. Ellos planeaban que fuéramos con mi tío y mi prima y yo la verdad, no tengo ganas de soportar a la pegota de mi prima jeje —rio.

—¿O sea, que estabas haciendo planes conmigo cuando ni siquiera sabias si podías? Sí que eres dobe.

—¡Cállate! Además, estoy seguro de que Sakura-chan me ayudará a cubrirme.

—Bien.

—Te llamo después, te mando un beso —y colgó.

Más tarde, Naruto le llamó para confirmar que podía ir, que les había dicho a sus padres que iría con Sakura lo cual, no le negaron y que se encontrarían a las 10 en la plaza cercana al lugar del festival y que esperaba que fuera bien vestido.

Y ahí estaba Sasuke sentado en un asiento de la plaza, vistiendo una yukata verde olivo, mientras esperaba a Naruto.

5 minutos después, Naruto se aparecía vistiendo un bello kimono rojo con flores blancas, siendo Naruto, a ojos de Sasuke el ser más bello sobre la faz de la Tierra.

—¿Te hice esperar mucho? —la voz de Naruto lo sacó de sus ensoñaciones.

—No, para nada.

—Entonces ¿vamos?

—Vamos —Sasuke le ofreció su brazo como todo un caballero y Naruto enredó el suyo con el de Sasuke, de esa forma, para emprender camino hacia el lugar del festival.

Cuando llegaron, vieron que había una infinidad de puestos, tanto de comida, como de juegos y otros. Naruto no tardó en arrastrar a Sasuke a un puesto de ramen.

—¿Podemos comer ramen? —le preguntó Naruto con sus ojitos de cachorro a medio morir que siempre le ponía cuando le quería pedir algo.

—Está bien. Además, sé que si no acepto, ya luego me lo recordarás para que me sienta culpable —dijo Sasuke y Naruto rio nervioso porque era cierto.

—Entonces, a comer se ha dicho.

Más tarde, ambos se encontraron yendo de un lugar a otro para detenerse en un juego en el cual, debías de insertar los aros en una vara que se encontraba parada. Si acertabas los tres aros, podías ganarte un oso grande.

—¿Te interesa alguno? —le preguntó Sasuke a Naruto cuando vio que éste miraba fijamente a uno de los osos.

—Bueno, me gusta ese —Naruto apuntó a uno de los grandes que era un oso panda.

—Será muy difícil ganarlo, pero lo intentaré —le dijo Sasuke—. Deme unos por favor —Sasuke le pagó al hombre encargado y este le dio los tres aros.

Naruto se quedó en silencio observando a Sasuke mientras éste se preparaba para lanzar el primer aro.

Sasuke miró fijamente su objetivo. Debía ganar ese oso a como diera lugar. Por eso, con toda su concentración junta, lanzó el primer aro dando en el objetivo. Oyó como Naruto la aplaudía de felicidad ante su buena puntería. Bien, uno había entrado, ahora debía hacer que los otros dos entraran.

El segundo entró y el tercero también. Ese día, estaba de suerte.

—Muy bien hecho chico. Tienes muy buena puntería —le felicitó el hombre encargado—. Pueden escoger el que quieran —señaló a los peluches más grandes.

—Deme el del panda —el hombre cogió el oso y se lo dio a Sasuke quien, en cuanto lo recibió, se lo dio a Naruto quien lo abrazo de manera tierna.

—Gracias Sasuke.

—De nada.

 

Ese día, hicieron muchas cosas, comieron, jugaron, se besaron y se abrazaron e inclusive, Naruto insistió en que se tomaran una foto. Para el recuerdo, decía Naruto, a lo que Sasuke accedió y se la tomaron, quedándose ambos con una copia.

La noche del festival, estaba por llegar a su fin y se cerraría con juegos artificiales.

Sasuke llevó a Naruto a un lugar distinto al que toda la gente iba, ya que, por lo general, todos siempre buscaban la altura que proporcionada el monte Konoha.

—Sasuke ¿A dónde vamos? —preguntó Naruto confuso mientras se dejaba guiar de la mano por Sasuke.

—Ya lo verás. Tú sólo sígueme —le respondió.

Unos minutos después, Sasuke se detenía en una pequeña colina un tanto alejada de todo. Era una colina que se encontraba en lo más oculto del parque de Konoha y por eso, no muchos sabían de ella.

Naruto miró a su alrededor, maravillado. El paisaje era simplemente bello. Desde ahí, se podía apreciar una gran vista del cielo estrellado. Supuso que de día, también se vería hermoso. Además, los árboles le daban un aspecto con mucha naturaleza al lugar.

—No sabía de este lugar —expresó Naruto.

—Creo que no muchos saben de él. Yo lo encontré hace tiempo cuando me perdí en el bosque.

—¿Te perdiste en el bosque? —Naruto rio.

—No te rías, además, me perdí cuando tenía 6 años y eso fue por culpa del idiota de mi hermano.

—No sabía que tuvieras un hermano.

—Lo tengo, pero él se largó al extranjero.

En eso, se escucharon los juegos artificiales y tanto Sasuke, como Naruto, fijaron su vista en el cielo estrellado que ahora era iluminado por las luces de los juegos artificiales.

De repente, Sasuke sintió como Naruto se abrazaba a él correspondiéndole el abrazo, quedando ambos abrazados mientras observaban los juegos convirtiendo ese momento, en un momento mágico.

Los juegos duraron alrededor de 20 minutos, los cuales Sasuke y Naruto disfrutaron al máximo.

Después de que terminaron, ambos se sentaron al pie de un gran árbol y se volvieron a abrazar.

—Yo... —empezó hablando Naruto— Definitivamente no me arrepiento de haber venido contigo. Lo disfruté mucho.

—Yo también —reconoció Sasuke con honestidad y se dio la vuelta para quedar frente a Naruto y tomar su rostro con sus manos, uniendo sus labios en un suave y apasionado beso que derivó en muchos otros, sumado a las caricias que después con cuidado, terminaron con el kimono de Naruto en el suelo.

Los dos estaban seguros de que lo deseaban, no les importaba si quizá se estaban apresurando. Lo único que sabían, era que ansiaban al otro, que querían demostrarse su amor y así lo hicieron aquella noche, a la luz de la luna, con ésta y las estrellas como únicos testigos de esa entrega total, de la primera vez para ambos.

 

Las semanas pasaron y todo marchaba bien, mejor específicamente hablando, sin embargo, eso no duró mucho.

Las notas de Naruto empezaron a bajar considerablemente y sus padres preocupados, recurrieron a contratar a un profesor particular, lo que hizo que el tiempo que pasaban juntos, se redujera a casi nada.

—Lo siento, sé que te dije que podía ir al acuario, es más, le hice saber a mi mamá que quería salir contigo, pero no me dejó y ella junto con mi padre insistieron en que me quedara para unas clases —se lamentó y disculpó Naruto en una ocasión.

—No te preocupes, yo entiendo —fue a lo único que se limitó a decir.

—Espero podamos salir pronto. Me tengo que ir, mi mamá me llama. Te mando un beso.

—Adiós.

Bien, no importaba si Naruto no iba, él no tenía por qué no ir, tenía las entradas compradas y no las desperdiciaría y con esa idea en mente, fue hasta el acuario.

Cuando estuvo ahí, comenzó a mirar con aburrimiento los peces y diversas criaturas marinas. Realmente, a él no le interesaba para nada la vida marina, sólo había accedido, porque Naruto quería ir. A veces, le asustaba el poder que tenía Naruto sobre su persona, pero luego recordaba que lo hacía todo por ver la hermosa sonrisa de Naruto.

Se detuvo a mirar unos peces de colores y luego, algo llamó su atención. A su derecha, había dos personas; uno era un joven más o menos de su edad y el otro era un niño pequeño de más o menos unos 8 o 10 años. El mayor le explicaba al menor acerca de los peces que ambos observaban, mientras el más pequeño parecía fascinado con la explicación y los peces. Inmediatamente, su mente lo transportó al pasado, a cuando él y su hermano Itachi, solían salir a diversos lugares. Miró hacia otro lado. No valía de nada ponerse a recordar cosas absurdas del pasado.

Cuando se dio la vuelta, chocó de lleno con alguien.

—Auch —se quejó la otra persona, quien al parecer era una mujer, lo cual comprobó cuando miró a la mujer en cuestión, quien no era nada más y nada menos que Sakura Haruno, la mejor amiga de Naruto.

—Lo siento —se disculpó.

—¡Es Sasuke-kun! —prácticamente chilló la acompañante de la pelirrosada, quien era su compañera de clases, Ino Yamanaka.

—Oh, es cierto, hoy vendrías con Naruto ¿no es así? —preguntó Sakura lo bastante bajito para que su compañera no escuchara.

—Naruto no pudo venir —respondió de igual manera.

—¿Tenía clases? —Sasuke asintió— Ya veo, es una pena.

—Ey Sakura, deja de acapararte a Sasuke-kun para ti sola —le reclamó Ino.

—No me lo estoy acaparando Ino cerda —le sacó la lengua.

—No soy ninguna cerda, niña frentona.

 

Sasuke decidió escapar mientras esas dos peleaban. No quería involucrarse en tontas peleas de mujeres.

Se fue a una plaza que había cerca y se sentó en una de las bancas a pensar. Se sentía tan solo de nuevo. Cuando estaba con Naruto todo era distinto. Él era la alegría de su vida, pero esa alegría se estaba distanciando y él no podía hacer nada. Desde un principio, cuando se involucró con Naruto, sabía que eso no iba a durar mucho. La verdad, se sorprendía de que esa relación todavía durase, pero estaba más que claro que tenía sus días contados y no sabía bien que pensar al respecto.

—¿Puedo sentarme? —Sasuke miró a Sakura quien le veía con una sonrisa.

—Es un país libre.

—Tomaré eso como un sí —Sakura tomó asiento a su lado. Nadie dijo nada en varios segundos, pero Sakura decidió preguntar—. ¿Estás triste?

—¿Qué?  —Sasuke la miró.

—Digo, ahora tú y Naruto ya casi ni pasan tiempo juntos.

—Sí, pero...

—Te hace sentir solo ¿verdad? —más que una pregunta, era una afirmación.

—Cállate, tú que vas a saber —Sasuke miró hacia otro lado.

—Te he observado —Sasuke la miró—... desde hace tiempo, desde mucho antes que te cruzaras con Naruto —Sasuke vio como Sakura apretaba fuertemente la tela de su vestido que estaba sobre su pierna. Parecía estar conteniendo algo en su interior—. Sin embargo, nunca me atreví a acercarme a ti.

—¿A dónde quieres llegar?

—A que... Tú me gustas. Sé que está mal —Sakura seguía mirando hacia abajo—, porque eres el novio de mi mejor amigo al cual, quiero mucho, pero no puedo evitar sentir coraje y envidia.

—Que estúpido —se limitó a decir Sasuke.

—Tú no te tomas nada en serio ¿verdad? Al parecer, ni siquiera tu noviazgo con Naruto te lo tomas en serio. Dime ¿amas a Naruto, aunque sea un poco? —Sakura lo miraba atentamente esperando una respuesta.

—Dime tú ¿De qué te valdrá saber la respuesta?

—No quiero que le hagas daño a mi amigo.

—Bien, tú dices eso, pero a pesar de todo, estás aquí diciendo cosas estúpidas o dime ¿Acaso crees que a Naruto le gustaría saber que gustas de su novio? —vio la cara sorprendida de Sakura— No verdad, y sin embargo, estás hablando de que no lo quieres ver sufrir, cuando sabes perfectamente que puedes hacerle daño con lo que me acabas decir porque yo bien podría ir y contárselo —expresó como si nada.

—Puedes ir y decírselo si quieres. Si yo le explico bien la situación, estoy segura de que él entenderá.

—¿De verdad quieres tanto a tu amigo como para evitar hacerle daño?

—Claro que sí —dijo con decisión Sakura.

—¿Aunque yo te dijera, que voy a dejar a Naruto para intentar algo contigo? —Sasuke vio como Sakura se quedaba sin palabras, mientras lo miraba sorprendida.

Quería jugar un poco. Le intrigaba saber cómo reaccionaría Sakura. Y por su expresión y silencio, sabía que se la estaba pensando.

Era increíble ver como una persona que minutos atrás, estaba tan dispuesta a dar todo porque su amigo fuera feliz, ahora se estuviera pensando en tener algo con el novio de su amigo si se le daba la oportunidad, aun si esto terminara por hacerle daño al amigo.

Aquella era la naturaleza egoísta del ser humano; esa que vela sólo por la felicidad propia, no importando la de los demás.

Hay quien dice, que uno no puede ser feliz, si esa felicidad es a costa de la de los demás. Pero hay gente a quien eso no le importa y por lo que él veía, Sakura era una de esas personas.

—¿De-de verdad me... darías una oportunidad? —preguntó para estar segura y Sasuke pudo comprobar que estaba en lo cierto.

Sakura era una persona que se preocupaba por los demás y veía por su bien, pero si se trataba de algo que le beneficiara, lo tomaba sin importarle nada más. Al menos, esa fue la impresión que le dio a Sasuke.

—¿Por qué no?

Sakura esbozó una sonrisa y apenas y se dio cuenta que Sasuke la estaba besando para su sorpresa, sin embargo, no tardó en corresponder. Estaba feliz y nada más importaba.

 

Pasó una semana desde ese día. Y esa semana, había sido la más feliz para Sakura. Aunque le preocupaba el hecho de que Sasuke y Naruto siguieran juntos, pero más le preocupaba que en esos días, no había visto a Naruto muy bien. Se veía pálido y más delgado.

Un día, mientras lo esperaba en la entrada de la escuela, lo vio llegar a duras penas y ya no aguantando más, decidió preguntarle qué le pasaba.

—Naruto ¿estás bien?

—Sí, estoy bien.

—No me mientas. Desde hace días que te veo pálido.

—No es nada. Al parecer, comí algo que me cayó mal. He estado devolviendo mucho y no hay mucho que pueda comer. Ya se me pasará —le sonrió.

—¿Y no has ido al médico? Llevas muchos días así.

—No, no es necesario —Sakura miró mal a Naruto—, pero te prometo que si sigo así, iré.

—Más te vale.

A la hora de almuerzo, Sakura vio como Naruto se iba con Sasuke muy feliz. Sasuke era el único que le sacaba una sonrisa a Naruto y la hora de almuerzo, era el único momento en el que se podían juntar.

Sakura lo dejó pasar, Naruto se sentía mal y necesitaba de Sasuke y eso ella lo aceptaba.

 

Sasuke estaba preocupado. Desde hacía días que veía a Naruto más débil, pero éste le había dicho que estaba así, porque había comido algo que le cayó mal. Esperaba que se recuperara pronto.

En esos días, si bien él y Naruto no habían pasado mucho tiempo juntos, se había distraído con Sakura. La chica podía ser muy entretenida cuando se lo proponía, pero su compañía no le era suficiente o más bien, Sakura no era suficiente para reemplazar a Naruto. Por eso, decidió explorar con otras alternativas y en ese momento, apareció Ino.

Cierto día, la rubia se presentó delante de él extendiendo una carta.

—Por favor, léela —fue lo único que le dijo cuándo se la entregó, antes de salir huyendo.

Sasuke se dio el tiempo de leerla viendo, como ya suponía, un montón de cosas cursis escritas.

Decidió darle una oportunidad y concertó una salida con ella a un parque.

Se la pasó muy bien con la chica y a esa salida, le siguieron un par más que, a la larga, le terminaron aburriendo.

Después de eso, se empezó a llevar bastante bien con un doncel pelirrojo de nombre Gaara. Se frecuentaban mucho, ya que les había tocado hacer un trabajo juntos de biología acerca de la célula y pasaban tanto tiempo juntos que hasta Naruto se había puesto un poco celoso.

En esos encuentros, se había dado cuenta que con Gaara tenían mucho en común.

Gaara le había contado, que tenía hermanos, pero que tenía una relación muy distante con ellos al igual que con su padre, siendo su madre, la única persona más cercana a él, una situación muy parecida a la suya aunque a Gaara no parecía afectarle o al menos, eso quería aparentar.

Salieron en varias ocasiones. Con él, podía conversar temas que ni con Naruto podía hablar. Gaara era mucho más interesante que Sakura e Ino juntas y le agradaba pasar tiempo con él.

Un par de semanas transcurrieron y Naruto se veía un poco mejor.

Cierto día al llegar en la mañana, le pareció extraño ver a Naruto esperándole afuera de su salón. Se veía raro, no de salud, sino que de aura y expresión.

—Naruto ¿pasa algo?

—Sí —respondió apenas audible Naruto—, pero me gustaría que lo habláramos después ¿podemos juntarnos a la hora de almuerzo en el árbol de siempre?

—Claro. Ahí estaré.

—Nos vemos —Naruto emprendió camino hacia su salón.

Algo andaba mal. Esa mañana no pudo concentrarse en ninguna clase. Sentía, que todo acabaría ese día. Quizá Naruto se había enterado de que él había estado saliendo con otras personas. No. Si se hubiera enterado de que su mejor amiga estaba involucrada, hubiera pegado el grito en el cielo. Era otra cosa, quizás, algo más grave. Estaba impaciente, por eso en cuanto sonó el timbre, salió prácticamente disparado hacia el lugar del encuentro.

Cuando llegó al gran árbol, corría mucho viento y las ramas se agitaban botando algunos pétalos. Era una vista magnífica.

Se apoyó en el árbol a esperar a Naruto. No pasaron más de dos minutos, cuando divisó a Naruto. Decidió ir hacia él para abrazarlo, pero desistió al ver lo nervioso que estaba, si incluso, Naruto parecía hasta asustado.

—¿Ocurre algo? —decidió preguntar. Estaba preparado para cualquier cosa, menos para lo que Naruto le diría.

Un hijo. Naruto le había dicho que esperaba un hijo suyo.

No se lo esperaba. No sabía cómo reaccionar. Debía ser una maldita broma.

Se burló de la situación y luego meditó. Él no podía ser padre, no estaba preparado para serlo. Aún era muy joven para cuidar de un niño.

Su mente no lo pensó mucho. Ni siquiera se puso a pensar bien las cosas que diría. En ese momento lo único que quería, era salir de esa situación, sin siquiera pararse a pensar en el daño que le haría a Naruto. Sólo actuó diciendo cosas horribles, cosas de las que más tarde se arrepentiría. E incluso, cuando vio que la situación se le salía de las manos, decidió decirle aquello a Naruto y confesarle lo de Gaara, Ino y... Sakura, para después, hacerle ver a Naruto que sólo había jugado con él.

Decir que oírle a Naruto decirle que lo odiaba, no le había dolido, sería mentir a medias. Sí, le había dolido, pero decidió no darle importancia. Él no era la clase de personas de las que se echaban a morir por algo así.

A pesar de todo, decidió ir tras Naruto cuando éste salió corriendo. Estaba seguro de que iría tras Sakura y de que armaría un escándalo. No se equivocó cuando entró de nuevo al recinto y en uno de los pasillos, vio un tumulto de gente. Se hizo paso entre ellos y vio a Sakura en el suelo llorando y a Naruto gritándole mientras lloraba desconsoladamente.

Y le destrozó. Le destrozó ver a Naruto tan deshecho y eso le hizo sentir como la peor basura del mundo.

Todo aquello fue el cuchicheo del día y él decidió no hacer caso a los demás. Ni siquiera le importaron los gritos y reclamos de Ino y Gaara.

Más tarde, fue hasta el salón de Naruto y Sakura suponiendo que la pelirrosa todavía se encontraba ahí. Y no se equivocaba. Sakura estaba en el salón, de seguro esperando a que todos se fueran.

—¿Cómo se enteró? —ella se percató de su presencia, sin siquiera haber levantado la vista.

—Yo se lo dije.

Ella gritó y ambos discutieron. Desde ese día no volvió a ver ni a Naruto ni a Sakura.

Los siguientes meses fueron los más terribles de su vida. Estaba tan perdido. No quería hablar con nadie. Y su madre lo notó, mas sin embargo, nunca preguntó y él no sabía si agradecer o no eso.

Finalmente, llegó el verano y su hermano Itachi vino a pasarla a la casa.

Él lo notó. Su hermano lo conocía a la perfección. Lo podía leer en su cara, pero él no estaba dispuesto a hablar.

—¿Qué es lo que te ocurre? —le preguntó Itachi cierto día y él le miró feo— Y no me mires de esa manera, porque sé que algo te pasa. Te conozco.

—No me pasa nada.

—Claro que algo te pasa. Sabes que puedes confiar en mí...

—¡Ya te dije que no me pasa nada! —alzó la voz— ¡Y ya deja de molestar! —dejó a su hermano solo y salió de la casa.

Sabía que había estado mal. Su hermano no tenía la culpa de las cosas que él había hecho. Pero es que simplemente el tema de Naruto, no era algo de lo que le apetecía hablar.

Y calló. Calló esa gran verdad por tres años.

 

Sasuke dejó de vagar su mente y regresó al presente.

Había hecho tantas cosas mal. Y no sabía si las podría arreglar. Aun así, quería intentarlo, quería intentar tener una oportunidad de poder acercarse a su hijo y a Naruto, y esperaba con todas sus fuerzas, poder lograrlo.

Alguien abriendo la puerta, hizo que Sasuke fijara su vista allí viendo a la directora Tsunade entrando.

—Ah, Sasuke-sensei, que bueno que lo encuentro, justamente le estaba buscando.

—Dígame —Sasuke se puso de pie y se acercó a Tsunade.

—Verá, la semana que viene es la reunión de padres y maestros y como usted está a cargo del primero A, pues debe de tener una reunión con los padres de sus alumnos. Dígame ¿alguna vez ha hecho alguna reunión?

—No, pero sé que puedo lidiar bien con eso —le sonrió.

—Me alegra saber eso. Ah, y se me olvidaba, en esta reunión debe de entregar las notas parciales a los padres.

—No se preocupe, lo tendré todo listo.

—Bien, la reunión será el jueves de la otra semana a las 7 de la tarde.

—Claro.

—Entonces me retiro.

Tsunade salió de la sala dejando a Sasuke solo de nuevo.

Sasuke volvió a tomar asiento. Le entusiasmaba mucho la idea de reunirse con los padres de los alumnos.

Los padres, resonó esa frase en su cabeza percatándose ahí de algo. Si tendría que reunirse con los padres de sus alumnos, eso eventualmente haría que tuviera que reunirse con Naruto.

No. Él no podía permitir eso. Aun no era tiempo de reunirse con Naruto.

¿Qué hacer? Esa reunión no era algo que podría evitar realizar, ni mucho menos evitar ir. Lo único que le quedaba, era hacer que Naruto no fuera, pero ¿Cómo? Era algo casi imposible a menos que... No lo pensó dos veces y cogió su celular marcando un número.

 

En las oficinas de La voz de Konoha, Suigetsu, le insistía por enésima vez a Naruto en que fueran a comer juntos. Sabía que le había prometido a Sasuke que lo ayudaría con Naruto, pero eso no quería decir que dejaría de intentar tener algo con el rubio, además, Sasuke no tenía por qué saberlo.

—Anda vamos, prometo que te llevaré a un lugar de lujo.

—No me interesa —contestó secamente Naruto.

—Está bien ¿Qué tal si te dejo a ti escoger el lugar? —insistió.

—No —Naruto lo único que quería era que Suigetsu le dejara ir.

—Pero...

—Además, ya quedé con alguien.

Suigetsu iba a decir algo, cuando su celular sonó viendo en el identificador de llamadas que se trataba de Sasuke.

—Voy a contestar —dijo y se alejó un poco—. Aló, Sasuke.

—Suigetsu, necesito saber algunas cosas.

—¿Qué cosas? —preguntó con algo de temor. No quería pensar en que Sasuke se había enterado de las salidas a las que había invitado a Naruto. No quería probar el puño de Sasuke de nuevo.

—Dime, ¿A qué hora Naruto termina su trabajo?

—A las 6. A esa hora terminamos todos.

—Maldición.

—¿Pasa algo Sasuke?

—Sí, pero ahora que termines ¿nos podemos juntar en la misma cafetería de la otra vez?

—Claro que sí amigo.

—Gracias. Entonces ahí nos vemos.

—Ahí estaré —y colgó. Tenía curiosidad por saber qué le diría Sasuke. Miró en dirección a donde estaba Naruto, para ver que éste ya no se encontraba ahí. Suspiró y se fue hacia la salida en donde vio a Naruto parado, al parecer, esperando a alguien y no se equivocó cuando vio que Naruto empezó a caminar para acercarse a alguien y ese alguien, no era nada más ni nada menos que Neji Hyuga.

—No puede ser —articuló.

Al parecer, a Sasuke se le vendrían más problemas de los que creía.

Continuará...

Notas finales:

Misa: lo sé han de estar pensando muchas cosas, odiándome por poner a Censura-chan, pero es que simplemente no me apetecía, ni lo creía necesario, poner el lemon xD

Espero, ahora hayan entendido todo, y mostramos más del teme jeje

Estoy haciendo la portada de este fic, he mostrado un adelanto en mi página de face Misaki Heartfilia pero por falta de tiempo, no he podido terminar u.u

¿Qué más me faltaba? Ya ni me acuerdo que más iba a poner jajaja ah, el próximo capi, ni idea para cuando podrá estar, en serio, es agotador el diseño, lo único que les diré, es que no será muy largo, y yo creo que ustedes ya se habrán dado una idea de lo que pasará ¬¬U

Eso sería, si te gustó, recuerda dejar review ^^

Matta ne


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