Capítulo 21: Propuesta.
Cuando Sakura comenzó a abrir los ojos, lo primero que vio fue un techo blanco. Trató de articular algo, pero la voz no le salía. Pronto sintió como alguien tomaba su mano y vio que se trataba de Sasori.
—Sasori —murmuró.
—No te preocupes, ya estás bien —le dijo con una sonrisa.
—¿Qué me… pasó?
—Te llegó una bala en el costado izquierdo, por suerte, no dañó ningún órgano, ya que no llegó tan profundo. Los doctores la sacaron sin problemas y dicen que pronto te pondrás bien.
—Ya veo, pero ¿fue una balacera?
—No se sabe, ya que sólo hubo dos disparos, el que oímos y el que te dio. La policía cree que… alguien te quería hacer daño, o tal vez querían matar a alguien que andaba por ahí, pero el disparo te llegó a ti.
—Eso…
—¿Crees que alguien quisiera hacerte daño? —le preguntó preocupado.
—No —como todavía estaba anestesiada y demacrada, Sasori no podía leer sus expresiones. No quería creer que Naruto le hubiera hecho algo así. Además, él sólo le había amenazado con arruinar la carrera de su marido, no lo creía capaz de llegar tan lejos como para matarla… o al menos, eso quería creer. De todos modos, no podía ir y decir que sospechaba de Naruto, quizá su familia podía correr más peligro y si resultaba que él no había tenido nada que ver, eso le traería problemas a Naruto con su hijo y no quería exponerlo. Ahora, sólo podía ser precavida y hacer una cosa— ¿Cuánto… tendré que quedarme aquí?
—Unos 4 días.
—Sasori, no creo que esa bala haya sido para mí, pero de todos modos, ya no me siento segura y quiero volver a nuestro hogar.
—¿Te quieres ir de Konoha?
—Sí. Nunca debí volver, es lo mejor.
—Está bien, en cuanto salgas, nos iremos.
—Gracias —no podía correr peligro. En su mente, quería pensar que Naruto no tenía nada que ver.
El jueves, por la tarde, Hiroshi y sus compañeros estaban en su clase de reunión de curso. Shion, quien era la presidenta, estaba dirigiendo la reunión, mientras que Ryu, quien era el secretario, iba anotando todo en el pizarrón. Sasuke se mantenía al margen preparando sus clases siguientes.
—Entonces el último tema a tratar y el más importante, el viaje de curso. Como ya estamos a punto de acabar el semestre y como lo comentamos al inicio de este, sería bueno hacer un viaje al finalizar de al menos un fin de semana ¿Qué opinan? —dijo Shion y todos sin excepción estuvieron de acuerdo— ¡Genial! ¿Qué lugares sugieren?
—La nieve —sugirieron.
—De excursión.
—Al lago.
—A la playa.
—¿Algún lugar más? —nadie dijo más— Bien ¿Cuántos votan por a la nieve? —la gran mayoría levantó la mano— Creo que ya está decidido, iremos a la nieve.
—Oye Hiroshi ¿has ido a la nieve? —le preguntó Kiba.
—Fui una vez, pero tenía 5 años y no recuerdo mucho.
—Yo fui una vez y aprendí a esquiar.
—Sensei —Shion le habló a Sasuke quien levantó la cabeza de las hojas que leía— ¿qué le parece la elección de la nieve?
—Bueno, no tengo nada que opinar ya que el viaje es de ustedes.
—Pero ¿Qué dice? Usted también tiene que venir.
—No, es el viaje de ustedes…
—¿Quién opina que Sasuke-sensei nos acompañe?
—¡Yo! —gritaron varias, la mayoría, chicas y donceles.
—De todos modos, nuestros padres no nos dejarán ir sin alguien que nos supervise —explicó apenada Shion.
—Pero creo que alguno de sus padres se ofrecería a ir.
—La mayoría de nuestros padres trabajan y son bien adictos a sus labores, así que dudo que nos quieran acompañar, además, sería aburrido. Por favor sensei, venga con nosotros.
—Por favor —empezaron a rogar varios. Si no aceptaba, era muy probable que no pudieran tener su viaje, ya que si aceptaba, los padres estarían de acuerdo en dejarles ir con su profesor, todos excepto Naruto. Estaba en una encrucijada.
—Si sus padres están de acuerdo…
—Seguro que lo estarán —afirmó Shion y pronto dieron por finalizado el asunto.
Más tarde ese mismo día, Hiroshi llegaba a su casa con una gran sonrisa adornando su rostro. El viaje sería muy entretenido y además, iría Sasuke-sensei.
—¿Y esa sonrisa? —le preguntó Kushina cuando Hiroshi entró a la cocina buscando jugo en el refrigerador.
—Hoy quedamos en que cuando acabe el semestre, haremos un viaje a la nieve.
—¿Y a quién le pediste permiso si se puede saber? —Kushina cruzó los brazos por encima de su delantal de cocina rosa.
—A nadie, es que apenas lo acordamos hoy, pero por lo que veo, todos irán y yo no quiero ser la excepción —puso carita de perrito a medio morir.
—Eso no te funcionará conmigo —Kushina se dio la vuelta ignorando la cara de Hiroshi—, pero por mí no hay problema. Es a Naruto a quien tienes que convencer para que te dé el dinero y el permiso.
—No creo que se oponga.
—Si das buenas calificaciones, no tendría por qué negarse.
—Me estoy esforzando mucho para no reprobar.
—Eso espero.
—Me voy a cambiar ¿oto-chan llegará a la misma hora de siempre?
—No sé.
—Bueno.
Naruto llegó a eso de las 8 a la casa, justo cuando Kushina y Hiroshi se disponían a cenar.
—¿Estas son horas de llegar? —le preguntó Kushina.
—Mamá, no soy ningún niño para que me fiscalices la hora.
—Está bien, entonces apúrate en cambiarte para que vengas a cenar.
—Coman ustedes, yo ya comí —y desapareció escaleras arriba.
—Oto-chan se ha estado portando muy raro últimamente.
—Debe tener mucho trabajo. Anda, vamos a cenar —dijo con pesadez Kushina. No sabía en qué andaba ni qué le pasaba a su hijo y le dolía que no confiara lo suficientemente en ella como para decirle.
Después de cenar, Hiroshi subió las escaleras y se dirigió a la puerta de la habitación de su oto-chan, levantó la mano para tocar, pero se arrepintió bajándola un poco durante unos segundos para volver a subirla y esta vez, tocar.
—Adelante —se escuchó desde adentro y Hiroshi abrió de a poco la puerta asomando la cabeza.
—Oto-chan ¿podemos hablar?
Naruto estaba con la vista metida en su computadora, pero la retiró para fijarla en Hiroshi.
—¿Es algo bueno o malo?
—¿Bueno?
—Pasa —Naruto bajó la tapa de su portátil y se dio la vuelta en su silla giratoria indicándole con la mano a Hiroshi que se sentara en la cama y así lo hizo— ¿hiciste algo?
—No, no, nada de eso. Lo que pasa es que mis compañeros están organizando un viaje a la nieve para cuando se acabe el semestre.
—¿Con permiso de quién?
—Bueno… todos pedirán permiso a sus padres y lo más probable es que todos vayan, así que quería saber si —Hiroshi, quien había mantenido la cabeza gacha hasta el momento, la levantó para poner su carita de perrito a medio morir y preguntar— ¿puedo ir?
—¿Cuántos días serían?
—Tres, tres días y dos noches.
—¿Y quién estaría a cargo? ¿algún padre?
—No creo que algún padre quiera dejar su trabajo e ir con un montón de adolescentes a un viaje.
—Tienes razón.
—Por eso, le pedimos a Sasuke-sensei que fuera el responsable…
—¡¿Qué?! —gritó Naruto levantándose abruptamente de su asiento.
—¿Oto-chan, dije algo malo?
Naruto reaccionó al ver el rostro confundido de Hiroshi.
—No, es sólo que, no creo que sea prudente molestar a su profesor con eso.
—Pero…
—¿Y qué dijo él?
—Bueno, dijo que, si los padres estaban de acuerdo, él no tendría ningún problema. Además, todos le hemos agarrado mucho respeto al sensei, así que creo que es la mejor elección —dijo Hiroshi con una sonrisa a la vez que Naruto apretaba fuertemente los puños—. Oto-chan, entonces ¿puedo ir? —preguntó esperanzado.
—No.
—¿No?
—No creo que sea el momento de que te vayas a un viaje solo.
—Pero si no voy solo, iré con mis compañeros…
—¡Ya dije que no! Y el tema no se discute más.
—Pero oto-chan…
—Que no y no quiero oír más del asunto.
—Bien —Hiroshi salió del cuarto de Naruto sin siquiera mirarlo, pero Naruto pudo ver lo dolido que estaba.
—Lo siento, pero no puedo permitir que estés más cerca suyo —murmuró Naruto por lo bajo.
Hiroshi en cuanto se metió en su cuarto, se tiró en su cama y abrazó su peluche de panda. No entendía por qué su oto-chan era tan cruel. Claro, ahora se venía a hacer el preocupado. Aquello no le quedaba. Esperaba que de aquí a que se hiciera el viaje, cambiara de opinión.
Las semanas pasaron y pronto la última semana de clases se hizo presente. Técnicamente, esa semana era sólo para cumplir la asistencia y saber las notas de los exámenes finales. Hiroshi se había esmerado mucho y claro, las clases que Sasuke-sensei les hacía después de clases, le habían ayudado mucho en matemáticas. Esperaba que después de ver sus notas, su oto-chan cambiara de parecer y le dejara ir al viaje.
—Oigan chicos —Shion se acercó a Hiroshi, Kiba y Lee durante el recreo mientras éstos tomaban un jugo en el salón.
—Dinos —dijo Kiba.
—Bueno, necesito que les lleven este papel a sus padres para que alguno de ellos lo firme autorizando el viaje, ahí está apuntada la cuota que deben traer y que deben pagar a más tardar el jueves.
—Vale —Kiba recibió la hoja y Lee hizo lo mismo.
—¿Hiroshi? —la chica le interrogó.
—Bueno, yo no sé si vaya.
—¿Eh? ¿por qué no?
—Mi oto-chan no me dio permiso.
—Pero ya todos los demás confirmaron que van a ir. No puedes quedarte fuera.
—Lo sé. Yo igual quiero ir, pero si no me dejan, no puedo.
—¿Le dijiste que el sensei va a ir con nosotros?
—Sí, pero al parecer no se fía mucho.
—Mmm… —la chica rubia empezó a meditar— ¿Por qué no hablas con Sasuke-sensei? Pasado mañana, es la reunión con los padres y podrías pedirle que hable con tu oto-chan, a lo mejor él lo convence.
—Esa es una genial idea Hiroshi —expresó Lee y Kiba asintió con la cabeza.
—Pero… molestar al sensei por algo así.
—No pierdes nada con hacerlo, además, estoy segura de que a Sasuke-sensei no le molestará, él es muy amable.
—Pero ya tuvimos clase con él y no lo veremos hasta el miércoles.
—Pero debe estar en la sala de profesores —dijo Kiba—. Si quieres te acompaño.
—Eso, vamos todos —sugirió Shion y Hiroshi no supo en qué momento se encontraban los cuatro delante de la puerta de la sala de profesores.
—¿Están seguros de que es una buena idea? —preguntó algo dudoso.
—Claro que sí —le aseguró Shion y justo cuando se disponía a tocar una voz por detrás los sobresaltó.
—¿Qué hacen ahí chicos?
—Itachi-sensei —dijo la rubia luego de que voltearan encontrándose con Itachi.
—¿Necesitan algo?
—Sí, necesitamos hablar con Sasuke-sensei.
—¿Quieren que le diga?
—Sí, por favor —siguió Shion.
—Esperen —Itachi se adentró en la sala y a los segundos, salió Sasuke.
—¿Ocurre algo chicos? —preguntó Sasuke bastante curioso al ver a su hijo ahí.
—Lo que pasa —empezó la rubia—, es que Hiroshi dice que no podrá ir al viaje.
—Ya veo —Sasuke tuvo que simular sorpresa, aunque en realidad aquello ya se lo esperaba.
—Y todos ya confirmaron que irán. Por eso pensamos, en que usted hable con el oto-chan de Hiroshi en la reunión de padres y maestros y le convenza de dejarlo ir —terminó por decir Shion.
—Sensei —habló ahora Hiroshi—, si no quiere hacerlo, no es necesario, ya que dudo que mi oto-chan cambie de parecer después de que fue muy tajante y yo no quiero que se enoje con usted por esto.
Sasuke no sabía qué hacer. La carita de Hiroshi le indicaba las ganas que éste tenía por ir a ese viaje con sus compañeros. Sin embargo, si él hablaba con Naruto, lo único que haría sería empeorar las cosas y esos alumnos esperaban que hablara con Naruto. Bueno, no podía perder más de lo que ya había perdido si hablaba con el rubio.
—No te preocupes, yo hablaré con él, pero no prometo nada aunque eso no significa que no deje de pensar lo injusto que es para ti.
—Muchas gracias sensei ¡Usted es el mejor! —exclamó Shion y los otros tres afirmaron con la cabeza.
—Gracias sensei —la carita esperanzada de Hiroshi, le hizo aflorar una pequeña sonrisa. Esperaba poder lograr algo, tenía una idea de qué hacer, pero dudaba que Naruto la aceptara.
—No es nada. Ahora será mejor que vuelvan al salón que el recreo se va a acabar.
—Gracias sensei —se fueron diciendo los cuatro.
—Sigo pensando —una voz sobresaltó a Sasuke haciéndole darse vuelta y encontrándose con Ryu a sus espaldas—, que usted se trae algo raro con Hiroshi.
—No entiendo de lo que me hablas. Como habrás notado, fueron ellos los que vinieron a pedirme ayuda y yo no podía negársela.
—No me quiera ver la cara de estúpido. Le advierto que si Hiroshi va a ese viaje, no le voy a despegar la vista ni mucho menos lo voy a dejar a merced suyo. Queda advertido —Ryu pasó por su lado y se fue.
Maldición, primero Naruto y ahora ese chico. El mundo conspiraba en su contra en su afán de acercarse a Hiroshi y tal vez todo aquello se lo merecía.
Era miércoles y Hiroshi miraba nerviosamente por la ventana mientras iba con su oto-chan de camino a la reunión. Menos mal y su oto-chan había aceptado ir, había temido que no fuera y si eso pasaba, adiós pequeña oportunidad de ir a la nieve.
—¿Por qué esa cara? ¿hay algo que temas que vea?
—No, estoy bastante seguro de que mis notas subieron.
—Eso espero —Naruto dio la vuelta internándose en el estacionamiento del Konoha High School—. Vamos —detuvo el auto se bajaron, le puso la alarma y caminaron hacia el recinto. La idea de ver a Sasuke no le agradaba, pero tenía que aparentar. Desde que Hiroshi empezó la escuela, él siempre había ido a las reuniones y si de repente dejaba de ir, causaría sospechas de que algo no andaba bien. Y eso no lo permitiría. Poco antes de llegar al salón de Hiroshi, pudo vislumbrar a Sasuke hablando con… Yoko, que poco le faltaba para colgarse del brazo de Sasuke ¿es que acaso esa mujer no podía ser más zorra? El nombre lo tenía muy bien puesto.
—Naruto —oyó una voz que lo hizo detenerse y vio a Neji acercársele junto con la que él recordaba, era su prima y compañera de Hiroshi.
—Hola Neji —le saludó—. Hiroshi saluda.
—Hola Hinata, Neji-san.
—Hola —saludó tímidamente Hinata.
—Ha pasado mucho desde la última vez que nos vimos —dijo Neji con una sonrisa.
—Sí —durante ese mes, sólo habían hablado por teléfono y habían salido en una ocasión y eso había sido culpa de su madre, quien se había encontrado a Neji en el centro y lo había invitado a la casa y cuando él llegó, los instó —obligó— a salir.
—He estado muy ocupado, pero pronto estaré más libre y ojalá aceptaras una invitación a cenar —sugirió Neji esperanzado.
—Bueno…
—Oto-chan ¿Por qué no vas a hablar con Sasuke-sensei?
—¿Eh? —pronto Naruto se vio siendo empujado por Hiroshi hacia Sasuke quien no se veía muy cómodo escuchando a Yoko.
—Sensei —Hiroshi llamó la atención de Sasuke quien puso una pequeña sonrisa. Como deseó borrársela de un puñetazo.
—Namikaze.
—Hola Naruto —le saludó Yoko sonriéndole despectivamente.
—Hola Yoko —Naruto hizo lo mismo. Poco faltaba para que de ambos les salieran chispas por los ojos.
—Yoko-san, si me disculpa —Sasuke sacó a Yoko de su enfrentamiento visual haciéndole esbozar una sonrisa coqueta y un parpadeo exagerado.
—Yo entiendo, nos vemos luego sensei —Yoko le dio un pequeño guiño y luego una mirada fulminante a Naruto antes de irse.
—Sensei, lo dejo para que hable con mi oto-chan —Hiroshi salió huyendo antes que Naruto pudiera decir algo.
—¿Y que se supone que tienes que decirme? —Naruto frunció el ceño importándole bien poco si alguien le escuchaba o no.
—Bueno…
—Espera, déjame adivinar —Naruto puso una sonrisa juguetona— ¿Es sobre el viaje? De antemano te digo que mi respuesta es no.
—Naruto, Hiroshi quiere ir, ya todos sus compañeros confirmaron que irán.
—¿Y tú también verdad?
—Los padres están de acuerdo en que sea el responsable.
—Si es así, entonces mi respuesta sigue siendo no.
—No tienes por qué castigar a Hiroshi por mi culpa.
—Entonces simplemente no vayas.
—Si no voy no habrá viaje.
—Entonces Hiroshi no va. Ahora si no tienes nada más que decirme… —Naruto se disponía a irse, pero Sasuke no le dejó.
—Espera —Naruto se volvió a dar la vuelta para verle disgustado—, si te estoy pidiendo esto, es porque Hiroshi y sus compañeros me pidieron que intercediera por él contigo. Ellos estaban muy esperanzados de que pudiera conseguir algo y por supuesto, no pude negarme a su petición.
—Pero tú sabias que yo no cedería.
—Sí, lo sabía, aun así no quería romper sus ilusiones.
—Aww, el sensei tiene sentimientos ¿no me digas?
—No te burles.
—¿No es mejor, si se sabe que no hay caso no dar ilusiones en vano?
—Naruto.
—No te voy a escuchar más…
—Entonces ve.
—¿Cómo?
—Si no confías en mí, entonces deja ir a Hiroshi al viaje y ve tú también.
—¿Estás loco?
—Yo ya no me puedo retractar, por lo que, si no quieres que haga algo para acercarme a Hiroshi, entonces acompáñalo, estoy seguro de que los demás padres estarán más gustosos aun si saben que irás.
—¿Me crees estúpido acaso? Como si me permitiera irme a un viaje contigo y Hiroshi.
—No es como si fuéramos los únicos en ir.
—Y para colmo, cuidar de un montón de adolescentes. Con uno ya tengo suficiente.
—Naruto, te estoy dando la mejor opción.
—No, ya dije que no.
Unos metros más allá, Hiroshi esperaba impaciente con Neji y Hinata a su lado.
—¿Crees que el sensei logre algo?
—No lo sé Hinata, él es mi única esperanza.
—¿Y por qué Naruto no te deja ir? —preguntó Neji.
—Dice que no estoy para ir a un viaje “solo” todavía —hizo comillas con los dedos.
—Pero si va un curso entero con el sensei a cargo, no tendría por qué negarse.
—Lo mismo le dije yo —por primera vez, Hiroshi estaba de acuerdo con Neji.
—¡Hiroshi, Hinata! —Shion, Kiba y Lee se acercaron a él.
—Hola chicos.
—¿Y tú oto-chan? —preguntó Shion.
—Está con Sasuke-sensei.
—¿Crees que lo convenza?
—No creo.
—Entonces vayamos todos —sugirió Neji—. Nada mejor que el trabajo en equipo.
—Eso puede funcionar —dijo Hinata.
—Bue-bueno —aceptó Hiroshi y fueron a donde estaban Sasuke y Naruto.
—Es la mejor solución —oyó decir a Sasuke-sensei.
—Naruto —Neji habló trayendo consigo a todos los demás detrás— ¿Por qué no dejas ir a Hiroshi-kun?
—Porque no.
—Disculpe sensei, le oí decir sobre una solución ¿cuál es? —preguntó Neji.
—Le decía a Namikaze-san que, si desconfiaba de mí, bien podía acompañarnos.
—¡Eso sería genial! —exclamó Hiroshi y sus amigos estuvieron de acuerdo— ¿Qué dices oto-chan?
—Así podrías cuidar de Hiroshi, eso sí, si no interfiere en tu trabajo —dijo Neji.
—Bueno… —Naruto vio las caras esperanzadas de Hiroshi y sus compañeros, a Neji sonriendo, esperando un sí. Demonios, si se negaba iba a quedar como un demonio a los ojos de todos. Maldito Sasuke— está bien —dijo suspirando—, bien puedo tomarme un par de días en el trabajo.
—¡Siiiii! —exclamaron los más jóvenes juntándose en un abrazo.
Naruto no pudo evitar darle una mirada de odio a Sasuke que no pasó desapercibida para Neji. Recordó, lo mal que se puso en la reunión pasada cuando aquel sensei había estado presente. De hecho, al llegar a donde estaban había visto lo incómodo y molesto que estaba Naruto ¿se conocerían? A lo mejor, pero bueno, eso no era algo que le incumbía… por el momento.
—No creas que esto es una victoria —le susurró Naruto a Sasuke y se alejó de él muy enfadado a lo que Sasuke sólo esbozó una pequeña sonrisa. Esperaba con ansias ese viaje.
Continuará…