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Mi hermosa Luna por Shadow7845

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Notas del capitulo:

Lamento no haber publicado durante tanto tiempo pero el puto internet no coopera y luego la maldita computadora se formatea solita y perdí todos los capitulos pero dudo mucho que alguien haya extrañado este fic cutre, sin más que decir... disfruten el capitulo.

-Y NO TE VUELVAS A HACERCAR A ELLA JAMAS… ya lo puedes soltar, espero y aprenda la lección- Mi sonrisa era de lo más siniestra, estaba que explotaba de la rabia.


Se estarán preguntan, ¿Y ahora que pendejada está pasando?, bueno pues hoy me ha ido de la patada, recuerdan que mi suegra se iba de viaje de negocios, bueno pues hoy se fue, todo normal,  Ooo, excepto porque ya no serán 2 o 3 días, SERAN 7 O 9 DIAS, eso no es tan malo, con que me amarre las manos con una cadena todo bien, lo peor apenas comenzaba, luego de que Margaret me dijera eso y saliera como toda una diva de su casa…


 


Esa Mañana.


 


Pafff, la puerta azotó de lleno en mi bello rostro, creo que me he roto la nariz, al parecer Margaret se quería ir por lo alto, mira que hace un viaje de negocios con ese vestido que no deja nada a la imaginación, algo me dice que no es precisamente de negocios aquel dichoso viaje pero bueno.


Luego de parar mi hemorragia nasal, me empiezo a alistar para ir a la escuela, la verdad no he tardado más de unos 10 minutos, Claudia aun duerme, bueno, es normal después de todo son las 5 de mañana y la escuela comienza a las 7 a.m.


Luego de preparar un delicioso desayuno que consistía en cereal y tostadas, chequé el reloj del microondas y me di cuenta de que eran las 6:20, así que decidí despertar a mi amada. El perro que le regalé es un bueno para nada, está durmiendo en la silla que se encuentra frente al ordenador, como sea, me acerco a la cama para poder levantar de sus sueños a la dueña de mi corazón, la muevo con delicadeza.


-Vamos princesa, es hora de despertar llegaremos tarde a la escuela- quejidos fue mi única respuesta, la tomé del hombro y la mecí suavemente.


-Ya Samuel déjame dormir-…voy a hacer como que no oí nada.


Salí de la habitación, de la casa y me encaminé al jardín trasero, recargándome en el gran árbol que habitaba en este, lentamente me fui deslizando al suelo, hasta sentarme y esconder mi rostro entre mis piernas mientras cruzo mis brazos para terminar de esconder mi rostro, sé que yo soy solo la tercera, pero… no quiero ser del tipo de tercero que ayuda a su amada a quedar junto a otro, no quiero ser una Tomoyo o una Yaya, pero, cada vez es más difícil, escucharla decir su nombre en sueños y que me abrace pensando que soy él, se… que… no me debo rendir porque de verdad la amo pero… no puedo evitar sentirme frustrada, que el odio pudra mi mente y la ira se apodere de mis acciones, desde anoche, realmente no dormí, cosas muy malas cruzaban por mi cabeza, mi bestia queriendo despertar de su letargo, no soy mala pero cuando el amor se convierte en locura, podría terminar como Homura. Siento una par de brazos atraerme asía su cuerpo, reconozco su aroma, me estruja y mis lágrimas salen sin mi consentimiento.


-Que te ocurre Karolina, yo todavía que me tomo la molestia de pasar por ustedes para ir juntas a la escuela y te encuentro llorando, pensé que eras fuerte hermana.- Octavia, mi pequeña hermana, aparece siempre que estoy al borde del abismo.


-Tú crees que… vale la pena luchar por ella.- Mis palabras siempre seguras salieron como minúsculos susurros que dudo que ella escuchara, mis lágrimas no dejan de salir, por lo menos mi voz aun no es tan quebradiza como pensé que sería.


-Si de verdad la amas, vale la pena, Samuel es solo algo pasajero, ella es demasiado infantil y lo sabes más que nadie.-


-Yo, más bien diría que es ciega, pero tienes razón, que tal si me esperas en el comedor, yo voy a despertar a esa pequeña topo.- Intenté dar mi mejor sonrisa, Octavia solo asintió y se retiró del lugar.


A paso lento me dirigí a la habitación de Claudia, esta vez no fui tan suave con ella, tomé las sabanas con fuerza y las aventé al suelo, ella solo se retorcía ya que la ventana estaba abierta y todo el sol le daba de lleno en el rostro, al final se levantó y se alistó, Octavia y yo la esperamos en el comedor y una vez ella terminó de desayunar nos marchamos a la escuela. El camino estuvo tranquilo, platicas amenas de las que yo no tomé parte, a mitad de la caminata se nos unió Dafne, empezó con su arrumacos con mi hermana, ellas alentaron el paso dejándome sola con Claudia, me ponía muy nerviosa, aunque jamás lo demostrara, un pequeño recuerdo cruza por mi mente, me puso los pelos de punta, no era nada grave, si no me enojaba.


-Karolina, te ¿puedo preguntar algo?-


-Ya lo estas asiendo, dime princesa que quieres.-


-Tú… ¿qué piensas de Samuel?- Su pregunta me descolocó por completo, la pequeña llamita de ira que controlaba desde hace unas semanas  crecía más y más, tengo que calmarme y no desquitarme con ella, aunque sea la causante de mi estado.


-Pues pienso que es un pendejo bueno para nada, es solo un niñato, en mi opinión no deberías ni hablarle, él no te conviene- Maldita bocaza la mía, bien echo arranque de hormonas, te felicito, su cara parecía en shock un principio y luego ese asombro se convirtió en enojo.


-Tu que sabes, solo eres una transferida, él es el mejor chico de todos, no sé ni para que te pregunté.- Mi corazón se rompió un poquito más, no lloraría pero…


-Claudia, no le hables así- Octavia salió a mi defensa y Dafne también parecía enojada con mi princesa.


Ella simplemente agachó la cabeza y se disculpó, salió corriendo en dirección a la escuela.


-No le tomes importancia Karolina, lo que sucede es que ayer que estuvo en mi casa, le llamó para invitarlo a salir y él se negó rotundamente porque al parecer el señorito tiene novia-  Si lo que dice la garrocha con patas es verdad… significa que tengo el camino libre, me siento mal por Álvaro y Claudia pero al parecer el día no estará tan mal, con esa briza de esperanza continué el día, en el almuerzo quise hablar con Claudia para “disculparme”, pero apenas sonó el timbre salió corriendo, estuve a punto de seguirla pero Dafne me detuvo, me pidió que la siguiera, supuestamente era algo de suma importancia.


Llevábamos un buen rato caminando a lo pendejo por todo el edificio escolar y me estaba empezando a cansar.


-Mira Dafne, espero que sea de suma importancia lo que sea qu-


-RaúlintentóviolaraTavi- Lo dijo tan rápido que tarde como unos 3 segundos reaccionar como es debido… con un buen arranque de ira.


-¿Y dime Dafne, alguna vez la as hecho de secuas?- Voz tranquila, corazón desbocado.


-N-no, ¿por qué?- Una siniestra sonrisa se formó ante su inocente pregunta.


4 Horas después, luego del toque de salida.


Sinceramente no podía con mi alma, de tanta ira no podía ni pensar bien, luego de medio pensar las cosa, le pedí de favor a Dafne que me acompañara a la hora de la salida, estuvimos un rato deambulando hasta que encontramos a Raúl, la escena no podía ser más patética, al parecer ese idiota es del más bajo nivel en el mundo de las pandilla, nadie lo quiere.


Lo estuvimos siguiendo hasta que por asares del destino dimos con un callejón sin salida, él estaba a punto de darse la media vuelta y seguir deambulando pero le di la orden a Dafne de que lo llevara hasta el fondo de mi pequeña sala de torturas, él se resistía pero incluso yo debo admitir que aquella garrocha tiene bastante fuerza.


Jugamos un rato con él, parecía una pelota de voleibol, un puñetazo en la cara y se iba al lado de Dafne, otro golpe y a mi lado, estuvimos unos 20 minutos y me aburrí, le di la orden de sujetarlo  a mi secuas de medio tiempo, lo utilice como un saco de boxeo, descargué toda mii ira contra su rostro pero al parecer no hacía más que aumentar, a mi compañera no le parecía importar en lo más mínimo si lo matábamos, todo termino con una potente patada directo a sus costillas… creo que le rompí unas cuantas.


-Y NO TE VUELVAS A HACERCAR A ELLA JAMAS… ya lo puedes soltar, espero y aprenda la lección- Mi sonrisa era de lo más siniestra, estaba que explotaba de la rabia.


Y así es como llegamos al presente, el día a tenido sus altas y bajas, más bajas que altas pero que se le puede hacer.


-Y… ¿ahora qué hacemos?- Una muy buena pregunta.


-Irnos a casa, este pobre diablo pronto se despertará, que tal si mejor pasas la noche en casa de tu novia a ver si subes al escalón número 15- Su cara está totalmente roja, es fácil hacerla sonrojar.


Luego de pasarla a dejar a casa de Tavi, yo tomé rumbo a la mía, pasos lentos resonaban en las calles, no quería llegar… aun no, lo que pasó esta mañana, la ira que esta acumulada, en cualquier momento puedo reventar y Margaret no está para controlarme o algo.


Sin darme cuenta ya está parada en el pórtico de mi hogar, estaba a punto de abrir la puerta pero antes de poder tocar el pomo esta se abrió rápidamente y un bulto negro se arrojó a mis brazos, estaba a punto de empujarlo pero ese dulce aroma que quema mis fosas nasales y esa calidez que irradia su cuerpo, mi pequeña princesa estaba abrazándome y yo no cabía de felicidad, las llamas de mi ira ya no eran más que un enojo pasajero, pero, algo andaba mal… ¡ESTABA LLORANDO!.


-¿Qué te pasa?, ¿por qué lloras?-


-Lo lamento tanto Karolina, fui una estúpida, lamento haberte gritado de esa manera en la mañana, no es tu culpa que Samuel sea un idiota- ¿¿¿???


-Espera un momento… ¿De qué me perdí?-


-De nada importante, solo quiero que pases toda la noche a mi lado y por favor no preguntes-


-Claro, aunque no me lo pidas siempre estaré a tu lado- Me siento tan feliz, pero me duele verla triste.


Luego de ese raro acontecimiento entramos a la casa, ella no soltaba la manga de mi camisa y caminaba muy cerquita mío, como si estuviéramos en un lugar desconocido.


Luego de cenar, nos fuimos a bañar, claro que tuve que esperar a que ella saliera del baño para poder usarlo yo, si entro junto con ella de seguro y le doy duro contra el muro, como sea, luego de bañarnos ella aún no se quería ir a dormir así que como no se quería separar de mí, tuve que hacerle de cojín y créanme que se siente muy rico que una musa como ella ponga su cabeza entre tus senos jajajaja, creo que me sangra la nariz.


-Karolina, ¿te puedo decir algo?-


-Dime princesa, yo te escucho- Su voz sonaba algo triste.


-Ya no quiero saber absolutamente nada de el idiota de Samuel porque al fin entendí que no era amor lo que sentía por él, solo era un capricho que confundí por la edad, él nunca me hablaba si yo no lo hacía, tampoco me prestaba mucha atención que digamos, por esos pequeños detalles y muchos más, me di cuento que solo me dejaba estar a su lado porque como era de tercero sus amigos creían que se acostaba con migo y el solo quería que ellos pensaran que era genial, tal vez pienses que lo estoy inventando pero el mismo me lo dijo por teléfono ayer que lo invité a salir, yo estaba en la casa de Dafne y le mentí diciéndole que él tenía novia, patético,  ¿No crees?- Y fue ahí donde rompió en llanto, me partía el alma verla de esa manera, solo atiné a estrujarla entre mis brazos y decirle que el solo era un mocoso, posiblemente le debí decir que todo se arreglare o cualquier cosa de esas pero en verdad me agradaba que ella ya no quisiera nada con él, supongo que es normal, después de todo aun es una niña, está en una edad complicada, a mí nunca me pasó, después de todo no te puedes poner en modo diva en las calles.


-Yo jamás te aré eso Claudia aunque no entre en el tema pero, quiero decirte que te quiero y que nunca de los nunca te aré algo parecido, siempre estaré a tu lado y podrás contar con migo para lo que necesites.-


-Muchas gracias Karo, yo también te quiero mucho y aparte de todo eso malo, también me di cuenta de otros pequeños detalles muy dulces, que de tan solo recordarlos me ponen muy feliz y no tienen nada que ver con Samuel o cualquiera de las chicas.- Me estaba confundiendo y creo que mi cara lo decía todo-


-No me hagas caso Karo, abrásame más fuerte- Y así lo hice, me sentía tan feliz, al final el día no estuvo tan mal, se podría decir que fue un buen mal día.


Al final, por eso de las 11:30, se empezó a quedar dormida entre mis brazos, sentía su dulce aroma y su delicada respiración, ahora con ese pendejo de Samuel fuera del juego, al fin podré conquistar el corazón de mi amada Claudia.


-Karo… li… na… te qui… e… ro- Voy a llorar, que madres, estoy llorando de pura felicidad, sé que posiblemente sea su plato de segunda mesa o tal vez no, pero si lo soy entonces soy el plato de segunda mesa más feliz de la galaxia.


Estuve un buen rato haciendo cariñitos en su bella cabecita y al final me quedé dormida.


 


 


Continuará…

Notas finales:

Gracias por leer e intentaré recuperar el ritmo de publicar todos los sabados o domingos.


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