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Mi hermosa Luna por Shadow7845

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Notas del capitulo:

Bueno, como me remordía la conciencia por el único review del epilogo anterior, aquí está el último, pensaba no publicarlo ya que me desanimó un poco el hecho de que no comentaran pero aquí está.


Les recomiendo mucho que se vuelvan a leer el fic ya que esta vez sí cambié varias cosas, sobre todo en los capítulos finales, como muchos ya no han de recordar, no notaran mucho la diferencia pero para los que medio se acuerden se llevaran un gran sorpresa, además que es mejor que sí se lo lean ya que pienso darles una sorpresita, los dejo leer y al final se los digo.

Lectoras hermosas, aquí Karolina reportándose y en este momento estoy en la cocina preparándole el desayuno a mi hermosa novia, y ya sé que… ella está entrando a la cocina… ¡desnuda!, que alguien me agarre porque la empotro contra la mesa.


-Karolina quiero mis panqueques con jarabe de vainilla y… ¿por qué me ves de esa manera y porqué estás tan roja, acaso tienes fiebre?- Me decía ella pero mi neuronas  no hacían conexión hasta que se me empezó a acercar y cuando solo estaba a unos pasos de mí.


-Claudia… ponte algo de ropa- le dije en un tono serio completamente fingido, la carne es débil, ella me miraba extrañada y cuando al fin lo notó…


-Por eso sentía una brisa fresca…- Creo que aún está medio dormida- ¡¡No me mires pervertida!!- Grita mientras me avienta una chancla en la  cara que quien sabe de dónde madres sacó y salió corriendo al segundo piso para luego encerrarse en el cuarto, aun no tenemos hijos y ya aprendió el movimiento de la chancla voladora, definitivamente le enseñaré a mis retoños defensa personal, solo por si las dudas.


-Pero que vista, no me arrepiento de nada… tal vez de no haberla empotrado contra la mesa pero ya tendré otras oportunidades- Y con eso dicho terminé el desayuno pero ella aun no bajaba, algo dudosa decidí subir a ver que le pasaba y antes de llegar a su cuarto vi que la puerta del estudio de música estaba abierto, entré y pude observarla sentada frente al piano (ya estaba vestida mal pensadas), me acerqué lentamente, me incliné y la abracé por la espalda, sentí que su cuerpo tembló, posiblemente la sorprendí.


-Mi mamá no estuvo con migo hasta que cumplí los 5 años- Me dijo en un tono que la verdad no supe descifrar, los sentimientos humanos son extraños…


-¿Por qué?- le pregunté mientras acaricié su hombro derecho con mis labios.


-Ella se mantenía en otra ciudad y su prima me cuidaba, pero siempre me llamaba por teléfono o me hacía video llamadas, pasábamos horas hablando, su prima me solía cargar en sus piernas y una vez se durmió, poco a poco se fue resbalando de la silla hasta que azotó en el suelo como una res, creerás que fue gracioso pero la hija de su madre no me soltó y por lo tanto también me golpeé, cuando la vi por primera vez frente a mí la abrace lo más fuerte que pude… ella a veces tocaba una melodía en  el piano para que me durmiera, creo que era Somewhere over the rainbow- Veo como sonríe mientras acaricia levemente las teclas, esa parte no me la contó Margaret… luego le preguntaré.


-Estoy completamente segura de que ella es un excelente madre y buena suegra, por lo menos no me ha amenazado con extirparme los ovarios- Una leve risa se escapó de sus labios –me imagino que regresará antes de que entremos a clases, tengo que ir a un lugar en este momento, cuando regrese que te parece si planeamos nuestras merecidísimas vacaciones mi hermosa princesa de la luna- Se sonrojo un poco pero cuando se dio la vuelta para encararme tenía un gesto indignado, ¿acaso dije algo malo?


-¿Quién crees que soy, Sailor moon?, y adonde se supone que iras tan temprano- Me miro un par de segundos y me dio un beso fugaz en los labios-


-Tienes razón mi amorcito, iré en la tarde, ¿Qué te parece si tú y yo sacamos a pasear a la bola de pelos regordeta que tienes como mascota?, a ver si de paso lo entreno para que te haga de perro guardián- esa manteca de cuatro patas tiene que ser digno de ser mascota de mi amorcito, yo soy su antigua mascota y quiero que ese animal empiece a bajar de peso, no está tan gordo… bueno si esta gordo el hijo de perra (literalmente).


-Se llama Sunny y no está gordo, él es pachoncito, además es solo un cachorrito de unos 4 meses y el hecho de que tu fueras una mascota sobreprotectora no quiere decir que él también tenga que serlo-Pachoncito el mamut de la era del hielo, esa madre esta gorda y nadie me va a hacer cambiar de opinión.


-Yo no era sobreprotectora, solo cumplía ordenas y entre ellas estaba el ahuyentar a los hijos de puta que te miraran con lujuria- me mira con una ceja alzada como burlándose de mi… le amo tanto.


-Lo que tú digas lobita, si quieres podemos sacar a pasearlo, sería como en una película, la pareja sale a pasear a su perro, esa es mi parte favorita…- Sus ojos empezaron a brillar con emoción, parece una niña pequeña a la cual le das un helado- Ya me emocioné voy a ponerle la correa al perro y tu ponte algo decente- bueno, traía unos boxers negros con una camiseta blanca cubriendo mi torso, solo me ensartaré un pantalón y los tenis.


Luego de vestirme salimos  rumbo al parque  que esta como a unas 3 cuadras al norte, la bola de pelos ya sacaba la lengua y apenas pasamos 1 cuadra, esto no me está gustando nada, cuando ya casi llegábamos al parquecito vi un callejón sin salida y rápidamente tomé la mano de mi novia y la arrastré a dicho lugar, provocando que jalara al perro y como el callejoncito era angosto quedamos algo pegadas, ella me miraba entre sorprendida, molesta y asustada.


-¿Qué crees que estas asiendo Karolina?- Se ve tan violable.


-Pues veras amada mía, me quedaron ganas y este lugar es perfecto- dije mientras me acercaba peligrosamente a sus rosados labios, ella serró sus ojos esperando el contacto de los míos pero ese rose jamás se dio, estuvo así como por 10 segundos, yo estaba a punto de soltar una sonora carcajada pero no quiero ser mala con ella, cuando estaba a punto de abrir sus ojitos le besé la frente y solté una risita algo picara.


-Es broma princesa, me quiero transformar, esa manteca ambulante estará perfectamente entrenada antes de las 5 o dejo de llamarme Karolina Montesco- mi tono fue serio al menos eso intenté pero ella se empezó a reír, se tomó el estómago y sus ojos lagrimaron mientras susurraba “tienes que estar bromeando”, me extrañé por su comportamiento hasta que luego de unos minutos dejó de reír y me miró a los ojos.


-Mi cielo, dudo mucho que Sunny te haga caso, casi ni convives con el- Esta mujer lastima mi orgullo.


-En ese caso hagamos una apuesta, si yo logro entrenarlo antes de las 5 de la tarde tú serás mi esclava el resto de las vacaciones o hasta que llegue mi suegrita hermosa, lo que ocurra primero y si yo pierdo pues en ese caso yo seré tu esclava, ¿qué dices princesita, te atreves o tienes miedo?


-Espero que te gusten las tiendas de ropa amorcito, porque pasaremos el resto de las semanas metidas en ellas- Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, mi conciencia me empezó a insultar, ella tampoco quería pero no hay marcha atrás.


-Qué bueno que te gusta tu cama mi princesa, porque no saldremos de ellas el resto de las vacaciones- Su cara estaba totalmente roja y sus orejitas también poseían ese hermoso color.


-Maldita pervertida, transfórmate rápido y vámonos de aquí- Ella salió del callejón junto al perro y yo me transformé, cuando salí del callejón vi como Claudia estaba agachada acariciando a Sunny, puse mi porte más imponente de súper lobo y me acerque lentamente con un andar elegante pero a la vez que daba a entender que yo mandaba, cuando estuve a su lado ladré para que ellos me notaran, mi novia se volteó y cuando me vio una gran sonrisa se dibujó en su rostro y me abrasó, como en los viejos tiempos, un lobo con un pelaje castaño tan oscuro que casi se confunde con el negro y que brilla un poco cuando le da la luz del sol, cuando al fin me soltó tomó la correa de la bola de pelos y siguió caminando, esa bola de pelos intentaba tirar de esta pero como es pequeño lo único que logra hacer es ser retenido, saltando sin avanzar más o forzar a Claudia a caminar, solo desperdicia energías y yo me mantengo caminando a su lado con el mismo porte que obliga a algunas personas que pasan a nuestro lado mantenerse alejadas de mi princesa, tal vez el hecho de que un animal tan grande como yo no tenga correa les dé más miedo que mi andar de pasarela.


Cuando por fin llegamos al parque el pequeño cachorro gordinflón intentaba desesperadamente soltarse de la correa y cuando ella estaba a punto de quitársela ladré para llamar su atención, ella me miro y yo negué con mi cabeza, dándole a entender que no lo hiciera, ella me entendió y la sostuvo firmemente mientras yo me acercaba más al cachorro, ladré una vez más pero esta vez más fuerte, un ladrido impregnado de ferocidad, de inmediato el cachorro detuvo su inútil intento de huida y me miró, creo que no se había dado cuenta de mi presencia hasta ese momento, me observaba, se notaba en sus ojos la sorpresa y el miedo de ver a un ser tan grande a comparación de él.


-¿Quién eres tú?, ¿dónde está la chica alta que siempre está detrás de mí ama cual perro?- Me dijo él, para Claudia solo fueron ladridos y sonidos extraños pero yo le podía entender perfectamente, a pesar de que tuvo el valor de preguntarme, su voz era temblorosa, mantiene sus orejas bajas con la cola entre las patas y algo encorvado con la cabeza gacha, tiene miedo, mucho miedo.


-Me presento, soy Nagi, antigua mascota de Claudia y actualmente soy su novia, mejor conocida como Karolina, la chica alta que… prefiero omitir lo demás de la frase- Me miró extrañado y me preguntó- ¿Cómo es eso posible?, es extraño- es algo preguntón para mi gusto-


-Soy una humana genéticamente modificada por un científico algo pirado, pero eso para ti es irrelevante, mi misión es entrenarte para que seas la mascota perfecta para Claudia ya que para eso te compré no para que te la pasaras botado en una silla bola de manteca con patas- me miró molesto, creo que le dolió lo de la manteca jajajaja.


-No estoy gordo… soy pachoncito y además para que quiero ser una mascota perfecta, ella me quiera así como estoy- tiene la autoestima muy alta la pobre cosita fea.


-Porque tarde o temprano crecerás, no serás tan graden e imponente como yo pero tu presencia se hará notar, tu pelaje blanco y tus ojos miel te ayudaran bastante en ese aspecto pero no sabes ningún truco o comportarte en los paseos y dudo mucho que sepas como actuar cuando estés frente a otras persona, o ¿acaso quieres dejar a Claudia en ridículo frente a los demás?- el negó con la cabeza- En ese caso necesitas un entrenamiento y no solo lo básico como dar la patita y esas pendejadas, tienes que saber protegerla, algún día yo no estaré para hacerlo y entonces tu tendrás que tomar el papel de perro guardián, ¿me entiendes cachorro?- Asintió frenéticamente y di por comenzado el entrenamiento.


Con la mirada asombrada de Claudia transcurrieron las horas, puse a correr a Sunny como si no hubiese un mañana y cuando ya no pudo más lo llamé, él caminó con la lengua de fuera y pasos temblorosos hacia mí, le expliqué como debía actuar cuando estuviese frente a otras personas y cundo debería atacar, que hacer en cada caso, el parecía aprender muy rápido y eso me gustaba, le enseñé los trucos básicos que cualquier perro debe saber y cuando dieron las 5 el cachorro ya estaba completamente listo lo único que faltaba era que se pusiera en forma pero con unos 20 minutos de caminata diaria se le bajaría la panza, cuando finalizamos solo le di unos cuantos consejos y procedimos a acercarnos a una de las bancas del lugar, mi princesita estaba algo nerviosa y la comprendo, después de todo perdió la apuesta.


Cuando estuvimos a su lado ella acarició a Sunny, se levantó, le puso la correa y se fue con un andar lento pero con un toque sabor a derrota, ella estaba molesta, como no había nadie a los alrededores me transformé nuevamente y fui tras ella.


Cuando la alcancé pudo notar como el perro se mantenía caminando a su lado tranquilamente intentado caminar con el mismo porte que yo pero debido a sus rasgos de cachorro y a su enorme panza… digamos que daba risa, me acerqué lentamente y abracé fuertemente a Claudia por la espalda, le besé la cabeza y la nuca, sé que estaba roja, sus orejitas la delataban.


-No te preocupes, te sedo mi derecho, seré tu esclava por el resto de las vacaciones- Giró su cabeza cual niña del exorcista y me miró directamente a los ojos, giró su cuerpo y tomó mi rostro entre sus manos.


-Lo dices en serio o solo estás jugando- Su tono era tan serio  que casi me da risa- Lo digo en serio, total puedo empotrarte en la mesa de la cocina cuando yo quiera- Me soltó bruscamente y me dio la espalda, rápidamente retomó su andar pero más apresuradamente.


-Karolina Montesco eres una jodida pervertida- Lo dijo en un tono alto pero no llegó a gritar, era demasiado fácil y divertido.


- Me alagas mi cielo pero… si te molesta en ese caso no te volveré a tocar ni un átomo de tu suculento cuerpecito- Se detuvo de golpe y al parecer se lo pensó pero como está algo molesta…


-Pues en ese caso no te me acerques- Lo sabía, pero ya se le pasará y si no pues me la violo… pero no se considera violación si a la otra persona le gusta y pide más, que problemático.


El corto camino de regreso a casa fue silencioso pero no fue incomodo, me sentía tranquila, era realmente feliz, tenía un hogar, una novia, estudio, trabajo, una hermana pequeña, una futura colega de copas y cómplice de muchas aventuras, es algo tonta pero si mi hermanita la ama pues no se le puede hacer mucho y lo mejor de todo, ¡tengo la mejor suegra del mundo!, tiene complejo de dictadora pero es buena onda (mientras no se enoje), aun se ve joven y no me quiere extirpar nada por estar con su hija, más feliz no puedo ser.


Cuando llegamos a casa dejé que Claudia entrara y le dije que tenía que ir a arreglar unos asuntos, ella intentó venir con migo pero no se lo permití, me encaminé a la tienda de joyas de la ancianita, a los 15 minutos visualicé la tienda, “Joyería Anubis”, se llamaba el lugar, ayer tenía tanta prisa que ni el nombre le vi, pero bueno.


Cuando al fin entré la anciana está limpiando unas vitrinas donde tenía collares de distintas joyas que seguramente valen tanto como un carro, tosí un poco para llamar su atención e inmediatamente ella se volteó asustada y cuando me reconoció se relajó, regresó a su lugar detrás del mostrador y me acerqué a ella.


-Buenas tardes señora, vengo por lo del trabajo pero no sabía a qué hora tenía que estar presente-


-Pues llegas 15 minutos tarde, pero llámame Nancy, de ahora en adelante tu horario de trabajo será de 5 a 9 de la noche que es a la hora que cierro la tienda-


-En ese caso no lo hice tan mal para primer día y no saber ni a qué hora llegar- La señora me sonrío y se fue a lo que parecía un pequeño armario oculto tras un espejo grande, luego de unos segundos salió con una bolsa y me la entregó.


-Este será tu uniforme, creo que te quedará muy bien y te verás estupenda ya que eras alta-


-Gracias pero, que es lo que tengo que hacer exactamente- dije mientras miraba el contenido de la bolsa.


-Serás mi guardia de seguridad, veras, siempre he tenido miedo de que entre algún rufián venga a robar mi mercancía y como solo soy una indefensa ancianita, por lo tanto quiero que te asegures de mantener mis joyas a salvo-


-Entendido, por cierto, mi nombre es Karolina…- La señora solo me miraba con una sonrisa de esas típicas que tienen las abuelitas que aun hornean galletas y creen que la computadoras son del diablo- Me podría decir ¿cuándo tengo que comenzar?-


-En este momento, ve al armario a cambiarte- Quería negarme y pedirle que me dejara comenzar mañana pero tengo una deuda pendiente, me cambié rápidamente, el uniforme era sencillo, unos pantalones y camisa negra, al estilo militar, me cambie la parte inferior pero la camisa negra solo me la puse encima de la que ya traía puesta y la abotoné hasta el antepenúltimo botón, cuando salí Nancy me dijo que me parara a un lado del mostrador cerca de la puerta principal y… me quedé parada por las siguientes 4 horas, no me molesté… tanto, tenía buena resistencia y pues, me servía de entrenamiento… eso creo, llegaba un cliente cada 10 minutos y casi siempre se llevaban algo, el negocio estaba bien, además de que esta era una ciudad bastante tranquila en comparación a las demás.


Cuando al fin terminó mi turno ayudé a la anciana a cerrar la tienda luego de cambiarme, ella me dijo que me pagaría en efectivo y que yo le pagara cuando pudiera, esto era muy conveniente ya que mi sueldo era de $5000.00 semanal y así siempre traería dinero en la cartera sin necesidad de pedirle a Margaret, aunque es extraño que me pague tanto solo por estar parada, tal vez tenga tanto dinero que ya no encuentra en que gastarlo.


Me fui a casa lo más rápido que pude ya que posiblemente Claudia estaría enojada, solo le dije que me iría máximo 1 hora y pues me pasé de ese tiempo, solo espero que no me aviente la chancla, soy mitad perro-lobo-cosa y me da miedo, eso y los periódicos enrollados pero ese es un secreto que me llevaré a la tumba.


Cuando al fin llegué a casa podía escuchar la intro de Steven Universe que posiblemente estaban pasando en la televisión, entré sigilosamente y pude ver como mi princesa estaba sentada en la sala viendo la caricatura con Sunny a su lado, intenté llegar hasta las escaleras sin que se diera cuenta pero de repente un lego se interpuso en mi camino provocando que saltara de dolor y me pegara en el dedo pequeño del pie que hasta ese momento estaba bien pero caí estrepitosamente al suelo lagrimeando  del dolor, el karma estaba en mi contra, eso y Claudia que se levantó de un salto del sillón y cuando me vio se acercó rápidamente a mí y en vez de abrazarme y mimarme me dijo:


-Te mereces eso y más por tenerme esperando- Acto seguido subió rápidamente las escaleras y azotó la puerta cual adolecente furiosa… o esperen, es una adolescente furiosa.


Esperé a que el dolor se me pasara y cuando al fin me repuse el perro me empezó a ladrar, no le puedo entender en mi forma humana así que me tuve que transformar para poder entenderle al cachorro.


-Me puedes repetir lo que dijiste-


-Que para que veas que soy buena onda te diré un secreto para que te perdone- me dijo con un tono orgulloso.


-Revélame los grandes secretos del universo o gran maestro- Le contesté con una mirada cargada de escepticismo.


-Ignoraré eso porque me caes bien… lo único que tienes que hacer es bajara tus orejas y mirarla con ojos tristes y el golpe final es gemir como si algo te doliera y si eso no la ablanda acuéstate y muéstrale tu estomago como signo de sumisión, créeme, siempre funciona, tienes mi palabra de perro- Dudé un poco pero decidí seguir el consejo de la cría, es un cachorro y en ese arte todos ellos son maestros.


Me dirigí a la habitación de ella y me senté frente a la puerta, la rasguñé un poco y esperé a que me abriera.


-Lo siento Sunny, olvidé que venias detr… o… eres tú- me dijo una vez se dio cuenta de que no era su perro el que estaba sentado frente a ella.


Hora del show, bajé mis orejitas y le lancé mi mejor mirada súper triste y acuosa que tenía en mi arsenal, ella estaba a punto de abrazarme pero su orgullo la hiso dudar, empecé a “llorar” y agaché levemente mi cabeza, como si de un perro regañado se tratase… o esperen, soy un perro regañado.


Ella estaba a puntito de ceder ante mí pero cuando estaba a punto de acariciarme la cabeza se detuvo, hora del arma final; no me voy a echar panza arriba, eso es indignante.


Con aire de actriz, fingí tristeza suprema, me paré de mi sitio y me encaminé a las escaleras con un andar lastimero, mi cola se mantenía baja y quieta, con mi cabeza gacha, pensé que tendría que seguir así hasta que bajara las escaleras pero antes de llegar a estas.


-Espera Karo… ven aquí- me llamó con un tono de fingido enojo y yo también fingí duda, esto es tan divertido.


Me acerqué lo sufriente como para que al momento de que ella se pusiera de rodillas nuestros cuerpos fueran separados por unos cuantos centímetros, ella me abrazó repentinamente y yo regresé a mi forma humana y le correspondí el abrazo, estaba feliz de que me acogiera en sus brazos pero me puse triste cuando ella comenzó a sollozar.


-No llores princesa, si lo haces me pongo muy triste-


-Pero es que *sollozo* pensé que *sollozo* te había pasado algo malo y tardaste mucho y *sollozo* estaba a punto de salir a buscarte-


-No tienes por qué preocuparte por mí, soy una persona genéticamente modificada, soy invencible pero dejaré de serlo si tu estas mal, imagínate que tú vas a buscarme y algo malo te pasa, jamás me lo perdonaría, soy capaz de matar a cualquiera que te haga daño y lo sabes- Dije mientras recordaba lo que le había pasado a Raúl.


-Si pero es que no puedo evitar preocuparme por ti, aunque seas una diosa inmortal yo seguiré preocupándome por ti- dijo ya más calmada.


-Está bien, soy muy afortunada de que te preocupes por mí, pero tardé porque estaba trabajando y salgo a las 9:00, perdón pero no sabía, hoy fue mi primer día-  Rompió bruscamente nuestro abrazo y me tomó de los hombros mirando fijamente con el ceño fruncido.


-¿Cómo que trabajas?- ¿Es que acaso es algo malo?


-Pues sí, necesito mi propio dinero- Ni de coña le digo que le debo a mi jefa porque  capaz me hace devolver los anillos.


-Pero le podemos pedir a mi mamá-


-No quiero abusar ni depender de Margaret, tampoco quiero ser una mantenida- Ahora que lo pienso, lo del trabajo es una gran manera de independizarme y no estar de encajosa con mi suegra, como quiero a esa mujer.


-Está bien pero...-


-¿Pero qué?-


-Dime que no es nada relacionado con la violencia-


-Bueno, mientras no le roben nada a mi jefa no tengo que recurrir a ella-


-¿En qué trabajas?-


-En una joyería como guardia de seguridad, la paga es muy buena-


-Bueno… en ese caso supongo que está bien- Dijo algo dudosa.


-No te preocupes amor, prometo no mandar a nadie a la  sala de urgencias-


-Me lo prometes Karolina- dijo en tono de regaño


-Si mi cielo, como crees que YO sería capaz de hacer algo como eso- Dije en el tono más inocente y dulce que encontré.


-…- Me miro a los ojo con reproche


-Ok suficiente drama por un día, ya es tarde y las niñas buenas tienen que dormir- La agarre entre mis brazos y para mi fortuna ya traía el pijama puesto.


-Y quien dice que soy una niña buena- se cruzó de brazos y me hice un hermoso puchero


-Ya veremos que dice tu madre de este comportamiento jovencita, déjame recordarte que yo estoy a cargo y que soy 2 años mar que tu- Ya estábamos en su habitación y la estaba arropando.


-Pedófila- se enojó, no cuenta como pedofilia si no tengo 18 años.


-Aré como que no oí eso- La miré seriamente y me encaminé a la salida de sus aposentos.


-¡¿A dónde vas?!- Dijo alarmada sentándose en su cama


-Recordé que no quieres que te toque así que dormiré en el sofá con mi gran amigo Sunny-Le dije mientras tomaba el pomo de la puerta para cerrarla.


-No lo dije enserio, duerme con migo- Por Luna, esa carita es tan…


-Es broma amor, solo que voy a salir una ratito-


-Pero si ya es tarde, mejor sales mañana temprano- Me suplicó


-No, en la mañana extrañamente hay más frio, solo serán un par de horas- Me acerqué, le besé la frente, la volví a arropar y le di un dulce y último beso en los labios.


-No te vallas, te prometo que no iremos a comprar ropa- Me dijo un poco triste, se me parte el corazón.


-Necesito hacerlo, no tardaré- dije mientras cerraba la puerta de su habitación.


No me gusta preocuparla pero quiero hacer algo, bajé las escaleras y desperté a la bola de pelos que estaba en el sofá, me transformé en lobo y le dije.


-Sígueme cachorro, tengo cosas que enseñarte-


-¿Qué no me enseñaste todo esta tarde?-


-Eso solo fue algo así como la teoría, tienes que ver algunas cosas-


Salimos de la casa por la ventana y me aseguré de cerrarla, no quiero intrusos con mi novia sola, estuvimos caminando silenciosamente por unos minutos hasta que el cachorro habló.


-Y bien, que es lo que tengo que ver-


-Bueno, tienes que memorizarte la ciudad, cada rincón de ella, desde el callejón más pintoresco hasta el más peligroso-


-¡¿Qué?!- dijo asustado, bueno, es un cachorro, supongo que es normal.


-Yo llevo años viviendo en las calles, prácticamente desde que era una niña nunca he tenido un hogar-


-¿Y tus padres acaso no te dieron uno?- La inocencia de los… cachorros.


-No, me dieron una casa, no un hogar, cuando los maté por accidente huí a la zona más refundida de la ciudad del sur y fue donde encontré a el anciano que me transformó en lo que soy ahora, me intentó dar un hogar, siendo como un padre para mí, supongo que fue lo más cercano a uno pero antes de que lograra serlo, lo mataron y yo tuve que huir a esta ciudad, pasé años en las calles hasta que encontré a Claudia y ella junto su madre son mi hogar- finalicé mi relato, ya estábamos llegando al centró y me detuve.


-Por esta noche solo será un pequeño fragmento para que practiques- Dije mientras buscaba la entrada de algún callejón del tipo laberinto.


-¿Enserio naciste en esa ciudad?, en la perrera algunos perros contaban que era extremadamente peligrosa para nosotros y que tenías que ser muy fuerte para poder sobrevivir- Dijo el con emoción en su voz.


-No solo los perros tenían que serlo, los humanos también la pasaban mal, sobre todo los niños pero me imagino que para los cachorros era peor aunque al menos a ellos sus padres si los protegían- Me detuve en la entrada del callejón laberinto y le dije-Es hora de ir por los callejones, memoriza su olor y deja en segundo plano su aspecto, es más fácil de esa manera- El solo asintió y nos adentramos a este.


-Yo… era un regalo de navidad pero… al principio todo está bien, solo tenía 2 meses, las semanas pasaron y el cariño de mi amo, un niño de 5 años, desapareció, cuando se aburrió de mí, los padres me echaron con tan solo 3 meses, pasé unos días en las calles y los de la perrera me atraparon, estuve en ese lugar por 1 mes y pues ahora estoy aquí, la verdad creo que todo salió muy bien, de no ser por ti ya me hubieran puesto a dormir, así que… gracias por todo- asentí y estaba a punto de decir algo pero un grito me interrumpió.


-¡¡¡TU!!!- Voltee a ver y no era ni más ni menos que el hombre borracho que intentó violar a mi princesa, de solo recordarlo me da una rabia.


-TÚ, MALDITA BOLA DE PELOS, veo que tienes una cría contigo, que pasaría si la reviento de una patada-


-Sunny, detrás de mí, si de casualidad vez que la cosa se pone fea corre a casa.


-Pero quién es ese hombre- Dijo atemorizado


-Es un bastardo que intentó dañar a Claudia-


Se me erizaron los pelos y le gruñí ferozmente, no podía dejar que tocara a Sunny, él era importante para Claudia.


El hombre se lanzó hacia nosotros y no parecía estar borracho, cuando estaba a un par de metros lo intenté envestir pero el maldito sacó una navaja de su manga y cuando mi cabeza golpeo la boca de su estómago la navaja perforo mi hombro derecho, gemí de dolor, el hombre se había quedado sin aire y yo aún tenía el arma enterrada en mi cuerpo, no me quería meter en problemas, seria sospechoso que las personas empezaran a morir con heridas de garras y colmillos, tal vez empezarían a matar a todos los perros grandes que anden en las calles, así que me di la vuelta y levanté a Sunny del cuello con mi boca, empecé a trotar, no podía correr con mi hombro en ese estado, solo avancé media calle cuando sentí como otra arma filosa entraba a mi cuerpo, esta vez en la mitad de mi espalda, con el aullido de dolor solté a Sunny, intenté girarme pero el hombre me dio un fuerte golpe con lo que parcia un martillo justo en la cabeza, el golpe fue tan fuerte que me tumbó y me atonto un poco, este hombre era fuerte estando sobrio, Sunny empezó a ladrar y a aullar pidiendo ayuda, el hombre se encaminó a él pero lo detuve, logre morderle la pierna, las luces de las casa se empezaron a encender y la gente salía de estas, al principio aterradas por mi apariencia pero al ver mi estado y al hombre que estaba a punto de golpearme nuevamente con el objeto en la cabeza corrieron para intentar ayudarme, otro hombre le sostuvo la mano al sujeto y aproveché para huir, tomé rápidamente a Sunny y salí trotando lo más rápido que podía, aunque en mi estado no era mucho, cuando nos alejamos lo suficiente ya estábamos cerca de casa, parecía un toro en plena plaza, con dos navajas enterradas en mí y un poco mareada por el golpe, deje al cachorro en el suelo y me senté un momento para recuperar el aliento.


-Karolina no te mueras- Decía el con su voz temblorosa y entre gemidos de miedo y tristeza.


-Se necesita más que esto para acabar con migo- La verdad es que me estaba debilitando por la pérdida de sangre, tengo que apresurarme para curar mis heridas, ok no soy inmortal, solo tengo más fuerza de la normal, lo admito, tengo miedo.


-Rápido Sunny, en la cocina hay un botiquín, por muy fuerte que sea no soy inmortal- El asintió y nos apresuramos en llegar a casa, abrí la ventana lentamente sin hacer ruido, si ella me ve en este estado es posible que se desmalle o peor aún… que llore y me regañe.


Entré sigilosamente y asomé la cabeza para meter al cachorro, una vez que los dos estuvimos adentro le dije que hiciera guardia en el mueble de la sala mientras yo me curaba en la cocina, el me obedeció y yo regresé a mi forma humana para poder sanarme.


Estaba tan concentrada en intentar sacar el cuchillo de mi hombro que no me di cuenta de que Claudia estaba en la cocina bebiendo un vaso de leche, en este momento solo maldigo el hecho de traer puesta una camisa blanca.


El vaso que traía en sus manos gracias a la Luna que era de plástico porque si no se hubiera roto, solo me siguió observando y yo tampoco es que quisiera moverme, tal vez si no me muevo ella no me vea.


­ -¿¡Pero qué fue lo que te pasó!?- Creo que ya me vio.


-Te le puedo explicar amorcito, veras, estaba caminando tranquilamente de regreso a casa y de repente me resbalé y me enterré estos dos cuchillos en la espalda- le dije nerviosamente, por favor amor trágate esta mentirita piadosa.


-Eso no me lo creo ni de coña, es que acaso crees que soy estúpida- Me dijo enojada, se acercó rápidamente a mí y me tomó de la mano para llevarme a su habitación, está bien que no me queje del dolor pero esta madre me está matando literalmente.


-Espérame aquí, voy a traer el botiquín- Salió corriendo de la habitación, gracias al cielo no me llevó a un hospital, siempre he odiado esos lugares mata humanos y yo no soy humana así que es un doble motivo para no ir.


Aproveché su ausencia para sacarme los cuchillos, el del hombro fue fácil pero el de la espalda estaba dando pelea, mientras intentaba sacarlo sin llorar en el proceso entró la bola de pelos y se acostó en la silla del ordenador de mi novia para observarme, si no supiera que se preocupa por mí, juraría que solo quiere verme sufrir, cuando al fin lo pude sacar di un grito de dolor, esta mierda estaba bien enterrada, un poco más y me atraviesa el estómago… bueno no, pero así se sintió y para colmo Claudia iba entrando y cuando me escuchó soltó el botiquín y se acercó corriendo a mí, ella tiene los ojos rojos, estoy segura de que quiere llorar.


-Te dije que me esperaras tonta, mira cómo te dejaron, incluso te sangra la cabeza, cuando te termine de curar quiero que me diga que te pasó y quiero la verdad- Intentó sonar firme pero no lo logró, me obligó a recostarme para limpiar y desinfectar mis heridas, luego me las coció, eso no me lo esperaba pero siendo hija de Margaret pues tampoco es gran cosa, esa mujer es una dramática en algunos casos, cuando terminó hiso que me sentara para poderme vendar y de paso curarme la cabeza de la cual no me había dado cuenta que estaba abierta, pero, no era tan grabe, el sangrado ya había pasado así que tuve que enjugarme en el lavamanos para quitar la sangre seca y que ella me pudiera cocer la abertura de esta, cuando al fin terminó de curarme, tuvo que cambiar el edredón de la cama porque estaba cubierto de sangre y yo me puse una camisa limpia de color negro.


Al fin estábamos acostadas, yo boca abajo porque dolía mucho y ella me abrazó procurando no tacar ninguna de mis heridas, pensé que ya se estaba durmiendo pero…


-¿Qué fue lo que te pasó y quien te hiso esto?, no creas que me voy a creer que nada más porque te caíste te vas a enterrar dos cuchillos así como así- Dijo y empezó a sollozar, odio que llore, me pone triste, ni modos tendré que decirle la verdad.


-¿Recuerdas al hombre que te intentó violar?- Enserio, de solo recordarlo se me erizaban los pelos, en este caso los bellitos.


-No me digas que fuiste a atacarlo- Se notaba en su tono de voz que estaba algo molesta, después de todo le dije que no atacaría a nadie más.


-No, lo que pasó fue que le estaba enseñando al cachorro los callejones y de pura casualidad nos lo encontramos, el me atacó pero yo no quería problemas, la gente sospecharía si más personas son encontradas con marcas de mordidas y posiblemente maten a todos los perros callejeros- No quiero que por mi culpa mueran animales inocentes.


-Entonces el maldito aprovechó para hacerte daño- Nunca la había escuchado tan enojada.


-Se podría decir que sí, esta vez me van a quedar cicatrices- Mi hermosa piel, de las heridas de mi frente no hay ni rastro pero de esta no me salvo.


-No te preocupes mi cielo, las cicatrices son sexys, de todas maneras esto no se va a quedar así, lo voy a acusar con mi mamá- Si eso me lo hubiera dicho otra persona me hubiera reído pero estamos hablando de Margaret, ese hombre se puede dar por muerto.


-Luego lo haces, ahora que te parece si me haces mimos mientras intento dormir, para mañana ya no me dolerá- Otra ventaja es que sano más rápido.


-Está bien, pero quiero un pago por mis servicios de enfermera- Su sonrisa pícara lo decía todo.


-Me encantaría pero la enferma aún no se recupera-


-Acaso crees que lo haremos contigo en este estado, estarás en abstinencia por 3  días solo para asegurarnos- Mierda.


-Supongo que me lo merezco- Quien quiero sexo después de todo.


Y así transcurrió la noche, ella me hiso mimos hasta que el sueño la venció, yo me quedé despierta un rato más contemplando su belleza, nuestra relación tendrá altas y bajas, de eso no hay duda pero estoy segura que superaremos todos los obstáculos.

Notas finales:

Bueno, espero que disfrutaran la lectura y espero sus reviews, la sorpresa es que si veo que les gusta epilogo, prometo publicar un par de one-shots, les aseguro que les van a gustar, si no les gusta el epilogo pues no publico nada ya que entonces no les gusta mi manera de escribir, que la pasen bien y gracias por leer.


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