Bajaron en la parada correspondiente y Kuroko los llevo un par de calles mas hacia adentro de donde les habia dejado el autobus. Caminaron a lo largo de una muralla deteniendose despues de un rato en lo que parecia la entrada de la casa de Kuroko confirmandolo un gran tabloide a un lado donde se leia en Kanji el apellido de la familia. Abrio la puerta y frente a los ojos de todos los chicos de Seirin se alzaba una casa tradicional de tatami, con un jardin japones muy bien cuidado.
-¡Es increible!- corearon a tono el trio de primer año admirando el interior de la casa.
Nigou ladro en acuerdo con los chicos moviendo la cola y removiendose en las manos de Kuroko para bajar de una vez, el chico se agacho y lo dejo en el suelo, el cachorro parecio agradecerle con un ladrido y corrio perdiendose en el jardin tras la silueta de alguien que el Pelo celeste a penas pudo vislumbrar.
-¿Oye Kuroko acaso eres rico?- indago impresionado Kagami por aquella casona.
-Claro que no.- respondio monotono.
-¡No, no, no!- nego efusivo Hyuga dando un paso al frente.- ¡Definitivamente eres un Obochama! No hay forma de que lo niegues ¡Mira esa casa! ¿Que digo casa? ¡Mansion!
-Hyuga-kun respira- dijo la entrenadora palmeando el brazo del capitan exaltado.
-Se equivoca Sempai.- refuto Kuroko- No soy rico ni mucho menos un Obochama- los demas los miraron aun de pie en la entrada de la casa.- Esta casa fue construida por mi abuelo antes de proponerle a mi abuela que se casara con el. El es arquitecto asi que la hizo a su gusto. Afortunadamente - explico- aunque al principio eran solo ellos dos, ahora nos viene bien porque somos muchos, pero seguimos siendo de clase media como culquier otra familia.
-¿Dices eso enserio?- pregunto Riko el menor asintio
La mayoria de los presentes no se lo creian del todo, pero al ver que su joven sombra avanzaba a la entrada de la casa sanjando el tema definitivamente fue entonces que decidieron al fin seguirlo. Una vez en el vestibulo de la casa el primer miembro de la familia Kuroko aparecio en el pasillo.
-¡Tetsuya! ¡Has vuelto al fin!- saludo un hombre frente al grupo, con alegria - y veo que trajiste visitas...
- Si, surgio algo y decidimos venir aqui.- respondio Kuroko, estudiando un poco las reacciones de sus compañeros, parecian normales hasta ese momento.
Todos estaban absortos estudiando al hombre que tenian en frente. Llevaba una camisa de vestir negra y pantalones beige con un cinturon de ebilla plateada, traia un libro en la mano derecha sosteniendolo a la altura de su pecho. Lucia como un hombre de entre los 4O y 50 años y sin embargo seguia conservando un aspecto ¿Sensual? Su cabello y los ojos eran de un profundo color negro, su piel blanca y tersa como la de su amigo. No obstante la cara y la forma de sus ojos eran identicas a las de Kuroko, el señor frente a ellos era sin duda alguna el padre de Kuroko centenciaron unanimes o al menos eso fue lo que pensaron todos al notar el evidente parecido con el chico.
-Ellos son los miembros del club de basquet mis compañeros de equipo- hablaba Kuroko señalando a todos en general y centrandose al final en la entrenadora- Y ella es la entrenadora Aida Riko-Sempai...-termino el grupo unanimamente se inclino en respeto al mayor y saludaron.
-Es un placer concocerlos a todos, soy Kuroko Tamaki el abuelo de Tetsuya, el nos ha hablado mucho de ustedes. Gracias por cuidar de el.- comento el hombre amable con una calida mirada.
-No es ningun problema- respondio Riko reverenciando uan segunda vez al mayor, aparentemente tranquila y con una sonrisa que a Kuroko le resulto un poco ¿Maniaca? Volvio su vista al resto de equipo y todos empezando por Kiyoshi hasta cada uno de los de primer año tenian los ojos fijos en la figura de su abuelo, sus bocas semi abiertas y un gesto que facilmente se denominaba como shock, ¿Que les pasaba? se pregunto el peli celeste, saliendose de sus cavilaciones por la tersa voz de su abuelo.
-Tetsuya, llevalos al salon de te principal ahi hay mas espacio para que esten todos.- hablo el señor comenzando a alejarse a paso lento.- le dire a tu madre que prepare bocadillos para todos.
-Si, muchas gracias abuelo...- agradecio Kuroko sin percatarse que el estado de shock al que todos sus compañeros entraron comenzaba a empañarse por horror al escucharle identificar a aquel hombre por segunda vez como su abuelo que justo al desaparecer entre los pasillos dejo que Riko se quebrara en un grito de panico.
-¡¿QUE?!...
Continuara...