Albus se entera de la verdad.
Tres semanas y se terminaría el año escolar. Arlette no se hacía problemas, no es como si fuera a servirle los estudios y menos estando a otro nombre, era “una” Dumbledore por favor.
Si se quedaba aquí podría estudiar… un momento, si podía. Si terminaba de estudiar aquí y volvía a su tiempo lo haría con el apellido Dumbledore y ya tendría sus estudios dados, solo quedaría volver a cambiarse el nombre y listo.
Oh… no se había dado cuenta de ese detalle. Había olvidado por completo que se cambio el nombre “legalmente” en SU tiempo.
Estos últimos días Arlette fue la única valiente en seguir a Regulus. Sirius no quería más problemas -menos con lo que se avecinaba- y tampoco es como que le importase mucho… digo, él era el ejemplo para su hermano menor y se notaba que le seguía los pasos… en cierta forma.
Barty se había dado cuenta de aquello y en un momento acorralo a Dumbledore en un pasillo, en donde le exigió saber que tramaba.
Ella siendo como es, no le importo mucho contarle la verdad de que los había visto.
Barty perdió el color, se notaba que no sabía qué hacer, al parecer una parte quería correr pero se notaba preocupación en su rostro por que se supiera ese secreto y quería proteger a Reg ya que decía su nombre muy bajito.
Arlette se enterneció, al parecer aun no le lavaban el cerebro a ese par.
—Tranquilo… solo quiero saber cómo se dieron cuenta.
Barty la miro mas alarmado, si eso puede ser posible.
—Un amigo al parecer es pero no está…— la mirada incrédula de Barty la hizo callar.
—¿Sirius o Remus?— ahora a Arlette se le fue el color —puedo reconocer a otro gay a un kilometro de distancia, por eso aun sigo con Reg—
—¿Es cotizado?— pregunto ingenua, no sabía eso.
—Bastante— dijo molesto. Arlette no tenía que ser genio para saber que significaba el ceño fruncido de Jr, estaba recordando cosas.
La cercanía entre ambos preocupo a muchos. Si bien fue muy extraño ver a una Gry hablando con un Sly, era increíble que se hiciera tan amigo de otro Sly. ¿Qué o quién era esa chica?
Lucius se alarmo por esto, Barty tenía que unirse a su señor y Dumbledore se estaba acercando mucho a unos buenos candidatos.
Pero no fue el único, el mismo Albus estaba al pendiente de su “sobrina”.
Arlette iba escribiendo en un pergamino rápidamente, se le había olvidado hacer las últimas preguntas del trabajo de Kettleburn, razón por lo cual escribía y maldecía a la tinta que dejaba sucio su trabajo, la última parte estaba llena de manchas y rallones, sin contar la letra ilegible.
—Dumbledore— le llamo un Prefecto de Ravenclaw.
—¿Qué?— grito mientras se dirigía a los terrenos.
—El Director quiere hablar contigo— faltaba poco para terminar el ensayo.
—Tengo que entregar un trabajo, dile que iré después de eso— solo un poco más.
—Me mando para que yo lo entregara y por tal razón te disculpara del atraso— ¡Listo!... momento… algo no le gustaba.
Y no era que terminaba el trabajo a la carrera, literalmente corriendo.
—Bien… toma— dijo mientras regresaba —tengo Cui…—
—Cuidado de Criaturas mágicas, lo sé— con eso el Rav se marcho al claro donde hoy les tocaba clase.
Arlette llego a la gárgola y espero a que se corriera no era necesario dar contraseña si la esperaban. Lo que siempre le llamo la atención era como una puerta respondía a una palabra en específico.
—¿Algo interesante?— pregunto Albus cuando ella entro.
—Nada… solo pensaba en la inmortalidad del cangrejo.
—Interesante…— empezó —te mande a llamar porque quiero que conversemos— dijo mientras señalaba un asiento al lado de una mesa con un plato lleno de caramelos de limón.
—¿Te drogas?— pregunto en cambio ella, una vez que estuvo sentada.
—¿Disculpa?
—Siempre comes caramelos…— señalo la fuente.
—Me gustan… ¿tiene algo de malo?— ella negó —¿entonces?—
—Solo pensé que tenían drogas o algo que fuese relajante— con eso tomo uno y se lo llevo a la boca, definitivamente eran ácidos.
—¿Cómo has estado desde nuestra última charla?
—¿No será desde el castigo?— Albus sonrió —pues no me quejo… como voy, estaré castigada hasta mi tercera vida pero bien—
—¿Tercera?— Arlette bufo, definitivamente Albus no entendía a los Muggles pese a que los defendiera —¿Cómo pasaras el verano?— pregunto en cambio.
—Daré una vuelta por el Londres Muggle, me gusta la ropa que tienen— en toda la charla trataba de mantener la mente en blanco, no era ni sería la mejor en Oclumancia como Snape pero hacia su mejor esfuerzo.
—Ya veo… ¿nos veremos el próximo año, verdad?— algo no le daba buena espina. Arlette asintió en respuesta —debo decir que me sentiría más tranquilo si supiera de ti—
—Tendré una habitación en esa… cosa chorreante, creo que tendrás informantes, quienes dirán lo que hago o lo que no— comento mordaz pero es que no podía evitarlo.
Albus alzo una ceja.
—Entonces todo tranquilo… ¿tus amigos?
—Bien… ya sabes, los Merodeadores son muy especiales…— empezó y Albus se toco la barba mientras una sonrisa le nacía.
—Bástate, tengo a muchos profesores quejándose de sus travesuras y por sobre todo a Minerva— comento riendo —si mal no recuerdo, pidió a principios de año que no les imitaras— Arlette rio, era verdad pero… no podía no hacerlo —y también recuerdo como parecías una niña tan frágil—
—Bueno… con los Merodeadores y peleas con los de Slytherin es mejor no ser vulnerable. Sé que uno debe escoger sus peleas y analizar las cosas pero… aunque uno piense mucho las cosas a veces resulta que uno hace más mal que bien con las decisiones que uno toma— no pudo evitarlo, tenía que darle a entender que no todo era bueno, correría mucha sangre inocente si seguían por ese camino.
—Lo entiendo, es algo con lo que aun cargo— al parecer Albus se perdió en sus recuerdos.
Arlette sabía que se refería a Ariana.
—¿Tu…?— no sabía si debía preguntar o no pero eso lo tenia de su abuela, era muy impulsiva —¿tu perdiste a alguien?—
Albus asintió.
—¿Le amabas?
—Con toda mi alma— respondió. Arlette no sabía si hablaban de la misma persona, en los ojos de Albus se veía amor, pero no filial… definitivamente debería dejar de leer esos libros acerca de Gellert.
Albus vio como negaba.
—¿Ocurre algo?— pregunto.
—Estaba recordando algo de Gellert— al escuchar Albus palideció —¿Qué ocurre?—
—¿Por qué preguntas por Gellert?— sin darse cuenta Arlette había confirmado ciertas cosas para Albus.
—Quería saber que pasaba con mi “tío” y bueno… venciste a Gellert, tenía que saber de él— se encogió de hombros —recordé algo del puro y casto amor filial, el no incesto y la fidelidad entre las parejas y la obligación de esta, de perder su virginidad solo cuando estuvieran casados— sonrió.
Albus respiro profundamente y fue a acariciar a Fawkes.
—Gellert fue un error que me prometí jamás volver a cometer— dijo sin voltearla a ver.
—¿Un error?— pregunto pero Albus no respondió.
Pasaron unos minutos en donde Albus no se movió de lugar. Arlette se estaba aburriendo, ya al quinto bostezo se paro para marcharse.
—¿Hay algo de lo que me deba enterar?— pregunto cuando ella estaba a pasos de la puerta del despacho.
—No creo… depende— dijo en medio de otro bostezo.
—¿Depende de qué?
—De lo que busques— respondió, estar allí con el calor de la chimenea, la relajo bastante.
—Quiero saber la verdad.
—Pues no la encontraras en este tiempo… quizás más adelante— tenía mucho sueño.
—Eso parece— comento Albus a la vez que se volteaba a verla.
Arlette despertó mas tarde en su pieza.
Sus amigos se extrañaron de no verla en clases por lo que en un descuido del Profesor se alejaron y consultaron el mapa, su amiga estaba con el Director pero en un momento Remus protesto, ambos habían desaparecido para volver -a los minutos- a aparecer Dumbledore solo. Revisaron y la vieron a ella en su habitación.
—Tranquilo Moony— decía Sirius.
Pero Remus no estaba tranquilo, no era normal desaparecer del colegio con una alumna, ya que no estaban permitidas las apariciones y solo el Director tenía permitido hacerlas cuando fuera un caso muy importante del estudiante o familiar. Lo segundo quedaba descartado porque había visto hace poco a Aberforth y estaba más sano que todos ellos juntos.
Por ende algo paso. Cuando hablaron con Arlette ella dijo que despertó allí, que fue a hablar con Albus y luego le bajo el sueño cuando ninguno decía nada.
Su instinto le decía a Remus que eso no era todo pero si su amiga no recordaba, no podría seguir calentándose la cabeza.
Albus por otro lado espero los resultados, en ese momento desapareció con Arlette para ir a ver un amigo.
Este hizo un hechizo sobre ella y extrajo unas gotas de sangre.
¿El resultado? Definitivamente este no era el tiempo de ella.
Como bien dijo, las respuestas las tendría más adelante, solo quedaba esperar.
Continuara...