Voldemort debe morir.
Volviendo al tema de Voldemort. Arlette no se saco de la cabeza lo que ocurría, si bien apareció en Hogwarts, no se involucro con Voldemort como para que hiciera destrozos antes de tiempo.
Bueno… Lucius no contaba y Walburga… ¿no creo…? ¿Verdad?
Estaba en problemas. ¿Por qué no pensaba antes de hablar?
<<Porque tienes sangre Black y rasgos de Lobo. Eres el sinónimo de impulsiva, si buscan la palabra en el diccionario sale tu cara>>
Maldita sea la conciencia que tiene razón.
Pues bien… probablemente sea ese par.
Walburga porque es la única quien “le paro los carros” para que dejara de molestar y soltar veneno por su boca.
Malfoy porque… ¿le dijo algo de los Mortífagos?
—Necesito un pensadero— hablo en voz alta.
—¿Un pensadero?— pregunto alguien —¿para qué?—
Arlette giro su rostro y se dio cuenta que estaba en el comedor, en la mesa de Gryffindor.
—Letty…— empezó Peter, al parecer aun le servía el anillo al pequeño ya que le trajo cosas positivas, se le notaba más confianza en él y como mejoro bastante en las bromas con Potter y Black.
—Creo que deje la caga pero solo podre confirmarlo accediendo al recuerdo— explico a nadie en particular, si los miraba a los ojos recordaría lo que pasaría con ellos y no tenía ganas de ello.
—Yo creo que te estás juntando mucho con Sirius— por la cara de todos incluida Arlette, Remus añadió —ya empiezas a hablar como él—
—Por favor… ni que fueras mi Padre— comento pero luego cayó en cuenta, no tenia Padre y sus amigos lo sabían —¿saben que si le dicen a Albus “vete a tener sexo con Minerva” pondrá una cara del recuerdo?—
—¿Qué?— ups, la profesora estaba detrás de ella.
—Albus quiere salir con usted— respondió James.
A lo que el mencionado en la mesa de Profesores escupió su jugo, luego de eso puso una cara de susto y salió del comedor prácticamente corriendo.
Definitivamente podía trastornar o ser la piedra en el zapatos de Albus Dumbledore.
Una semana paso para poder conseguirse un pensadero. Black al parecer tenia uno pero debía estar en casa de los Potter y reducido junto con la mayoría de las cosas en una habitación, tuvo todo el verano pero ni eso hizo.
No sabe cómo y tampoco Arlette quiere saberlo pero Sirius consiguió llevarlo al colegio. Estaba en la sala común cuando bajaron y con una señal le dijeron que todo estaba listo.
—¿A dónde vas?— pregunto Lily quien al parecer y por las conversaciones estaba por decirle que si a James.
—A la pieza de los chicos… tengo que ver una cosa—
—¿Estás segura?— según Arlette la ceja y el ceño de Evans significaban solo una cosa.
—¿Celosa, Evans?— le molesto mientras subía sus cejas sugerentemente.
—Piérdete Potter— escupió como siempre pero eso solo confirmo las cosas para Arlette.
Evans estaba ahora sí que si perdida de Potter y no dejaba de pensar en él, junto con que empezaba a celarlo, quizás podría ayudar un poquito, después de todo James fue al baile de Halloween con alguien más.
—Como digas pelirroja— le molesto, solo dos personas le decían así. Sirius y JAMES.
Ya en la habitación extrajo el recuerdo de ese día y lo dejo caer en el pesandero, espero unos momentos y se sumergió.
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Arlette estaba molesta caminando por los pasillos.
No tardo mucho para que Malfoy apareciera y “la” amenazara con su varita, al parecer Narcissa y Severus estaban involucrados.
Por lo que pudo ver a su espalda, los merodeadores iban caminando. Lucius sin pensarlo dirigió su ataque a Black pero Arlette al volver a girarse se movió inconscientemente a la derecha.
—¿Se puede saber qué te pasa?— grito ella colérica.
Malfoy no se inmuto pero sus ojos expresaban sorpresa.
—No me quejo, igual eres Gryffindor— le respondió.
—Lo sé, y también Slytherin— respondió, el alumnado que salía o se dirigía al comedor empezaba a juntarse a su alrededor, con esa afirmación todos la miraban confusos —sé cómo se tratan, como se distribuyen, estudian, duermen… hasta se con que contraseñas puedo entrar a las mazmorras— termino por decir.
Los Merodeadores, sobre todo Potter y Black, estaban en pleno shock. Ya el alumnado se detuvo porque sabían que verían una pelea.
—¿De qué hablas?— pregunto Sirius, su cara reflejaba confusión.
—El propio sombrero sabe— explico —por… ciertas cosas— se corrigio —estoy capacitada para entrar a Slytherin y no me sería complicado adaptarme a ser una serpiente pero ambos sabemos que mi corazón está en Hufflepuff— los otros no entendían nada ¿Hufflepuff? ¿Qué tiene que ver? —¿Por qué me dejo en Gryffindor?— suspiro —es mi segunda oportunidad, me la dieron y la aprovecharé—
Después de aquello camino hasta llegar a Malfoy.
—Pero nada me impide llegar hasta tu habitación de Prefecto y hechizarte en la noche. Puedo pasar el hechizo de la puerta— se podía apreciar el nerviosismo de los Sly por estas palabras —y no me temblara la mano— apunto con su varita al cuello de Malfoy —si ustedes pueden manejarse con las imperdonables… yo igual—
Lucius la miro a los ojos pero retrocedió unos pasos, no podía pero quería sostenerle la mirada.
—Espero que hagas el contra-hechizo o ya sabrás— con eso se dio media vuelta y empezó a caminar.
Severus desde su lugar la apunto con su varita.
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Para cuando salió se arrepintió de haber entrado. Definitivamente en la parte que decía “—si ustedes pueden manejarse con las imperdonables… yo igual—” era por los Mortífagos, lo que no sabía es que si Malfoy ya era uno que tenia la marca o aun faltaba para eso pero sea como sea.
Le dijo a la cara que ÉL era uno. Definitivamente no pensó bien las cosas.
Los chicos después de aquello la vieron más decaída. Se notaba que no estaba pendiente de las clases, algo la tenía preocupada y no sabían cómo ayudarla.
—¿Eres buena con la escoba?— pregunto en un momento James.
—Pues… no sé— pensaba en su abuelo William el cual no fue jugador, tampoco su Madre, su abuela por otro lado se veía atlética pero no sabía si era buena con la escoba.
Por los Lupin, su Padre no se veía tan interesado en el deporte. Si bien sabía que Remus se manejaba y bastante bien, ya como jugador de Quidditch no le gustaba, siempre se excusaba con lo de Moony. Por su abuela, sabía que no le interesaba el deporte, volar no era tan importante como estar en tierra y ser un Auror, su bisabuela repetía todo el tiempo como su abuela quería ser Auror y que era muy parecida a ella.
Odiaba eso.
—HEY— grito Sirius.
—¿Qué?
—Te perdimos otra vez… ¿entonces vamos al campo?— pregunto el pequeño Peter.
Arlette busco a Remus pero no estaba, probablemente se fue con su novio, sea como sea… igual necesitaba despejarse.
Nunca tuvo que haber ido. No podía ser más… ¿cómo decirlo? Era ver a una versión femenina de Remus sobre la escoba, hacia las mismas jugadas y se movía de la misma forma, era muy similar a lo que paso con Harry y James pero como aquí ninguno sabia en donde jugaría Remus y si Arlette era buena, fue lanzar la pelota por los aires, similar a un juego Muggle, voleibol.
Después de aquello no se acerco más al campo, al contrario se quedaba en la Sala de Menesteres para pensar un poco sobre Tom. Le costó que sus amigos soltaran la ubicación, en su tiempo tenían prohibidos los Padres revelar aquello, todo gracias a Ginevra Weasley.
Si ya había hecho algo tan importante como alterar las actividades de Tom Riddle en el pasado, esto se haría verdad cuando salga de este tiempo a cualquier otro, como que la historia se iba a sobrescribir, era el peligro del hechizo y vaya que si lo lamentaba, la mitad de su vida perdida por una estupidez, SUYA pa peor.
Continuara...