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Arlette Lupin Weasley por NatLB

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¡Pasare las navidades con Lupin!

 

—Debes quedarte en el castillo—  decían James, Sirius y Albus.

Arlette negaba.

—Quiero pasar las vacaciones con Remus—  la determinación en sus ojos. Esto les decía a los otros que pese a todo no lograrían que se quedara en el castillo.

Que decir sus amigos que sabían lo que provoco la vez anterior.

—REMUS—  se quejo Sirius.

—No la invite yo Paddy—  un escalofrió agradable recorrió a Sirius. Últimamente Remus le decía mucho así  —se invito sola—  explico.

—Es verdad y cuidado Sirius, pasaras las vacaciones con James—  sutileza no era el segundo nombre de la chica.

Sirius le saco la lengua infantilmente.

—Tranquila… sabemos que el chucho tiene su pretendiente—  le codeo James. Dos gruñidos se escucharon en la habitación—

—Pero…—  empezó Albus.

—Nada de peros ya se atraso el viaje de regreso—  era verdad tenían que haber salido el diez y siete y ya estaban a veinte  —no mas atrasos, mañana nos vamos y listo—

Se le notaba incomodo a Albus y no era para menos. El mismo veinte y cinco seria Luna Llena y no quería poner en peligro a Arlette. Sabía que los Señores Lupin cuidaban a su hijo pero… tener que preocuparse de otra persona, eso era otro asunto.

—Para el hilo de los pensamientos. Me las arreglare—  sonrió Arlette.

Y era que tenía una as bajo la manga. Poción Matalobos.

 

Pues bien, pese a todo llegaron a casa de los Lupin el día veinte y uno en la tarde. Los Señores Lupin quedaron sorprendidos de ver a su hijo con una “amiguita”.

Lyall no perdió el tiempo y empezó a molestar a su hijo lo que le causo serios golpes de parte de su esposa.

—Por cuarta vez. No es mi novia—  decía Remus a su Padre.

—Es verdad… imposible que Remus saliera conmigo…—  dijo en broma Arlette, la que se gano una mirada furiosa y de advertencia por parte de Remus.

Después de un silencio gritó.

—¿NO ME DIGAS QUE?

—Tranquilo cariño…—  decía Hope mientras miraba como su hijo cambia a un color rojizo  —estamos enterados de la situación—  Remus cambio a color rojo  —tus amigos del pueblo te echan mucho de menos—

—Eso no quiere decir…—  empezó a hablar el menor.

—¿De verdad?—  dijo incrédulo Lyall  —¿Leonard?—  mas sonrojado no podía estar.

Remus jamás espero tener que conversar con sus Padres hasta que terminara el colegio, trabajara y de allí tuviera pareja estable, un promedio de seis años. Ahora resulta que sus Padres lo sabían.

—Entonces… ¿novio?—  volvió a empezar Lyall  —¡AUCH!—  se quejo cuando su esposa lo volvió a golpear cual perro con un diario.

—Tu familia es graciosa—  comento Arlette a Remus.

—Aun mas después del domingo…—  dijo molesto.

Inmediatamente el ambiente cambio, la tensión se podía palpar, al parecer los Padres no esperaban que ella se quedara hasta esa fecha.

—Tranquilos… tengo algo que ayudara pero no lo curara…—  las tres personas presentes la miraron extrañados.

—¿De qué hablas?—  dijo Lyall bastante serio.

—Calma… no-suegrito—  Arlette movía sus manos para calmarle, era un tema bastante delicado.

—Arlette…—  la mirada que tenia Hope la obligo a explicar todo de una buena vez.

—Hay una poción… que fue descubierta por Damocles Belby…—  por la mirada sabia que de algo estaban enterados  —fue descubierta en 1972 y bien… aun es “nueva”—  recalco  —por lo que ya los ingredientes son caros pero… aquí traje un poco—  decía mientras rebuscaba entre su ropa.

Al final saco un frasco mediano.

—¿Es…?—  decía Lyall.

—Aja.

—Gracias…—  dijo Remus, lo decía porque después de mucho tiempo sus Padres podrían relajarse.

 

Remus ese veinte y cinco de diciembre se bebió la poción unas horas antes de que se transformara. Le acompaño hasta el sótano en donde Lyall puso hechizos de todo tipo.

—Tranquilo… se transformara pero conservara su mente…—  le informo Arlette a un Lyall que pese a todo se notaba angustiado.

—Lo sé… pero igual me siento mal… yo… si no fuera por mí—  aun cargaba con ese peso sobre sus hombros.

Arlette se acerco y lo abrazo, durante el tiempo que estuvieron así Lyall no noto como su esposa bajaba y observaba lo que ocurría. Su esposo no le permitía bajar ya que sería muy impactante para ella.

Podían ver como Remus se aferraba a sí mismo, como su piel se desgarraba y su vello aumentaba, su boca se desencajaba junto con sus extremidades para luego alargarse o posicionarse en otras partes de su cuerpo.

Una mata de pelo castaña se acurro en donde en un principio estaba Remus.

Moony giro su cabeza y aulló, gesto que vio su Padre, siguió la mirada de su hijo y vio a su esposa.

Hope dio unos pasos pero Lyall la aferro del brazo trayéndola a su cuerpo.

—Está muy cansado para atacar pero eso no evita los sentidos de un licántropo—  le dijo Arlette a Hope  —creo que es un buen momento para poner algo en práctica—  dicho eso, se transformo en una loba.

Con eso entro donde Remus. La barrera impedía el paso de humanos no de animales. Se notaba la diferencia de tamaño, “Arlette” parecía un zorro al lado de Moony.

Durante toda la noche la loba acompaño a Moony, no sin antes pedir permiso para acercársele y luego jugar a mordisquear sus orejas.

Ya por la mañana Remus despertó, cansado pero entero.

 

—¿Qué fue eso?—  pregunto Hope cuando vio aparecer a Arlette en su cocina.

—Los magos y brujas pueden transformarse en animagos, lo que requiere mucho tiempo pero soy buena con la magia y encontré unos tips para hacer el proceso más rápido—  sonrió.

Ya en su tiempo había investigado del tema en donde adelanto varios años pero recién ahora pudo terminar cuando al fin les saco información a James y Peter en una noche de borrachera.

—Lo cual es muy peligroso—  regaño Lyall cuando entro.

—No soy la única—  se quejo. El adulto abrió los ojos alarmado.

—Además sin poción, un animago es lo mejor para acompañar a Remus—  bajo ese argumento Lyall tuvo que morderse la lengua. Lo sabía y lo había intentado pero sus años pesaban, sobre todo después de tantos años alejado de su propio mundo.

—¿Qué raza era esa?—  pregunto Hope  —y… ¿Por qué esa?—  añadió.

—Canis Lupus Communis o más bien conocido como Lobo Ruso podía también escoger un Canis Lupus Lupus—

—Lobo Europeo—  interrumpió Remus.

—Si eso…—  prosiguió como si nada pero los Padres de Remus se veían incómodos  —porque… bueno… era más fácil que Remus me aceptara siendo de la misma familia de Canis pero a la vez peligroso por lo territorial… digamos que me fui a la vida—  con eso se gano un coscorrón de parte de Remus.

—¡Irresponsable!—  le grito molesto.

 

Después de eso, fue intentar que Remus la perdonase, no así con Hope que estaba muy agradecía y Lyall… bueno digamos que estaba molesto pero apreciaba el gesto.

<<Si se enterara de lo de Sirius y los otros…>>

Pese a todo la cara de felicidad no se la sacaba nadie, se había transformado y todo había salido bien... estaba más que satisfecha.

 

El primero de enero a las 10:30 de la mañana Lyall y Hope despedían a Remus y Arlette  antes de que pasaran la barrera. Lyall jamás la pasaría después de que Remus estuviera en quinto y era porque su esposa no podía.
Desde los accidentes al ingresar muggles por azares del destino, se implemento un cambio en la barrera desde 1956, la cual duraría hasta nuevo aviso o hasta que los Aurores fueran capaces de adelantarse a estos inconvenientes. El problema, no todos querían hacer ese trabajo.

—¿Quiere conocer el lugar?—  pregunto a Hope cuando se alejaron de los otros.

Ella la miro extrañada sabía que no podía pasarla al ser Muggle y menos estando Aurores vestidos como paisanos. Cuando asintió, ella entendió que lo Merodeador de Remus vino por parte de Madre.

Arlette le paso un collar y con eso se despidió de Lyall y Remus para pasar la barrera con Hope detrás, siempre agarrada de la mano.

A los segundos aparecieron los otros dos, con caras de incredulidad y sorpresa, bastante sorpresa.

—Un pequeño obsequio—  dijo Arlette a Remus, era su ultimo año… ¿Qué mejor que lo despidiera su Madre y lo recibiera al finalizar?

—Gracias—  dijo él con los ojos llorosos.

Hope trataba de mantener la calma pero la impresión era grande.

 

En eso aparecen Sirius y James por el otro extremo, al verlos gritaron y corrieron.

Hope y Lyall vieron como los amigos le abrazaban y lo examinaban completamente para sorpresa de los adultos.

Sirius paro su “examen” cuando vio a los adultos. La mujer tenía los ojos de Remus junto con el pelo y el hombre tenía la misma altura.

—Suegritos—  dijo en broma a lo que Remus lo golpeo.

James se llego a caer de la risa, después apareció Peter y se les unió, al parecer había visto al escena de lejos.

Sirius se sobaba la cabeza y Remus cambiaba de color.

Hope se rio discretamente y Lyall tenía una sonrisa amenazante en su rostro. Remus sabía que no se libraría de esa.

—Idiota…—  dijo mirando a Sirius quien ponía mirada de cachorrito apaleado, como quería golpearlo enserio para ese minuto  —Mama, Papa… mis amigos James, Peter y Sirius—  los señalo a la vez que decía sus nombres.

—Hola—  sonrió James, tan natural como siempre.

—Buenos días—  dijo Peter.

Sirius se acerco y le dio la mano a Lyall para luego girarse a Hope y pedirle la mano para saludarla, dándole un delicado beso en el dorso de dicha mano.

—Oye perro, deja la imagen de sangrepura que no te queda—  le pico James.

Sirius le saco la lengua.

Con esa imagen, Hope rio y se despidió de su hijo. Le beso la mejilla y le abrazo.

—Cuídate.

Sin embargo su Padre le sonrió  —Cuidado campeón—  le molesto y corrió antes de que su esposa lo regañara.

—Se ven simpáticos—  dijo Peter a lo que todos asintieron.

 

Cuando llegaron a Hogwarts Remus aun seguía sentido y molesto con Sirius.

Continuara...

Notas finales:

Gracias a las personitas que se dan el tiempo de leer y que quieran comentar ;)


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