Mes y medio. Matemos a Riddle.
Desde que Albus, Remus y Sirius volvieron, se les notaba más preocupado respecto de Arlette. Al salir se enteraron que fueron llevados hacia la mente de ella, todo gracias a un gran flujo de magia que se movió por Hogwarts de repente. McGonagall dijo que no era algo normal además de ser muy potente y benigno, lo cual altero a varios alumnos.
Remus y Sirius aun no se sacaban de la cabeza la desconfianza que Arlette tenía por Peter y el cariño que presentaba por Severus.
Algo les decía que eso sería importante y que ella sabia más cosas de las que aparentaba, sobre todo se preocuparon al recordar que Marcus Higgins la consideraba su mejor estudiante y con una habilidad de atinar en un 98%.
Albus por otro lado, empezó a buscar información de Harry, Tom y Joshua. No encontrando nada en sus registros de los primeros, excepto de Tom.
Su antiguo estudiante el cual estaba detrás de todos estos ataques, porque Albus sabía que era él. Tom Riddle.
Y si Arlette sabia, algo debiese ocurrir. Lo otro que le preocupaba era el flujo de magia que apareció de la nada y la supuesta “extracción” de magia que su mente sentía, no así su cuerpo.
Debería averiguar en qué pasos andaba Tom y ver si el tenia conocimientos de su extraña alumna.
Era Lunes 15, Luna en Cuarto Creciente. Remus estaba excesivamente emocionado y con unas inmensas ganas de hacer alguna travesura. Por lo que juntos decidieron ir en la noche a Hogsmeade, invitando a Lily por primera vez.
—Chicos esta no es una buena idea…— empezaba a decir Lily a la mitad del túnel —porque Remus este en este estado, no significa que le hagan caso—
Peter y James se detuvieron, sospechaban que Lily sabría lo de Lupin pero… además no ha dicho nada de la Luna, quizás… solo fue…
—Vamos chicos. Evans lo sabe— empezó Arlette —creo que es obvio, se conocen desde primero prácticamente y no por nada Lily es una de las chicas más listas—
—Esa es mi Lily— dijo un orgulloso James olvidando el tema principal.
—Apúrense— demando Lupin —casi puedo sentir el sabor del chocolate— sus ojos se iluminaron.
Arlette se acerco disimuladamente a Sirius —el chocolate es un buen afrodisiaco… mejor con esta Luna— susurro y se fue antes de que Remus la mordiera.
Black se detuvo un momento para luego empezar a empujar a todos y así llegar más rápido.
Si se hubieran tardado quizás no habrían alcanzado a salir del túnel.
Tom Marvolo Riddle, mejor conocido como Lord Voldemort. Apareció en uno de los caminos anexos de Hogsmeade, una capucha negra le cubría completamente pero se apreciaban unos ojos inyectados de rojo sangre bajo está. Unas sombras se materialización detrás del Lord.
—Estamos listos— dijo la voz de una mujer.
—Eso veo…— les miro —saben lo que hay que hacer… hoy es el día en el que me conocerán. Hoy es el día del… morsmordre— susurro lo último.
Con un movimiento de mano, dio inicio a lo que sería un ataque de Mortífagos. Tom quedo en el callejón hasta que salió el último de sus lacayos y se apareció en el tejado de la Oficina de Correos. La sola presencia de Voldemort alteró a las lechuzas quienes se removían inquietas en sus lugares y otras buscaban una rápida salida.
En el tejado Tom saco su varita y la levanto hasta el cielo.
—¡MORSMORDRE!— dijo a la vez que una calavera verde empezaba a tomar forma, para después abrir la boca y que de esta saliera una serpiente.
Esa fue la señal para que los otros empezaran a atacar Hogsmeade.
Los chicos salieron del pasadizo. Lily vio como estaban en el sótano de Honeydukes, había cajas con productos de la tienda por montones. Pudo ver la familiaridad con la que los chicos se movían, abriendo cajas, evitando tablas, lanzándose cosas sin ver hacia a donde pero otro las agarraba en el aire y las guardaba. Una figura quieta llamo su atención. Arlette estaba observando el cielo por una pequeña ventanilla.
—La marca tenebrosa…— le escucho Lily a lo que luego Dumbledore desaparecía por las escaleras.
—Chicos— dijo para llamar su atención pero una explosión fue suficiente.
Los cinco quedaron en sus lugares, escuchando como gente empezaba a gritar, hechizos cortando el aire, paredes derrumbándose y la voz de Arlette afuera, en el campo de batalla que se aproximaba a una masacre.
Los chicos sin dudarlo salieron a por su amiga. Debían protegerla. Ellos no sabían porque pero era vital que nada le ocurriera.
James detuvo a Lily cuando ella empezó a seguirlos por las escaleras.
—Debes regresar— la mirada que le dirigió Evans rivalizaba con la de Walburga en ese momento —debes avisar al Director, di que… te asomaste y viste algo—
—¿De qué hablas Potter?— mala señal.
—El hechizo que nos rodea— explico. Tomo a Lily y la acercó a la ventana —fíjate en ese resplandor— señalo un punto en el cielo —es un hechizo que actúa como burbuja, no deja que nada entre o salga a menos que alguien poderoso la rompa…—
—Albus…
—Ve por él o toda esta gente morirá— la cara que tenia James en ese momento, confirmo que la situación era grave.
Lily asintió y le beso antes de regresar a paso rápido.
Una vez James apareció junto a ellos, empezaron a lanzar hechizos contra los encapuchados.
—CRUCIO— escucharon decir para que le fuera secundado un grito.
Alguien estaba apuntándole a una mujer. Sirius sin esperar mucho más, lanzó cualquier hechizo para saber la reacción que tendrían las personas con capuchas.
Al parecer ese o esa, si estaba pendiente de su alrededor ya que dejo a la mujer y le observó.
Remus corría entre las personas lanzando hechizos protectores a algunos y desarmando a otros.
Una sombra se planto detrás de él y le ataco, arrojando a Lupin a la pared más cercana. Remus por el estado de la Luna no podía ser desarmado tan rápidamente.
—Expelliarmus— grito a lo que la persona esquivo el hechizo.
—Crucio— Remus alcanzo a agacharse justo a tiempo.
Ambos se miraron cuando unas sogas aparecieron detrás de la sombra para aprisionarlo. Su varita fue arrojada lejos y quedo petrificado a la vez que unas arañas le rodeaban.
—Aun no es el momento… Ro…— distinguió la voz de Arlette.
—Dumbledore— le llamo a lo que quien estaba en el tejado escucho el apellido traído por el viento.
—AVADA KEDABRA— apunto hacia el sector donde supuestamente estaba Albus.
Peter observo como la maldición se dirigía hacia Remus. Él ayudaba a los heridos con algunos hechizos de sanación. James estaba luchando a penas cerca del borde de la barrera esperando a Albus. Ellos sabían que una persona del interior como del exterior, eran necesarias para romper este tipo de hechizo de bloqueo, no por nada todos estudiaban los libros de la Sección Prohibida.
Busco a Sirius con la mirada, seguía luchando con esa persona, que al parecer era mujer, por el pelo rizado que tenia.
—ARESTO MOMENTUM— grito Arlette a lo que apunto a Remus haciéndolo desaparecer.
Remus apareció detrás de una mujer para desarmarla sin pensarlo.
Sirius vio a Remus detrás de su prima, ya que reconocería esa locura en cualquier parte, sobre todo después de ver el rostro de ella al caer.
—¿Quién eres tú?— pregunto Voldemort al bajar y ver que no se trataba de Albus.
—Tu peor pesadilla Tom…— susurro.
Tom sonrió y se acerco —tu eres mi fuente de la juventud— le quito un mechón de pelo para después pasar el pulgar por su mejilla —creo que no puedo matarte—
Arlette quedo petrificada. Tom sabia de su presencia, al parecer su llegada no paso tan inadvertida.
—Agradece a Walburga y Lucius… creo que los conoces…— dijo en el oído de ella.
—Ni aun conmigo ganaras— respondió.
—¿Si?
Arlette tomo su varita y le miro amenazante.
—Pese a todo eres una Dumbledore, tratas de hacerme entrar en razón a lo que apenas digas algo yo abre atacado y te irás conmigo… tu magia es especial—
Arlette rio. Tom no sabía que en realidad no era ella la especial. Fuese como fuese era una Black y una Lupin con sangre de licántropo.
James vio como el Director se acercaba con otros Profesores y algunos aurores.
Estarían en problemas pero esos no eran ahora sus miedos, ya había visto como esa persona se acercaba a Arlette.
Ambos apuntaron hacia el mismo punto.
—Des…— empezaron a decir mientras apuntaban a la vez que se acercaban a la barrera —FORG— terminaron el hechizo cuanto ambas varitas estuvieron a solo centímetros de distancia. Los presentes pudieron notar como el aire parecía trisarse y luego descascararse. De apoco algo similar al vidrio caía desde el cielo.
—Poppy, atienda al joven Potter— dijo Albus.
—Arlette… allá— un contra-hechizo como ese era demasiado para alguien como James, si bien en unos años podría, ahora significaba arriesgar su vida.
Albus se acerco junto con los aurores que atacaban a algunos encapuchados mientras otros atendían a los heridos. No muy lejos, cerca de la oficina de correos dos personas ignoraban lo que ocurría a su alrededor.
—Creo que es momento de huir… como siempre— dijo Arlette mirando de soslayo hacia los aurores.
—Toda la razón… debemos irnos— apunto hacia el cielo y de nueva cuenta la Marca Tenebrosa apareció.
En ese momento Arlette, apunto al brazo izquierdo de Tom.
—CRUCIO— un grito desgarrador se dejo oír por un momento ya que Tom la vio amenazante.
Tom sentía la maldición en su brazo pero eso no era suficiente para detenerlo, no a él. Haciendo uso de su magia, fuerza y voluntad, no dejo que la maldición se expandiera más allá de su brazo. Aprovechando que tenia la marca allí repartió la maldición con los otros.
—Arlette…— dijo Albus al ver aquello.
—Mátalo…— dijo ella.
Albus se detuvo… ¿matarlo?
—Mátalo o la guerra que empieza no terminara nunca— apunto de nueva cuenta al brazo y volvió a decir la maldición.
Los Mortífagos presentes se retorcían en sus lugares.
—Para que veas… siempre será lo mismo con el vejete— dijo Tom a ella —nos volveremos a ver—
—Lo dudo— respondió.
Con esto Tom y todos sus Mortífagos desaparecieron de Hogsmeade.
Si bien no fue la matanza que se esperaba para esa fecha, algo cambio.
Albus no estaba preparado en estos momentos y Tom se había hecho más fuerte. Las piezas estaban sobre la mesa.
—Tenias que matarlo…— dijo ella para luego desaparecer de allí.
Lo peor de todo es que Voldemort tenía parte de su magia y ataco antes pero muy atrás… ¿Cómo explicarlo? La línea se vio afectada y bastante.
Tom aun tenía forma humanoide, no tanto pero tenía bastante para distinguirlo como humano y no como serpiente.
Definitivamente las piezas estaban, lamentablemente ella no jugaba en ese juego y mucho menos tenía un turno. Ya había tomado uno de Albus.
Continuara...