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Arlette Lupin Weasley por NatLB

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Notas del capitulo:

Un capi mas y llegamos a la tercera y ultima parte :D

Dejando a la pareja.

 

Llegaron a los terrenos y sin pensarlo mucho corrió hacia el sauce para ir por última vez a Hogsmeade, quería hacer algo antes de irse.

Mientras iban recorriendo el túnel, habló.

—Le prometí… a Joshua… que si salía bien… haría algo pero… ya no resultara… por lo que quiero… que me ayuden… y así tranquilizarlo al volver…

—¿De… que hablas?—  pregunto Sirius.

—Necesito… que parezcan adultos… y yo una niña… así le entregare el recuerdo… y estará tranquilo…

—Debe quererte mucho para que… hagas esto—  escuchó a Remus.

—Claro… es mi mejor amigo…—  sonrió pese a que ninguno la vieran porque iba primero  —el único…—  susurró lo ultimo para sí misma.

Cuando llegaron a la Casa de los Gritos, sacaron sus varitas y se apuntaron los unos a los otros para cambiarse la apariencia.

Arlette parecía una niña. Definitivamente el par era muy bueno en hechizos y encantamientos combinados.

Y ella no podía quedarse atrás.

Remus tenía la apariencia de sus 35 años, igual que Sirius. Pero en los detalles se preocupo Arlette, los otros ayudaban con el tema en general.

—Me veo… bien—  dijo Sirius una vez que transformó un trozo de vidrio en un espejo  —me gusta esta apariencia—  se tocaba la barba de candado que tenía más definida que en sus futuros años, aunque conservaba el ser mas tupida sobre el labio superior  —creo que me quedare así para esos años—

Arlette se esmero en que se acercara a la realidad. Tenía esa especie de abrigo que le cubría la camisa y una chaqueta, similar a las de los trajes de tres piezas. La cadena de un reloj resaltaba. Su atuendo terminaba con unos pantalones oscuros y unos zapatos cómodos y simples. No serian como los de cualquier adulto, con una especia de clase… al contrario era la combinación rara de zapato y una zapatilla, muy Sirius.

Remus por otro lado vestía con una camisa abierta en los primeros botones, sin corbata y una chaqueta, unos pantalones y contrario a Sirius, zapatos. Algo que recordaba Arlette era como odiaba ver el peinado que tenia los últimos años. Sabía que Nymphadora tuvo algo que ver por lo que, pese a que le doliera, le dejo el pelo no corto pero si algo largo para que simplemente le cayera y una barba marcada desde el borde del rostro que seguía hasta más abajo. No era como si conservara la imagen de un Remus sin un knut al contrario, se veía con ropa bastante cómoda y por lo que apreciaba le agradaba el estilo relajado.

—Vaya… Moony—  dijo Sirius una vez vió a Remus.

—Paddy.

Por un minuto Arlette sintió que estorbaba. La forma de verse de ese par… no presagiaba nada bueno para su “mente inocente”.

—Chicos… dejemos los cachorros para otro futuro… próximamente… no ahora…—  trato de que con sus palabras los grados que subieron en la habitación descendiesen.

—Cierto…—  se altero Sirius  —¿Qué haremos con unos cachorritos?—  pregunto a Remus.

—Primero despertémosla… luego hablaremos de eso…—  señalo a la desmayada Arlette en el piso.

 

—Aclaremos… ¿no pueden tener hijos entre hombres?—  ambos negaron  —¿no hay omegas ni alfas?—  otra negación  —menos donceles… ¿verdad?—  de nuevo lo mismo.

—¿Por qué insistes con eso?—  pregunto Sirius.

—Quería saber cómo le harían, creo que solo queda adoptar—  se encogió de hombros.

—O… robarnos los bebes de Lily y James.

—Sirius—  dijo un escandalizado Remus.

Durante la conversación se acercarón a Hogsmeade.

—Si estuviéramos en Londres—  comentó  —creo que tendría que cuidarlos porque todos se les lanzarían encima—  pudo escuchar los gruñidos de celos de ambos.

Ese ultimo día y tarde, lo paso con ellos. Viviendo la vida de una familia feliz. Con dos padres que se preocupaba por ella.

Por extraño que pareciera, Sirius era el más estricto -quizás por ser como es ahora-, preocupado y protector si se trataba de jugar, correr o simplemente hacer una broma.

Remus por el contrario era el que la dejaba disfrutar, le apoyaba en las cosas y con quien más reía.

En conclusión Sirius parecía el Papa estricto y Remus el Padre consentidor. Todo lo contrario a lo que pensaba.
Aunque en las peleas, los papeles se daban vuelta. Remus tenía el carácter más fuerte y Sirius se volvía un poco -solo un poco- sentimental.

Arlette creía que la carencia de amor por el lado de Sirius y la influencia del Lobo por el de Remus, explicaría las cosas pero eso solo era producto de su mente… quizás era algo totalmente absurdo, no sería la primera vez que una estupidez, para algunos, explica mucha cosas.

Cuando se acabó el día, ambos creían que volverían al castillo pero Arlette siguió caminando hacia la Casa de los Gritos.

—Quería irme en donde comencé—  ambos sabían que se refería al lago  —pero… le tengo cariño a la casa, pese a que no compartiera con ustedes en los días de Luna Llena—  termino por decir una vez que estuvieron en la puerta.

Sirius miro a Remus extrañado y este solo se encogió de hombros para besarle la punta de la nariz, gesto que causo un rubor en Sirius. Con Remus se sacaba la máscara de frialdad, macho pecho peludo. Todo lo que creó y construyó desde niño para defenderse y vivir con su familia.

Una vez que llegaron a otra habitación de la que normalmente usaban en algunas fechas, Arlette se sentó y los miró.

—Mi vida no es la mejor y el saber de ustedes, lo que hicieron, como superaron obstáculos… todo—  miró el suelo y posteriormente la ventana. El paisaje estrellado de la noche le pareció hermoso para despedirse  —me ayudo a seguir adelante. Lo del viaje en el tiempo, solo se puede hacer una vez. El hechizo… una vez que lo haga y resulte bien, romperá el respaldo de mi tiempo. Jamás podre volver a viajar porque el mismo viaje acorta mi vida—  explicó  —les digo esto... porque quiero que me recuerden como hoy. Se vean y digan… quiero estar con esta persona y formal una familia, cuidar de mis amigos y ayudarnos mutuamente a superarnos día a día—

—¿Arlette?—  pregunto un inseguro Remus.

—Solo… con estos dos años… me di cuenta que no he visto un amor tan lindo con el suyo, pese a todo… en mi tiempo todo amor es corrompido… y—  unas lagrimas se deslizaron por sus mejillas  —no quiero que algo los separe. Son mis mejores amigos, tíos, primos, hermanos, padres, amantes—  movió las cejas sugerentemente para luego echarse a reír.

—Nos cuidaremos—  dijo con convicción Remus.

—Eso espero…

Se levantó del suelo y les beso las frentes a ambos.

—Cuídense mis cachorros—  caminó al centro de la habitación y saco su varita, volviendo a su apariencia normal  —gracias por el recuerdo. Y tengan muchos niños—  sin más apuntó a su corazón y nuevamente su sangre se deslizo de sus manos. Un brillo cegó a Remus y a Sirius.

 

James, Severus y el resto los esperaban en la entrada. Les extraño verlos en esa apariencia pero recordando que era por Arlette, sonrieron con tristeza.

 

En el cuarto en donde Joshua guardaba la cajita con la esfera y que jamás abrió, menos sacar de la protección del pañuelo. Terminó completamente trizada pero quedando la esfera aún con las arenas rojas intactas.

 

—¿Se fue?—  pregunto Severus, por su tono y expresión sabían que estaba molesto. Ambos asintieron.

Lo último que vieron fue la capa ondeando de Snape en dirección a los terrenos.

Continuara...

Notas finales:

Gracias a las personitas que se dan el tiempo de leer y que quieran comentar ;)


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