III PARTE:
Regresando a 1995.
Durante el viaje -a diferencia de la primera vez- Arlette no sintió ese algo húmedo ni helado, solo sintió algo duro y mucho viento para después sentir en su rostro una textura extraña y que su olfato le dijera “roció por la mañana” lo que significaba que ese algo era pasto.
Se levanto con cuidado ya que ahora el viaje fue más de improviso y termino algo mareada. Observo el lugar luego de un momento, estaba en un parque.
Al frente había muchos matorrales y una banca giro y observo que detrás había una especie de parque para niños. Estaba anocheciendo cuando desapareció por lo que aquí era una hora similar. Empezó a caminar para ubicar la zona, cuando llego a la calle Privet Drive supo que estaba en un mal lugar. Sin más dio media vuelta y regreso para sentarse en la banca.
Estaba un poco alejada de donde pensó aparecer, bueno, no pensó, solo… desapareció y en lo único que pensó fue en Black… después de todo, este año… ¡Maldición!
Apoyo los codos en sus piernas y su cara en sus manos, no quería pensar en nada. Estaba en un problema y lo peor, dejo a Joshua en un problemón.
No se dio cuenta de cuánto tiempo pasó hasta que alguien le toco el hombro.
—¿Si?— pregunto cuando en eso vio un autobús.
—Bienvenido al autobús noctámbulo, transporte de emergencia para el brujo abandonado a su suerte. Extienda la varita, suba a bordo y lo llevaremos a donde quiera. Me llamo Stan Shunpike. Estaré a su disposición esta noche— dijo el joven frente a ella.
—Ha… hola Stan— saludo y subió, no era la primera vez que se veían. <<Si, en este tiempo>>, debería recordar eso. Por lo que se abstuvo de saludar a Ernie.
—¿A dónde te llevo?— pregunto cuando Arlette se hubo sentado.
Arlette quería hablar pero no se le ocurrió ninguna parte, era ya suficientemente extraño aparecer allí.
—¿Alguna sugerencia?— pregunto en cambio.
—Al último chico que ayude aquí lo lleve al Caldero Chorreante— la miró suspicaz.
—Interesante, entonces creo que seguiré sus pasos— sonrió.
—Espero que no todos…— comento a lo que se fue a hablar con Ernie.
Luego de hablar con Tom y que le diera la habitación 7, subió para instalarse. No es que tuviera muchas cosas pero tendría que comprar ropa. Ya de por si fue extraño cambiar de apariencia en el autobús y que Stan estuviera atenta de ella el resto del viaje.
No sabía la fecha exacta en la que regresó, pero sea como sea, se daría una semana, necesitaba recuperar fuerzas, comer, asearse y pensar como aparecer nuevamente en las vidas de sus amigos. Lo único que sabía es que si todo seguía igual, significaba que “jamás viajó” por lo que sería bueno llegar con algunos recuerdos y siendo Remus Profesor de DCAO sabría que no fueron manipulados. Lo otro es que esperaba que Moony y Padfoot ayudaran a Remus y a Sirius a confiar en ella.
Mierda. Había olvidado lo de Regulus, no tenía idea de que pasaría con Barty y el Severus de este tiempo era... amargado, odiado y aun guardaba rencor.
Quizás no sería una semana.
Como bien había decidido la primera se recuperó totalmente, ya cuando empezaba la segunda decidió hacer un poco de trabajo de campo y averiguar respecto de lo que sucedía.
Harry insistía en que Voldemort había regresado y nadie le creía, estarían escondidos en la Casa de Sirius y… Nymphadora intentaría avanzar con Remus para después casarse.
Pues bien, si querían echar a perder lo que con tanto trabajo hizo en otros años, ahora ella movería un poco el mundo de Fudge y su no creencia.
Para todos en el Caldero le resulto de lo más extraño ver a alguien con un gran manejo de magia que no estaba estudiando, aún mas su extraña era su actitud.
Y es que no cualquiera te hace una “entrevista de trabajo” para ubicar a los Mortífagos. Tenía que tener cuidado de algunas personas y con este Severus, era obvio que no podría sacarle información al respecto, uno porque no creía que se la daría de buenas formas y dos porque no quería que pusiera en peligro el puesto que tenia con Voldemort.
Lo posterior fue ubicar Grimmauld Place, si bien sabía más o menos la ubicación ya que Harry la dio de cuartel, en su tiempo se mantenía escondida, lo que no era lo mejor.
Teniendo una idea del lugar según sus recuerdos y algunas conversaciones, dejó de rondarlo, no quería alertar a nadie, menos a Moody con su súper ojo.
Por lo que se fue a Hogsmeade.
No fue tan extraño ver a los alumnos por esas fechas. Lo que si el aura que estos presentaban. Por lo que cuando distinguió a un pequeño de Gryffindor no dudo en acercarse y preguntarle.
—Hola— saludo a lo que el niño la miro extrañado —tranquilo no muerdo, solo… pocas veces vengo y bueno… pareciera que estuviera en un funeral—
—Así nos sentimos…— dijo bajito.
—¿Qué ocurre?
—Umbridge— fue lo que dijo a lo que Arlette cayó en cuenta.
—Tranquilo… pronto se irá— le guiño un ojo y se fue.
—¿Cómo sabes eso…?
—Como que me llamo Arlette, se irá antes de fin de año y… pues… evitaremos muchas cosas… nos vemos…— le miro.
—Creevey, Colin Creevey— respondió.
—Espero que tengas un gran futuro Colin— sin más se marcho.
Ya sabía más o menos la situación. Umbridge está molestando en Hogwarts, Malfoy está metido en el asunto, Voldemort intenta meterse en la mente de Harry y Severus le ayuda a cerrarla. También se creara si es que no se creó el ED y atacaban a alguien… uno de los de la orden si mal no recordaba.
Pues bien, ahora quedaba solo ponerse el traje de niña exploradora y vender galletas a Sirius.
Se acerco a Grimauld Place si bien era necesario que prácticamente te golpearan con la ubicación del secreto, bien podía hacer una escena, terminar herida y listo, alguien de la Orden la ayudaría.
Por lo que llamo la atención de los Mortífagos pareciendo físicamente a Harry, un ataque cerca y… quien iba a decirlo. Su abuela apareció para ayudarla.
—¿Estás bien?— Arlette negó —no entiendo, será mejor salir de aquí pero…— un quejido preocupo a Tonks —te llevare a San Mungo—
—No… ellos, no— lamentablemente si fue herida en la batalla. Por lo que quería ayuda —lobo— fue lo único que atino a decir y dio resultado.
A los segundos se encontraba en el interior de la Casa.
—Remus— un tic en el ojo apareció en el segundo que Tonks llamo a Remus —¡Remus, ven, necesito tu ayuda!—
—¿Qué pa…?— esa voz.
—La atacaron, no tengo idea… quería, quería llevarla a San Mungo pero… dijo lobo y yo… no pensé, la traje— intento explicarse.
—¿Estas tonta niñita? ¿Y si es una trampa?— recién entonces Nymphadora soltó a Arlette y le apunto con la varita.
Un gemido sordo salió sin evitarlo de la garganta de Arlette.
—Gracias…— masculló con sarcasmo a lo que Remus apareció.
Al parecer no estaban, algunos, pensando bien las cosas. Ella ni loca dejaría entrar a un extraño pero ahora le resultó beneficioso.
—¿Qué ocurre?
—Esta niñita trajo…
—Yo no pensé…
—¡¿Pero como no piensas?! ¿Y si Harry estuviera aquí?
—Yo creí que…
—¡QUIERO UNA PUTA POCION PARA EL DOLOR!— grito con lágrimas en los ojos.
Remus se acerco, la cargó y se dirigió a su cuarto pese a las caras de perplejidad de los otros presentes.
Si bien la noticia no duraría mucho escondida de los otros y mucho menos tardaría Albus en aparecer. Remus escuchó lo que necesitaba de Nymphadora y atendió a Arlette, por suerte se dio cuenta que no era un licántropo pero si descendía de uno. Sin pensarlo sintió como Moony se encariñaba con ella, ya la consideraba su cachorro y eso que no pasaron más de 45 minutos desde que la vio. Por lo que se armaría una pelea cuando llegaran los otros, la protección de un lobo para con su cachorro era demasiado fuerte.
Continuara...